miércoles, 17 de abril de 2024

Mujeres en la historia


 

Como parte del reconocimiento al trabajo de las mujeres que nos antecedieron en la búsqueda por la igualdad de nuestros derechos, elaboramos esta breve cronología sobre el feminismo en #Colombia





¿Sabías que gracias a las exigencias del movimiento feminista, en 1936 las mujeres adquirieron el derecho a ocupar cargos públicos?


martes, 16 de abril de 2024

#AmorPropio

 


Un poderoso mensaje para compartir con tus amigas:

Desaprende todo lo que te lleve a dudar de ti misma y a no amarte. La vida es muy corta para estar en guerra contigo.

Este mensaje simple pero profundo sirve como un faro de esperanza, animando a las mujeres a abrazar su verdadero yo y deshacerse de las capas de autoduda y negatividad que pueden haberles sido inculcadas. Es un llamado a la acción para desafiar las expectativas sociales y las normas que a menudo obstaculizan el crecimiento personal y la autoaceptación.

Abraza el amor propio y desaprende las creencias limitantes:

El viaje hacia el amor propio es un proceso continuo, que requiere un esfuerzo consciente y la voluntad de desaprender las creencias dañinas que nos frenan. Se trata de reconocer nuestro valor y valor inherentes, independientemente de nuestras imperfecciones o las opiniones de los demás.

Empoderamiento a través de la autoaceptación:

A medida que cultivamos el amor propio, nos abrimos a un mundo de posibilidades. Ganamos la fuerza para perseguir nuestros sueños, liberarnos de las limitaciones autoimpuestas y construir relaciones significativas. La autoaceptación es la base sobre la que se construye el verdadero empoderamiento.

Comparte el mensaje con tu tribu:

Rodearnos de personas que nos apoyan e inspiran puede tener un impacto significativo en nuestro viaje de amor propio. Comparte este mensaje con esa amiga especial que irradia positividad y te anima a ser tu mejor versión. Juntas, pueden elevarse mutuamente y crear una comunidad de mujeres empoderadas.

Recuerda, eres digna de amor, respeto y felicidad. Abraza tu yo auténtico y deja que tu luz interior brille intensamente.

lunes, 15 de abril de 2024

En Femenino

 


ALTA GERENCIA

¿Las mujeres en la construcción?

Vale la pena seguir insistiendo en profundizar la diversidad en un sector tan tradicionalmente dominado por hombres como la construcción

PAULA ROZO

El Colegio de Estudios Superiores en Administración, Cesa, a través de su Centro de Estudios en Gobierno Corporativo, Cegb, evalúa periódicamente la participación de mujeres en las juntas directivas de los 137 emisores de valores del país. Por medio de este ejercicio, el centro de pensamiento evidenció que tal participación se ubicó en 22,3% para 2023,1,1% más con respecto al dato del 2022.

De acuerdo con la entidad, de mantenerse la tendencia de crecimiento de los últimos años, hacia 2030 el colectivo de emisores en Colombia alcanzaría 30% de participación femenina en sus juntas; una cifra récord, sin duda, pero que, a su vez, da cuenta de un ritmo de crecimiento considerablemente inferior al de la transformación social que se está gestando y que, en consecuencia, impide materializar la totalidad de beneficios que otorga la pluralidad en los órganos directivos.

Y no se tratan de beneficios cosméticos, pues, con suficiente evidencia, se ha comprobado que contar con mujeres en los cargos directivos: eleva la rentabilidad empresarial en hasta un 8% por cada mujer en juntas directivas (FMI), favorece el posicionamiento en índices de sostenibilidad (Dow Jones Sustainability Index), impacta positivamente la valorización en el mercado (Schmid & Urban), incrementa la probabilidad de comprensión del consumidor (Center for Talent Innovation) y disminuye los niveles de corrupción institucional y fraude (Asociación de Examinadores de Fraude Certificados, Acfe), por citar algunos ejemplos.

Con esto en mente, vale la pena insistir en seguir profundizando la diversidad en un sector tan tradicionalmente dominado por hombres como el de la construcción. Según el Dane, la empleabilidad masculina predomina en este sector con más de 90%: algo por el orden de 1,5 millones a nivel nacional; que, si bien ha venido mejorando en los últimos 10 años -de acuerdo con Camacol-, aún tiene el enorme desafío de cerrar la brecha de manera más representativa, tanto a nivel gerencial como en las áreas técnicas y de operaciones.

