martes, 30 de junio de 2020

Triple jornada

Desdramatización de la maternidad. ¿El tiempo de las mujeres era una ilusión? Por qué hablamos de “triple jornada”
Madres sobreexigidas durante la pandemia. Foto: Shutterstock.

El aislamiento evidencia aquello que al menos las mujeres ya tenían más que claro: la distribución de las tareas domésticas y de crianza recae mayoritariamente en el género femenino. La crisis de cuidados, más presente que nunca.
 

La cuarentena establecida en el marco de la pandemia de coronavirus puso en evidencia aquello que al menos las mujeres ya tenían más que claro: la distribución de las tareas domésticas y de cuidado recae mayoritariamente en el género femenino. Esta visibilización implicó también una Desdramatización generalizada de la maternidad, donde las experiencias de cada una muestran un lado b tan real como agotador en lo que a hijos respecta.
Según un informe realizado por el portal de empleos Bumeran junto a la consultora Bridge The Gap, el principal impacto de la pandemia se encuentra en aquellas que deben trabajar desde sus hogares y que tienen hijos menores de 12 años. Para las mujeres que tienen niños de esta edad, el cuidado y la crianza se vuelve la principal tarea (cuidar, 16%). Respecto a la capacidad de lograr un equilibrio entre la vida personal y profesional en cuarentena, el 45% considera que lo intenta, pero no siempre lo logra. Además, el 21% de las mujeres declara que una de las tareas que menos puede realizar es descansar.
“Lo que trajo la pandemia fue, justamente, romper con el sistema logístico del cuidado de las personas. Es decir, no hay escuelas, los geriátricos también hicieron síntoma, de repente nos quedamos sin personal doméstico y se hizo visible todo aquello de lo que venimos hablando desde la perspectiva de género. A esto se le llama crisis global de cuidados”, dijo a Clarín Cintia González Oviedo, directora de Bridge The Gap.
Cuando se dice que “eso que llaman amor es trabajo no pago”, se habla justamente de esto. “Es un trabajo enorme no remunerado que quedó al descubierto con la pandemia, que sostiene al mercado productivo para que sea posible y que, de repente se visibilizó en los hogares en situación de confinamiento”, aseguró Gonzalez Oviedo.
Si bien la economía del cuidado aparece en la agenda de las organizaciones feministas con reclamos de larga data, este contexto de encierro y trabajo a distancia fue el escenario ideal para retomar la discusión. “Durante el aislamiento obligatorio se forzó esta conversación de cómo las familias se van a repartir la distribución de tareas porque, además, tanto la madre como el padre, tienen que trabajar. Es decir que se puso sobre la mesa de las familias el repensar los acuerdos (esto en el caso de las familias donde hay más de dos adultos, porque hay muchas mujeres que están solas con sus hijos y ahí no hay acuerdo posible)”, sostuvo. En ese sentido, es un gran momento para romper con los roles de género y reflexionar sobre una redistribución más equitativa pospandemia.
La casa, los chicos y el trabajo son parte de la demanda continua a la que hoy deben responder las mujeres, más sobrecargadas aún desde el 20 de marzo, cuando comenzó el aislamiento social, preventivo y obligatorio. A todas las labores habituales, ahora se suma también el colegio: según UNICEF Argentina, en casi 7 de cada 10 familias, son las madres las que apoyan a sus hijos e hijas para realizar los deberes escolares.
¿Cuáles son las consecuencias de todas estas exigencias? “El mayor impacto tiene que ver con dos cosas: por un lado, ya se está hablando de triple jornada, que son las mujeres que están a cargo de la administración de las tareas escolares, sumándose a la carga doméstica y laboral. Y, por otro lado, están las mujeres madres que además de tener esta sobrecarga de tareas docentes que antes estaban resguardadas y direccionadas en la escuela tienen la responsabilidad de la contención emocional de las infancias, es decir que hoy más que nunca las niñas y los niños sin contacto social necesitan contención emocional. Hay una demanda mayor tanto física como emocional”, detalló Gonzalez Oviedo. Para ella, ésta “es una situación casi insostenible” que amerita modificaciones que partan “desde el Estado y desde el mercado laboral”.
Un poco de humor
-“¿Cómo va la cuarentena?”
-“Bien, dijo nunca una madre en la historia de la humanidad”.
El diálogo encerrado en una viñeta de Maia Llinares, diseñadora a cargo de la cuenta de Instagram Mami rompo todo, resume la situación dela maternidad por estos días.
¿Cómo logra ponerle humor a la crisis? “Desde que soy madre trato de descontracturar un poco las cuestiones que tienen que ver con la maternidad, de sacarle el drama y lo trágico. Me criaron como que todo es un dramón y me parece un embole, hay otras maneras de procesar las cosas. A través de la ilustración encontré un formato donde poder expresar eso y donde reírme de todo esto”, aseguró.
«El tiempo de las mujeres era una ilusión»
Para ella, el aislamiento puso en evidencia que “el tiempo de las mujeres era una ilusión, era el tiempo en que los niños estaban en la escuela”. “Ahora que no van, ¿quién es la que le pone el pecho, el lomo y la cabeza para que el niño se siente, haga la tarea, para ver qué le pasa y cómo está procesando todo esto?”, se preguntó. En esa línea, Maia destacó que “cuando no esté la urgencia de la salud, tiene que estar en la agenda pospandemia todo lo relativo a los derechos laborales, para que todo se equilibre más”.
Según Llinares, “la desromantización de la maternidad era un proceso que ya se venía dando antes de la pandemia”, ya que “nuestra generación se dio el permiso de hablar mal de la maternidad y de decir qué cosas nos hinchan las pelotas”. En tanto, reconoció que la cuarentena potenció toda esa espontaneidad: “ La pandemia lo llevó a un extremo porque no tenemos escapatoria, no te queda otra que sincerarte”, concluyó.
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lunes, 29 de junio de 2020

