martes, 23 de junio de 2020

Cultura


Series. La escritora que creó a 

las heroínas de Valeria

La serie se basa en la saga de la autora valenciana Elísabet Benavent, que no reniega de la influencia de Sex and the City
La serie se basa en la saga de la autora valenciana Elísabet Benavent, que no reniega de la 
influencia de Sex and the City
El éxito no es nuevo para Elísabet Benavent , ahora más conocida por su saga de sus novelas 
convertidas en una serie de Netflix, Valeria . Esta narradora valenciana vendió más de 2,2 
millones de ejemplares con sus novelas protagonizadas por heroínas falibles, de carne y hueso, que 
exploran su deseo, que apuestan (y a veces se equivocan) por el amor. Ella no solo construye personajes 
en sus ficciones literarias, sino también en las redes: esta influencer es el alter ego de Beta Coqueta, tal 
es el nombre que utiliza en Instagram, Twitter, Pinterest y YouTube.
Antes de la pandemia, cuando te presentabas a firmar libros, por ejemplo, las salas se 
llenaban de tus lectores. ¿Cómo te llevás con la popularidad? ¿Te reconocen por la calle?
Me ha pasado alguna vez, pero no considero que sea una persona extremadamente popular. Alguna vez 
me ha parado alguna lectora. Pero mi vida no ha cambiado, no me he sentido nunca un personaje famoso. 
mi trabajo dista mucho de eso.
No estás solo metida en el texto, sino en todo lo que lo rodea. El mundo editorial, y las redes 
sociales, en particular, también ocupan tu día. Imagino que eso implica un esfuerzo extra.
Sí, para mí implica un esfuerzo, porque no soy una persona muy tecnológica. En realidad, soy súper analógica. 
Me regalaron un Apple Watch y lo he llevado tres días porque prefiero un reloj de manecilla. Soy una persona 
que seguiría escribiendo con máquina de escribir. He tenido que hacer un aprendizaje con las redes. Cuando 
entré en Twitter, no entendía absolutamente nada, he tenido que pedir que me lo explicaran, porque intuitivamente
no lograba entenderlo. Luego ya con eso te vas lanzando a más redes, vas encontrando la tuya, donde te sientes más 
cómoda. Es una inversión de tiempo. Les dedico a las redes tres o cuatro horas diarias. Llegan muchos mensajes
privados, no se pueden contestar todos. Lo llevo todo yo porque me parece lo más honesto que detrás de ese perfil 
esté yo y no cuatro manos contestando como si fuera yo. Dicen que somos una hornada de escritores 3.0, nacidos en 
las redes. Las redes nos han acompañado y tenemos la etiqueta de autores nacidos en redes, pero eso nos ha permitido 
hacer comunidad y es lo que te permite, no solo compartir el mundo de tus novelas, sino quién hay detrás del libro y 
cómo es el proceso que hay detrás del libro.