Dicha necesidad se hace aun más sensible a la luz de los resultados que se conocieron el pasado marzo sobre la productividad en los países miembros de la Ocde. Según la Organización, de los 38 países que componen este grupo de cooperación, Colombia es el que presenta los niveles más bajos de productividad económica a corte de 2022, con un aporte de apenas US$20 al producto interno bruto (PIB) por cada hora laborada; mientras que en promedio un trabajador de la Ocde contribuye US$67,5.

Así las cosas, y conscientes de la importancia de apalancar la gestión empresarial por medio de la participación femenina, en Estilo Ingeniería -empresa de ascensores y escaleras eléctricas, que integra la cadena productiva de la construcción- hemos empezado a cerrar la brecha de género de una manera más proactiva.

Además de contar con una mujer a la cabeza de la dirección ejecutiva, nuestro Comité Directivo está integrado por el mismo número de hombres y mujeres, aspecto que contagia en cascada el resto de áreas que componen la empresa.

La ganancia de este esfuerzo, más allá de las métricas cuantitativas, nos ha representado un abordaje mucho más integral del negocio per se, un mayor nivel de detalle y, sobre todo, un proceso de toma de decisiones con argumentos más ricos y diversos. Por todo esto, promover la empleabilidad de mujeres en la industria de la construcción es un imperativo para elevar la competitividad y productividad del sector; no es solamente un discurso atractivo al que se vuelve cada marzo, cuando se conmemora el mes de la mujer.

domingo, 14 de abril de 2024

Reflexión

 


"Después de leer a varias mujeres, ver testimonios de víctimas de violencia, escuchar a mi madre y a mi hija, a la vecina o una de las gerentes donde trabajo comprendí que la gran batalla que enfrentamos todas las mujeres es la de ser humanas, personas.

Sin nuestra aceptación a nosotras mismas poco importa la lucha de tantas mujeres, pues esta demanda de cada una como suplica, la talla humana, que nos reconciliemos con la integridad y pueda ser alegoría para todas, donde #humanismo sea el norte, poseer cualidades éticas y morales sobresalientes, transparente que rigen nuestro comportamiento humano

El ardor que define a la mujer, insisto, es la que aun con miedo es capaz de servir al otro, nos hace humanas, nos impreca a conciliar la intimidad y la humanidad, para salir airosas de las batallas y seguir luchando contra los egos y poderes, aprender a sobrellevar las pérdidas, tener cicatrices, pero luchar por la victoria desde nuestro hacer.

La mujer humanista, es la que es capaz de cambiar vidas, es la líder que se necesitamos; tal aseveración no es producto de mi imposición, sino una necesidad de una líder fundada en un liderazgo que responda a ser humana, justa, pero también eficaz y firme, que se acompañe de los valores y principios del líder. Siendo así, debemos ver desde la trasnscomplejidad a la mujer en ese humanismo que se muestra desde una cosmovisión.

🔗 Sigue leyendo a María Alejandra en su artículo "La mujer, siempre fue la mujer en su esencia y la posibilidad de cambiar vidas"

viernes, 12 de abril de 2024

En Femenino

 

Mujeres no feministas y sororidad

El machismo es reproducido por hombres y mujeres. Quizá la represión masculina en relaciones paterno-filiales, relaciones de pareja, relaciones de autoridad eclesiástica, de autoridad educativa, relaciones de supervisión laboral y casi cualquier ámbito de conexión entre un hombre y una mujer, tenga tanto arraigo con instituciones y ejemplos tan nítidos y vigentes, que resulte menos atractivo valorar la represión machista y patriarcal que ejerce una madre sobre su hija, una maestra sobre sus alumnas, una jefa sobre una o varias empleadas, entre otras relaciones que reproducen valores alejados de una ética género sensitiva.

Pero creo que las mujeres tenemos un rol determinante en las transformaciones género equitativas y que ganar espacios de adhesión sobre el conjunto general de las mujeres, adolescentes y niñas en el planeta resulta una tarea primaria y transversal a todo el movimiento feminista.

Esto me lleva a considerar dos elementos de costo-oportunidad derivados de esta decisión. Uno, los hombres no forman parte de los avances esperables en sororidad, más allá de que los hombres puedan o no ser feministas y trabajar junto a nosotras por un mundo género igualitario. No es ninguna forma de rechazo. Es una diferencia en torno a la sororidad. La sororidad es femenina o no es. Bienvenida la sensibilidad, solidaridad y proactividad masculina en este proceso transformacional.

