Pobreza, desigualdad y sacrificio: cómo es cumplir XV años en Colombia en 12 fotografías
“Quinceañera” es una serie que aborda la realidad de las familias que gastan todo lo que tienen –y también lo que no– para organizar los quince años de sus hijas de acuerdo a la tradición, a pesar de que el esfuerzo y trabajo de años se evapore en una sola noche.
¿Con qué sueña una niña de XV años?
En el imaginario latinoamericano, la respuesta parece reducirse a una fiesta inolvidable acompañada de un banquete con servicio de fotografía y video, música en vivo, limusina y todo aquello para que la festejada sea el centro de atención. La celebración de los quince años es una costumbre que se extiende por México, Venezuela, Perú y otras latitudes latinoamericanas; una presentación formal a la sociedad que según quienes la practican, marca la transición de niña a mujer de la festejada.
Al margen de las distintas lecturas críticas que desvelan el machismo que se circunscribe a los elementos simbólicos del festejo, la realidad económica de un sinfín de familias detrás de una fiesta cuya opulencia es siempre deseable, contrasta con su día a día.
La festejada es ataviada con un vestido que emula la moda de las cortes dieciochescas europeas, generalmente de color pastel. Los ejes temáticos que acompañan la celebración van desde el ideal de princesas de Disney, hasta los espectáculos circenses, el cabaret, o alguna película de moda.
Delphine Blast es una fotoperiodista francesa que se dedica a examinar la realidad a través de la fotografía documental y el reportaje. En 2014 decidió comenzar una serie de reportajes sobre América Latina y uno de los temas que llamó poderosamente su atención fue el festejo de quince años al sur de Bogotá, una de las zonas donde la desigualdad en la distribución de la riqueza es más visible en la capital colombiana.
De su visita nació “Quinceañera”, una serie que aborda la realidad de las familias que gastan todo lo que tienen –y también lo que no– para organizar los quince años de sus hijas de acuerdo a la tradición, a pesar de que el esfuerzo y trabajo de años se evapore en una sola noche.
Los padres de Brenda se encargan de reciclar desechos. Durante tres años y medio, ahorraron para la celebración de quince años de su hija, que tuvo 150 invitados y un costo cercano a los 3 mil dólares. Brenda sueña con ser médico cirujano algún día.
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Karen vive con su madre, que trabaja como secretaria y pidió un préstamo al banco, además de ahorrar durante un año para hacer realidad la fiesta de quince años de su hija. El costo del evento ascendió a mil 500 dólares con 85 invitados. En el futuro, Karen quiere ser doctora.
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Cuando era joven, la madre de Natalia no tuvo la oportunidad de celebrar sus quince años. Para ella, resulta muy importante organizar una fiesta inolvidable en el XV aniversario de su hija. «Es algo que pasa sólo una vez en la vida», afirma antes de la celebración, que contó con un centenar de invitados.
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