En la década de los 90 me topé con el feminismo. No es que antes no conociera su existencia, pero no me concernía personalmente (hoy me resulta incomprensible decir esto). Fue en los 90, cuando “me nació la conciencia”. Llegué a ella como consecuencia de un fracaso y un techo de cristal. El fracaso del mero análisis socio-económico para entender la feminización de la pobreza y la violencia contra las mujeres y luchar contra ella. Pero también la experiencia de un techo más que de cristal de granito, experimentado como equipo de trabajo en un programa de mujer en una institución religiosa, en la que trabajaba por aquel entonces. De aquella deriva nací de nuevo, cambié hasta el nombre. De llamarme Maria José para rebautizarme como Pepa Torres.
La cultura y la espiritualidad feministas, las redes de mujeres fueron mis parteras y con ellas lecturas que me abrieron los ojos y redimensionaron mi vida desde una nueva perspectiva: 10 palabra clavespara entender el feminismo o Teología a ritmo de mujer de Ivonne Gevara. La reflexión colectiva en clave de género, junto con la militancia en los grupos de Mujeres de Teología y espacios de espiritualidad feminista en la vida religiosa como el taller Mujeres tejedoras de lo nuevo, me parieron de nuevo a la vida y a la opción creyente.
Han cambiado muchas cosas desde entonces en la historia del feminismo en España y en el mundo y también en la vida de las mujeres cristianas, pero mucho menos en la iglesia, que sigue sino el gran bastión del patriarcado. Por aquel entonces en muchos lugares nos organizábamos en grupos de autoconciencia partiendo de la pregunta ¿Se puede ser cristiana y feminista? y hoy, más de 30 años después, la pregunta que nos hacemos las mujeres de la Revuelta de las mujeres en la Iglesia es justamente a la inversa: ¿Se puede ser cristiana sin ser feminista?.
En estas tres décadas las mujeres cristianas hemos cambiado mucho y lo hemos hecho en gran parte desde que nos pusimos las gafas violetas y empezamos a analizarlo todo desde la perspectiva de género. cuestionándonos roles, atribuciones, papeles y espacios sociales impuestos desde la política de género y decidimos desaprender para aprender a ser mujeres allá del patriarcado, Por eso somos feministas y serlo es una consecuencia de nuestra propia opción creyente, a la vez que redimensiona nuestra fe y nuestro compromiso fe-justicia.
El feminismo, o mejor los feminismos, son una necesidad vital. Son como el despertador de la conciencia de las mujeres y del entramado perverso del patriarcado. Porque el patriarcado no es una abstracción, sino que se concreta en prácticas creencias, patrones de comportamientos discriminadores y excluyentes hacia las mujeres. Creencias que desgraciadamente siguen vigente en las leyes, en la organización social, en las relaciones, en las instituciones, en las religiones y en las propias conciencias de los varones y también de muchas mujeres.
Ser feminista es sabernos formando parte de una tradición de mujeres que no se conforman con quedar reducidas a la invisibilidad y la subalternidad, que cuestionan y denuncian la naturalización de la pobreza y la violencia contra las mujeres y que las mujeres no podemos ser cuerpos a disposición de los varones y sus intereses, ya sean económicos, políticos, sexuales, religiosos, etc. Es estar convencida que lo personal es político y que la lucha no se hace solo desde la rabia sino también desde el entusiasmo y la risa, y que esta es no es nuestra revolución si no se puede bailar (Emma Goldman) .
Ser feminista es mucho más que luchar por la igualdad, pero la igualdad es el primer paso. Es estar convencida que la opresión de las mujeres está atravesada por múltiples opresiones como son la raza, la clase y la orientación sexual y la colonialidad. Es entender que las mujeres necesitamos liberarnos del patriarcado, pero también los hombres y aspirar a ser persona-mujer, persona-varón, persona-trans, etc, más allá de atribuciones de género, estereotipos, papeles sociales aprendidos que es necesario desaprender.
