El óvulo selecciona los espermatozoides y no es «dócil» como las leyes de la genética suponían
PUBLICADO POR:MARÍA GOMOR
Hasta ahora, la ciencia había tratado el papel del óvulo en la fertilización como el de una actriz secundaria que solo espera que el protagonista hable para responder: «Sí, señor».
Hasta ahora, la ciencia había tratado el papel del óvulo en la fertilización como el de una actriz secundaria que solo espera que el protagonista hable para responder: «Sí, señor».
Un estudio realizado por el Instituto de Investigación Pacific Northwest, en Seattle, EE.UU., descubrió, sin embargo, que el óvulo no es una célula pasiva sino, por el contrario, que es capaz de escoger o rechazar a los espermatozoides de acuerdo a la carga genética del gameto masculino.
Es como si el óvulo evaluase la identidad del espermatozoide y estuviera activamente preparado para decidir entre «hoy no» y «hoy sí».
El óvulo elige al espermatozoide: qué evidencias hay
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La carrera de espermatozoides, pequeños y ágiles, para fecundar el óvulo es una de las imágenes más frecuentes estampadas en los libros de biología y en nuestro imaginario.
La investigación realizada por el científico Joe Nadeau agrega, sin embargo, una novedad fundamental en este escenario: el hecho de que el óvulo no es una célula dócil y sumisa durante el proceso de reproducción. El científico denominó a esa imagen como «fertilización genéticamente tendenciosa».
En entrevista al sitio especializado en ciencia Quanta Magazine, el investigador que ha desafiado a las leyes de Mendel explicó que, de acuerdo con las evidencias del estudio, el óvulo actúa como un reclutador y elimina de la carrera a los espermatozoides con genes inadecuados, todo con el objetivo de que la fecundación sea lo más saludable posible.
Es decir, la fecundación no es un evento aleatorio, y, en esta teoría, el óvulo puede preferir o evitar espermatozoides. Todo esto lleva la selección sexual a nivel celular a un nuevo nivel aún más complejo, tal como la elección entre las personas (y es el propio científico quien lo afirma).
«Es el equivalente a la elección de un compañero», explica Nadeau.
Estudio realizado con ratones comunes
Para llegar a estos resultados, el científico realizó el cruzamiento de un grupo de ratones machos con genes normales, con dos grupos de hembras, uno con genes normales y otro cargando artificialmente genes proclives a desarrollar cáncer de testículos, una de las formas más hereditarias de tumor.
En las primeras camadas aparecieron crías con genes aleatorios, de acuerdo con las leyes de Mendel.
En una segunda fecundación, Nadeau invirtió la distribución colocando hembras sanas a cruzarse con machos portadores de la copia del gen mutante. ¿La conclusión? Apenas 27 % de las crías presentaron el gen mutante del padre, cuando la estimación tradicional es que el 75 % naciera con la variación genética.
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