viernes, 10 de noviembre de 2017


Desigualdad, otra agresión a mujeres


POR VÍCTOR ANDRÉS ÁLVAREZ C.

derechos humanos -  Mujeres

Foto: Edwin Bustamante Restrepo 

Un acercamiento físico no consensuado, un comentario obsceno o los obstáculos para que una mujer llegue al cargo más alto en una empresa son formas de violencia contra ellas y que autoridades, empresas, organizaciones sociales y academia se propusieron erradicar.
El panorama de vulnerabilidad femenina, según reporta el Gobierno Nacional y la Secretaría de la Mujer de Medellín, es amplio y refleja una dramática condición: cada día en Colombia 118 mujeres son agredidas físicamente por su pareja y 48 sufren violencias sexuales (ver gráfico).
Sin embargo, más allá de los puñetazos, patadas o golpes con la cabeza que algunos hombres ejecutan contra ellas, hay agresiones que también representan violencia, como la discriminación laboral o el acoso sexual, intimidaciones que, incluso, suceden fuera del hogar, por ejemplo en las vías públicas y en los lugares de trabajo.
Valeria Molina, secretaria de las mujeres de Medellín, comenta que la apuesta es cambiar el arraigo cultural de los “piropos” y “toques” por parte de hombres a las mujeres, así como a desmitificar la percepción, de algunos empleadores, de que la mujer es menos capaz que un hombre para desempeñar determinado oficio.
“A ninguna mujer le gusta que un hombre diferente a su novio o esposo la abrace, bese o le diga un piropo. El único que tiene derecho a hacerlo es la pareja, de resto nadie más, porque es acoso, y eso se volvió normal en Medellín”, sentencia, en tanto añade que para socializar esa problemática se realizarán cinco encuentros con empresarios y mujeres en diferentes sitios de la ciudad.
Un clamor por la igualdad
Las cifras que justifican la alerta por la persistente discriminación laboral hacia las mujeres están sustentadas en que, según Molina, el desempleo femenino en el país es cuatro puntos porcentuales más alto en las mujeres (14,4 %) y la desigualdad, con respecto a los hombres, se representa en un 20,2 %.
“Generalmente, las mujeres son quienes tienen a su cargo el cuidado de los niños, eso hace que haya desventajas a la hora de la vinculación laboral. Además, pocas mujeres tienen cargos directivos en las empresas, esa situación es la que conocemos como techo de cristal (limitación velada del ascenso laboral para las mujeres al interior de las organizaciones)”, señala Molina.
Otro dato que destaca la Alcaldía como sustento de la inequidad en las oportunidades laborales, es el de que en la ciudad por cada cuatro hombres con título universitario hay cinco mujeres graduadas, “lo que permite inferir que hay una oferta femenina capacitada para acceder al mercado laboral”, dice Molina.
Les pagan menos
Para Raúl Cardona, jefe de pregrado en Finanzas, de la Universidad Eafit, es una tendencia a nivel mundial que sea más difícil el acceso de la mujer a determinados empleos y cuando obtienen los puestos de trabajo las condiciones salariales son diferentes a las de los hombres.
“Una de las razones por las que se mantiene ese paradigma es que a la mujer se le ve como si fuera más sensible a los imprevistos del hogar (atención de sus hijos, su salud, la maternidad). Además, algunos empleadores ven una limitante de la mujer para un cargo directivo la disponibilidad para viajar, porque en ocasiones ellas mismas manifiestan impedimentos para ausentarse de su hogar”, apunta.
Cardona destaca del perfil profesional de la mujer que es organizada, disciplinada y recursiva, capaz de cumplir en diferentes frentes de trabajo y con un buen trato a los demás.
Con el fin de propender para que exista igualdad en las oportunidades laborales para mujeres y hombres, el Gobierno Nacional viene socializando el decreto 2733 del año 2012, que crea beneficios tributarios a las empresas que vinculen a mujeres víctimas de violencias.
Catalina Arbeláez, de la Organización Internacional de las Migraciones, que junto al Ministerio de Trabajo pone la lupa a temas de discriminación y erradicación de violencias femeninas, explica que los empleadores que ocupen trabajadoras víctimas de ese flagelo, al declarar renta ante la Dian podrán reportar el 200 % más por concepto de nómina, para que al final le sea deducido en el valor a pagar.
“Con estos beneficios buscamos la autonomía de las mujeres, eso evita que sigan siendo víctimas de violencias, ya sea sicológica, sexual, económica o física. Le queremos hablar al sector privado sobre esta oportunidad en la que ganamos todos”, revela.
La funcionaria lamenta que la situación de agresiones contra las mujeres siga siendo alta y agrega que la solución a esa tendencia está en una transformación masiva que comienza con estrategias como la de incluir a las empresas para que vinculen más a las mujeres.
“También es un llamado a las empresas para que identifiquen cómo están contratando, qué condiciones les dan a las mujeres y qué políticas tienen para evitar las violencias hacia ellas dentro de las organizaciones”, concluye.

EN DEFINITIVA
Existen formas de violencia a hacia la mujer que no son necesariamente físicas. Activistas piden mayor atención hacia cualquier tipo de acto que represente discriminación femenina.

CONTEXTO DE LA NOTICIA

ANA MILENA RESTREPO
Colectivo Ojibrotadas
“Medellín no está hecha para las mujeres. Es una ciudad que de 24 horas, 12 están vedadas para nosotras. Preferimos caminar por la calle que por aceras, porque es mejor que nos pise un carro a que nos violen. Los piropos son violentos. No vamos por la calle gritándole a un hombre lo que se nos ocurra sobre sus genitales. No importa si estamos 10 mujeres juntas, los hombres creen que estamos solas”.

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