Ser feminista cristiana es vivir la tensión de ser extranjera en tierras que nos configuran, pero en las que nuestra presencia siempre resulta incomoda: la de la iglesia y la del propio feminismo laico, que no termina de reconocernos en muchos casos por considerarnos un oxímoron. Ser feministas cristianas es en definitiva invertir las preguntas y estar convencidas, como diría San Ireneo interpretado con perspectiva de género, que la gloria de Dios es que las mujeres vivamos y lo hagamos en abundancia (Jn10,10) y para ello y por ello nos declaramos en revuelta: La Revuelta de las mujeres en la iglesia.
Durante el Festival Internacional de Cine de Berlín, la famosa actriz británica Emma Thompson habló de la presión sobre el cuerpo de las mujeres. El mensaje que se hizo viral habla de cómo se afecta la subjetividad de las mujeres y la necesidad de romper estereotipos.
Por Melissa Zenobi | En la presentación de su último film, Good luck to you, Leo Grande, la película que llegará a Argentina a fines de este año, la actriz Emma Thompson puso en el centro de la escena el cuerpo de las mujeres y la dificultad que implica para muchas desnudarse en cámara. En este largometraje interpreta a una mujer de 55 años, viuda, en busca de un primer orgasmo, para lo cual acude a un trabajador sexual.
“Para ustedes los alemanes, la desnudez puede ser más normal. Pero los británicos tenemos que luchar contra nuestro puritanismo. Si me paro frente a un espejo, estoy siempre moviéndome o acomodándome pedazos de carne. No puedo simplemente mirarme. ¿Por qué haría eso? Es horroroso”, reflexionó Thompson.
Asimismo, explicó que las audiencias en todo el mundo no están acostumbradas a ver cuerpos sin tratamiento en las pantallas: “Solo estamos acostumbrados a ver cuerpos que han sido entrenados”, dijo y afirmó que ella sabía que Nancy –su personaje- no era una persona fitness: “No iba a ir al gimnasio, comería demasiadas galletas, tendría un cuerpo normal de una mujer de 62 años que ha tenido dos hijos”.
“A las mujeres nos han lavado el cerebro toda nuestra vida para odiar nuestros cuerpos. Todo lo que nos rodea nos recuerda lo imperfectas que somos y que todo está mal en nosotras. Tienes que mostrarte de una determinada manera”, sostuvo la actriz, que además agregó: “Intenta ponerte frente a un espejo y no moverte. Solo aceptar y no juzgar… es lo más difícil que he tenido que hacer. Hice algo que no había hecho nunca como actriz”.
Un mensaje cada vez más necesario
El perfil @mujeresquenofuerontapa celebró el alcance del discurso de Emma Thompson: “Por suerte cada vez somos más hablando de esto y es interesante que se sumen las voces de quienes pertenecen a una industria que nos sigue haciendo daño. Nos quieren hacer creer que somos cosas inalterables en el tiempo, pedazos de algo que debe encajar en un molde único para todas, diseñado para que no entremos. Diseñado para odiarnos y humillarnos desde niñas”.
“Nos quieren hacer creer que nuestro único valor reside en entrar en ese molde, aunque nos tengamos que cortar en pedazos. Exponernos todo el tiempo a imágenes de cuerpos ‘trabajados’, ‘transformados’ nos ha hecho demasiado daño. Hackear esa representación hegemónica de las mujeres es urgente. Desde acá lo venimos haciendo desde hace muchos años. Necesitamos vernos y ver a las que se nos parecen”, indicaron en una publicación que tiene más de 350 mil vistas y recupera el video subtitulado Thompson en los premios.
Hacia una pedagogía del límite
Bajo la consigna #HermanaSoltáLaPanza, en los meses previos al verano, Mujeres Que No Fueron Tapa, propuso una campaña para hackear la operación bikini. Con esta iniciativa, miles de mujeres y personas de la diversidad sexual comenzaron a subir fotos a sus redes sociales y a compartir imágenes que antes no se atrevían.
Las distintas publicaciones incluían mensajes de lo más estremecedores en relación a la valoración de los cuerpos. “Cuando tenía 12-13 papás me decían que trate de evitar la merienda porque era muy grandota y “quedaba feo”. A los 19 tuve anorexia con amenorrea durante casi un año y problemas óseos. Se sorprendieron y dijeron que era mi culpa por tener la mente débil”. “Mi ex pareja varias veces me dijo “Mirate sos un desastre. Nadie más te querría con este cuerpo, deberías agradecer que te quiero, no me gusta estar con gente gorda”.
