Reivindicar la madurez: ser mujer no tiene fecha de caducidad
En una sociedad que ha hecho del envejecimiento femenino un tabú, la frase “volverse señora” carga con una carga simbólica que va más allá de los años. El miedo a envejecer, a ser vista como menos deseable o invisible, no nace de nosotras, sino del mandato patriarcal que nos dicta que solo valemos mientras somos jóvenes, delgadas y “útiles”.
Esta imagen nos invita a reflexionar sobre ese miedo impuesto y a resignificarlo. Envejecer no es una pérdida, es una conquista. Las canas, las arrugas y la experiencia no nos restan valor: nos convierten en mujeres más sabias, libres y poderosas. Es tiempo de romper con la narrativa que nos quiere caducas y afirmar que cada etapa de la vida femenina tiene su belleza y su fuerza.
Ser mujer y envejecer no es un fracaso, es resistencia. Es tiempo de abrazar nuestra edad, nuestras transformaciones y de construir juntas una cultura que celebre a las mujeres en toda su diversidad y plenitud.
— Redacción 1+Uno Mujer
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