Las mujeres y su papel protagónico en la revolución científica
Según la hoy Ministra de esa cartera, los primeros hallazgos revelaron desigualdades estructurales y grandes brechas de género, que se profundizan aún más por las condiciones étnicas, raciales o territoriales de las mujeres.
“Esto nos llevó a diseñar el Programa Orquídeas, que lo que busca es fortalecer la investigación científica y el liderazgo en la estructuración de proyectos desde la perspectiva de género, vinculando a mujeres desde sus diversidades culturales y territoriales para, de esta manera, consolidar la creación de un nuevo sistema de saber, donde las mujeres –a partir de sus conocimientos, proyectos de investigación y formación académica– aportan a dar respuestas a los grandes desafíos que tenemos como país”, precisó Olaya.
Hasta el momento, van dos cohortes de esta iniciativa, con una inversión estimada de $49.000 millones; más de 500 mujeres, doctoras y jóvenes investigadoras hacen parte de esta estrategia y para muchas de ellas constituye su primera experiencia de inserción en el mercado laboral, lo que demuestra cómo el programa dignifica la labor de las mujeres en la ciencia y ayuda a romper los estereotipos y desigualdades de género en el mundo científico.
Para la Ministra de Ciencia, la afirmación de que “la revolución científica es con las mujeres”, como se llamó el foro realizado ayer por esa cartera ministerial en asocio con EL TIEMPO y Portafolio, se soporta en que “las mujeres somos cuidadoras de la vida. El cuidado de la vida se concibe como la capacidad de entender la complejidad de la sociedad desde posicionamientos políticos diversos y divergentes, pero la capacidad para dar respuestas a partir de la creatividad, la innovación y la experiencia académica”.
Por eso, en medio de la revolución científica –donde emergen nuevas tecnologías y respuestas científicas en torno a las problemáticas que hay en Colombia– Olaya Requene considera que es importante poner en el centro del debate las brechas de género en el mundo científico y, a partir de esto, generar las condiciones y las plataformas de inserción laboral para dignificar el trabajo de las mujeres en la ciencia, así como promover el desarrollo de sus carreras científicas para que hagan parte de la toma de decisiones en todos los sectores productivos de la vida social.
Otros proyectos de impacto para las mujeres
En el conversatorio, Velky Katerine Ahumada Contreras, doctora del Programa Orquídeas de MinCiencias, hizo referencia a otra iniciativa hecha por mujeres para las mujeres y que tiene como fin beneficiar a las campesinas, madres cabeza de familia que han sido víctimas de la violencia y que residen en el municipio de San Juan Nepomuceno, localizado en los Montes de María (Bolívar).
“Aquí se busca el aprovechamiento de los residuos agroindustriales que se generan del corozo (fruta de la región), para extraer compuestos activos, como los polifenoles (que tienen diferentes propiedades beneficiosas para la salud) y que pueden ser utilizados en la fabricación de vino para la creación de alimentos funcionales. Así que el objetivo es ayudar a estas mujeres que ya están produciendo vino artesanal a partir del corozo y obtener esos compuestos de valor agregado, aportando nuestra experiencia en el campo de la química farmacéutica para que puedan mejorar sus productos”, resaltó Ahumada.
A su turno, Mayda Alejandra Calderón, doctora del Programa Orquídeas, hizo referencia al proyecto que vino a liderar al país, tras una larga estadía en Londres, y que se denomina Innovapaz. Se trata de un laboratorio de cocreación económica y busca empoderar a diversas comunidades que históricamente han sido marginalizadas y han sufrido el flagelo de la violencia.
“A través del emprendimiento, lo que buscamos es empoderar a mujeres, a personas pertenecientes a comunidades étnicas, víctimas de la violencia, con discapacidad, miembros de la comunidad LGTBI y reinsertados. La idea es que ellos traigan sus conocimientos ancestrales y nosotros –desde la Facultad de Ciencias Económicas de la Universidad Nacional les vamos ayudar a crear nuevos emprendimientos formales”, aseveró Calderón.
Por otra parte, desde el departamento del Cauca, Ivón Natalia Cuervo Fernández, doctora del Programa Orquídeas de MinCiencias, explicó su proyecto sobre el derecho humano a la alimentación. "Problemas complejos como los que se viven en nuestro territorio necesitan respuestas y trabajo multidisciplinario, por lo que desde la Unicomfacauca –específicamente desde el programa de Ingeniería Agroambiental– estamos haciendo asistencia técnica, social y agrícola a una comunidad en El Tambo, caracterizada por los problemas de narcotráfico, conflicto armado y el aislamiento, que impide la comercialización de sus producto".
Sin embargo, este municipio es el principal productor de chontaduro en el país, por lo que muchas familias dependen de este producto. Lamentablemente, una buena parte de las ganancias se queda en los intermediarios. Esto llevó a que Cuervo, junto con las empresas que les compran la fruta, se propusieran ayudarles a reducir esa intermediación y las brechas para que puedan tener un comercio justo; fortalecer los circuitos cortos de comercialización y ayudar a las familias para que tengan mejores productos, se maneje la inocuidad, la diversidad, la disponibilidad de esos productos tan nutritivos, que incluso pueden remplazar proteínas, además de que su cáscara se puede usar en la alimentación animal con este producto milenario.
De acuerdo con la Ministra de Ciencia, Tecnología e Innovación, Yesenia Olaya Requene, el Programa Orquídeas se articula por medio de misiones puntuales, con objetivos específicos, para transformar la economía, los modelos productivos y la construcción de la paz total.
"En ese sentido, en este programa hemos desarrollado tres líneas de trabajo: la misión de bioeconomía para la caracterización y aprovechamiento de la biodiversidad cultural, lo que nos permite potenciar la generación de una economía popular a partir de los bioproductos y bioinsumos para que también se conviertan en plataformas de movilidades económicas y así reducir las violencias estructurales que se viven en gran parte de las regiones colombianas”, anotó la Ministra.
Igualmente, con las mujeres científicas, se trabaja en la implementación de la misión del derecho humano a la alimentación donde, a través de la ciencia, se reactiva la producción de alimentos en el país, se garantiza la soberanía alimentaria y que esta iniciativa sea el vehículo para transitar de las economías ilícitas a las lícitas.
A estas se suma la misión de ciencia para la paz que parte de un objetivo muy importante, de acuerdo con la Ministra, crear las tecnologías para la no repetición del conflicto armado, es decir, reactivar los procesos pedagógicos de desarrollo tecnológico para sanar las memorias de la guerra, crear otras alternativas de vida y contribuir a la implementación de los acuerdos de paz.
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