jueves, 30 de septiembre de 2021

Hablemos de Igualdad

 

Empleo verde: ¿empleo femenino?

Dentro de su visión para la recuperación del tejido económico y social, el Grupo BID ha priorizado dos pilares fundamentales: la mitigación del cambio climático y la recuperación y transformación del empleo femenino.

Una crisis global

Según el Observatorio Laboral COVID-19 del BID, el impacto de la crisis por la pandemia de COVID-19 no ha sido menor: en el peor momento se llegaron a perder 30 millones de empleos, de ellos, 3,7 millones formales. En términos porcentuales la pérdida de empleos entre las mujeres fue mayor que entre los hombres, y las tendencias nos indican que las mujeres serán las que tardarán más tiempo en recuperarlo.

La magnitud de la crisis sanitaria y económica resultante de la pandemia de COVID-19 ha puesto en evidencia el potencial destructivo de fenómenos disruptivos a escala global que resultan de la desequilibrada relación de los seres humanos con nuestro entorno natural. Del cambio climático hemos venido hablando por décadas, pero poco se ha hecho para mitigar o revertir su avance. La realidad corroborada por la ciencia es que hoy en día, el planeta enfrenta con mayor frecuencia fenómenos climáticos extremos, olas de calor y sequías. Como resultado, vemos un incremento de los incendios forestales, las inundaciones y la erosión y, a la vez, reducciones en los rendimientos agrícolas, las reservas de agua, la diversidad biológica, con consecuencias sobre la salud humana y de nuestros ecosistemas.

América Latina y el Caribe es una región privilegiada por su dotación natural. Es la casa de alrededor de un quinto de los “hotspots” del planeta, es decir, de los ecosistemas más biodiversos y, a la vez, más amenazados. La Amazonía, por sí sola, que representa el 40 por ciento del territorio de Sudamérica, cumple un rol esencial en los fenómenos ecológicos a nivel global y es una fuente extraordinaria de recursos genéticos (muchos de ellos aún no descubiertos) importantes para la ciencia y la medicina. Además de ser la principal fuente del agua del continente sudamericano, contribuye significativamente a la regulación de la calidad del aire y al almacenamiento de carbón. En la Amazonía viven 30 millones de latinoamericanos, de los cuales 1.5 millones son indígenas y 5 millones afrodescendientes. La subsistencia, las relaciones sociales y las tradiciones de sus habitantes han estado siempre ligadas íntimamente a la naturaleza.

A la vez, la actividad económica en la Amazonía no solo replica los problemas estructurales de la región sino que además experimenta otros adicionales:  además de la informalidad, y la baja productividad, la degradación ambiental, el uso de tecnologías inadecuadas, la corrupción, las actividades ilegales y el crimen organizado han sido todos factores que han limitado la posibilidad de un desarrollo económico sostenible.

La promesa de la ciencia

El mundo presenció atónito cómo con la pandemia los científicos desarrollaron no una, sino varias vacunas contra la COVID-19 en menos de un año, un plazo nunca visto. Asimismo, hemos vivido la adaptación y la adopción acelerada de otras tecnologías y cambios para ajustarnos a la vida en pandemia: la economía digital y los tele-servicios se expandieron a un ritmo que nadie hubiese podido predecir. Son esos mismos avances científicos y tecnológicos los que hoy en día ofrecen una promesa al planeta pues permiten transformar la producción, el uso y la conservación de los recursos biológicos, generar bienes y servicios con valor agregado y a la vez, hacerlo de una manera sostenible. Estos son los principios básicos detrás de la noción de la bioeconomía.

Es ahí donde viene el mayor reto: ¿Será posible lograr la recuperación productiva post-COVID-19 de una manera mejor que aquella que primaba en la pre-pandemia: más sostenible, más equitativa, más inclusiva? Esto es viable si se sustenta sobre algunos elementos clave como la innovación, la diversificación productiva, la generación de cadenas de valor sostenibles y modernas, la complementariedad de conocimientos tradicionales y modernos, el desarrollo regional, y sí, también de las oportunidades económicas para las mujeres.

Una nueva iniciativa del BID busca forjar modelos de desarrollo sostenible basados en el capital humano, la riqueza natural y el acervo cultural de la región amazónica donde trabajaremos con el sector privado, organizaciones no gubernamentales y fondos como el Fondo Verde del Clima (Green Climate Fund) y el Fondo para el Medio Ambiente Global (Global Environmental Facility). Esta iniciativa contará con US$20 millones en capital semilla del BID y se implementará en estrecha coordinación con los países amazónicos y la Organización del Tratado de Cooperación Amazónica (OTCA). Sin embargo, somos conscientes de que e esfuerzo es solo el arranque de un esfuerzo institucional y regional más amplio.

¿Puede la economía verde generar empleo de calidad?