Mensajes que describen la violencia simbólica constante que viven las mujeres. Sin embargo, su circulación está multiplicándolos, empoderando cuerpos y cambiando el eje de discusión. De esta manera se va generando una nueva pedagogía en relación a la violencia que se ejerce cotidianamente sobre los cuerpos no hegemónicos. En esta nueva etapa de la campaña #HermanaSoltáLaPanza, aparecen: “reflexiones iniciales a partir de todas las historias de humillación y violencia que sufrimos en el contexto de la familia, en la que se usa el ideal de belleza como excusa para violentarnos porque lo que nos “califica” como “buenas mujeres” en esta sociedad es encajar ahí”.
“La belleza como excusa para someternos. La belleza para pegarnos en donde más nos duele y dejarnos heridas que costará años sacar. ¿O acaso no nos educan en la idea de que lo único que tenemos para dar es belleza?”, explican desde MQNFT, que proponen además pensar que los varones también tuvieron que aprender a hacer esto: “Y no, no sos vos el problema hermana, ni tu cuerpo, ni el color de tu piel, el problema es vivir en un mundo que nos necesita humilladas y de rodillas para robarnos el poder”.
Sea a través de las redes sociales, en espacios organizativos, en lugares de trabajo, con las amigas, los espacios colectivos son los que están permitiendo poner límites a los mandatos, a las opiniones violentas y a ser aquello que se espera: “Vamos a aprender juntas, a hacer eso que no nos enseñaron y no quieren que aprendamos: Poner límites. Decir hasta acá”.
El cuerpo humano sólo puede soportar 45 unidades de dolor, pero en el momento del parto una mujer puede sufrir hasta 57 unidades de dolor, lo que equivale a 20 fracturas a la vez.
Nunca le digas a una mujer que no puede. Recuerda que sólo ella podía bailar con dos corazones y respirar con cuatro pulmones.
Sólo ella podía llevar el peso de los dos mundos en su vientre y dar a luz la vida.
Selección femenina EEUU alcanza acuerdo de pago igualitario
ARCHIVO - Foto del 24 de mayo del 2019 Alex Morgan y Megan Rapinoe de la selección femenina de fútbol de Estados Unidos hablan con los reporteros en conferencia de prensa. El martes 22 de febrero del 2022, las jugadoras llegan a un acuerdo de igualdad de pago con la Federación. (AP Foto/Seth Wenig)
(Seth Wenig / Associated Press)
Las jugadoras de la selección femenina de Estados Unidos alcanzan un trascendental acuerdo con la federación nacional de fútbol para terminar la batalla legal de seis años sobre pago igualitario
BY POR ANNE M. PETERSON Y RONALD BLUM
ASSOCIATED PRESS
Las jugadoras de la selección femenina de Estados Unidos alcanzaron un trascendental acuerdo con la federación nacional de fútbol para terminar la batalla de legal de seis años sobre pago igualitario.
Mediante el acuerdo, la USSF (las siglas en inglés de la Federación Estadounidense de Fútbol) se compromete al pago de 24 millones de dólares en bonos para equiparar al de los hombres.
La federación y las mujeres anunciaron un acuerdo el martes. Las jugadoras se repartirán 22 millones de dólares, un tercio de lo que originalmente pidieron por daños. La USSF también acordó establecer un fondo de 2 millones de dólares para beneficiar a las jugadoras tras su retiro, así como esfuerzos caritativos para fomentar el crecimiento del deporte femenino.
La USSF se comprometió a proveer una tasa equitativa de pago para las selecciones femeninas y masculinas, incluyendo los bonos de la Copa Mundial, sujeto a los acuerdos de contrato colectivo con los sindicatos que representan a cada uno de los equipos por separado.
“Para nuestra generación, saber que dejaremos el deporte exponencialmente mejor que como lo encontramos, lo es todo”, aseguró Megan Rapinoe, la mediocampista de 36 años, en una entrevista telefónica con The Associated Press. “Eso es lo que buscamos debido a que, siendo honestos, no habría justicia si no nos aseguramos que no vuelva a suceder”.