La serie está protagonizada por Diana Gómez (como Valeria, la escritora), Paula Malia, Silma López y Teresa Riott
La serie está protagonizada por Diana Gómez (como Valeria, la escritora), Paula Malia, Silma López y Teresa Riott
Aparece en tus libros también una variedad de formas de comunicación que se utilizan hoy en el siglo XXI. ¿Te asusta el avance de las tecnologías en la vida cotidiana?
No me asustan las tecnologías, sino el uso que les demos. Creemos que estamos perdiendo un poco de piel, más aún con esto de la pandemia mundial, en la que ahora, encima, cuando salimos de casa, tenemos que ir con la mascarilla y no nos podemos tocar. Hay un distanciamiento afectivo que ya se arrastraba con las redes. Suelo comentar con mis amigos que en la era de la hiperconectividad, en la era de la información, es cuanto más perdidos estamos, cuando nos sentimos más solos. Creo que falta un poco el calor. No tengo una opinión todavía demasiado formada sobre aplicaciones para ligar . No me asusta siempre y cuando no perdamos el norte, pero no sé hacia dónde nos llevará esto.
Hablando de cosas extrañas, hay lectores que se enamoran de los personajes que creás.
Fíjate que a mí me pasó con un personaje de uno de mis libros que al día de hoy sigo sin poder recordarlo 
demasiado, 
porque me quedé colgadísima con Pablo de Martina con vistas al mar . Se me quedó grabadísimo, no me 
podía despedir de él. El proceso de duelo fue durísimo, tardé mucho en volver a escribir. Hay algo que te 
marca porque hay personajes que dicen mucho de ti, o de tus deseos, o de los lastres que tienes. Hay algo 
como muy personal y por eso se te quedan. Pero también hay quienes se quedan colgados de una serie, 
como Juego de tronos . Creo que siempre buscamos referentes en la ficción que nos lleven a nuestros 
propios sueños.
Antes de ser una narradora exitosa, Benavent, licenciada en Comunicación Audiovisual, trabajaba en el 
departamento de Comunicación de una empresa multinacional. A través de Amazon, publicó en 2014 su 
primera novela, En los zapatos de Valeria , y pronto cosechó fieles lectores y completó la tetralogía con 
Valeri a en el espejo, Valeria en blanco y negro Valeria al desnudo (Suma). Netflix apostó por esta 
historia de una mujer de 28 años, casada, que lucha contra sus miedos para lograr dar "el gran salto"
y convertirse en escritora. Lola, Nerea y Carmen integran su incondicional grupo de amigas interconectadas 
gracias a las bondades de la tecnología, y también artesanalmente, en bares, garitos y terrazas. El año próximo
 Valeria tendrá una nueva vecina: Macarena. Netflix estrenará la adaptación de Canciones y recuerdos, sobre 
la asistente de una influencer de moda.
Ese proceso de animarte, de irte de aquel trabajo, fue arduo y con aquel salto inspiraste a muchas 
personas que quieren cambiar su rutina y apostar por otra vida. Sos un modelo para muchos lectores.
 ¿Cómo lo llevás?
Uf, ojalá que no me consideren un modelo. Siempre le digo a la gente que no se fíe mucho de mí porque no sé lo que estoy
 haciendo con mi vida. En el momento en el que me lancé, creí que era un buen momento. La piscina tenía un poco de agua. 
No tenía hijos ni hipotecas. Era un momento para equivocarme. Hice números. Pensé: "¿Cuánto tengo ahorrado? ¿Cuánto
 me costará hacerme autónoma" [monotributista]. Y también conseguí una columna en una revista.
¿Cómo te llevás con la comparación de Valeria con Sex & the City ?
No me molesta, porque es un referente claro que está en el libro. Intenté hacer mis variaciones porque era mi primer libro y 
revisó a Valeria por cosas de trabajo y pienso: "Madre mía". Porque este oficio se aprende rodando y vas rompiendo manos y 
ahora veo errores que yo no cometería. Ahora me distanciaría un poco más de estos contenidos. Pero no me molesta la comparación, porque la utilicé para trasladar, fue como un modelo al que me acogí para trasladar aquello que yo quería contar. Sigo siendo fan. 
Es más, ayer vi un par de capítulos. Es una serie que ha envejecido fenomenal. Es una serie que va a seguir estando de moda 
dentro de 20 años.
¿Cuáles son nuestros tabús hoy en nuestra sociedad?
Creo que los seguimos teniendo, pero no sé si decir que están limados o en el camino de quitárnoslos de encima. No podemos
 bajar la guardia, porque se van creando nuevos tabús. Este mundo gira demasiado rápido. Los paradigmas van cambiando. A 
lo mejor vamos superando tabús y van a apareciendo otros diferentes. En la ficción, por ejemplo, seguimos siendo las mujeres 
más el objeto deseado que el deseante. Creo que hay también que reivindicar muchas cosas, como la amistad femenina, porque 
se sigue diciendo que no hay nada peor para una mujer que otra mujer. Creo que hay un montón de lastres heteropatriarcales con 
los que hemos crecido pensando que no eran peligrosos, que estaban ahí, que no son peligros. Son formas de hablar. Pero hay 
cadenas de las que hay que liberarse. Antes de ayer hubo una manifestación en Madrid y en Barcelona aún se gritaban insultos homófonos [Vox, el partido de ultraderecha, organizó manifestaciones en varias ciudades en contra del gobierno de Pedro Sánchez]. 
No lo tenemos para nada superado. Ni las cuestiones transgénero ni la violencia machista.

