viernes, 31 de diciembre de 2021

Ciencia//

Granos de arena para la equidad de género en la ciencia

Iniciativas buscan abrir espacios donde la participación de mujeres en calidad de expertas sea tan natural como la aportación de los hombres.

La iniciativa fue presentada a principios de diciembre del año 2021, pero nació en plena pandemia en 2020.Pixabay

Una fotografía. Blanco y negro. Tres personas. Su mirada da una orden al hombre que está enfrente, su dedo señala algo en el papel y una mujer a su lado toma nota. Un cuadro detiene el tiempo en ese instante. Ella es Carmen Miró, reconocida internacionalmente como primera experta en población en América Latina.

En la sala de reuniones que lleva su nombre, en el Centro Internacional de Estudios Políticos y Sociales (Cieps AIP) de Panamá, la politóloga e investigadora asociada Claire Nevache habla sobre “No sin mujeres”, una iniciativa para que los nombres de las Carmen Miró de hoy, vengan de forma natural a la mente de quienes buscan voces en calidad de expertas.

La iniciativa fue presentada a principios de diciembre del año 2021, pero nació en plena pandemia en 2020, cuando los afiches de webinars que circulaban en redes sociales, hicieron evidente la ausencia de mujeres en los paneles, incluso en temas tan propios como el parto y la lactancia materna.

Para Nevache y sus colegas, así como para quienes comentaban en redes sociales, era obvio que un panel formado solo por hombres era algo del pasado, y no porque su trayectoria o brillantez estuvieran en duda.

Granos de arena para la equidad de género en la ciencia
Granos de arena para la equidad de género en la ciencia

“El tema es que hay muchísimas mujeres expertas profesionales, científicas, con un recorrido, una trayectoria, que nunca han estado en el espacio público. Como nunca han estado, no se les conoce, entonces cuando organizas un evento, no piensas en ellas”, comenta Nevache.

En un principio la idea era llamar a personas en puestos de responsabilidad y proponerles hacer el compromiso de no participar en paneles de más de dos expertos, sin que hubiese al menos una mujer en la misma calidad, pero rápidamente el formulario donde los hombres se inscribían empezó a circular por WhatsApp, dice Nevache. “Realmente hubo entusiasmo tanto por parte de los hombres como por parte de las mujeres y la gente se apropió de la herramienta. No hubo que convencerlos. De todos los hombres que llamamos, te puedo decir que muy cerca de un 100 por 100 nos dijo que sí. Sin pensarlo”.

Hoy, más de 150 mujeres forman el directorio de expertas, entre las que se encuentran biólogas, médicas, científicas sociales y ambientalistas, como Carmenza Spadafora, Olga Barrera, Marixa Lasso y Rachel Graham, por mencionar algunas. Además, cuenta con el respaldo de expertos como el secretario nacional de la Secretaría Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación (Senacyt), Eduardo Ortega-Barría, Jorge Arosemena y Rolando Gittens, entre otros que promueven prácticas de paridad.

El portal nosinmujerespanama.org es interactivo y se pueden seguir inscribiendo hombres y mujeres.

Granos de arena para la equidad de género en la ciencia
Acto de lanzamiento de la iniciativa.Embajada del Reino de los Países Bajos.

Condicionantes

Este proyecto es apenas un grano de arena para el trabajo que conlleva superar las limitantes que enfrentan las mujeres, también en la ciencia. De acuerdo con el estudio “Diagnóstico de género sobre la participación de las mujeres en la ciencia en Panamá”, publicado en 2019, todavía hay brechas en diferentes ámbitos, a pesar de la percepción de que no es así.

“Hay un discurso generalizado de que las mujeres ya estamos ocupando todos los lugares en la ciencia, y esto todavía no es una realidad, es un espejismo”, explica una de las autoras, la doctora Eugenia Rodríguez Blanco, antropóloga social e investigadora asociada al Cieps AIP Panamá.

En el estudio, las investigadoras identificaron los condicionantes de género que impiden que las mujeres puedan participar con las mismas oportunidades que los hombres. Rodríguez Blanco destaca cuatro: los estereotipos de género, la carga que llevan las mujeres en relación con las labores domésticas y de cuidado, instituciones científicas marcadamente androcéntricas, y el estereotipo de género en cuanto a la capacidad de liderazgo de las mujeres.