Se trata de un triunfo para las jugadoras, que propiciaron el grito de los aficionados “¡Igualdad de pago!” tras coronarse campeonas en el Mundial de Francia 2019. También fue un éxito para la presidenta de la USSF Cindy Parlow Cone, la exjugadora que se convirtió en líder de la federación en marzo de 2020.
Cone reemplazó a Carlos Cordeiro, quien renunció después de que la federación presentó un recurso legal alegando que las mujeres tenían menos capacidad física y responsabilidad que su contraparte masculina.
“Este es sólo un paso hacia la reconstrucción de la relación con el equipo femenino. Creo que es un gran logro y estoy entusiasmada sobre el futuro y el trabajo que tendremos juntas”, advirtió Cone.
La selección femenina ha ganado cuatro Copas Mundiales desde que se estableció en 1985. Los hombres no han alcanzado las semifinales desde 1930.
Cinco jugadoras estadounidenses, lideradas por Alex Morgan y Rapinoe, abrieron la querella presentando una denuncia en la Comisión de Igualdad de Oportunidad de Empleo en abril del 2016. Las mujeres demandaron tres años después, argumentado haber sido perjudicadas bajo la Ley de Igualdad de Pago y la sección VII de la Ley de Derechos Civiles.
Si bien aún se tiene que negociar y ratificar un contrato laboral para sustituit el que vencerá el 31 de marzo, el acuerdo representa un enorme paso.
“Es muy gratificante sentir que podremos mejorar la relación con la federación estadounidense que estuvo fracturada por tantos años debido a la discriminación que sufrimos”, dijo Morgan, delantera de 32 años. “Finalmente alcanzar nos permite respirar aliviadas”.
Conoce la controversia de Vogue y las modelos negras en la edición de febrero de esta revista. ¡Entérate de los detalles!
La moda es el conjunto de tendencias que permite expresar la personalidad de las personas, por esta razón, las revistas especializadas en ello, y las y los grandes diseñadores forman parte un espacio de expresión artística, pero también de debate, como el más reciente que involucra a Vogue y las modelos negras.
Vogue se caracteriza por presentar lo más reciente de la moda y por su amplia experiencia, sin embargo, su portada más reciente (febrero 2022) en la edición británica, está generando opiniones encontradas, no solamente entre el público en general, sino entre los expertos en la industria.
Vogue y las modelos negras
Como se mencionó anteriormente, Vogue es un referente en lo que a moda. Fue fundada a finales del siglo XIX (1892) por Arthur Baldwin Turnure en Estados Unidos. Actualmente es la revista del sector más influyente a nivel mundial y se edita en más de 20 países.
La revista ha destacado por su moda selecta, pero también por impulsar los trabajos artísticos de ilustradores, pintores y fotógrafos. Si bien las grandes marcas de ropa se complacen de pertenecer a ella, de igual forma sus portadas han llamado la atención a lo largo de décadas.
Basta recordar que Salvador Dalí diseñó seis portadas, lo que revela la importancia de Vogue no solo para la moda, sino para el mundo artístico. En la portada de febrero de 2022 el tema se enfoca en Vogue y las modelos negras.
En ella aparece un retrato grupal con 9 modelos: Adut Akech, Amar Akway, Majesty Amare, Akon Changkou, Maty Fall, Janet Jumbo, Abény Nhial, Nyagua Ruea y Anok Yai. De acuerdo con gal-dem, la finalidad es consolidar un cambio hacia la inclusión.
La inclusión es una apuesta muy común entre el mundo empresarial hoy en día, ya que esta no solo refleja el compromiso socialmente responsable, sino que ayuda a generar identificación con el consumidor final, mismo que actualmente busca y demanda que las marcas de su preferencia tengan esta apertura.
Así que de acuerdo con Edward Enninful, primer editor en jefe negro de la Vogue británica nombrado en 2017, dicha portada muestra»un lugar significativo» para las modelos negras.
¿Cómo es la diversidad en el modelaje?
La industria de la moda a la par que permite expresar la personalidad y los gustos, también ha restringido a ciertos grupos sociales, en especial la moda de alta costura, ya que además de dirigirse a un público con cierto poder adquisitivo, también lo hace a algunos fenotipos específicos con características corporales, tamaños y colores hegemónicos.