Arte


Si quieres que te vean, desaparece

La máscara, símbolo cultural desde tiempos ancestrales, regresa al arte contemporáneo para reflejar un tema muy propio del presente: la identidad como ficción.


Las máscaras producen una curiosa combinación de respeto y temor. Cada vez son más confusas y sofisticadas. Los tiempos de belleza compulsiva han dado paso a un feísmo que parece tener ahora una vía de escape. Para algunos, ocultarse es un refugio, una manera de ser libres, una defensa frente a la jauría humana. Para otros es una pesquisa angustiosa, un camino inhóspito lleno de metáforas donde nada es lo que esperas que sea. Todo pasa en la cara. Cualquier autobiografía es una coreografía del rostro, la primera de nuestras muchas caretas. Una retaguardia iconográfica y personal que siempre juega con trampa. Engañosa por naturaleza, la máscara deviene el interfaz de lo oscuro. Eso de buscarse entre la falsa apariencia de normalidad de la gente. Brinda una desaparición voluntaria en tiempos de visibilidad extrema y se convierte en un altavoz para decir aquello que de otro modo no diríamos. Su lenguaje tiene raíces en el poder y el control social. Un lugar desde el que significarse, para bien y para mal. Allí donde no podemos ocultar las cosas que nos pasan y las cosas que hacemos pasar.
En ese dilema vive Gillian Wearing (Birmingham, 1963), seguramente la artista que más ha utilizado la máscara para explorar la idea de verdad. Siempre se ha visualizado como una estudiante mediocre al obtener el grado universitario en Bellas Artes del Goldsmiths College en Londres. Farbullaba y se quedaba en blanco. Cuando ganó el Turner Prize en 1997, tal era su incredulidad que sentía como si se lo hubiera llevado otra. Para entonces, ya había lanzado una de sus obras icónicas: Confiéselo todo en vídeo. No se preocupe, estará disfrazado. ¿Intrigado? Llame a Gillian (1994). La premisa fue publicar un anuncio en el periódico con una invitación a desvelarlo todo frente a una cámara bajo el anonimato de una máscara.
'Sans titre, Carnaval de Huejotzingo, Puebla', (1941).
'Sans titre, Carnaval de Huejotzingo, Puebla', (1941). KATI HORN
Fue su debut con ese artefacto con el que más tarde ha ido recorriendo todos los rincones de la psique: colocarse encima una prótesis del rostro de su madre, de su padre, de su abuela, de sus hermanos y de ella misma. Un complejo pimpón de retrato/autorretrato/no-retrato/no-autorretrato para hablarnos de la identidad como ficción, tema al que vuelve en su último proyecto, lanzado hace apenas unos meses: el documental experimental para la BBC sobre la vida del novelista victoriano George Eliot, del que acaba de cumplirse el bicentenario. Arena: Everything Is Connected es otra máscara más. Eliot fue una mujer, Mary Anne Evans, que dejó su pequeño pueblo en las Midlands para perseguir una vida sin convenciones. Fue subdirectora de la Westminster Review, el foro intelectual más progresista de la época, y se volcó en la literatura animada por el crítico George Henry Lewes, el hombre con el compartió su vida pese a que estuviera ya casado. Gente normal que escapa de lo corriente, lo que viene siendo el paradigma de los nuevos tiempos.
Icono indiscutible de la posmodernidad, Cindy Sherman siempre es ella y nunca es ella
Gillian Wearing siempre ha sido la alumna aventajada de Cindy Sherman pese a no coincidir nunca en las aulas. Es, de hecho, el faro en The Cindy Sherman Effect. Identity and Transformation in Contemporary Art, actualmente en el Kunstforum de Viena, una exposición que analiza las cantidad de topografías surgidas de la deconstrucción del retrato en el arte contemporáneo, donde Sherman es la gran mentora, con permiso de Rrose Sélavy (alias Marcel Duchamp) y Claude Cahun. Y seguramente también de David Bowie. Cindy Sherman (Nueva Jersey, 1954) también parte de dudas del ego para llegar a la psique a través de una colección de fotografías cuyos temas se adentran en el rol sexual de la mujer, el terror y la teatralidad del mundo. Sus Film Stills son su verdadera máscara: algo seductor, tentador, que debe provocar en el espectador la promesa de alguna historia.