Granos de arena para la equidad de género en la ciencia
Alma Montenegro, Luisa Nuccio, Ilse Smits y Claire NevacheEmbajada del Reino de los Países Bajos

El tercer condicionante toma relevancia después de las denuncias de abuso y acoso sexual en el Instituto Smithsonian de Investigaciones Tropicales en Panamá (STRI), a principios de diciembre de 2021. “Eso tiene que ver con las dinámicas de dominación masculina a las que hago referencia”, comenta Rodríguez Blanco, y agrega que “en las instituciones científicas y académicas hay acoso y esta es una realidad que pocas veces se da a conocer”.

Desde la academia, Aracelly de León, directora del Instituto de la Mujer de la Universidad de Panamá (Imup) tiene como compromiso lograr una política de género en ese centro de estudios superiores.

“Con mucha vergüenza debo confesar que antes de la pandemia se acercaban estudiantes a quejarse de situaciones como esta”, comenta. “Sé que otras universidades tienen un protocolo, voy a tratar de que ese protocolo también se desarrolle en la Universidad de Panamá”, dice la directora de Imup.

El siguiente paso es generar estrategias, sobre todo a raíz de la iniciativa de la Universidad Nacional Autónoma de México y de la Universidad de Chile de que los rectores de todas las macrouniversidades de América Latina firmaran una declaración de cero tolerancia a la violencia hacia las mujeres en todas sus formas.

Granos de arena para la equidad de género en la ciencia
La intervención de las mujeres en la ciencia todavía enfrenta condicionantes de género.Pixabay

La equidad aún es un espejismo, pero se avanza. Rodríguez Blanco lo reconoce en iniciativas como “No sin Mujeres”, y dentro del movimiento Ciencia en Panamá, en donde un grupo de mujeres está colocando los asuntos de género en la primera línea, y aporta esa mirada feminista y de género en los temas que se discuten en el movimiento, posicionándose sobre la falta de equidad en la participación de las mujeres en la ciencia, y pronunciándose sobre denuncias como las del Smithsonian.

Así, poco a poco cambia el panorama para las mujeres científicas de hoy, modelos para las niñas de generaciones futuras, semilleros de Carmen Miró, ya no solo en las ciencias sociales, sino en todos los ámbitos de la ciencia.




Felicidades

Nuestros mejores deseos, esperando poder seguir construyendo una mejor sociedad en igualdad y equidad para nuestra bella localidad de Usaquén. 




jueves, 30 de diciembre de 2021

Ciencia//

 Past Women: Calendario 2022

Past Women es un proyecto colaborativo que exhibe las líneas de investigación en arqueología e historia relacionadas con el estudio de la cultura material de las mujeres.

Después del éxito conseguido con los Calendario 2018Calendario 2019Calendario 2020 y Calendario 2021 el equipo de Past Women ha elaborado un nuevo calendario para 2022.

Desde el año 2018, nuestro calendario recoge varias de las imágenes realizadas en el marco de los proyectos de investigación que nutren la página web desde sus inicios. En ellas se reivindican las actividades de mantenimiento necesarias para el sostenimiento de la vida de la comunidad y la visibilización de las sociedades en su conjunto. La incorporación de las últimas láminas que ilustran los nuevos contenidos de la web es una primicia que queremos compartir con tod@s vosotr@s.

Las personas que han elaborado las imágenes de este calendario son Iñaki Diéguez UribeondoAndrés Marín, Esperanza Martín, Francesc Ràfols, Francisco Chiner, Miguel Salvatierra Cuenca y Sandra Márquez.

Las imágenes de cada mes en el calendario Past Women 2022.

