16 Historias Inspiradoras por una Vida Libre de Violencias - Día 10
Soy Fátima Muriel, una incansable guerrera. Nací el 21 de mayo de 1950 en la inspección de Puerto Limón, Mocoa, capital del departamento de Putumayo. Hija de mujer indígena y hombre blanco. Soy víctima directa del conflicto armado, por el que perdí a mis dos hermanos y viví el atentado y secuestro de mi esposo, que nos obligó al desplazamiento forzado.
Tengo una maestría en educación y otra en mujeres y género, pero jamás abandoné mi territorio. Me enfrenté a las FARC para frenar el reclutamiento forzado de niños y niñas dentro de las instituciones educativas; acompañé a las madres de Putumayo en la búsqueda de hijos y esposos desaparecidos por los grupos paramilitares y fui testigo del asesinato de docentes, lideresas y líderes juzgados como informantes.
El hablar con las mujeres campesinas, afros, indígenas, quienes demostraban todo su dolor por todas las violencias que estaban pasando: el abuso sexual, la pérdida de sus hijos/as, esposos, hermanos y familiares y sus tierras en medio de la desolación y el ver su capacidad de resiliencia, me comprometí a defenderlas y apoyarlas en la defensa de los derechos de la mujer, convencida de que aún en las condiciones más adversas, ellas reconstruyen el tejido social.
Así inicié la defensa por los derechos de las mujeres. Conformamos una Red de Mujeres sumando esfuerzos con lideresas y organizaciones para la protección y prevención de violencias contra nosotras, y en el 2005 se nació la Alianza de Organizaciones de Mujeres “Tejedoras de Vida” del Putumayo, de la que asumí la presidencia desde ese mismo año.
Hoy contamos con una plataforma de 115 organizaciones de mujeres con iniciaticas productivas, artesanales y ambientales. Logramos la formulación de la Política Pública de Género para las mujeres del Departamento y hemos llevado a cabo un trabajo colectivo de reconstrucción de memoria histórica sobre las mujeres víctimas del conflicto armado, recordando sus nombres a través de nuestra iniciativa “Murales de la Verdad”. Ganamos el Premio de los Derechos Humanos “Antonio Nariño” y somos un referente de liderazgo en la lucha contras las violencias de género y de la promoción de la participación de la mujer en los acuerdos de paz.
Nuestros retos son lograr que el gobierno cumpla los Acuerdos de Paz, lograr la reincoporación con enfoque de género, contar un esquema de protección para mujeres que tenga enfoque de género y diferencial. Debemos cerrar la brecha de género, crear una escuela política para las mujeres y que el Estado haga cumplir la Ley 1257 de 2008.
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