Siempre es ella y nunca es ella. Es la mirada inestable como lugar de negociación: una pantalla llena de filtros e ilusión. Es un icono indiscutible de la posmodernidad y un referente de la renovación en la fotografía desde la performance, que este 2020 celebra su gran año. Además de ganar el Premio de la Fundación Wolf de las Artes, la Fundación Louis Vuitton de París prepara A Retrospective (1975-2020), su mayor exposición en Europa, de momento aplazada hasta su reapertura: más de 300 imágenes, algunas de ellas inéditas, del autorretrato como desdoblamiento.
Uno de los trabajos de la exposición 'Masks', en la Galería Municipal de Oporto.
Uno de los trabajos de la exposición 'Masks', en la Galería Municipal de Oporto. DINIS SANTOS
No deja de ser curioso cómo los museos y los centros de arte muchas veces se anticipan a las sintomatologías que luego dan la cara en la vida mundana. La máscara estaba ahí, esperando a manifestarse. Llevaba ya tiempo rondando en los departamentos de exposiciones. Desde que en 2012 el MoMA recuperó a la propia Cindy Sherman por todo lo alto, la mascarada entró en desfile. El mercado la miró de frente y ante ello reaccionaron galerías como Gagosian y Hauser & Wirth, tirando de John Chamberlain y Louise Bourgeois.
Hasta mil máscaras mapuches había en el pabellón de Chile de Bernardo Oyarzún en la Bienal de Venecia de 2017, casi tan poderosas como las que Kader Attia plantó en la Fundación Miró un año después. La Documenta 14, celebrada en ese momento, hizo lo propio también colocando las máscaras de Beau Dick, un artista de la tribu de los dzawada’enux, en lo más alto de las raras artes desde la idea de no-nacionalidad, como la de miles de refugiados. La exposición Masks, recién inaugurada en la Galería Municipal de Oporto, y a cargo de los comisarios João Laia y Valentinas Klimasauskas, recoge esa estela con una nueva generación nacida en los ochenta con un importante recorrido internacional, de Adam Christensen a Joanna Piotrowska.
Si quieres que te vean, desaparece
En su versión antropológica está la máscara ahora en el Museo Nacional de Praga, y poniendo el foco en su sentido más contestatario llegará al Centro de Cultura Contemporánea de Barcelona en diciembre de 2021. Lo hará de la mano de Servando Rocha, autor también del libro Algunas cosas oscuras y peligrosas. El libro de la máscara y los enmascarados (La Felguera, 2019), que reflexiona sobre lo que hay tras ella, pero también de su efecto hacia afuera, sus intenciones con nosotros y con el mundo. Su exposición será una particular historia del siglo XX a través del sentido político de la máscara, del Ku Klux Klan a las Pussy Riot, con una parada especial en los efectos de la pandemia pensando la máscara como uniforme de protección, como medio de supervivencia y como arma de control biopolítico.
Qué duda cabe de que la máscara pulula como mosca detrás de la oreja y como síntoma de una época de cambios extremos. Guerra cultural, lo llaman. Las técnicas para el enmascaramiento ganan en tracción y vuelven con una urgencia renovada. El Museo Reina Sofía lo tilda de “estallido”. Bajo esa idea enmarca un taller sobre mascarillas disidentes los días 29 y 30 de junio, con las que volver a “sanar” la individualidad en la vida pública en tiempos de pandemia. La mascarilla se ha convertido en la nueva camiseta, ese lugar común desde donde lanzar consignas e ideologías, desde banderas hasta animes. Las grandes marcas ya la vislumbran como el complemento estrella, algo que Gucci ya vio venir, ya que lleva varias temporadas sacando a sus modelos a desfilar con todo tipo de artilugios en el rostro. Hay artistas que también están dándole vueltas a esos viejos materiales que vuelven a nuestro auxilio.
La mascarilla se ha convertido en la nueva camiseta, un lugar desde donde lanzar consignas
El artista y activista chino Ai Weiwei acaba de lanzar Mask, un proyecto de mascarillas impresas a mano con motivos extraídos de sus más reconocidas obras. Ahí está su famosa peineta con aire quirúrgico. O las pipas de porcelana que esparció en la Tate Modern. Las máscaras todavía pueden comprarse en eBay, a 50 dólares cada una, y todo lo recaudado irá a apoyar iniciativas humanitarias de Human Rights Watch, Refugees International y Médicos Sin Fronteras. Es fácil ver ediciones limitadas de mascarillas de artistas como David Shrigley, Linder, Yinka Shonibare o Eddie Peake, también con fines benéficos y convertidas ya en objetos de culto para nuestro rostro oculto. Ahora parece impensable ver esa filantropía entrando en casas de subastas como Christie’s o Sotheby’s. El deseo de ser otro siempre nos puede. Tiempo al tiempo.