Cada mes contiene una preciosa imagen con alguna mujer de la Prehistoria como protagonista. Acompañan a las imágenes breves textos relacionados con alguna actividad cotidiana: rituales religiosos, enterramientos, descanso, almacenamiento, trabajo, intimidad, agricultura, ganadería, recipientes, caza, recolección, etc. La lámina correspondiente al mes de diciembre recuerda la importancia de la diversidad en cualquier ámbito, en particular la importancia de la mirada de las mujeres:

La presencia de mujeres en la investigación arqueológica se remonta al inicio de la disciplina, aunque hasta bien entrado el siglo XX, el desarrollo de una carrera profesional no resultaba fácil.
Hoy en día somos muchas las mujeres en universidades, centros de investigación, empresas y museos que hemos convertido la arqueología en nuestra profesión. Desde el rigor y una mirada situada, trabajamos por una historia inclusiva y con relevancia social.

miércoles, 29 de diciembre de 2021

Mujeres en la ciencia

 La oportunidad de tropezar

Hay chicos y chicas que están tan protegidos de frustraciones, a los que se les ha impedido con tanto empeño toparse con cualquier obstáculo durante su infancia, que temen con horror el fracaso y evitan cualquier riesgo. En el ámbito educativo esto significa que se preocupan más por aparentar que saben que por aprender realmente.

Son muy vulnerables a la depresión, la ansiedad y el estrés cuando tienen que afrontar nuevos estudios, una carrera profesional, un trabajo. En su libro El regalo del fracaso Jessica Lahey dice que los padres anulan las vidas de sus hijos desde pequeños con la intención de evitarles disgustos, protegiéndoles e impidiendo que crezcan enfrentándose a desafíos abordables en cada etapa de crecimiento. Además, cuando aparece alguno de estos retos inevitables, los hijos ya tienen asumido el mecanismo habitual de esperar que otro les saque las castañas del fuego o esperan a que el camino esté limpio de piedrecitas antes de pisarlo. Necesitarán constantemente el apoyo de mamá y papá.

Además del efecto nocivo en nuestros chicos, esta dependencia va tallando en los progenitores un sentimiento de ser imprescindibles y, en ocasiones, les resulta tentador apuntarse el mérito de los logros de sus hijos.

Lahey dice que evitar a toda costa el fracaso en nuestros hijos les envía el mensaje de que creemos que son “incompetentes, incapaces e indignos de nuestra confianza”.

Una serie de estudios respaldan la opinión de Lahey. Pero, además, la evidencia sugiere que las niñas están más expuestas a los efectos de la sobreprotección. Es importante ser conscientes de que proteger a las niñas de los desafíos impactará en ellas de diferente manera que en los niños. Cuando las niñas cometen errores, es más probable que interpreten el fracaso como una señal de que les falta alguna cualidad, algún rasgo como la brillantez, la genialidad o la inteligencia, un factor difícil de cambiar. Los niños, por el contrario, tienden a atribuir el fracaso a circunstancias más controlables.

El fenómeno se ha relacionado en parte con la forma en que los educadores hablan con los niños y las niñas. En los estudios que analizaron estos comportamientos en los docentes, éstos corrigieron a las niñas cuando cometieron errores relacionados con la capacidad, mientras que los niños recibieron más intervenciones de tipo conductual (“¡Cállate!”, “Deja de tirar aviones de papel”, etc.). Otros estudios han encontrado que es más probable que las niñas se rindan ante una situación académica estresante. En una investigación realizada con los estudiantes de quinto de Educación Primaria a los que se les asignó una tarea intencionalmente ambigua (Dweck, 2006), las chicas se desengancharon antes de llegar al final de ésta por la confusión que les creaba. Los chicos siguieron desenredando el enunciado sin importarle sentirse perdidos durante los primeros minutos. En particular, las chicas con el cociente intelectual más alto fueron las que antes desistieron. Esto ocurre también entre universitarios: las chicas que siempre han obtenido notas altas abandonan las asignaturas en las que no consiguen sobresalientes. Se acentúa un comportamiento que señalábamos al inicio: mantener una apariencia de éxito incluso pagando el precio de desatender el aprendizaje, adoptar una postura de valía y no mostrar en ningún momento debilidad o incertidumbre.