La economía verde tiene potencial de generar empleo de calidad para personal con diferentes niveles de cualificación profesional porque incluye una amplia gama de actividades y sectores. Por nombrar solo algunos, incluye la agricultura, ganadería, pesca y manejo forestal sostenibles, la transición hacia la generación y distribución de energías limpias, los sistemas de transporte sostenibles, la innovación científica gracias a los recursos genéticos y conocimientos ancestrales, el turismo y la recreación. Durante muchos siglos han sido las mujeres quienes manejaron y conservaron las semillas, la siembra, la recolección y la elaboración de productos no maderables de los bosques. La economía verde, es entonces, la evolución natural hacia una mayor y mejor participación económica femenina para el desarrollo sostenible de América Latina y el Caribe.

¿Cómo acelerar la generación de empleos y oportunidades económicas para las mujeres en este sector? La apuesta del Grupo BID es invertir en las empresas y el emprendedurismo, el desarrollo de habilidades y las regulaciones.

  • Empresas lideradas por o de propiedad de mujeres: para conectarlas a segmentos de mercado que están creciendo, para facilitar el acceso a financiamiento, para ampliar la adopción de prácticas agrícolas, pesqueras ganaderas y forestales sostenibles, para promover la adopción de tecnologías verdes, para desarrollar proyectos de turismo sostenible o, como lo ha hecho BID Invest, a través de incentivos a las empresas que promueven la participación femenina en empleos verdes.
  • Habilidades de niñas y mujeres: fomentar el desarrollo de habilidades empresariales, apoyar la capacidad de integrar negocios locales en otros mercados, asesorar la mejora modelos gerenciales para el manejo sostenible de la agricultura, ganadería y recursos forestales y la adquisición de competencias técnicas y profesionales en sectores emergentes: energía y transporte verde, conservación ambiental, y otros.
  • Regulaciones a favor de la igualdad de género: para facilitar el desarrollo de nuevos modelos de negocio, para proveer estímulos al desarrollo tecnológico y la formalización, para otorgar certificaciones ambientales, de sostenibilidad y sellos de género, para asegurar el acceso a servicios de cuidado de calidad.

Un enfoque renovado en temas de género y el cambio climático le permitirá al Grupo BID seguir promoviendo un crecimiento sostenible e incluyente. Hagamos de esta necesidad urgente de reconstruir el tejido productivo y social de nuestra región una oportunidad para cuidar no solo el bienestar de la generación actual, sino de aquellas del futuro.

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Mujeres de Ciencia

 

Conoce a la Dra. Dafni Yeniveth Mora Guerra, Ganadora del Premio Nacional L'Oréal-UNESCO "Por las Mujeres en la Ciencia" 2021 🏅!
La Dra. Mora cuenta con un doctorado en Ingeniería Civil e Industrial, cursado en la Universidad de Calabria (Italia); Maestría en Ciencias de la Ingeniería Mecánica con Especialización en Energía Renovable y Ambiente cursada en la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP), así como su licenciatura en Ingeniería Mecánica.
La científica ha sido becaria de la SENACYT del Programa de Excelencia Académica (para doctorado y maestría), miembro del Sistema Nacional de Investigación (SNI), cuenta con 25 artículos en revistas científicas indexadas y dos capítulos de libros, además de presentaciones internacionales y seminarios.
En la actualidad, la Dra. Mora es profesora a tiempo completo en la Facultad de Ingeniería Mecánica de la Universidad Tecnológica de Panamá (UTP). El proyecto de investigación con el que la Dra. Mora obtiene el Premio Nacional L’Oréal - UNESCO “Por Las Mujeres en la Ciencia” 2021 se titula “Laboratorio Especializado en Soluciones Energéticas Pasivas y Confort en Edificaciones (LESEPCE)”. Con la creación de este Laboratorio, se generarán capacidades locales para la evaluación de técnicas pasivas y de bajo consumo, a través de la realización de diferentes configuraciones experimentales y el uso de simulación del comportamiento dinámico, para evaluar el rendimiento energético. De igual manera se busca impulsar el uso de las energías limpias y su implementación, lo cual redundará en beneficios para la sociedad y el desarrollo global.
✍📰 Lee la nota completa en: www.senacyt.gob.pa

martes, 28 de septiembre de 2021

Mujeres en la Historia

La voz de la mujer: el diario feminista que hablaba de explotación laboral, amor libre y esclavitud doméstica en el siglo XIX

Jazmín Bazán
© Proporcionado por eldiario.es La voz de la mujer: el diario feminista que hablaba de explotación laboral, amor libre y esclavitud doméstica en el siglo XIX

El 8 de enero de 1896, un grupo de comunistas anárquicas decretó: “Salimos a la lucha sin Dios… y sin jefe”. Lanzaban así La voz de la mujer, un proyecto ambicioso, que marcó un hito ineludible en la búsqueda de emancipación femenina en el país y en el periodismo feminista (aunque no se definiera de esa forma). De sus páginas -que hoy cumplen 125 años- nació una frase repetida en marchas y pancartas hasta el día de hoy: “Ni Dios, ni patrón, ni marido”.

“Hastiadas ya de tanto llanto y miseria, (…) hastiadas de pedir y suplicar, de ser el juguete, el objeto de placeres de nuestros infames explotadores o viles esposos, hemos decidido levantar nuestra voz en el concierto social y exigir, exigir decimos, nuestra parte de placeres en el banquete de la vida”, expresaban las autoras en el artículo inaugural de su primera publicación. De esta forma, marcaban tres objetivos: deshacerse del tutelaje económico, marital y social.

