lunes, 21 de septiembre de 2020

Desigualdad de Género

 Más pobreza y violencia para las mujeres, los efectos del covid

La pandemia aumentó las brechas de género. Desempleo y  pobreza extrema son parte del panorama

Durante la cuarentena a causa del covid-19, las llamadas a la Línea Púrpura aumentaron en un 123 %. 

Foto: 

Juan Pablo Rueda Bustamante

La desigualdad de género en Bogotá es innegable. La ciudad tiene índices de feminización de la pobreza que demuestran, entre otras cosas, que por cada 100 hombres en situación de pobreza extrema, hay 124 mujeres en esta condición. Indican que 9 de cada 10 mujeres hacen trabajo doméstico y de cuidado sin remuneración y reflejan que el 45 % de las bogotanas ha sufrido violencia física alguna vez.
Y esto era antes de la pandemia del covid-19, una emergencia sanitaria que obligó a que algunas mujeres quedarán encerradas con sus agresores 24/7 en las casas, que las dejó sin empleo y las sobrecargó, aún más, de labores de cuidado sin remuneración.
Lo primero que hay que decir sobre los efectos de la pandemia en las bogotanas es que precisamente ellas fueron las que le pusieron el pecho a la atención del covid-19.
El 56 % del personal de la salud en Bogotá son mujeres. Médicas, intensivistas, enfermeras, personal de aseo y vigilancia, todas ellas fueron y son parte de la primera línea, por ende las que corren más riesgo de contagio.

En segundo lugar, y como lo advirtió EL TIEMPO a finales de marzo, la violencia basada en género aumentó y solo las llamadas a la Línea Púrpura crecieron 230 % respecto al año pasado.
Solo en Bogotá más de 40.000 mujeres reportaron violencia física, psicológica, económica y sexual durante la pandemia (ver gráfico).

“Se agudizó la violencia, la pandemia confirmó el profundo machismo que hay y el horror de la violencia machista”, explicó Diana Rodríguez Franco, secretaria distrital de la Mujer.

Y la preocupación no es poca. Los colectivos en defensa de los derechos de las mujeres en el país declararon ‘Emergencia Nacional por Feminicidios’, pues solo en lo que va corrido del año, según la Fundación Feminicidios Colombia, la violencia machista ha matado a más de 140 mujeres.

Otro indicador del impacto es a nivel laboral y económico. El más reciente informe del Observatorio de Mujeres y Equidad de Género de Bogotá señala que cuatro de cada diez bogotanas, debido a la pandemia, no han podido realizar pagos de facturas y deudas o se les han reducido significativamente sus ingresos.

“Las mujeres trabajamos en los sectores más afectados por la crisis: toda la cadena de servicios, entonces no solo aumentó el desempleo, también lo hicieron la informalidad y la pobreza”, aseguró Rodríguez Franco.

Y las cifras lo confirman. La tasa de desempleo para las mujeres en la capital aumentó en un 123 %, pasando de un 11,8 % a un 26 %, y la informalidad aumentó en un 12 %.

Ahora bien, todo esto tiene que ver con las labores de cuidado. María Paula Ávila, politóloga experta en género, afirmó que la carga laboral para las mujeres del cuidado en casa, que ya estaba en un índice cercano al 75 %, aumentó en la pandemia.
“El teletrabajo asumió que estábamos 24/7 disponibles, al mismo tiempo estábamos con los hijos en teleestudio y también cocinando, limpiando, lavando, mientras que a la mayoría de los hombres solo les cambió el tiempo de transporte”, explicó Ávila.

Y esto tiene implicaciones profundas en la ‘nueva normalidad’, pues aunque muchos empleos han retornado a las oficinas, las mujeres siguen con las cargas de cuidado. Y aunque dicen que el covid-19 paró toda la economía, las actividades de cuidado nunca pararon y siguen siendo trabajo no remunerado.

Sin embargo, este panorama también trajo cosas positivas: aceleró las políticas para cerrar las brechas de género en la ciudad. Cabe resaltar que hace un par de semanas, el Distrito decidió oficialmente que la primera manzana del cuidado en Bogotá será en Bosa y estará incluida en el nuevo POT.

Además permitió crear la estrategia Espacios Seguros, para que las mujeres tuvieran canales de denuncia oportuna en supermercados y droguerías.

Todo esto para ratificar que el núcleo de género del Plan de Desarrollo 2020-2024 apunta en la dirección correcta en atención de derechos para las mujeres.

Y, en definitiva, destapó tres realidades. La primera es que sin enfoque de género no se pueden construir políticas públicas, la segunda, que la violencia de género debe ser atendida como un problema de salud pública.
Y la tercera, quizás la más importante, es que sin las mujeres la crisis hubiese sido mucho peor. Esta afirmación tiene varias razones detrás: sin las actividades de cuidado el mundo no funciona; cuidado del hogar, cuidado de las familias, cuidado de los enfermos. Y, como lo demuestran las cifras, este trabajo sigue estando en los hombros de las mujeres, y sin el trabajo de todas las bogotanas del personal de salud, la atención de la pandemia hubiera sido imposible y los efectos, mucho más devastadores.
Contexto internacional La pandemia no solo aumentó las brechas de género en Bogotá, tal y como lo habían advertido organizaciones como ONU Mujeres y el Pnud, sino que también el impacto para las mujeres fue a nivel mundial.De hecho, fue la misma ONU Mujeres la que en marzo de este año advirtió que la pandemia impactaría con más fuerza a las mujeres, asegurando que todos los tipos de violencia de género iban a aumentar al mismo tiempo que las denuncias por estos casos iban a disminuir.Y también hizo un llamado a que en las políticas de atención y contención fueran incluidas las mujeres. “Apenas el 25 % de las parlamentarias y los parlamentarios de todo el mundo son mujeres, y menos del 10 % de las jefas y los jefes de Estado y Gobierno son mujeres”, se puede leer en uno de sus informes. La organización aseguró que este sería un factor determinante para disminuir el impacto.Sin embargo, seis meses después, los efectos a nivel mundial fueron devastadores para las mujeres. Tanto así que los esfuerzos se volcaron a que, si bien no fueron incluidas en la contención de la emergencia, sí deben ser tenidas en cuenta para la reactivación.

En esta vía, el Pnud presentó hace un par de días el informe ‘El coronavirus y los retos para el trabajo de las mujeres en América Latina’, en el cual da varias recomendaciones para cerrar las brechas de género provocadas por la pandemia.

La primera es incluirlas en todos los programas de recuperación laboral, generando espacios de paridad para el acceso al empleo y garantizando que la brecha salarial se reduzca.

La segunda es crear estrategias que permitan redistribuir las cargas de cuidado, incluyendo tanto al sector público como al privado.

Y dicen que ahora es el momento de mejorar, crear y priorizar los canales de recepción de denuncias y atención a víctimas de violencia basada en género.


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