A principios de la década de 2000, se identificó una nueva diferencia de género en la forma en que los niños experimentan el fracaso. La amenaza del estereotipo, la carga que soportan las niñas cuando se enfrentan al estereotipo de que son malas en matemáticas y ciencias. Esto se ha relacionado con su bajo rendimiento en ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM). La amenaza del estereotipo hace que el fracaso sea más doloroso para las niñas. Funciona como una profecía autocumplida: cuando las niñas aceptan el estereotipo de que son malas en matemáticas, ya no ven un desafío salvable al que seguir dedicando ilusión y tiempo; pasa a ser un hecho conocido por todo el mundo: tienen menos capacidad porque son niñas. Estas experiencias, dicen los investigadores, “agregan estrés y dudas a las vivencias educativas de las niñas y disminuyen su sentido de pertenencia al ámbito académico”.

Otro punto a tener en cuenta es que proteger a las niñas del fracaso les hace perder la motivación, incluso más que a los niños. Aprendemos mejor cuando estamos intrínsecamente motivados, es decir, cuando probamos algo nuevo por el mero disfrute de la experiencia. La motivación intrínseca es uno de los recursos más valiosos del aprendizaje. Nos anima a sobrellevar los momentos difíciles de un desafío y perseguir lo que amamos hacer. Al cerebro le gustan los retos, lo novedoso, y con cada objetivo logrado se activa el circuito neuronal de recompensa.

La autonomía es un factor clave en la motivación intrínseca. Es decir, estamos más inclinados a querer aprender cuando podemos hacerlo libremente y por nuestra propia voluntad. Cuando notamos que otros están interfiriendo o tratando de controlar nuestra manera de hacer una tarea, aunque sea de forma sutil como ofreciendo premios, amenazando con castigos o elogiando de forma exagerada, nuestra motivación se desploma.

Los profesores Edward L. Deci y Richard M. Ryan, pioneros en el estudio de la motivación, dicen que las niñas son más vulnerables a que su autonomía y motivación se vean amenazadas (Deci y Ryan, 1985). Manteniendo la inercia de que las niñas son educadas para complacer a los demás, tenderán a preocuparse más por los comentarios de los profesores y los padres, por lo que son más sensibles a sentirse controladas. Deci y Ryan dicen que las mujeres “prestan especial atención a la evidencia de haber complacido al evaluador cuando son felicitadas por éste”. La  clave de tener resultados negativos en STEM cuando parecía que su inclinación científica estaba definida, puede ser la presión debida a los elogios animándolas a estos estudios y la ansiedad para no defraudar, para alcanzar las felicitaciones del profesor, de la familia o de otros grupos. En estos casos, el esfuerzo por complacer no les compensa y suelen abandonar.

Entonces, ¿qué funciona para las niñas? Parece que usar elogios informativos para describir un buen desempeño (“Lo hiciste muy bien en esa prueba”), en lugar de hacer una interpretación (“Eres tan inteligente”), aumenta la motivación intrínseca de las niñas. Se ha demostrado consistentemente que elogiar el esfuerzo (“Trabajaste mucho en eso”) por encima de la capacidad motiva tanto a niños como a niñas. Con todo, sería bueno que considerásemos la idea de permitir y permitirnos el error. Esto es una actitud que se aprende y no estaría mal apartarnos, como educadores, de la tentación de allanarles el terreno. Así les daremos la oportunidad, tanto a niños como a niñas, de desarrollar la confianza en ellos mismos. Nos toca proporcionarles herramientas, estrategias, referentes, y estar a su lado, recordarles que no hay etiquetas cosidas en cada uno. Sería bueno que escucharan alguna vez que los hombres y las mujeres que han conseguido sus sueños tuvieron errores y los afrontaron; volvieron a leer el enunciado de un problema o se enfrentaron con ánimo, pero echándole horas, al siguiente examen.





martes, 28 de diciembre de 2021

Mujeres en la Ciencia

 Annie Easley, la matemática que abrió paso a mujeres y afroamericanos en la carrera espacial

La programadora Betty Jean Jennings Bartik (1924-2011) nació un 27 de diciembre.

Fue una de las programadoras originales de la computadora ENIAC.