Esta situación no es estática, ya que tal como señalaba Coco Chanel:
La moda no existe solo en los vestidos. La moda está en el cielo, en la calle, la moda tiene que ver con las ideas, la forma en que vivimos, lo que está sucediendo.
Coco Chanel, diseñadora.
En ese sentido, se entiende que la «moda tiene que ver con las ideas». Uno de estos aportes fue integrar el bronceado dentro de las pasarelas en un momento histórico que esa práctica se asociaba con la vida campesina, lo cual contenía cierto grado de estigma.
Hoy, la diversidad dentro de las modelos hace posible que personajes como Winnie Harlow no solo sean modelos reconocidas, sino embajadoras de la diversidad. Entonces… ¿qué está sucedienco conVogue y las modelos negras?
La representación negra entre la inclusión y el fetichismo
El debate central de Vogue y las modelos negras se centra en la representación. Específicamente en la representación de la negritud, ya que mientras unos ven inclusión otros ven fetichismo y la perpetuación del racismo. Veamos las posturas:
Inclusión
Tal como señala Edward Enninful, él observa en esta portada una forma de inclusión, elemento no tan novedoso para Vogue, ya que aunque ha estado presente, su incursión ha sido lenta.
De hecho, Enninful al estrenarse como editor en jefe, lo hizo con una portada poco inclusiva, idea que fue apoyada por Alexandra Shulman, la editora con más años de servicio en la historia de la edición británica de Vogue, quien señalaba: «Estoy en contra de las cuotas. Siento que mi Vogue tenía a las personas que yo quería”.
En ese sentido, no resulta extraño que bajo los 25 años de Shulman al frente de la revista, solo dos modelos negras protagonizaran portadas en solitario : Naomi Campbell y Jourdan Dunn (con 12 años de diferencia). Ahora Enninful resalta en su cuenta de Instagram:
El ascenso de la modelo africana se sintió, por fin, como una revolución permanente. Ya no solo una o dos chicas de piel oscura que se mezclaban entre bastidores, sino que una gran cantidad de top models ocuparon un lugar significativo, sustancial e igualitario entre las mujeres más exitosas que trabajan en la moda en la actualidad.
Significa mucho para mí verlo.
Edward Enninful, jefe editor de Vogue británica.
La portada de febrero 2022 la realizó el fotógrafo brasileño Rafael Pavarotti quien ha colaborado con diversas marcas de alta costura como DIOR, además de su trabajo para Vogue destaca que su fotografía intenta tener un contenido social.
La celebración de la experiencia negra e indígena específicamente siempre será parte de mi trabajo, porque también es parte de mí.
Como fotógrafo brasileño afroindígena, mi existencia y mi trabajo ya son políticos.
Rafael Pavarotti, fotógrafo.
Además de la imagen grupal sobre sale la de la modelo Adut Akech y la representación y estilo de Pavarotti en las fotografías, que es justo la principal crítica, la cual es la representación de la negritud desde un punto de vista que fetichiza a las mujeres negras.
Las críticas que se están manifestando no recaen en las modelos negras, sino en la representación de la negritud en ellas, ya que es evidente el uso de pelucas con cabello lacio, además del tono de piel parece estar más oscuro en la fotografía de lo que realmente es.
Al respecto, en redes sociales se han visto comentarios como el siguiente: «Luego reproduce las obsesiones coloniales y fetichistas europeas. Estos son objetos, no personas». La declaración es contundente al resaltar que la portada tiende a cosificar la negritud, reafirmando ciertos estereotipos como el color más oscuro.
Incluso en el video se observa la transformación de la modelos, y si bien es cierto que en industria de la moda generalmente proyecta ciertas ideas de belleza sobre otras, no es menos certera la carga simbólica del oscurecimiento de piel.
Los miembros de las culturas oprimidas son deshumanizados y tratados como objetos, con los que se mantienen relaciones mecánicas y utilitarias de uso y abuso exclusivo.
Para algunas internautas, de la inclusión al fetichismo solo basto la portada de Vogue y las modelos negras, pues:
Italia, Francia, Alemania tienen una larga tradición de fetichismo, con imágenes que proyectan a los africanos como estatuas sin vida, objetos sin vida, sin movilidad, sin movimiento.