Dos, las mujeres, incluso las que descreen de los movimientos feministas y las que creen que el mundo es mejor sin la igualdad de género (por tanto, mujeres que se sienten cómodas en el espacio machista patriarcal y además creen que es su deber defenderlo) merecen una atención sistemática, innovadora y paciente por parte de las feministas.

Más allá de la ideología

No es razonable plantear este asunto como una simple lucha ideológica, como si mi deber de “socialdemócrata liberal” fuese convencer a los “socialistas” o mi deber “socialista-marxista” fuese convencer a los “socialcristianos”. Muchos de los esclavos que fueron formalmente liberados por cambios institucionales que hicieron ilegal la esclavitud, reaccionaron negativamente a la nueva legislación y defendieron su estatus quo dentro del régimen que los esclavizaba. Las gestiones para retrotraer la situación de estas personas a su condición natural de seres libres, implicaron en muchos casos, años de transformación educativa, con implicaciones y reminiscencias hasta la actualidad. Por ejemplo, la segregación racial fue legal hasta hace pocos años en países como Suráfrica o Estados Unidos y no es extraño que se sigan considerando las implicaciones de estos procesos en la cotidianidad de las relaciones sociales en estos países.

Necesario es plantearse un ideario básico, un centro pivote flexible del diálogo, aun considerando los extremismos religiosos o ideológicos. Porque si creemos que hombres y mujeres siendo diferentes tenemos el derecho a ser tratados como humanamente iguales, entonces la vocación de las mujeres con ciertos roles y ciertos estereotipos tiene cabida en un mundo igualitario, siempre y cuando surja realmente de su voluntad. Como ese ejercicio de voluntad es dudoso hoy en día, la pelea incluirá durante muchos años, los cambios jurídico-institucionales que harán inviables muchos de los roles que hoy se defienden, por resultar inmorales desde el punto de vista género sensitivo (por ejemplo, la poligamia o el matrimonio infantil).

Sororidad para todas

Pero nosotras, las mujeres feministas, nos debemos a un ejercicio de sororidad que va más allá del planteamiento ideológico o teológico. Necesitamos extender mucho más y durante mucho más tiempo el plan de liberación mental (y el plan político institucional, cultural y social que lo respalde) que reciba a tantas mujeres estrechadas en el cerco machista y patriarcal, para que más y más niñas y mujeres puedan dar el paso adelante que haga, de cada una de ellas, centros autónomos de decisión personal, familiar y comunal, plenas de poder, autónomas para decidir.

Proximidad más que distancia. Centro común, más que extremo divergente. Innovación más que discurso único. Hagamos de la sororidad un acto común y global sin limitaciones ni fronteras. Hablemos con todas.

 

En Femenino

 Sororidad: Valor feminista

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Como mujeres debemos defendernos a nosotras mismas, debemos defendernos unas a otras, debemos defender la justicia para todas.

Michelle Obama

El término sororidad proviene de la palabra inglesa “sisterhood”, utilizada en los años 70 por Kate Millet, referente del feminismo de la segunda ola y autora de Política sexual. Años más tarde, la académica mexicana, Marcela Lagarde, utilizó la versión en español, sororidad, por primera vez desde una perspectiva feminista tras verlo en otros idiomas, “encontré este concepto y me apropié de él, lo ví en francés, ‘sororité’ y en inglés, ‘sisterhood’”, explica.

Lagarde la define como “una forma cómplice de actuar entre mujeres” y considera que es  “una propuesta política” para que las mujeres se alíen, trabajen juntas y encabecen los movimientos. Como ella misma defiende, da igual cómo se diga, “lo importante es el desarrollo”.

Teresa San Segundo, la define como “solidaridad entre mujeres, una empatía y un acercamiento hacia otras mujeres” y para la escritora y defensora de los derechos de las mujeres Leslie Morgan es una “hermandad de mujeres que te ayudan”.

“Comportarse con sororidad es básicamente pensar que tienes elementos de opresión en común con las mujeres que tienes a tu alrededor”,  así lo define la periodista y humorista Nerea Pérez de las Heras, para quien las mujeres son “naturalmente colaboradoras” y “naturalmente amigas”

La sororidad es hermandad, pero la sororidad política es hermandad contra el patriarcado, es un pacto de ayuda mutua frente a la competitividad del patriarcado.