En 1997, junto a sus cinco compañeras programadoras de la ENIAC Betty Snyder HolbertonKathleen McNulty Mauchly AntonelliMarlyn Wescoff MeltzerRuth Lichterman Teitelbaum y Frances Bilas Spence fue incluida en el Women in Technology International Hall of Fame.

lunes, 27 de diciembre de 2021

Cholitas Escaladoras: “Las mujeres podemos llegar muy lejos en la montaña”

«Les decíamos a los guías hombres que queríamos subir a las montañas y ellos contestaban: “¡Qué van a poder!”». Así empezaron su andadura las Cholitas Escaladoras de Bolivia, un grupo de mujeres que ha conquistado una cima detrás de otra y se ha ganado el respeto de los montañeros de su comunidad.

Las bolivianas Ana Lía Gonzáles Magueño (33) y Teodora Magueño (53) son madre e hija. Viven a 4000 metros en la ciudad de El Alto, pero nosotros coincidimos con ellas en el Festival Górski de Polonia, donde acudieron para hablar de sus proyectos de montaña. Llegar hasta donde están les ha costado mucho trabajo, pues las cimas nunca han sido un lugar de fácil acceso para las mujeres de Bolivia. No obstante, decidieron hacer bandera del su atuendo tradicional (la falda o pollera) y desafiar con ella a los que decían que no podían llegar a las cumbres.

¿Quiénes formáis el grupo de las Cholitas Escaladoras?
Ana Lía (AL):
 Un grupo de mujeres que vestimos la pollera, la ropa tradicional de nuestro departamento de La Paz, en Bolivia, para subir a la montaña. Lo hacemos porque queremos llevar en alto nuestra ciudad y nuestra identidad, aunque vestimos una mezcla: nos ponemos también un poco de ropa de montaña como el buzo térmico, la chaqueta de pluma y todo el equipo.

¿No es incómodo escalar con falda?
Teodora (T): La pollera en altura no es siempre cómoda pero nos damos la forma para llevarla. A la vez, del frío, nos cubre.

AL: Ya estamos un poco acostumbradas a subir con ella, pero siempre estamos pendientes porque tenemos un doble trabajo: cuidarnos nosotros, hacer bien las técnicas de cramponaje y de escalar, y a la vez cuidar de no enganchar la tela con el crampón. En los lugares donde hay más pendiente estamos más concentradas pero ya después no, subimos tranquilas.

«Quería subir a hacer la cumbre para ver qué se siente allá arriba»

¿Cómo empezó el grupo que tenéis?
T: Yo he empezado a trabajar como cocinera de alta montaña y otras han empezado como porteadoras. Nosotras nos quedábamos en el campo base y cuando bajaban los turistas, bien alegres o bien tristes, uno mismo quería subir a hacer la cumbre para ver qué se siente allá arriba y por qué bajaban así. Entre nosotros hablábamos porque no sabemos qué hacen allá arriba, esa curiosidad teníamos. Les decíamos a los guías hombres que queríamos subir y ellos contestaban: “¡Qué van a poder con las polleras que llevan! Para subir a la cumbre no tiene que estar ni una cuerda colgada, ustedes no pueden!”. Y nosotros siempre insistíamos. Nos decíamos, ¿por qué no hacer la prueba y subir? Y de esa forma hemos subido a la montaña.

¿Cuál fue la primera?
AL: La primera vez que hemos subido fue al Huayna Potosí (6088 m) y era un experiencia única. Recuerdo que hemos ido en un grupo de unas once señoras y era difícil, fue muy duro llegar hasta la cumbre, y de bajada era más, pero era una experiencia única. Algunos hemos pensado que iba a ser la primera y última vez, pero después nos hemos animado a subir otra montaña y otra y otra y así hemos llegado a conquistar varias en Bolivia por arriba de los seis mil metros.

¿Cuáles?
AL: El Huayna Potosí dos o tres veces, el Acotango (6052 m), el Pomarapi (6000), el Illimani (6462) y el Sajama (6542), que es la montaña más alta de Bolivia.

¿Qué pensaban los hombres de vuestras actividades?
AL: No les ha caído tan bien que nosotros hagamos ese deporte. En un principio estaban queriéndonos ayudar, y nos ayudaron mucho, pero ya después parece ser que han pensado que les íbamos a quitar su trabajo y trataban de desanimarnos. “No creo que lleguen demasiado lejos”, decían. Pero no, nosotros ya sabíamos que podíamos y con más fuerza lo hemos hecho.

