Imagen con fines ilustrativos de monturqueza |
Mereces una vida donde puedas respirar hondo sin miedo, donde el descanso no sea un lujo, y donde nadie te obligue a tragarte el enojo.
Porque sí, también tienes derecho a la rabia.
Al enojo, a la indignación, a gritar cuando algo duele.
No eres menos por sentirlo.
Eres humana.
Eres cuerpo que ha resistido, voz que ha sido callada, corazón que ha seguido latiendo incluso en medio del caos.
Sanar no es callar.
Sanar es mirar de frente, reconocer lo que dolió y, elegirte.
Ir hacia dentro y encontrar algo más profundo: una paz que no significa rendirse,
sino habitarte entera, sin culpa.
Encontrar la paz en un mundo que nos quiere agotadas no es rendirse.
Es resistir.
Es cuidarse.
Es revolucionarse desde adentro.
Grecia Avalos
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