Llegaron a imprimir nueve números, repartidos en un año, con un promedio nada despreciable de 1.400 ejemplares por edición. Contaron con dos redacciones y una breve reaparición en Rosario, tres años más tarde, presuntamente a cargo de la anarquista Virginia Bolten. Las colaboradoras provenían de las comunidades española e italiana, aunque la mayoría de los textos estaban en castellano (y se encuentran digitalizados, para quien quiera conocerlos).

Las notas -principalmente hasta el quinto número- giraban en torno a dos fuentes de opresión para las mujeres obreras, quienes garantizaban la salida del periódico y conformaban el grueso de sus lectores: la explotación fabril y la “esclavitud doméstica”. 

“¿Quién ignora que desde temprana edad el taller nos traga y martiriza?”. Las periodistas/militantes estaban convencidas de que el trabajo excesivo, además de ser “degradante y martirizador”, tenía un efecto embrutecedor sobre las masas y, en particular, sobre las mujeres. Achacaban a los poderosos el monopolio de la educación e introducían un aspecto que recorrería las grandes batallas entre las clases a lo largo de la historia: la disputa por el tiempo (e, indirectamente, la duración de la jornada laboral y las tareas domésticas). “No siendo libre la educación y no pudiendo disponer del tiempo suficiente para adquirirla ¿cómo vamos a ser educadas?”.

Asimismo, las redactoras apuntaban abiertamente contra aquellos compañeros y maridos que hacia afuera detentaban el estandarte de la revolución y, puertas adentro, se comportaban como zares. “Ya no os tendremos miedo, ya no os admiraremos más, ya no obedeceremos ciega y tímidamente vuestras órdenes”, concluían.

La mayor parte de las notas de La voz de la mujer giraba en torno a las dos fuentes de opresión para las mujeres obreras: la explotación fabril y la “esclavitud doméstica”. Tampoco faltaron otros temas -igual de actuales- como la prostitución, el rechazó a la institución eclesiástica y las condiciones de vida de la clase trabajadora. 

Pioneras del periodismo feminista

La voz de la mujer no fue la primera publicación hecha por y para mujeres en el ámbito local. Como explica la historiadora Dora Barrancos -citando a la doctora en Letras Graciela Batticuore-, en la década del treinta del siglo XIX habían surgido títulos como La Argentina y La Aljaba, que, si bien auspiciaban la ilustración de sus lectoras, “abogaban por un protagonismo femenino circunscripto al ámbito de la domesticidad”. 

En 1854, Juana Manso marcó un quiebre con su Álbum de señoritas. Periódico de literatura, modas, bellas artes y teatro. Este procuraba librar a sus compatriotas “de las preocupaciones torpes y añejas que les prohibían hasta hoy hacer uso de su inteligencia, enajenando su libertad y hasta su conciencia a autoridades arbitrarias”. Argentina era, sin embargo, poco más que un proyecto en construcción.

El periódico de las comunistas anárquicas apareció en un contexto diferente, propio de una nueva época histórica. El Estado nacional se había consolidado y Argentina entraba en la división mundial del trabajo como exportadora de materias primas. La fisonomía de las ciudades cambiaba, a la par que se multiplicaban los establecimientos fabriles. Eran tiempos de cambios económicos y de una inmigración masiva proveniente de ultramar que terminó de dar forma a la joven -pero potente- clase obrera. Pese a la represión y persecución, las corrientes libertarias encontraron un terreno fértil de acción. Esos años coincidieron también con los primeros pasos del feminismo y la emergencia de destacadas militantes intelectuales y trabajadoras.

Barrancos relata que fue “en la prensa socialista y anarquista, y en la enrolada a alguna forma de ‘librepensamiento’, que el arco a favor de la causa femenina se tensó todo lo que permitió el momento histórico”. Dado que la representación política estaba vedada para gran parte del pueblo, el periodismo partidario cumplió un rol importante en la propaganda y la difusión de ideas radicales. La oferta era amplia, para responder a un público de distintas nacionalidades, ideologías y rubros. Según explica la socióloga Maxine Molyneux en un estudio pionero, entre los años ochenta y noventa del siglo XIX, llegaron a haber hasta veinte diarios anarquistas, escritos en francés, español e italiano. Muchos de ellos dedicaron páginas al emergente “problema de la mujer”: en particular, a temas relacionados con la igualdad, el matrimonio, la familia. La voz de la mujer fue un caso paradigmático. 

Esclavas de los esclavos

¿Cómo vivían las mujeres en ese entonces? En primer lugar, su situación legal reflejaba determinados modelos de femineidad. De acuerdo con el Código Civil redactado por Dalmacio Vélez Sarsfield en 1869 –en vigor desde 1871–, estaban subordinadas a la institución familiar. A diferencia de los hombres, nunca alcanzaban la capacidad civil plena: dado que la minoría de edad regía hasta los veintidós años, permanecían sujetas a sus padres o tutores hasta esa edad y luego pasaban a depender de sus maridos. Incluso las solteras terminaban bajo un estado de minoridad legal, ya que ninguna podía disponer de bienes patrimoniales (heredados, propios o adquiridos dentro del matrimonio), suscribir documentos públicos, ni querellar ante tribunales. Las casadas, por su parte, no poseían la patria potestad de sus hijos.