¿Qué decía tu padre, Ana Lía?
AL: Mi papá es guía de alta montaña y él nos ha apoyado siempre. Le decimos un fin de semana que nos lleve a la montaña y a él no le queda nada más que decir que sí.

T: Al principio no le gustaba porque decía que yo no iba a poder y que era peligroso, que no le gustaría que me pasase algo, que era muy riesgoso. Pero yo iba a la montaña como cocinera y muchas veces me quedaba sola en lugares vacíos porque ellos salían a las dos de la mañana y yo tenía miedo. Le decía: «No quiero quedarme solo, quiero ir junto con usted». Pero no teníamos el equipo para mí. Último, cuando ya vio que hemos subido la primera montaña, ahí ya si me apoya.

«Conquistar la cima porque es algo que te alegra. Es una felicidad bien grande»

¿Vais con guías?
T: Siempre llevamos un guía. Nosotros subimos y ellos vienen delante o detrás como cuidando, pero nosotras ya sabemos encordarnos, en qué forma subir… Pero siempre tenemos el cuidado de que nos lleve un guía que nos cuide si lo estamos haciendo bien.

¿Hay alguna mujer guía en tu país?
AL: Creo que no, son solo varones.

T: No hemos visto hasta el momento

¿Cuántas cholitas escaladoras sois?
AL: Actualmente seis cholitas somos las que estamos más activas. Las otras han tenido sus esposos y y sus bebés y, como el trabajo es un poco duro, lo han ido dejando.

¿Qué es lo que más os está costando?
AL: Tal vez lo más técnico, subir las paredes de hielo, último hemos ido a practicarlas en el glaciar y eso era un poquito difícil. También conseguir el material, hasta ahora no tenemos equipo totalmente nuestro, sino cosas que nos han prestado que son bien viejitas.

¿Qué os dice la gente cuando os ve subir vestidas de cholitas?
T: Nos preguntan si estamos subiendo a la cumbre y les decimos que sí, y entonces dicen: «Qué lindo. Foto, foto”. Siempre les gusta sacarse fotos con nosotras.

¿Qué es lo que más os gusta de subir montañas?
AL: A mí me gusta el paisaje, ver el amanecer, y en la noche ver el cielo lleno de estrellas. Y sobre todo conquistar la cima porque es algo que te alegra. Es una felicidad bien grande. Cuando alcanzamos la cima entre toditas nos abrazamos. Es algo en lo que tal vez tiene que ver la Pachamama, nosotros creemos mucho en la Pachamama y en los achachilas. Poder llegar a la cumbre y ver el paisaje desde arriba como si estuviéramos en el cielo es algo que nos regalan.

¿Hacéis ofrendas antes de subir?
T: No hacemos una ofrenda muy grande pero siempre llevamos nuestra coquita y nuestro alcoholcito. Pedimos el permiso del achachila y de la Pachamama. Les decimos que queremos subir y que nos cuiden de todo lo malo. En montañas grandes como el Sajama sí llevamos una ofrenda para pedir porque más alta y más poderosa.

«Yo les diría a todas las mujeres que hagan montaña»

¿Cómo conseguís el dinero para pagar las expediciones?
AL: Siempre ha sido difícil porque tenemos que costearlo todo: pasaje, alimentación, el equipo, los guías. Quizá ellos menos porque pueden colaborar en su tiempo libre o cuando no tienen mucho trabajo, pero lo demás sí ha sido complicado.

T: Por eso no pudimos seguir con nuestro deseo de conquistar montañas. Primero hemos hecho las que se podían si gastar mucho, y el Sajama no podíamos porque era la más alta y costosa. Pero una amiga nos ayudó.

¿Y cómo fue subir el Sajama?
AL: Fue la montaña más dura. Hemos dormido dos noches en carpa en el campo base, luego en campo alto y de ahí a la cumbre. Ha sido una experiencia muy dura, el Sajama es un volcán y tenía penitentes, así que había que hacer doble esfuerzo. Han sido muchos días de trabajo pero hemos podido. Después de conquistar la cima hemos llegado muy muy cansadas al campo alto.

