«Se hace creer que las mujeres son iguales que los hombres. ¿No estás convencido de que las hijas también pueden ser heróicas?» —Wang Zhenyi
«¿Mujer genio?, ¿cómo es eso?, ¿ y mejor que Da Vinci? ¡Imposible!», es lo que piensa un lector habitual. Pero al leer el resto de la historia, entenderá por qué sus prejuicios no tienen cabida en la realidad, y que desconoce a una de las mentes más geniales de todos los tiempos.
Entre sus logros intelectuales como astrónoma está haber demostrado el movimiento de los equinoccios y el cálculo exacto de sus movimientos. Su incansable observación del Sistema Solar le hizo recopilar estudios sobre los planetas y el astro luminoso. Entre los doce libros que escribió en este campo del conocimiento se encuentran; Sobre la longitud y las estrellas, así como, Sobre la explicación de los eclipses lunares y Sobre la procesión de los equinoccios.
Las personas que conocían su matrimonio se indignaban por lo diferente que era del resto: ella no dejaba de escribir ni investigar; continuaba tomando transgrediendo las leyes feudales de la época. El fatal e inexorable destino se llevó la vida de esta mujer cuando apenas tenía 29 años. No tenía hijos, pues había dedicado toda su vida a sus pasiones intelectuales.
Como científico, ingeniero, botánico, músico inventor y artista, Da Vinci gozó de una inmejorable fama mundial desde el siglo XVI, Wang Zhenyi fue borrada de la historia; como muestra, quizá esta es la primera vez en la vida que escuchas algo sobre ella. Fue hasta 1994, cuando Unión Astronómica Internacional “bautizó” con su nombre a un cráter en el planeta Venus.
El reconocimiento a la labor de esta mujer genio, resulta quedar en otro planeta, mientras en este ignoramos por completo la magnitud de sus aportes y su amor por el conocimiento.
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