La filósofa Nancy Fraser se refiere al siglo XIX como un período de “capitalismo competitivo liberal”, en el cual se fomentaba la incorporación masiva al mercado laboral de mujeres, al tiempo que se imponía un imaginario burgués de domesticidad. Es decir, se pretendía un modelo “esferas separadas” (con las mujeres a cargo del hogar y los hombres como proveedores económicos), con la paradoja de que “se privaba a la mayoría de las condiciones necesarias para realizarlo”. Los mandatos victorianos eran incumplibles para muchas familias, en particular, las más humildes. Las mujeres no solo eran predominantes en la modalidad de trabajo a domicilio, sino que tuvieron un importante peso en ramas industriales, como la textil, la de fósforos y cigarrillos. La división sexual de tareas en el hogar tenía su correlato en lo laboral. También se desarrollaban como docentes, oficinistas y vendedoras. 

El censo de 1895 arrojó que había más de 368 mil mujeres inmigrantes (poco más que la mitad del número de hombres) y que estas ocupaban el 20 % de los puestos existentes. Según el censo de la Ciudad, a fines del siglo XIX, aproximadamente el 50 % constituía “personal de servicio” y el 36 % estaba ocupada en el sector industrial. El 37 % de estas “fabriqueras” (un término propio de la época) vivía en Buenos Aires. En todos los casos, combinaban sus tareas productivas con las reproductivas: la maternidad, el cuidado de los hijos y ancianos, los quehaceres en la casa.

Empuñar la pluma: ¡Viva la Revolución! ¡Viva el amor libre!

Desde el primer número, las encargadas del periódico advirtieron que este aparecería “cuando puede y por suscripción voluntaria”: algo muy común en la prensa anarquista, cuyos militantes -como subraya Laura Fernández Cordero- debían moverse por encarcelamiento, cierre de imprentas, amenazas o incluso peleas internas. 

Los suscriptores y suscriptoras voluntarias de esta iniciativa de las comunistas anárquicas se valían de distintos seudónimos ocurrentes: “Grupo las vengadoras”, “Viva el amor libre”, “Un hombre que ama a las mujeres”, “Una que está en el camino de la Verdad”, “Un herrero explotado”, “Uno que quiere la igualdad”, “Viva la dinamita”. Las investigadoras María del Carmen Feijóo y Marcela Naris buscaron develar su identidad, concluyendo que probablemente fueran, más que nada, trabajadoras y amas de casa que se rebelaban contra las condiciones de vida a las que estaban sometidas. Aun así, no dejaron de señalar que la difusión del periódico probablemente encontrara un límite en los bajos niveles de alfabetización registrados.

Las periodistas hablaban en nombre de la Anarquía (con mayúscula). Por eso, uno de sus principales blancos eran los patrones, el Estado y sus instituciones: “¡Ah, burgueses, enemigos del bienestar del pueblo, construid cárceles, alzad guillotinas, fusilad, agarrotad! ¿Qué importa? ¿No saben que de lo más hondo de vuestros calabozos, de lo más alto de vuestras horcas, de lo ensangrentado de vuestras guillotinas y de los negros y humeantes fusiles sale la fuerza que nos alienta?”. 

Aunque el párrafo anterior cerraba con la frase “Anarquistas de ambos sexos, luchemos”, los enfrentamientos con sus camaradas no se hicieron esperar. En el segundo número, ironizaban: “Cuando nosotras (despreciables e ignorantes mujeres) tomamos la iniciativa de publicar La voz de la mujer, ya lo sospechábamos… (..) ‘¡(A)cá! No señor’, ‘emanciparse la mujer’, ¿para qué?, ¿qué emancipación femenina ni que ocho rábanos?’ ‘¡la nuestra!’, ‘venga la nuestra primero’, y luego, cuando nosotros ‘los hombres’ estemos emancipados y seamos libres, allá veremos”. Se definían como “doblemente esclavas de la sociedad y del hombre” y advertían: “Ya se acabó eso de ‘anarquía y libertad y las mujeres a fregar’”.

Varios artículos estaban dedicados a la cuestión del “amor libre”. Contra concepciones contemporáneas, como detallaba Molyneux, el nudo era un rechazo fundamental a los matrimonios sin amor, donde la fidelidad -si existía- se mantenía más por miedo que por deseo. “Suprimida la causa, muere el efecto, suprimida la miseria, desaparecen tales asquerosidades y el hogar, lejos de ser lo que es hoy, sería un paraíso de goces y delicias”, resumían (¡casi cien años antes de que existiera el divorcio vincular!). Claro que no entendían esta consigna desprendida de la lucha por el cambio social. Al contrario, aclamaban: “¡Viva la anarquía! ¡Viva la revolución social! ¡Viva la libre iniciativa! ¡Viva el amor libre!”.