¿Vivís a 4000 metros. ¿Notáis la altura al subir montañas?
AL: En Sajama hemos sufrido un poco de dolor de cabeza pero más nada. El aire está un poco contaminado porque todo ese sector son volcanes. En Huayna Potosí, nada, el aire es muy puro.

¿Cómo es subir madre e hija?
AL: Es bien bonito, yo nunca me he imaginado. Tal vez sí pensaba con mi papá, pero con mi mamá nunca. Hemos subido la primera vez y no podía creer que estuviera con ellos. Me siento como una niña en la montaña porque siempre me están cuidando.

¿Quién es más fuerte de las dos?
AL: ¡Ella! [risas]
T: Por el momento, pero yo creo que después ya mis hijos van a ser. Ojalá Diosito me dé más fuerzas porque me gusta seguir conquistando montañas.

¿Qué consejo daríais a otras mujeres interesadas en subir montañas?
AL: Yo les diría a todas las mujeres que hagan montaña, este deporte tan bonito y tan sano en el que uno se divierte. Que lo hagan, aunque en algún momento han tenido miedo de ir . Que no lo piensen, las mujeres podemos llegar muy lejos.



domingo, 26 de diciembre de 2021

Mujeres en el Arte

 Cornelia Scheffer-Marjolin pintora y escultora

Francès Cornelia Marjolin-Scheffer (29 de julio de 1830 - 20 de diciembre de 1899) fue una artista y diseñadora, notable por sus dibujos, cerámicas y esculturas. 


Hija del escultor de origen neerlandés Ary Scheffer, nació en París. el año en que el duque de Orleans, amigo de su padre, era nombrado rey de Francia. Acerca de su madre nada se sabe.

Fue bautizada con el nombre de Cornelia, como su abuela paterna, la también pintora Cornelia Scheffer-Lamme.

Inicialmente, se crio en el campo. Desde 1837 su abuela se hizo cargo de la niña.

La abuela falleció en París en 1839 y Ary Scheffer, el padre de Cornelia, le retrató en su lecho de muerte. Cornelia nieta contaba 9 años.

Un año más tarde, en 1840, Ary Scheffer retrató a su hija vestida de negro , junto a un perro; contaba sólo diez años. Cinco años más tarde Cornelia se casó con el médico cirujano René Marjolin, mucho mayor que ella.

Poco antes de cumplir los 28 años, en 1858 falleció el padre. Fue entonces cuando Cornelia adquirió la propiedad de la casa-taller. Con la idea de perpetuar la memoria de su padre, desde 1859 se presentaron exposiciones retrospectivas en el estudio.

Cornelia donó en 1862 una gran parte del legado del estudio de su padre al Museo de Dordrecht.

En la década de 1870 y 1880 residió en el castillo de Fontaine-les-Nonnes en Douy-la-Ramée al norte de París.
La casa familiar de París fue heredada por Noémie Renan-Psichari, sobrina-nieta de Cornelia. Actualmente, la casa es la sede del Museo de la vida romántica de París.

Cornelia Scheffer falleció en París 11 días antes de la llegada del año 1900, a los 69 años. Cuando murió en 1899, el Museo Dordrechts tomó posesión de una colección única: más de 100 pinturas, 300 dibujos y 200 grabados y litografías.
Cornélia Scheffer and Joseph Mezzara, Monument to Ary Scheffer (1862), Dordrecht

sábado, 25 de diciembre de 2021

Cine//

 'Not the Science Type', el apoyo de 3M a las 'mujeres STEM'

El documental fue estrenado en el Festival Internacional de Cine de Panamá 2021, y se centra en mostrar el impacto de las mujeres en el sector STEM.

Dentro de la cartelera cineasta panameña se estrenó el documental, 'Not the Science Type' (No Pareces Científica) producido por la empresa de ciencia e innovación, 3M, en conjunto con Generous Films y la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS). Este filme mostrar los estereotipos y brechas que existen alrededor del estudio de las áreas de ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas (STEM por sus siglas en inglés). 

