viernes, 2 de febrero de 2018




Júlia Bertran: “El amor romántico es un modelo basado en la desigualdad de género”




 

La autora del libro ‘Amar y timar’ defiende que el feminismo es imprescindible para que el mundo sea más habitable, justo y alegre


A Júlia Bertran no le gustan las etiquetas. Esta periodista cultural acaba de publicar Amar y timar (editorial Bridge), un libro que plantea muchas preguntas relacionadas con el “amor romántico, la cultura monógama, la familia tradicional, el código binario de género y sus roles sexistas”. Preguntas para intentar responderse a sí misma y que, de paso, todos los lectores puedan también cuestionarse estos aspectos de la vida.
El hilo conductor de Amar y timar son unas ilustraciones realizadas con acuarela de trazos sencillos y un lenguaje profundamente explícito que reflejan las cuestiones que Bertran nos plantea. Las ilustraciones se conectan, al final, con las conversaciones que la autora mantiene con Mari Luz Esteban, Brigitte Vasallo, María Riot, Coral Herrera, el Niño de Elche, Carolina del Olmo y Teo Pardo, figuras que la ayudan a darle forma a sus preguntas y le otorgan otras perspectivas de respuesta.
Júlia Bertran es periodista cultural  y autora e ilustradora del libro 'Amar y timar' (Bridge)
Júlia Bertran es periodista cultural y autora e ilustradora del libro 'Amar y timar' (Bridge) (Júlia Bertran)
¿Qué representa la ilustración en tu vida?
Empezó como un ‘hobbie’ y descubrí que dibujando podía parar el ruido de la mente y concentrarme durante horas en el papel. Dibujando pierdo el mundo de vista, eso tan difícil de conseguir cuando tienes un smartphone al lado. En una etapa movidita sentimentalmente, comencé a dibujar a diario. Fue terapéutico. Me ayudaba a ordenar ideas, dar forma a sentimientos confusos y a desdramatizar, a reírme de mí misma. En las ilustraciones que hago, el humor es tan importante como las acuarelas, o más.
En el libro hablas de unos modelos convencionales ¿Cómo te das cuenta de que tu vida está rodeada de dichos estereotipos?
Por incomodidad. No entendía por qué tenía que seguir unas normas tan asfixiantes cuando estaba en pareja. Me atraían otras personas, quería follar con ellas, mis amigos eran tan o más importantes, no quería tener hijos, la idea de convivir o de compartir el resto de mi vida con alguien tampoco me ilusionaba, no tenía celos, necesitaba espacio…vaya, un desastre que me colmaba de culpa. Llegué a pensar que no sabía querer, que no sabía comprometerme. “Pareces el chico de la pareja”, me habían dicho en varias ocasiones. Eso me hizo pensar. Ellos sí que pueden querer así, ¿pero nosotras no? Me puse a leer sobre el tema, a dibujar, y a entender que el amor es una construcción cultural llena de estereotipos artificiales y patriarcales, necesarios para sostener esta sociedad tan desigual que tenemos.

El amor es una construcción cultural llena de estereotipos artificiales y patriarcales, necesarios para sostener esta sociedad tan desigual que tenemos”

¿Cómo nos enfrentamos a estos modelos? ¿Nos das algunos consejos?
¡Ui, no! Mi última intención con este libro es dar consejos. La idea es plantear preguntas y más preguntas: ¿realmente hemos escogido la manera en que amamos? ¿Y en que follamos? ¿Nuestra identidad y expresión de género? Yo creo que la mayoría no. Pero hemos naturalizado el relato único del amor romántico. Por eso digo que es la mejor campaña publicitaria de la historia. Nos han hecho creer que escogemos nosotros. Sobretodo a aquellos que más o menos encajamos en el modelo hetero y monógamo. El colectivo LGTBI, por ejemplo, ha tenido que ser crítico por narices con el sistema que es claramente violento con ellos.
Vamos a las entrañas, ¿cómo afecta el amor romántico a las mujeres?
Me quedo con una frase de la feminista Kate Millet: “el amor es el opio de las mujeres. Mientras nosotras amábamos, ellos gobernaban.” El amor romántico es un modelo basado en la desigualdad de género y a las mujeres nos educan para que sea el centro de nuestra existencia. Te imaginas que las pelis hubieran puesto la épica en chicas que paralizan desahucios con la PAH, ¿quieren gobernar países o disfrutar sin prejuicios de su sexualidad y no en encontrar el amor que dará sentido a sus vidas? Nuestras aspiraciones serían otras ahora. La socialización de los hombres no tiene el amor como tema central. Por eso, si llegan a la madurez solteros, son unos “fuckers”, mientras que las mujeres somos unas “losers”, como sintetizo en una ilustración. Además, el modelo del amor romántico contribuye a la dependencia emocional de las mujeres y es el germen de la violencia machista.
Una de las ilustraciones del libro de Júlia Bertran 'Amar y timar' (Bridge)
Una de las ilustraciones del libro de Júlia Bertran 'Amar y timar' (Bridge) (Júlia Bertran)
¿Qué papel debe tener el feminismo en la sociedad actual? ¿Crees que está aumentando su repercusión?
Si queremos que este mundo sea un poco más habitable, justo, alegre…el feminismo es imprescindible porque es un movimiento que quiere erradicar todas las formas de opresión y violencia generadas por el patriarcado. No creo que haya nada más revolucionario. Para mí el feminismo no se trata de conseguir los mismos derechos y oportunidades que los hombres para entrar en su mundo podrido, se trata de cambiarlo desde los cimientos. Y sí, parece que está de moda, vemos la palabra impresa en camisetas del Zara o en bolsos de Gucci. Pues…ni tan mal. Creo que es preferible esto al desprestigio que vivía hace escasos años. Pero para que el feminismo no se reduzca a un eslogan, y se neutralice su fuerza, tiene que llevar una ‘S’ final: feminismos. Para mí, sólo tiene sentido si es un movimiento colectivo que lucha por cambiar este sistema machista, racista y clasista. El feminismo me hizo consciente de las opresiones que van en el pack “mujer”, pero también de los privilegios que tengo por blanca, de clase media, treintañera, cuerpo normativo y sin ninguna discapacidad (aparente).