En consonancia con las “Preguntitas sobre Dios” de Atahualpa Yupanqui (“¿Qué Dios vela por los pobres? Tal vez sí y tal vez no ¡Pero es seguro que almuerza en la mesa del patrón!”), o yendo aún más lejos, ellas reflexionaban sobre el hambre y el frío que padecían sus hijos e hijas y, a partir de ahí, escribían: “Entonces comprendimos por qué se cae… por qué se mata y por qué se roba (léase expropia). Y fue entonces también que desconocimos a ese Dios y comprendimos cuán falsa es su existencia”. En diversos artículos citaban con desprecio a la Iglesia y hasta incluyeron un diálogo ficcional entre una pequeña niña y su confesor, que abusaba de ella (dando a entender que la práctica era habitual). En otro caso, aludieron explícitamente a la “inmundicia clerical”.

Molyneux recupera que el censo de 1895 registraba al menos 700 prostitutas en Buenos Aires, aunque el número fuera probablemente muy superior. Para las encargadas de La voz, estas eran “mujeres caídas”, víctimas de su sexo y de su clase. “¡Sí, ya lo sé, pobre niña, lo sé, el padre fue amo del tuyo y el hermano fue quien te compró por cuatro monedas! Sí, tu padre fue despedido, tu madre enferma y tus hermanitos agonizaban de hambre; sí, ya lo sé, no digas más...”, describía la autora Pepita Gherra, para plantear la prostitución como un problema derivado de un sistema corrupto y misógino.

El aspecto de la maternidad, uno de los mandatos centrales asignados a las mujeres -incluso dentro de las izquierdas- atraviesa la publicación. El artículo de la quinta edición, titulada “¡Madres, educad bien a vuestros hijos!”, gira en torno a la necesidad de criar a los hijos siguiendo la senda revolucionaria, “para que luchen para obtener su completa libertad”, renieguen del dinero y las falsas deidades. En este y otros apartados conviven dos ideales aparentemente contrapuestos o, por lo menos, en tensión: el precepto anarquista a “despreciar y a no acatar a la autoridad” desde la niñez y la responsabilidad exclusivamente femenina -ya que no se habla del padre o el hombre- de inculcarlo. En cada línea, cuando mencionan a los hijos, parecen referirse sobre todo a los varones (“tened entendido que los niños de hoy serán los hombres del mañana”); cuando sí nombran a las hijas, lo hacen para marcar la importancia de que no caigan en la deshonra. El corolario del razonamiento es, de todas formas, revolucionario e involucra a ambos sexos: “Solo entonces, compañeras, reinará la dicha, el bienestar, y ese amor o afinidad entre hombre y mujer será quizás más duradero porque ella será despojada de toda clase de convencionalismos”.

Las voces y los ecos

El camino por la ampliación de derechos de las mujeres en Argentina es amplio y complejo. A lo largo del siglo XIX, aparecieron distintas expresiones contra la relación establecida entre masculinidad y ciudadanía. Intelectuales y obreras levantaron la bandera sufragista, aun antes de que existiera la ley Sáenz Peña. Las dirigentes socialistas y anarquistas defendieron el ingreso femenino al mundo de trabajo, mientras peleaban por conquistas laborales y civiles. Algunas militantes reprodujeron estereotipos patriarcales −por ejemplo, respecto a la supuesta inferioridad física de las mujeres o a su rol primordial como madres−, pero, desde ese lugar, exigieron garantías económicas y educacionales. Cada una de ellas impulsó un cuestionamiento objetivo -y colectivo- a la inequidad entre los sexos. 

Las redactoras de La voz de la mujer son un ejemplo de estas mujeres que, no exentas de contradicciones, plantearon demandas radicales tanto desde su lugar de clase, como desde su pertenencia militante -generando discusiones disruptivas dentro de una de las principales corrientes de izquierda del momento-.

En 1911, el escritor James Oppenheim publicó el poema “Pan y rosas”. La fuerza de sus versos reside en su vigencia. Inspirados en las luchadoras que antecedieron al artista, no solo pasaron la prueba del cambio de siglo, sino que se convirtieron en patrimonio de activistas de distintos lugares del mundo. 

Una de sus estrofas traza una línea entre aquellas mujeres que en 1896 se lanzaron a la batalla periodística -dispuestas “a no transigir con nada ni con nadie en lo referente a defender la emancipación de la mujer, uno de los grandes y bellos ideales de la Anarquía”- y las feministas actuales: “Mientras vamos marchando, a través de nuestro canto, hay viejos gritos de mujeres que clamaron por el pan. Ellas poco conocieron la belleza de las cosas. Es por ellas que peleamos por el pan y por las rosas”.



