jueves, 6 de mayo de 2021

Mujer y Medio Ambiente

Lucy, una mujer que cultiva amor y buenas prácticas ambientales en San Cristóbal


Luz Esperanza es la fundadora de las iniciativas ‘Luceros del amanecer’ y ‘Red amigos del Zuque’. Imagen: cortesía

En la localidad de San Cristóbal hay una mujer que con una gran huerta comunitaria y su inigualable alma de servicio contribuye a la protección del medioambiente y les ofrece un espacio de esparcimiento y aprendizaje a adultos mayores y niños. Su nombre es Luz Esperanza Chois, o simplemente ‘Lucy’, como la conocen en la zona.
 
En una casa ubicada en el barrio Moralba, la cual era propiedad de sus abuelos, esta mujer adecuó un área para que las personas de su comunidad siembren aromáticas, hortalizas, frutas y tubérculos y compartan saberes. Además, a través de la iniciativa de voluntariado ‘Red amigos del Zuque’, organiza jornadas de limpieza, recorridos ecológicos y actividades de educación ambiental. 
 
Su trabajo comunitario comenzó hace 14 años cuando dejó a un lado sus labores como administradora de un almacén por problemas de salud. Tras retirarse, empezó a buscar ideas para invertir el tiempo libre y se encontró con que las obras sociales y la protección de la naturaleza eran las mejores maneras de hacerlo.
 
Aunque nació y creció en la capital, sus abuelos y padres le inculcaron el amor por la naturaleza y las costumbres del campo desde que era una niña. Su mamá era una mujer boyacense que solía sembrar sus propios alimentos en la casa, y su papá, un hombre de Cantón (China), que llegó a probar suerte al país a principios del siglo XX y se quedó hasta el final de sus días acompañando a su esposa en estos quehaceres y enseñándoles a sus hijos.
 
Volver a nuestras raíces ancestrales, coger la tierra, tener un espacio para compartir con muchas personas y valorar todo lo que tenían los abuelos fue especial para mí”, cuenta esta bogotana mientras recorre la huerta.
 
Lucy es la precursora del grupo ‘Luceros del amanecer’ y de la iniciativa de voluntariado ‘Red amigos del Zuque. A través de estos proyectos, vincula a personas de la comunidad, niños y adultos mayores en clases de aeróbicos, reciclaje, agroecología y caminatas. 
 
El objetivo de estas iniciativas es cuidar y preservar el cerro del Zuque y mejorar la salud y el bienestar de las personas, especialmente, las de edad avanzada, ya que Lucy considera que son “muy agradecidos y es clave brindarles espacios donde puedan compartir y hablar con otros”.
 
Actualmente, hay más de 70 adultos mayores vinculados a estas estrategias comunitarias y aproximadamente 15 frecuentan la huerta cada semana. En esta se encargan de sembrar alimentos como repollo, lechuga, toronjil, uchuva, cebolla, cubios, menta, perejil, apio, zanahoria, papa, arveja, fucsia, hierbas aromáticas y flores que atraen a los colibríes. Adicionalmente, fabrican un ungüento natural con caléndula.
 


Los adultos mayores siembran diferentes alimentos en la huerta y, cuando están listos, los llevan a su mesa. Imagen: cortesía
 
La huerta comunitaria también tiene una zona de vivero y un aula ambiental en el que los visitantes intercambian conocimientos mientras disfrutan de una bebida aromática preparada con las yerbas sembradas allí para contrarrestar el frío.
 
Yo creo que nunca es tarde para aprender. Cada día se aprende algo diferente de los demás, y uno también comparte lo que sabe con otras personas”, agrega Lucy.
 
El toque secreto para tener una huerta en casa
 
Durante estos años Lucy ha adquirido la experiencia necesaria para saber cómo funciona una huerta. Por eso, les da los siguientes consejos a quienes están interesados en sembrar alimentos en casa:
 
  • Si cuentan con un espacio de tierra, abran un hueco y abónenla con residuos orgánicos, cal y melaza. 
  • Si no tienen una zona así, ¡no se preocupen! Para esto, pueden utilizar baldes o recipientes grandes.
  • Empiecen por sembrar cilantro o lechuga, que son alimentos de mayor facilidad y rapidez para brotar. El primero muestra los resultados a los 15 días, explica.
  • Siembren de todo un poco.
La huerta es un sitio de remanso y paz, es muy bonita y tranquila. El que llega se enamora porque transmite tranquilidad”, concluye.

 



En la huerta comunitaria se produce todo tipo de hortalizas y aromáticas. Además, se elabora un ungüento para sanar las heridas. Imagen: cortesía
 

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