En la narrativa, se retrata la historia de cuatro científicas, quienes a medida que fueron alcanzando prominencia en campos como la microbiología y la ingeniería nuclear, desafiaron estereotipos y discriminación de género, raza y edad.

Como parte de los esfuerzos realizados para impulsar la ciencia en todo el mundo, por cuarto año consecutivo, 3M presentó los hallazgos del estudio -independiente- "El Estado de la Ciencia en el Mundo (SOSI, State of Science Index)", el cual exploró la percepción científica de las personas, tomando el pulso sobre cómo se sienten y piensan en relación con este campo, y su impacto a nivel global.

Dentro de los principales descubrimientos, está que la ciencia recobró mayor importancia en la vida de las personas, que nos trajo un sentimiento de que las cosas estarán mejor, y que existen muchos retos que se deben abordar para impulsar el estudio de disciplinas científicas en todo el mundo.

NotTheScienceType_Poster (1)
La cinta se encuentra disponible en Google Películas en Panamá.Cedida

Esta serie documental fue presentada por 3M, y por primera vez en Panamá el pasado 2 de diciembre durante el Festival Internacional de Cine de Panamá (IFF Panamá). El evento de presentación contó con la presencia de Pituka Ortega, directora del Festival Internacional de Cine de Panamá; Enrique Aguirre, director general de 3M para Centroamérica y Caribe; Dafni Mora, ganadora de Panamá de la edición 2021 de 25 Mujeres en la Ciencia Latinoamérica; Oris Sanjur, jueza del programa de la edición 2021 de 25 Mujeres en la Ciencia; y Mariel González, directora de Proyecto de la Fundación Punto Inicial Plataforma Cultural (PIPCULTURAL) y del proyecto Mulïer Equidad e Igualdad de Género en Panamá; quienes en conjunto destacaron las diferentes temáticas relacionadas a los retos que enfrentan las mujeres al momento de querer estudiar una disciplina científica.

"Not the Science Type se creó para iniciar una conversación sobre los problemas de equidad e inclusión que existen en relación con el estudio de las disciplinas científicas. Tomando como referencia los principales hallazgos del estudio El Estado de la Ciencia en el Mundo de 3M, podemos afirmar que tanto niñas como mujeres continúan enfrentando obstáculos debido a su género, y por tal motivo, debemos actuar como sociedad, y realizar esfuerzos mayúsculos para mitigar esta brecha", comentó Enrique Aguirre, director general de 3M para Centroamérica y Caribe.

Por su parte, Pituka Ortega, directora del Festival Internacional de Cine de Panamá, enfatizó: "Es para nosotros fundamental contar con aliados como 3M y esperamos que sea el principio de una larga colaboración. Este festival es muy importante, no solo para la fundación, sino para las comunidades de Santa Ana y Casco Antiguo, por lo que esperamos que se sientan orgullosos de este evento que es hecho por panameños y para los panameños y el mundo".

Dirigido por Julio Palacio y producido por Christine Arena, 'Not The Science Type' busca transmitir un mensaje de esperanza e inspiración a las próximas generaciones, destacan a mujeres que han superado obstáculos para ingresar al sector de ciencia y tecnología pese a sus edades, orígenes y demás brechas educativas.


Las protagonistas de esta historia son: Gitanjali Rao, considerada como la "niña del año" por parte de la revista Time, e inventora de apenas 15 años, muestra su misión de inspirar y crear una comunidad global de jóvenes innovadores para resolver problemas en todo el mundo; la Dra. Ciara Sivels, ingeniera nuclear del Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Jhon Hopkins, y primera mujer de color en obtener un doctorado en ingeniería nuclear por parte de la Universidad de Michigan; la Dra. Jessica Taaffe, científica de salud global, microbióloga y embajadora de la Asociación Estadounidense para el Avance de la Ciencia (AAAS); y la Dr. Jayshree Seth, ingeniera química y promotora científica principal de 3M, con 72 patentes a su nombre.



El documental tuvo su debut mundial durante una proyección privada presentada por la comediante, presentadora de televisión, actriz, autora y ex-ingeniera eléctrica Loni Love, durante el Festival de Tribeca de 2021. 


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