domingo, 26 de septiembre de 2021

Deporte

 ¡CAMPEONAS SUDAMERICANAS 2021! RELEVO 4X100 FEMENINO

Se cierra el día con un broche de oro, nuestro relevo femenino 4x100 obtuvo la medalla de oro en la clausura del primer día del campeonato sudamericano de Atletismo U18 que se lleva a cabo Encarnación, Paraguay.
La cuarteta colombiana que estuvo integrada por Laura Martínez Ibargüen, Melany Bolaños, María Alejandra Murillo y Marleth Ospino registraron un tiempo de 46.18 por encima de Brasil (46.61) y Argentina (48.06).
¡QUE GRANDE CAMPEONAS! ¡FELICIDADES!!!!! VIVAAA COLOMBIA

sábado, 25 de septiembre de 2021

viernes, 24 de septiembre de 2021

LLEGA LA MANZANA DEL CUIDADO DEL SISTEMA DISTRITAL DE CUIDADO A LA LOCALIDAD DE USAQUÉN

 


Alcaldesa Mayor de Bogotá Claudia López en Centro PAS 

Hoy se abre la nueva manzana cuidado en lo Usaquén del Sistema Distrital de cuidado, los servicios que se prestan son totalmente gratuitos 
Formación 1. educación para terminar la primaria y el bachillerato es gratis certificado y puede hacerlo desde su casa 
2. Cursos de formación en alianza con el SENA mejora tus habilidades y adquiere más oportunidades de ingresar al mercado laboral 
3. Curso para crear y manejar Su propio negocio aprende habilidades financieras

Saberes de cuidado llevas más de 6 meses haciendo trabajo de cuidado certifica tu experiencia esto te sirve para optar por un trabajo formal, otro campo atención psicosocial individual mejorar tu bienestar mental y emocional con actividades de bienestar yoga aeróbicos y artes marciales 

Escuela de la bici aprender montar bicicleta y a vivir tu vida en ella actividad física gimnasio nocturno y baile prevención y promoción en salud, naturaleza y salud y cultura recorrido turístico, disfrutar el patrimonio histórico arquitectónico y cultural de Bogotá, además con  recorrido de avistamiento de fauna Silvestre para  conocer y relajarse  mientras aprende sobre la fauna de Bogotá por otra parte cuidado menstrual talleres para autocuidado
recuerda que puede  disfrutar de estos servicios mientras cuidamos cuidan de su familiares para mayor información inscribirse en www.sistemadecuidado.gov.com .

Por primera vez en Bogotá se reconoce que los trabajos domésticos y el cuidado son fundamentales para el sostenimiento de la vida.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Igualdad

 La igualdad de género y la Asamblea General de la ONU: hechos e historia que debe conocer



La Asamblea General de la ONU (AGNU) es la reunión anual de líderes mundiales más grande del mundo. Es una semana llena de acción de deliberaciones, discursos, eventos paralelos e incluso avistamientos de celebridades.

Si bien la AGNU ha sido el escenario de varios momentos históricos para la igualdad de género, aún queda mucho por lograr con respecto a la representación y participación de las mujeres.

Solo cuatro mujeres han sido elegidas Presidentas de la AGNU en sus 76 años, y solo 24 países tienen actualmente una mujer Jefa de Estado o de Gobierno. Las Naciones Unidas nunca han tenido una mujer secretaria general.

Antes de la 76a sesión de la AGNU (14-28 de septiembre de 2021), echamos un vistazo a ...

2021 (AGNU 76)

La UNGA 76 se centrará en el tema “Construyendo resiliencia a través de la esperanza: recuperarse del COVID-19, reconstruir la sostenibilidad, responder a las necesidades del planeta, respetar los derechos de las personas y revitalizar las Naciones Unidas”. Debido a que los impactos de las crisis nunca son neutrales al género, y COVID-19 no es una excepción, los Estados miembros deben actuar deliberadamente para contrarrestar los efectos desproporcionados de la pandemia para las mujeres mientras consideran cómo recuperarse y desarrollar la resiliencia del COVID-19.

2020 (AGNU 75)

En 2020, por primera vez en la historia, la AGNU se llevó a cabo virtualmente debido a la pandemia de COVID-19. Con los datos e informes emergentes sobre el aumento de todos los tipos de violencia contra las mujeres y las niñas, en particular la violencia doméstica, el Secretario General pidió el compromiso y los recursos de los gobiernos para poner fin a esta “guerra encubierta contra las mujeres”.

La 75ª sesión de la AGNU se produjo un cuarto de siglo después de la adopción de la histórica Declaración y Plataforma de Acción de Beijing de 1995, un plan integral para los derechos de las mujeres y la igualdad de género en todo el mundo. La sesión marcó el 25 aniversario de la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing con un evento de alto nivel donde los líderes mundiales presentaron acciones para acelerar la plena realización de la igualdad de género.

2019 (AGNU 74)

El 23 de septiembre de 2019, Greta Thunberg se dirigió a los líderes mundiales reunidos en la Cumbre de Acción Climática de la ONU de 2019 celebrada en la ciudad de Nueva York antes del Debate General de alto nivel.

Foto: @NorwayUN en Twitter

Por primera vez en la historia, una delegación de mujeres se sentó en el Salón de la Asamblea General de la ONU. La delegación de Noruega, que incluía a la Primera Ministra Erna Solberg, la Ministra de Relaciones Exteriores Ine Marie Eriksen Søreide y la Embajadora de la ONU Mona Juul, con los parlamentarios Liv Signe Navarsete, Ingjerd Schou y Linda H. Helleland, hicieron historia en un escenario de diplomacia internacional dominado por hombres.