domingo, 28 de junio de 2020

Formulación de la Política Pública

¡Inscríbete y haz parte del proceso de reformulación de  la Política Pública Distrital de Discapacidad!

Foto de persona con Síndrome de Down con la frase Bogotá sin Barreras
Del 23 de junio al 5 de julio estarán abiertas las inscripciones para que las personas con discapacidad, sus familiares, cuidadores y cuidadoras puedan hacer sus aportes a la construcción de la Política Pública Distrital de Discapacidad.
Los interesados en participar deben inscribirse aquí
Si conoces a personas a quienes les interese esta información comparte el mensaje.

Literatura



Magda Lara Castaño, una mujer Dorada 

(Bogotá - 1978)

Magda Lara Castaño,  Bisnieta de poetas, familiares escritores, escultores, pintores,el arte ronda por sus venas. Mujer Dorada Colombiana, de los que viviendo en el exterior tienen la fortuna de ser reconocidos por esa característica particular de los colombianos que no pasan desapercibidos en ninguna parte del mundo cuando utilizan su talento, su inteligencia, su integridad para hacer patria, para construirse y realizarse a sí mismos; definitivamente una estrella ilumina con su propia luz por más oscuro que sea el espacio en el que se encuentre..
 
Poeta, escritora y correctora de estilo. Se trasladó a Ecuador desde 2014 donde se incorporó al Círculo Literario Simiente, colabora con propuestas de aprendizaje y proyectos culturales a través de la literatura para la construcción de una sociedad crítica y motivada por la lectura. Ha creado y dirigido talleres de poesía y escritura creativa para niños, jóvenes y adultos en las Casas Culturales “Casa Somos” ubicadas en el Cantón Rumiñahui auspiciadas por la Alcaldía de Quito. Diseña proyectos para la promoción de lectura y poesía los cuales ha ejecutado a través de la conformación de grupos de personas que tienen distintas finalidades pero confluyen en el interés de integrarse y enriquecer su conocimiento mutuamente. Ha participado como jurado invitado en concursos literarios de los colegios de la ciudad de Sangolquí en apoyo al fomento de la lectura.
En el año 2010 recibió el segundo lugar en el I (primer) Concurso de Poesía convocado por la Universidad Santo Tomás de Bogotá, con su poema “Paseo de Olla”, fue muy grato para ella recibir dicho premio porque la llenó de motivación para seguir escribiendo y hacer lo que verdaderamente satisface su espíritu: escribir poesía. Obtuvo el Premio Destaque Victoria de Montevideo –Uruguay en 2016, por la trascendencia de su obra, el aporte de su labor y la importancia de la misma, alto valor humano así como por el aporte a la comunidad cultural de la región. Le fue otorgado un reconocimiento por su destacada labor literaria por parte de Misión Social del Cantón Rumiñahui en 2017 y ha recibido felicitaciones y reconocimientos por parte del Gobierno Municipal Rumiñahui por su destacado aporte a la cultura en 2017 y 2018. Otro logro alcanzado, fue la publicación del libro "Fragmentos del Alma" el cual es una antología que recoge algunos poemas de cada uno de los 11 poetas del Círculo Literario Simiente y mismo que fue lanzado en Ecuador en mayo 2017. Poeta ganadora para ser incluida en la Antología Mundial de Poesía “100 Mujeres Poetas” a través del concurso con el mismo nombre convocado por la Editorial  9editores a nivel internacional, (2019).
Como coordinadora del grupo Entelequia Poética extensión Colombia, propuso estrategias para incentivar la creación poética y otros lenguajes del arte para ser mostrados en el exterior, entre ellas, convocatorias para concursos de poesía y pintura con el fin de generar identidad creativa y seguridad para mostrarlas.
