domingo, 16 de febrero de 2020

Heroínas

Lou Andreas-Salomé icono de mujer libre de principios del siglo xx.






Lou Andreas-Salomé, nacida Luíza Gustávovna Salomé (San Petersburgo, Imperio ruso, 12 de febrero de 1861-Gotinga, Alemania, 5 de febrero de 1937). Fue autora de varios libros y psicoanalista.


Fue una sagaz colaboradora en los trabajos filosóficos de Friedrich Nietzsche, su amiga, crítica y consejera cercana, mas no su pareja, pues finalmente se unió a Paul Rée, amigo común y de quien ambos eran compañeros en el trabajo intelectual. Fue autora de varios libros, psicoanalista, discípula y colaboradora del círculo más estrecho de Sigmund Freud​ y, gracias a su magnetismo fue compañía espiritual de artistas y escritores (hombres y algunas mujeres) de finales del siglo xix y principios del xx.


Nació en San Petersburgo, hija Gustav von Salomé, general del ejército imperial ruso y su esposa Louise Wilm von Salomé. Louise (Luíza) fue la hija menor del matrimonio y la única mujer después de cinco varones, fue bautizada con el nombre de su madre y en su infancia la llamaban cariñosamente por el diminutivo ruso Ljola y más tarde Lou. A los diecisiete años y en busca de una educación más allá de la típica para una mujer en ese lugar y época, convenció al predicador alemán Hendrik Gillot, veinticinco años mayor que ella, de enseñarle teología, filosofía, religión y literatura francesa y alemana. Gillot se enamoró de Lou Salomé, hasta el punto de que planeó divorciarse de su esposa y casarse con ella.

Salomé, Paul Rée y Nietzsche.
En septiembre de 1880 Lou viajó con su madre a Zúrich con el fin de inscribirse para estudiar en la universidad. Suiza era en esa época el único país de habla germana donde las mujeres tenían permiso para cursar una carrera universitaria sin restricciones. Aunque la madre de Lou no veía con buenos ojos estos planes de su hija, tuvo que ceder finalmente al profundo deseo de Lou de estudiar.​ El viaje también lo hicieron para beneficiar la salud física de la joven, quien en aquel tiempo tosía sangre.


Su madre la llevó a Roma (Italia) cuando ella tenía 21 años. Lou conoció a Nietzsche  y a Paul Ree,  seguidores de pensamientos  ateos.  Más tarde, en 1894, escribiría un controvertido estudio, Friedrich Nietzsche in seinen Werke, acerca de la personalidad y filosofía de Nietzsche). 



Los tres viajaron con la madre de Salomé a través de Italia, y decidieron que debían establecer su comuna Winterplan. 

Cuando llegaron a Leipzig, Alemania, en octubre, Salomé y Rée se separaron de Nietzsche, después de un problema entre Nietzsche y Salomé, en el cual Nietzsche, sorprendentemente, le propuso matrimonio al creer haber encontrado en Lou a la única mujer que sería capaz de entenderlo. Ella no lo aceptó y a cambio propuso a ambos hombres enamorados unirse en una tríada de producción y trabajo intelectual. Una foto en la que aparecen los tres, con Lou conduciendo el carro, vino a ser una alegoría de este pacto. Según investigaciones de la historia del psicoanálisis, Nietzsche habría incluido en Zaratustra a propósito de este asunto (y precisamente de esta foto que causó gran escándalo) la frase «¿Vas con mujeres? No olvides el látigo». 
Nietzsche, abatido, aceptó el desamor de Lou. Aprendió a vivir sin ella y  la odió mucho.



Salomé y Rée viajaron a Berlín y vivieron juntos hasta unos años antes de su matrimonio célibe con el profesor de lingüística Carl Friedrich Andreas. A pesar de su oposición al matrimonio y de sus relaciones abiertas con muchos otros hombres, Salomé y Andreas permanecieron casados desde 1887 hasta la muerte de Andreas en 1930.

Los problemas causados por la convivencia de Salomé con Andreas hicieron que el endeudado Rée desapareciera de su vida, a pesar de la seguridad que ella le brindaba.



Salomé fue una escritora prolífica, y escribió varias novelas, obras y ensayos poco conocidos; fue también una creativa feminista. A través de su vida de casada, se comprometió en romances y/o intercambio de correspondencia con el periodista alemán Georg Lebedour, el poeta austro-húngaro Rainer Maria Rilke, y los psicoanalistas Sigmund Freud y Viktor Tausk, entre otros. Da cuenta de muchos de ellos en su libro Lebensrückblick.


En 1911, conoció a Sigmund Freud e inmediatamente se enganchó con el psicoanálisis, siendo una de las pocas mujeres aceptadas en el círculo psicoanalítico de Viena. Ambos mantendrían una relación amistosa de profundo respeto y cariño durante el resto de sus vidas. A partir de 1915, ella comenzó a pasar consulta psicoanalítica en la ciudad alemana de Gotinga.

Era de una modestia y una discreción poco comunes. Nunca hablaba de sus propias producciones poéticas y literarias. Era evidente que sabía dónde es preciso buscar los reales valores de la vida. 
Freud,  escribió sobre ella en 1937: “Quien se le acercaba recibía la más intensa impresión de la autenticidad y armonía de su ser, y también podía comprobar, para su asombro, que todas las debilidades femeninas y quizás la mayoría de las debilidades humanas, le eran ajenas, o las había vencido en el curso de su vida”.



Congreso Psicoanalítico Internacional se celebró  en Weimar, Alemania, los días 21 y 22  de septiembre de 1911

Su relación con Rilke fue particularmente cercana. Salomé era quince años mayor. Se conocieron cuando él tenía veintiuno. Fueron amantes durante varios años y se escribieron hasta la muerte de Rilke; fue ella quien comenzó a llamarle Rainer, en lugar de René; le enseñó ruso, a leer a Lev Tolstói (a quien él conocería más tarde) y a Aleksandr Pushkin. Ella le presentó a importantes hombres y a muchas otras personas en el campo de las artes, y se mantuvo como su consejera, confidente y musa a través de toda su vida adulta.

 A partir del año 1933 Lou Andreas Salomé asiste con horror a la llegada del nazismo.

Lou Andreas Salomé murió en 1937 en Gotinga, última ciudad de residencia, a los 76 años de edad, a causa de un fallo renal. La Gestapo confiscó su biblioteca pocos días después de su muerte.

Se dice que Salomé resaltaba en sus últimos días que «realmente no he hecho más que trabajar durante toda mi vida, trabajar… ¿por qué?». 

Escribió quince novelas y otros textos, como Henrik Ibsens Frauengestalten (publicado en 1982), un estudio de las personalidades de las mujeres de Ibsen.


Su pensamiento mezcló el psicoanálisis freudiano con la filosofía de Nietzsche y sus estudios se basaron, principalmente, en el narcisismo y en la sexualidad femenina.

Son miles de páginas las que se han escrito sobre su fascinante carácter y sus relaciones personales. Uno se sus biografos la propone como el perfecto estereotipo de “femme libre”, con plena libertad creadora en su vida e independencia de pensamiento, en la Europa de principios del siglo XX.

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