2018 (AGNU 73)

María Fernanda Espinosa Garcés (derecha), presidenta del 73º período de sesiones de la Asamblea General, sostiene el mazo tras el relevo de Miroslav Lajcák (centro), presidente del 72º período de sesiones de la Asamblea General. A la izquierda está el secretario general António Guterres. Foto: ONU Foto: Manuel Elias

María Fernanda Espinosa Garcés se convirtió en la cuarta mujer en los 73 años de historia de las Naciones Unidas en ser elegida Presidenta de la Asamblea General.

Jacinda Ardern, Primera Ministra de Nueva Zelanda, lleva a su hija Neve entre reuniones en el tercer día del septuagésimo tercer debate general de la Asamblea General. Foto: Foto ONU / Laura Jarriel

La Primera Ministra de Nueva Zelanda, Jacinda Ardern, hizo historia durante el Debate General de alto nivel como la primera mujer líder mundial en asistir a la AGNU con su bebé recién nacido a cuestas.

El Secretario General de la ONU, António Guterres, posa con mujeres que forman parte del Grupo de Alta Dirección de la ONU después de lograr el equilibrio de género dentro del equipo de liderazgo. Foto: Foto de la ONU / Mark Garten

Por primera vez en su historia, las Naciones Unidas habían logrado la paridad de género entre sus líderes superiores durante la 73a sesión de la AGNU.

2017 (AGNU 72)

La Unión Europea y las Naciones Unidas lanzaron una iniciativa Spotlight para eliminar todas las formas de violencia contra las mujeres y las niñas.

2016 (AGNU 71)

ONU Mujeres lanzó su iniciativa de programa insignia , Hacer que todas las mujeres y niñas cuenten, que busca lograr un cambio radical en la forma en que se utilizan, crean y promueven las estadísticas de género.

El primer informe del Panel de alto nivel sobre el empoderamiento económico de la mujer describió los factores que impulsan la promoción de la igualdad de género.

2015 (AGNU 70)

Los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) fueron adoptados por todos los Estados miembros de la ONU en 2015, como parte de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, que establece un plan de 15 años para alcanzar los Objetivos.

Si bien el ODS 5 está específicamente dedicado a lograr la igualdad de género y empoderar a todas las mujeres y niñas, casi todos los objetivos incluyen metas específicas de género . Solo garantizando los derechos de las mujeres y las niñas en todos los objetivos llegaremos a la justicia y la inclusión, a economías que funcionen para todos y al mantenimiento de nuestro entorno compartido ahora y para las generaciones futuras.

2010 (AGNU 65)

Durante muchos años, las Naciones Unidas enfrentó serios desafíos en sus esfuerzos por promover la igualdad de género a nivel mundial, incluida una financiación inadecuada y ningún impulsor reconocido para dirigir las actividades de la ONU sobre cuestiones de igualdad de género.

En julio de 2010, la AGNU creó ONU Mujeres , la Entidad de las Naciones Unidas para la Igualdad de Género y el Empoderamiento de las Mujeres, para abordar estos desafíos.

Al hacerlo, los Estados miembros de la ONU dieron un paso histórico en la aceleración de los objetivos de la organización en materia de igualdad de género y empoderamiento de las mujeres.

2006 (AGNU 61)

La presidenta de la Asamblea General, Sheikha Haya Rashed Al Khalifa, en un concierto en el salón de la asamblea general, en mayo de 2007. Foto: Foto de la ONU / Ryan Brown

Sheikha Haya Rashed Al Khalifa de Bahrein fue la Presidenta de la sexagésima primera Asamblea General, la primera mujer en ocupar el cargo desde 1969 y solo la tercera mujer desde la fundación de las Naciones Unidas.

Ellen Johnson-Sirleaf, Presidenta de la República de Liberia, se dirige al debate general de la 61ª sesión de la Asamblea General, en la Sede de la ONU en Nueva York. Foto: Foto ONU / Marco Castro

Ellen Johnson Sirleaf, como Presidenta de Liberia, fue la primera mujer africana en dirigirse a la Asamblea General. El presidente Sirleaf se desempeñó como presidente de Liberia de 2006 a 2018. Fue la primera mujer africana en ser elegida democráticamente como Jefa de Estado.

1979 (AGNU 34)

La Asamblea General adoptó la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer (CEDAW), que a menudo se describe como una declaración internacional de derechos de la mujer. En sus 30 artículos, la Convención define explícitamente la discriminación contra la mujer y establece una agenda de acción nacional para poner fin a dicha discriminación.

1975 (AGNU 30)

La Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer se inauguró en el Gimnasio Juan de la Barrera en la Ciudad de México el 19 de junio de 1975 con 110 delegaciones representadas en la sesión de apertura, y las delegadas superaron en número a los hombres en aproximadamente seis a uno. Foto: Foto de la ONU / B Lane

El Año Internacional de la Mujer recibió el respaldo de la Asamblea General para llamar la atención sobre la igualdad de la mujer con el hombre y sus contribuciones al desarrollo y la paz.

