domingo, 9 de diciembre de 2018

Séptima entrega


Mano a mano poético México y Colombia, países hermanos

Mano a mano poético México y Colombia, países hermanos

por:" Eugenia Castaño Bohórquez "




Aurora Amante



Administradora en institución de salud, poeta, editora, promotora cultural. Nació y radica en Morelia, Michoacán, México. Con tres publicaciones personales: " mi voluntad en letras", "bajo la sombra de mi luna", "serena" , ha participado en múltiples antologías mexicanas.



EL ORIGEN DE LA FICCIÓN

Nunca hubo espera, solo un infinito letargo.
Nunca el cielo estuvo más nublado que ese día,
ni fue el silencio serpenteando entre la bruma,
en realidad , nada existió.

Solo sé que las aves que se alojan en mi árbol
Llegaron a estar en mutis total.
Nunca hubo tanta confusión entre lluvia y llanto,
Entre la hora de dormir o despertar.
Aún así la tormenta nunca fue destructiva.

No fue el roce, el abrazo, ni el temblor por la avalancha de años,
Quedé en un mundo flotante en medio de la nada.

Hoy descubrí que no eres, nunca lo has sido… ni tu sombra está.



SOMOS NÁUFRAGOS DESNUDOS EN UN LABERINTO

Eran los días despedazados por la ansiedad
en que las calles se incendiaban de extras…
Y el poeta hallaba acomodada esa hora a su pena
comprendía que allá lejos las ametralladoras…

Germán List Arzubide

Eran días de profusas mentiras
sedientos de verdades;
en el camino se incrustaban
colores diferentes;
montaje de teatros absurdos
para encontrar una identidad.
Días de ruido, consignas,
se conjeturaban sueños.

Días de miedo;
el futuro de la gente
anidando en almas pequeñas;
escondido corriendo peligro,
tratando de escapar;
La crueldad en su mejor expresión.

Eran días de caos,
ánimos con temperatura elevada
lo que sucede cuando la angustia sofoca
queriendo sublevar al destino
que marcaba

Eran días cuando las palabras
se apenaban de existir;
mal usadas, denigradas.
Y yo, con mis sueños de loca poeta…

¡No quiero más esos días!
Ese flujo deprimente ¡No!
Que sea mi grito eco de aullido feroz,
que retumben en su centro los tímpanos,
para dejar vivir.



MIRIAM CASTILLO MENDOZA 
(Chinú, Córdoba, Colombia). 


Trabajadora Social, especialista en Familia y en Farmacodependencia. Promotora de la defensa de los derechos humanos e investigadora social. He publicado los poemarios “Me salva un poema” con el pseudónimo Mara Castell y “La vida es un instante” (sobre la tradición indígena zenú); el libro de crónica “Miguel Rosendo Garcés Cabrales, la gesta de un visionario” que recibió el Premio Nacional de Literatura 2014; “Triquitraque aquililá, ¿y cómo hago el poema?”, libro taller de creación poética para niños que recibió mención de honor del Programa nacional para la promoción de la lectura y escritura 2016.
Realizó investigación desde hace siete años sobre la etnia zenú, la cual plasmo en crónicas -publicadas en revistas literarias del país- y en poemas, en los cuales no utilizo signos de puntuación y juego con los espacios y silencios en los versos, tal como lo hace la lengua hoja o cenu (con c y sin tilde) en cuyo proceso de revitalización estuve vinculada en representación del Fondo Mixto para la Promoción de la Cultura y las Artes de Sucre. Coordino en Colombia Alas, el programa mexicano de promoción de la literatura infantil, soy miembro de la Unión de Escritores de Sucre y del Encuentro Nacional de Declamadores y Poetas de Chinú. El pasado 23 de octubre de 2018 recibí el homenaje nacional Colombiana por la labor de divulgación de la tradición zenú.

Me escucho a mí misma


Inicio cada instante un nuevo ciclo
y en él me escucho a mí misma
                   Encendida bajo la luz de la luna
                    mi corta cabellera ofrenda sus hebras
                                 mi esperanza silva la canción
                                 que el viento le susurra
                    mi piel se vuelve torbellino
                     que desordena su embudo
                                 de arena
                                    de hojas arrancadas a los árboles
                                         de aire que empuja
                                                                          despeina
                                                                                 desnuda
En  la penumbra juego a  detener los segundos
               Me dejo llevar cuesta abajo hacia el rio
                con la gracia de vestir mi entrega
                 y me aguaito a mí misma
                             Recorro sin prisa el surco de la esencia
                              que da sentido a mi marcha
                                recojo cañahuates de amarillo encendido
                                 me  alejo de las piedras
                                            que intenta impedir que dance
                                                          al compás de tres por tres
                                                                  cuando trina el colibrí
Estoy en la tierra y soy pez
                                   soy ave                                 
                                    soy árbol
                                    soy semilla
                                                        Nazco
                                                         renazco
                                                    soy el sumun de un ser nuevo
                               Soy cenu y me escucho a mí misma

  

Cuerpo y territorio


Este cuerpo es el más grande resumen del territorio
Su piel dispuesta
                         su oído aguzado
recogen del murmullo del viento
                        las notas que lo animan
 El  horizonte en un ritual lo desnuda
                                              finas gotas de lluvia lo nutren
Este cuerpo es mío 
                            me representa                    
                            estoy con él en el aquí y ahora
Mujer tierra
mujer maíz
mujer indígena
                a veces mi cuerpo habla a gritos en mi silencio
No sé el destino de sus palabras
Pueden nadar sobre el río
o morir tostadas bajo el sol
                        del equinoccio de verano
Habla mi cuerpo
                              eso es todo
da un poco de mí en cada sonido                         
es también la palabra
                            de los que a golpes  aprendieron a callar
Para mi cuerpo hablar  es rebeldía
                        que solo vive en mi silencio
es mi mirada fija en un punto que no está muerto
              es mi boca sellada
              es mi memoria que desanda los pasos
Tú que vienes de afuera no lo entiendes                                        
Es de mi cuerpo la palabra muda
                                es de mi etnia
                                es de nadie
Es para ti el silencio que no escuchas
                                es para otros
                                es para aquellos
Debilidad
grandeza
sombras
luces
               todo lo hay en mi silencio
Mujer tierra
mujer maíz
mujer indígena
             aprende a leer la mudez de mis palabras
             Es lo único que espero






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