Hoy en día, las fotografías en color se manipulan en la posproducción, lo que hace que la piel sea brillante y ultra oscura. Objetos fetichistas.
Se puede decir que Vogue reavivó un tema que se tenía relativamente silenciado y radicado en los estereotipos de belleza, pero también en los estigmas que se tienen sobre cierto grupo étnico o fenotípicamente diferente.
Si bien la portada de Vogue y las modelos negras pretendía empoderar al modelaje africano a través de una lente con orígenes indígenas y africanos, parece que el resultado no fue del gusto de todas las personas. Lo cual invita a repensar sobre las propias cargas colonialistas que se tienen, los prejuicios y la asociación de ciertas etnias a ciertas actividades.
En especial, resaltar que no necesariamente los orígenes étnicos (indígena, negro, mujer) de nacimiento hacen que se entienda esas condiciones de vida si la clase social es superior. Es decir, no se aprecia la vida de igual forma y sus dificultades, un indígena con un poder adquisitivo alto a otro que no lo tiene, e incluso se reproducen los prejuicios del grupo dominante.
Cabe destacar que la portada fue exitosa, ya que tiene el ojo en las nuevas tendencias primavera-verano de firmas como Prada, Louis Vuitton, Balenciaga, Saint Laurent, Miu Miu y muchas más, sin embargo, invita a repensar sobre la construcción de la otredad a partir de una posición de privilegio.
Hecho al que estamos llamadas todas las personas, pues así como se puede ser un grupo oprimido, se puede ser un opresor a través de prácticas e ideologías dominantes y opresivas.
A sus 105 años, Luisita Emma es una de las usuarias de los servicios sociales más longeva de Usaquén.
Desde hace 5 años, se beneficia con los bonos y ayudas técnicas entregadas por la Secretaría de Integración Social.
Como Luisita Emma, más 3.597 adultos mayores hacen parte del programa “Compromiso con el Envejecimiento Activo de una Bogotá Cuidadora Incluyente”.
Para Luisita Emma, una de las personas más longevas de la localidad de Usaquén, “la vida es bella y merece que se disfrute a plenitud; depende en gran parte de cómo se percibe y de cómo se enfoca cada detalle positivo o negativo de la misma, tratando de encontrarle a cada situación que acontece el lado positivo y bueno”.
Luisita Emma es beneficiaria hace 5 años de los servicios sociales de la Secretaría de Integración, específicamente, del programa de Vejez, y con el bono mensual que recibe adquiere algunas medicinas para la hipertensión y elementos de aseo personal.
Su hija Yuli señala que su madre está a punto de cumplir los 105 años y sufre de algunos achaques, pero “con el cariño, las atenciones y la dedicación de quienes la rodeamos ella sigue adelante con su vida; es para nosotros la bebé de la familia”.
Añade que Luisita Emma ha sido una mujer muy carismática, agradable, sana y bastante alegre que desde joven le ha encantado bordar, coser, leer poesía y estar pendiente de la crianza de sus 4 hijos, uno de ellos Enrique Bustamante hace parte en la actualidad del Consejo de Sabios y Sabias de la localidad de Usaquén.
Y es precisamente Enrique Bustamante, hijo mayor de Luisita, quien agradece en nombre de la familia el acompañamiento brindado por la Secretaria de Integración y por sus funcionarios que a diario atienden a su bebé.
Su yerno, Eduardo Gillio, brasilero y delantero del equipo de fútbol de Los Millonarios en la década de los 70 le metió un gol a la vida con el amor desbordante que le profesa a su suegra. “Es maravilloso contar con la presencia de ella, porque toda una vida ha estado acompañándonos, siempre ha sido una mujer sensacional en todo el sentido de la palabra y es un orgullo el tenerla a esta edad, con gusto la atiendo porque es la forma que presto colaboración a mi esposa”, expresa este deportista que decidió quedarse en nuestro país.
Así como Guillio le agradece a Colombia muchos de sus triunfos, también reconoce la labor de la Secretaria Distrital de Integración Social “porque lo que le ha aportado a Luisita Emma ha sido cosas sensacionales estamos muy agradecidos nosotros con ellos por los aportes que nos han brindado, y esperamos que cada día sea mayor el apoyo no solo para nosotros, sino para todas las personas que lo necesiten”, concluye Eduardo.
