Los desafíos de las mujeres cuidadoras del medioambiente: 'vacunas' y amenazas de grupos armados ilegales
Este fue el 'Conversatorio con mujeres sobre visiones territoriales de la biodiversidad', en la Zona Verde de la COP16, en Cali.
En medio del barro de ese manglar que cubre siete hectáreas en una zona recóndita de Tumaco, en la costa Pacífica de Nariño, Gelen Daniela Caralí tararea una canción sobre la comida. "La comida tiene sus vitaminas, yo vi, yo viii". A unos metros suyos y también con botas pantaneras están otras piangüeras. Son Silvia Magnolia Ordóñez y Adriana Celmira Castillo.
A diario suelen cantarles a los manglares "También les contamos historias, ellos sonríen, ellos hacen brisa, se está viendo que están contentos". Son palabras de Adriana Celmira, quien con sus compañeras de jornada es una de las guardianas de uno de los ecosistemas fundamentales para la vida en sus primeras etapas de diferentes peces.
Ella se dedican a 'piangüar' o a 'conchar', como le dicen a esta actividad para desenterrar aquel molusco de dos valvas o piezas duras que constituyen la concha de esta especie marina.
Mientras estaban en su día a día, a 662 kilómetros de este puerto en el extremo suroccidental de Colombia hasta Cali, fue durante el 'Conversatorio con mujeres sobre visiones territoriales de la biodiversidad', de este 22 de octubre en la Cámara de Comercio de Cali, dentro de la Zona Verde de la COP16, donde la directora de la Confederación Mesa Nacional de Pesca Artesanal de Colombia, Adriana Rocío Cadena, señaló al auditorio de ciudadanos, los retos que enfrentan esas cuidadoras del medioambiente. No solo están los riesgos de animales de morder a las piangüeras porque extraen el molusco con sus propias manos, sino por depredadores mayores: los de fusiles y armas de corto de alcance.
Son esos actores armados que operan con fuerzas del narcotráfico para explotar la tierra, a través de la minería ilegal y la destrucción de selva para abrir carreteras que lleven droga en dirección a las aguas del Pacífico. En esta zona del país está: la 'Segunda Marquetalia', por ejemplo, y disidentes bajo el mando de 'Iván Mordisco'.
Estos grupos ilegales vienen imponiendo 'vacunas' o extorsiones a pescadores, entre hombres y mujeres, aunque estas últimas en una mínima proporción o inclusive por esa presencia de estas bandas criminales les queda imposible salir por horas a sus faenas. Algunas mujeres han tenido que cambiar de actividad. Pero también arrastran otra cruz y es la del machismo, pues económicamente, en los mercados nos les reconocen lo que realmente vale su trabajo. No las toman en serio por ser mujeres. De alrededor de 250.000 pescadores artesanales de todo el territorio colombiano, solo el 20 % son mujeres. Claro está que el 90 % de quienes se dedican a 'pianguar' son mujeres.
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