1969 (AGNU 24)

Angie E. Brooks, Subsecretaria de Estado de Liberia. Foto: Foto de la ONU

La jurista y diplomática liberiana Angie Brooks se convirtió en la segunda mujer presidenta de la Asamblea General de las Naciones Unidas.

1963 (AGNU 18)

Los esfuerzos por consolidar los estándares sobre los derechos de la mujer llevaron a la 18a Asamblea General a solicitar a la Comisión que redactara una Declaración sobre la Eliminación de la Discriminación contra la Mujer, que finalmente la Asamblea adoptó en 1967.

1958 (AGNU 13)

(De izquierda a derecha) El Embajador Sivert A. Nielsen (Noruega), la Embajadora Agda Rossel (Suecia) y el Secretario General Dag Hammarskjöld hablan de manera informal. Foto: Foto ONU / MB

Agda Rössel (Suecia) fue la primera mujer representante permanente ante la ONU.

1953 (AGNU 8)

Vijaya Lakshmi Pandit, de India, Presidenta de la 8ª Asamblea General de la ONU con el Secretario General de la ONU Dag Hammarskjöld en la sala del Consejo de Seguridad antes de la reunión del Comité Directivo). Foto: Foto ONU / AF

Vijaya Lakshmi Pandit de India se convirtió en la primera mujer en ser elegida Presidenta de la Asamblea General.

1948 (AGNU 3)

Eleanor Roosevelt de los Estados Unidos sosteniendo un cartel de la Declaración Universal de Derechos Humanos. Lake Success, Nueva York, noviembre de 1949. Foto de la ONU

La igualdad de género se incorporó al derecho internacional de los derechos humanos mediante la Declaración Universal de Derechos Humanos, que fue aprobada por la Asamblea General el 10 de diciembre de 1948 .

Eleanor Roosevelt fue la Presidenta del comité de redacción de la Declaración Universal de Derechos Humanos, y Hansa Mehta de India fue la única otra mujer delegada. Mehta logró cambiar "Todos los hombres nacen libres e iguales" en el artículo 1 de la Declaración Universal de Derechos Humanos por "Todos los seres humanos nacen libres e iguales".

1946 (la primera sesión de la Asamblea General de la ONU)

Sentados en el podio están (de izquierda a derecha): M. Verwey (Holanda); E. Wilkinson (hablando); Eleanor Roosevelt (Estados Unidos); Minerva Bernardino; M. Midwinter (Reino Unido); y Miss Rolfe (Reino Unido). Foto de la ONU

La primera sesión de la Asamblea General de la ONU se inauguró el 10 de enero de 1946 en el Central Hall de Londres, Reino Unido. Durante la sesión inaugural, Eleanor Roosevelt convocó una reunión de mujeres delegadas y leyó una famosa “carta abierta a las mujeres del mundo”, instando a que se involucren más en los asuntos nacionales e internacionales.

Frieda Dalen, Delegada Suplente de Noruega y Relatora del Comité Social, Humanitario y Cultural, se dirige a la primera sesión de la Asamblea General de las Naciones Unidas. Foto: Foto ONU / VH

Frieda Dalen de Noruega fue la primera mujer en dirigirse a la Asamblea General.

1945

Tras la devastación de la Segunda Guerra Mundial, las Naciones Unidas se formaron en 1945 para fomentar la cooperación internacional. Su carta consagra la igualdad de género:

“Los pueblos ... reafirmamos la fe ... en la igualdad de derechos de hombres y mujeres”.

Cuando los representantes de 50 estados aliados se reunieron en San Francisco para crear una nueva organización internacional, los gobiernos de estos estados estaban casi completamente dominados por hombres. De hecho, las mujeres tenían los mismos derechos de voto que los hombres en solo 30 de los países presentes. Las ministras eran prácticamente inexistentes, solo un país tenía una mujer Jefa de Estado (cargo hereditario, principalmente ceremonial), y en los 26 parlamentos que existían en ese momento, solo el tres por ciento de los miembros eran mujeres.

Minerva Bernardino, Presidenta de la Comisión Interamericana de Mujeres, miembro de la Delegación de la República Dominicana, firma la Carta de las Naciones Unidas en una ceremonia celebrada en el Edificio del Monumento a los Veteranos de Guerra en San Francisco, California, el 26 de junio de 1945. Foto: ONU Foto

Sólo ocho mujeres entre los 800 delegados que estuvieron presentes para la firma de la Carta de la ONU, el documento fundacional de la organización. Una de estas mujeres fue la delegada australiana Jessie Street, quien aseguró que el respeto por los derechos humanos y las libertades fundamentales para todos sin distinción incluía el sexo, así como la raza, el idioma o la religión.

De los 160 signatarios, solo cuatro eran mujeres: Minerva Bernardino (República Dominicana), Virginia Gildersleeve (Estados Unidos), Bertha Lutz (Brasil) y Wu Yi-fang (China), pero lograron inscribir los derechos de la mujer en la Carta de Naciones Unidas, que se convirtió en el primer acuerdo internacional en proclamar la igualdad de derechos de hombres y mujeres como parte de los derechos humanos fundamentales.

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