"Hay que reivindicar la amistad femenina, porque se sigue diciendo que no hay nada peor para una mujer que otra mujer", dice
"Hay que reivindicar la amistad femenina, porque se sigue diciendo que no hay nada peor para una mujer que otra mujer", dice

El personaje de Nerea de la serie es gay y se involucra mucho en la organización feminista, 
algo que no 
ocurre en tus libros.
Eso es una decisión creativa de parte de los guionistas. No me opuse a ello.
¿Qué libros te marcaron? ¿Tenés algún autor que haya sido un referente?
Sí, Marian Keyes. Cuando la leía, lo hacía en el transporte público de camino a una oficina muy corporativa, 
a un trabajo muy gris, que no me llenaba. Y pensaba: "Ojalá yo fuera capaz de hacer sentir a alguien como ella 
me hace sentir cuando la leo". En un minuto estaba riéndome a carcajadas y al siguiente pensaba que iba a llorar 
en público. Para mí es una maga despertando emociones. Siempre ha sido un referente para mí.
¿Ha cambiado mucho el mundo para vos en estos diez años, desde que escribiste tu primera novela?
Ha cambiado mucho el mundo y la forma de verlo también. Hace diez años no veía las cosas como las veo ahora. 
Quizá me hacía falta vivir algunas cosas como el techo de cristal, la discriminación, ese toquecito paternalista con el 
que tenemos que enfrentarnos muchas veces las mujeres. Cada vez más mis personajes hablan de esto. Estoy también 
escribiendo personajes masculinos que forman parte de este movimiento y hablan de esto, porque no considero que sea 
una cuestión femenina. Escribo mujeres más fuertes que lo tienen más claro, tanto las desigualdades como las fortalezas. 
El mundo no cambia tanto como los ojos que lo miran.
Dijiste que a Valeria a veces la ahorcarías con tus propias manos. ¿Por qué? ¿Qué te desespera?
La duda. Pero me irrita, porque se parece demasiado a mí. A uno le irrita lo que le recuerda a sus propios errores, ese agarrarse 
al "¿Y si.?" negativo. Pero hay una cosa de Valeria del libro que a mí me enamoró desde el primer momento, cuando le van las 
cosas fatal, cuando empieza con un moño mal hecho [un recogido en el cabello], frente al ordenador y diciéndole a su amiga 
Lola que se ha equivocado en dejar al trabajo. En ningún momento Valeria pierde el norte de lo que quiere. Puede dudar un 
poco, pero siempre tiene en claro que quiere ser feliz.
La música de la serie es muy importante. ¿Qué rol ocupa la música en tu vida?
No puedo vivir sin música. Me acompaña desde que me levanto hasta que me acuesto, escucho música. Para secarme el pelo 
me pongo auriculares para seguir escuchando música. Para escribir sí que tengo algunas manías. Necesito música que sea en 
inglés y que no conozca demasiado la canción, porque si no te pones a tararear. Música que genera lo que llamo un puente al 
ruido blanco. Te despierta una emoción, no tiene por qué gustarte la canción. Trabajar conmigo en la misma habitación es 
insoportable, porque puedes escuchar la banda sonora de Titanic 30 veces, y no me gusta especialmente, la verdad, pero me 
produce esa sensación de ruido blanco. Consigue que me concentre. Me pasa también con Lana del Rey y con Dolly Parton.
Madrid es una gran protagonista de Valeria. ¿Cuáles son tus lugares favoritos?
Me encanta Malasaña. Creo que me he hecho adulta en sus calles. También soy de Chueca, me gusta mucho el barrio de 
Chamberí porque lo veo barrio barrio, con esas fruterías donde van las viejitas y también la gente joven con sus bolsas de 
tela. Madrid me gusta mucho mucho mucho. No hay sitio de Madrid que diga no me gusta nada; bueno, el polígono industrial
 donde tenía la oficina no me gustaba nada. A la plaza San Idelfonso le tengo un cariño especial.
¿Volverías a escribir sobre Valeria?
No, la puerta está cerrada. Creo que sería oportunista por mi parte. Otra cosa es que se me ofreciera un proyecto nuevo, 
un spin off , no ya literario. En ese caso creo que igual me animaría. Cerré la puerta ya, dejé ya a cada personaje con sus 
vidas. Y creo que es bonito que las dejemos ahí e imaginemos el resto.

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