Desde esta entidad, a través de la Subdirección Local, se le ha proporcionado ayudas técnicas (la silla de ruedas y la silla de baño), mantas y elementos de aseo personal, resaltó su hija Yuli Bustamante
Actualmente, el programa “Compromiso con el Envejecimiento Activo de una Bogotá Cuidadora Incluyente” es bastante amplio y hace parte de la política pública para el Envejecimiento y la Vejez a través de servicios en diferentes modalidades. En el caso de Usaquén se manejan dos servicios y un tercer a nivel distrital.
“El primer servicio es el de apoyos económicos; con este dinero se ayuda a personas mayores que se encuentran en estado de vulnerabilidad y fragilidad socioeconómico: hombres mayores de 59 y mujeres de 54 que no gozan de pensión, y que carecen de ingresos propios para subsistir y, posteriormente son vinculados a procesos de desarrollo humano”, explica Lorena Hernández, referente del programa.
La funcionaria señala que en la localidad de Usaquén se atienden a 2.647 personas mayores por parte de la Secretaría de Integración Social, bien sea con apoyos propios o cofinanciados; adicionalmente, reciben servicios 950 personas mayores, gracias a un proyecto de la Alcaldía y los subsidio C para un total de 3.597 personas mayores atendidas.
Inaugurada en mayo de 2021, (In)visibles y (O)cultas es una exposición producida por el Museu de Ciències Naturals de Barcelona. Desde el Antiguo Egipto hasta la Gran Bretaña del siglo XXI, esta muestra se centra en la vida y obra de veinticuatro científicas (in)visibilizadas por la historia de la ciencia y cuyas aportaciones han permanecido (o)cultas.
Las científicas protagonistas de (In)visibles y (O)cultas son:
La médica Peseshet (2400 aC, Egipto)
La química Tapputi Belatekallim (1200 aC, Mesopotamia)
La médica Agnódice (s.IV aC, Atenas, Grecia)
La astrónoma Aglaonice (s.II – I aC, Tessalia)
La inventora Maria la Jueva (s. I – II dC, Alejandría)
La ginecóloga Trotula de Salern (1110 – 1160, Italia)
La comadrona y médica Francesca de Barcelona (s. XIV, Barcelona)
La entomóloga e ilustradora Maria Sibylla Merian (1647 – 1717 Alemania)
La astrónoma Maria Winkelmann (1670 – 1720, Alemania)
La astrónoma y poeta Wang Zhenyi (1768 – 1797, China)
La botánica Blanca Catalán de Ocón (1860 – 1904, Calatayud)
La genetista Nettie Stevens (1861 – 1912, EUA)
La astrónoma Henrietta Leavitt (1868 – 1921, EUA)
La pionera de la industria del cine Alice Guy (1873 – 1968, Francia)
La física Lise Meitner (1878 – 1968, Austria)
La zoóloga Bertha Lutz (1894 – 1976, Brasil)
La astrónoma Cecilia Payne (1900 – 1979, Gran Bretaña)
La física Chien-Shiung Wu (1912 i 1997, China)
La matemática y programadora Katherine Johnson (1918 – 2020, EUA)
La cristalógrafa Rosalind Franklin (1920 – 1958, Gran Bretaña)
La microbióloga Esther Zimmer Lederberg (1922 – 2006, EUA)
La ingeniera y cosmonauta Valentina Vladímirovna Tereshkova (1937 Unión Soviética)
La astrofísica Nergis Mavalvala (1968, Pakistán)
La física Jess Wade (1988, Gran Bretaña)
La exposición itinerante
Aunque la exposición podrá visitarse hasta junio de 2022 en el Museu de Ciències Naturals de Barcelona, para que el trabajo de estas científicas sea conocido, el Museo ofrece (In)visibles y (O)cultas en su versión itinerante: los 26 paneles de la exposición (24 correspondientes a las científicas, además del cartel introductorio y el panel final con un epílogo) podrán descargarse de manera gratuita en versión bilingüe (catalán-castellano) o en versión castellano.
Cada panel del archivo permite una ampliación máxima de 0,80 metros de ancho y 2 de alto, aunque podrán adaptarse a medidas inferiores dependiendo de las necesidades espaciales de donde se presente.