Marcela Lagarde considera que la sororidad es un pacto político entre mujeres feministas que sirve de arma para eliminar las desigualdades de género, siempre reflejadas en todos los informes de ONU Mujeres.

El término sororidad empezó a ser acuñado en el área de las ciencias sociales para conceptualizar la necesidad de la creación de vínculos y alianzas naturales entre las mujeres con el fin de eliminar las opresiones sociales que las afectan como, por ejemplo, el patriarcado.

La sororidad es una nueva forma de encarar los problemas sociales mediante una relación más íntima y comprensiva entre mujeres creando así el empoderamiento del género femenino en la sociedad actual.

El feminismo propone que este concepto vaya más allá de la solidaridad. La diferencia radica en que la solidaridad tiene que ver con un intercambio que mantiene las condiciones como están; mientras que la sororidad, tiene implícita la modificación de las relaciones entre mujeres. En resumidas cuentas, la sororidad se traduce en hermandad, confianza, fidelidad, apoyo y reconocimiento entre mujeres para construir un mundo diferente; percatarse que desde tiempos antiguos hay mujeres que trabajan para lograr relaciones sociales favorables para ellas y para nosotras, recordando siempre que todas somos diversas y diferentes.

Para que la sororidad sea posible, se ha de entender que ésta no incita a competir a la mujer con otras féminas por espacios, poder, fama, hombres o dinero; por el contrario, es una invitación necesaria a la comprensión de las diferencias, justicias e injusticias, y trabajar en las semejanzas entre pares, como seres iguales en los distintos escenarios. Una convivencia compartida, incluyente, hacia la construcción de una realidad más justa, en donde no se siga legando a las generaciones presentes y futuras el padecimiento de la opresión, el abuso o discriminación de un sistema patriarcal.

Para comenzar a practicar sororidad, www.oxfammexico.org nos sugiere:

  1. Paremos de juzgar nuestra apariencia física y la de las demás.
  2. Tengamos siempre presente que las decisiones sobre nuestro cuerpo son solo nuestras, evitemos juicios sobre quienes han decidido o no tener hijos.
  3. Respetemos las formas en las que las demás eligen vivir su sexualidad, omitamos calificar y/o cuestionar estas elecciones.
  4. NUNCA justifiquemos el acoso o la violencia hacia otras mujeres, ni dudemos de sus testimonios, prohibido decir «ella se lo buscó».
  5. Evitemos reproducir ideas y juicios sobre nosotras, como que somos débiles, dramáticas, histéricas, etc.
  6. Seamos amables y generosas con las demás, seamos esa persona que nuestras amigas llamarían sin importar el problema que tuvieran.
  7. Cuando una mujer nos quiera hablar mal de otra, expliquémosle el grave error que está cometiendo al dejar de ser una aliada.
  8. Cuando conversemos con nuestras amigas incluyamos temas de autocuidado.
  9. Generemos una red de seguridad con nuestras amigas, mantengámonos en comunicación, estemos al pendiente de nuestras ubicaciones y tengamos planes de contingencia.
  10. Sumemos a todas las amigas que podamos.
Eso sí es empoderamiento. Unirnos políticamente para denunciar a quienes abusan o violentan nuestros derechos y sentar precedentes para que aberraciones similares no vuelvan a ocurrir. Sin peros ni condiciones. No funciona eso de te apoyo si eres de las mías, o las de mi país, o las de mi color. O peor aún, terminar no apoyando en absoluto, disfrazado con la sentencia de que “todas somos iguales y merecemos el mismo apoyo”. No es verdad, todas somos diversas y unas la están pasando peor que otras.
Justamente, quienes estamos en posición más privilegiada, bien sea de clase, raza, ubicación geográfica, nivel de influencia social en medios, somos las llamadas a protestar más duro y más alto para reclamar justicia cuando una hermana es víctima de las desigualdades y discriminada por su condición de hembra humana.
Este mes le rendiremos homenaje con frases de feministas sororales y las hermosas imágenes de nuestra @vanetsoi de @ltcstudio en el Calendario Valores Feministas 2021 que diseñó  @vulva.tabu
APROVECHAMOS PARA AGRADECER por tantas muestras de sororidad recibidas con motivo del lanzamiento de nuestro Calendario. Estamos felices por ello!



Mujeres en la historia