En medio de las celebraciones, los homenajes y los mensajes de amor, también es necesario hacer una pausa y mirar con ternura a quienes viven este mes con dolor, con nostalgia o con preguntas sin respuesta.
Este mensaje es para quienes han perdido a su mamá, para quienes anhelan ser madres y aún no lo logran, para quienes cargan con culpas, para quienes no tienen una relación sana con su madre o para quienes han vivido la pérdida más profunda: la de un hijo o una hija. También es para quienes sienten que no son suficientes como mamás.
Porque el Día de la Madre no solo es flores y sonrisas, también es espacio para abrazar el silencio, las ausencias y las heridas.
Hoy, más que celebrar, nos damos el permiso de acompañar.
No estás sola. Este abrazo también es para ti.
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