Para mí el feminismo no se trata de conseguir los mismos derechos y oportunidades que los hombres para entrar en su mundo podrido, se trata de cambiarlo desde los cimientos”

“El amor es un timo minuciosamente orquestado” ¿y ya está?
No, claro que no. Pero el amor entendido como un conjunto de emociones y sentimientos maravillosos, ya nos lo han explicado en incontables ocasiones. El amor no se piensa, se vive. Nos han dicho. Sí, claro, y luego nos endosan un modelo amoroso injusto que es la base de una sociedad injusta. Nos han hecho creer que si las relaciones no funcionan o nos frustran, es debido a problemas individuales y privados que se solucionan con terapias, cenas románticas o drogas duras. Eso ha hecho que no pensemos críticamente el amor. Por eso he querido abordar el amor desde lo político. El amor marca la manera de relacionarnos con la pareja, pero también con los vecinos, familiares y amigos. Marca cómo criamos a nuestros hijos, la división sexual del trabajo, la gestión de los cuidados. Las relaciones de poder que se desarrollan en el ámbito privado sustentan las del ámbito público.

Nos han hecho creer que si las relaciones no funcionan o nos frustran, es debido a problemas individuales y privados que se solucionan con terapias, cenas románticas o drogas duras”

La maternidad está siendo, últimamente, muy cuestionada ¿a qué crees que se debe esto?
¡Es tan necesario este cuestionamiento! Hasta ahora se había sublimado la idea de maternidad y de familia tradicional. Pero luego la realidad de la maternidad es otra: no es nada fácil criar hijos en esta sociedad tan individualizada. La conciliación de vida personal y laboral es una quimera y la madre se siente sola, cansada, desbordada, poco ayudada. Siempre culpable: si trabaja, porque no está suficientemente con su hijo; si no trabaja, porque está abandonando su vida profesional. Un sentimiento inédito en el hombre. El trabajo no remunerado de cuidar a críos, ancianos o enfermos genera mucho estrés en las mujeres. Un trabajo que, si tienen capacidad económica, podrán traspasarlo…¿a quién? A otra mujer, de clase social más baja, seguramente migrada. Como siempre, el eslabón más vulnerable es el más perjudicado.
Hablemos ahora de la estructura… Ilustraciones y diálogos forman el libro, ¿qué vino primero?
La génesis fueron los dibujos. Pero a medida que iba leyendo y conversando con las personas que colaboran en el libro, iba aprendiendo y dibujando. Así que al final está todo muy mezclado. Hay dibujos que beben directamente de las entrevistas, otros de la observación de mi entorno y otros, pura víscera.
Una de las ilustraciones del libro de Júlia Bertran 'Amar y timar' (Bridge)
Una de las ilustraciones del libro de Júlia Bertran 'Amar y timar' (Bridge) (Júlia Bertran)
Mari Luz Esteban, Birgitte Vasallo, María Riot, Coral Herrera, Niño de Elche, Carolina del Olmo y Teo Pardo ¿por qué ellos? ¿Qué te enseñaron y cómo contribuyeron a la composición del libro?
Todos ellos desafían de alguna manera lo que entendemos por normalidad. Aquello normativo. ¿Cómo se quitaron de encima la presión de las expectativas sociales y de género para abrir caminos? Carolina del Olmo: que cuidar puede molar, que somos vulnerables e interdependientes toda la vida, que hay que cuidar a quien te cuida. Brigitte Vasallo: que la fidelidad no tiene nada que ver con el sexo, sino con situar el cuidado y la paciencia en el centro. Mari Luz Esteban: que el amor no es lo más importante, que la solidaridad, la justicia y el apoyo mutuo son también cruciales. Teo Pardo: que en la normalidad no encaja nadie. Y así…
Después de ‘Amar y timar’ ¿sigues en un festival de contradicciones?
Es un festival eterno, me temo. Creo que son contradicciones que compartimos los de mi generación: queremos amar libremente pero nuestros educación sentimental es otra, bastante casposa. Yo crecí con Bon Jovi y Sensación de Vivirme encantaría decir que a los 15 ya escuchaba Bikiny Kill y leía Simone de Beauvoir, pero no. Y he asumido que eso me conforma. Además, con el hiperconsumismo y la hiperconnectividad, el amor hoy no es más libre si no que se ha liberalizado, como dice la filósofa Marina Garcés. Y añade que se han multiplicado las opciones, pero que hay mucha miseria afectiva también. Las contradicciones están servidas.

Las contradicciones que vivo creo que las compartimos los de mi generación: queremos amar libremente pero nuestros educación sentimental es otra, bastante casposa”

¿Qué esperas que provoque el libro o qué ha provocado ya?
Mi deseo húmedo seria poder irme de birras con todos aquellos que lo han leído y compartir visiones, experiencias, sentimientos y proyectos de futuro…Y seguir aprendiendo. Pero por ahora las reacciones son muy emocionantes: muchas chicas se sienten identificadas, ponen palabras a sus contradicciones, ven que no están solas…¡eso me dicen! Y también hombres me lo han dicho. A ver si llegan esas cañas. Y hablamos con más normalidad del amor desde lo político y no desde el chismorreo.


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