NO ES HORA DE CALLAR
En Colombia la mitad de los casos de acoso sexual son archivados
Investigadoras de la Unal rechazan acoso sexual a estudiante Lizeth Sanabria y piden que la apoyen.
Lizeth Lorena Sanabria denunció haber sido víctima de acoso sexual por parte de su profesor y director de la Maestría de Enseñanza de las Ciencias Exactas y Naturales, Freddy Alberto Monroy.
Foto:
Karla Pérez
Por: ELTIEMPO.COM
27 de abril 2018 , 05:35 p.m.
Lorenza Bordamalo, representante estudiantil ante el Observatorio de Asuntos de Género, solicitó a la Universidad Nacional que se investigue al profesor Freddy Alberto Monroy, acusado de acoso sexual, y dar todas las garantías para que Lizeth Sanabria pueda tramitar la denuncia, recibir acompañamiento y contar con el apoyo institucional.
“La Universidad Nacional es el centro de pensamiento más importante del país, líder en los estudios de género y en la movilización de la sociedad y las mujeres colombianas, por tanto, debe ser ejemplo de lucha contra todas las formas de discriminación y violencia”, dijo.
“La Universidad Nacional es el centro de pensamiento más importante del país, líder en los estudios de género y en la movilización de la sociedad y las mujeres colombianas, por tanto, debe ser ejemplo de lucha contra todas las formas de discriminación y violencia”, dijo.
“El acoso sexual es nuestros campus es inaceptable. La denuncia y la atención integral ante estas agresiones son derechos de toda la comunidad universitaria, amparados en la Constitución y las leyes, establecidos además en el Protocolo para la Prevención y Atención de Casos de Violencias Basadas en Género y Violencias Sexuales, una conquista de la movilización democrática de la comunidad universitaria, que es necesario defender y exigir su implementación”, agrega.
Por su parte, la abogada Viviana Benavides Herrera, coordinadora de la línea de investigación en Derecho Penal y Estudios de Género de la Universidad Nacional de Colombia, señala que aunque en Colombia el acoso sexual fue tipificado como delito desde el 2008, la justicia no ha actuado de manera efectiva y muchas denuncias terminan archivadas.
El observatorio encontró que, según datos de la Fiscalía, en estos 10 años se han denunciado 11.518 casos. De estos han sido archivados 5.702 (49 por ciento). Por su parte, hay 78 sentencias condenatorias y 23 absolutorias.
Benavides advierte que en el caso de la joven estudiante de la Universidad Nacional, Lizeth Lorena Sanabria, hay una prueba contundente que es el video y pide que la institución además de la investigación disciplinaria apoye la denuncia penal ante la Fiscalía.
“Se activó la ruta en la universidad, que es la investigación disciplinaria, pero de debe también brindar asesoría para que la víctima denuncie en la Fiscalía y se avance con celeridad en el caso”, dice.
Benavides indica que el acoso sexual “es una forma de violencia física y psicológica en la que el país no ha tomado conciencia del delito. No se les cree a las víctimas y a ello se suma que los victimarios tienen condición de poder o de autoridad sobre la misma en entornos laborales o escolares. La víctima no denuncia por temor a ser despedidas o expulsadas”.
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El observatorio encontró que, según datos de la Fiscalía, en estos 10 años se han denunciado 11.518 casos. De estos han sido archivados 5.702 (49 por ciento). Por su parte, hay 78 sentencias condenatorias y 23 absolutorias.
Benavides advierte que en el caso de la joven estudiante de la Universidad Nacional, Lizeth Lorena Sanabria, hay una prueba contundente que es el video y pide que la institución además de la investigación disciplinaria apoye la denuncia penal ante la Fiscalía.
“Se activó la ruta en la universidad, que es la investigación disciplinaria, pero de debe también brindar asesoría para que la víctima denuncie en la Fiscalía y se avance con celeridad en el caso”, dice.
Benavides indica que el acoso sexual “es una forma de violencia física y psicológica en la que el país no ha tomado conciencia del delito. No se les cree a las víctimas y a ello se suma que los victimarios tienen condición de poder o de autoridad sobre la misma en entornos laborales o escolares. La víctima no denuncia por temor a ser despedidas o expulsadas”.
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