Su poesía despliega un vitral que explora múltiples formas en el que se entrecruzan diversas tonalidades temáticas que no quieren caer en radicalismos pero en defensa de los componentes inherentes que hacen de la poesía un género genuino. Cada día se maravilla de las maniobras que se pueden lograr con el lenguaje, siente gran fascinación por la experiencia íntima y sensorial que aflora de la conjugación del lenguaje, en él, las palabras toman otras vidas que permiten descubrir y penetrar mundos lejanos e intangibles y revelar otros inexistentes.
RETORNO A TU RECUERDO
Y hoy, particularmente te siento cerca,
no sé por qué esta terquedad del olvido:
anoche viniste a posarte en mis sueños
para un nuevo intento de volver a amarnos
y que esta vez nuestro amor florezca,
pero no deja de ser un alto sueño
espigado en la punta de una montaña.
Insistes en congelar aquel suspiro,
ese instante en que la paz me envolvía entre tus brazos,
mientras la canción de Journey,
“Open Arms”, sonaba de fondo
y nuestro espacio iluminaba…
te aprieto con mi mente
en un inevitable acto involuntario,
y ese recuerdo no marchita.
¿Por qué reapareciste?
(infame sueño, fue del inconsciente su señuelo
que hizo reverberar los recuerdos).
¿Por qué llegaste a embargar mi paz, si estaba en su lecho refulgente?
¿será por ese agrio cielo de mi soledad
que hoy fatiga mi alma?.
Llegaste a desordenar mis versos
que ya habían dejado de amarrarse a las palabras de amor.
¿Por qué vienes a embargar mi paz otra vez?...
tu recuerdo que hasta ayer era pálido y humilde
se ha convertido en un Coloso de Rodas
sosteniendo sus enormes pies sobre mi mente.
Y mi corazón ahora se sienta en una roca
a derramar su sangre por las venas de las palabras.
Y ya no soporto verte dentro de mí,
no soporto no tenerte,
oscilas entre versos y recuerdos,
y como no puedo tenerte ni tocarte
me conformo con escribirte
porque es la única forma
que se ciñe a lo más cercano
de poder acariciarte.



LA NOCHE DEL POETA
Algo llama, algo toma del hombro al sueño y lo sacude,
la oscuridad prende sus luces… ya no es muda,
se despiea el insomnio, impetuoso,
plácido insomnio que entierra el sueño
y alumbra un soliloquio de madrugada;
con sonido de mar: suave, lento, a veces agitado,
se acerca la poesía.
Mientras suben al pensamiento,
las palabras vibran, cantan, se erizan
formando un ejército con marcha urgente
que buscan una salida
por las paredes del cuerpo.
Cada palabra salpica una estrella en el cielo enlutado,
una estrella, es cada palabra que nace,
las estrellas, son el reflejo de las palabras que se cantan,
las palabras, son el sol naciente del poeta,
su sol de madrugada
que elevan luz al firmamento.
Tiritan de frío, soledad, miedo, vacíos,
lamentos, ausencias, lejanías…
en fin, los nocturnos estallidos del alma.
¿Podrán imaginar este nocturno derroche de sensaciones
rondando hasta lo más intangible del cuerpo?...
El poeta se alimenta de la noche,
la noche sale de su ánfora oscura
e íntimos secretos le revela;
en la soledad de su oscuridad,
en la tranquilidad de su silencio sepulcral
se escucha así mismo,
se desliza al abismo de su ser,
explora y sale de sí mismo.
Sentado en su velero, el poeta navega
por las aguas del negro altamar
en busca de astros necios
que marcan los surcos de sus versos.
La noche es del poeta
la noche, sí, la noche
alma y fuente de palabras.
El desvelo en el silencio de la noche,
es plácido como el silencio,
es intenso como la noche,
mientras todo duerme,
todo calla,
la poesía se levanta.
Poesía Registrada en Derechos de Autor

Gracias  Magda Lara Castaño, poeta y escritora colombiana por compartir tu talento y tu persona con los lectores de este espacio de cultura, "una venía con mi sombrero"

Por Eugenia Castaño Bohórquez

sábado, 27 de junio de 2020

Vida libre de Violencias

Por el derecho a una vida libre de violencias

              



 

Promover el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia, creando condiciones para prevenir, atender, sancionar y erradicar la violencia contra las mujeres en cualquiera de sus manifestaciones y ámbitos, impulsando cambios en los patrones socioculturales

Reflexión