sábado, 29 de febrero de 2020

Vida Social

Claudia López, la mujer más poderosa de Colombia

Natalia Roldán Rueda.

Todos la conocemos como política: su carácter, su tenacidad, su franqueza. En estas páginas hemos querido acercarnos a la otra Claudia, a la que fue una niña hiperactiva y curiosa, a la hija amorosa, a la enamorada, a la mujer que espera con optimismo el futuro.

Claudia López, la mujer más poderosa de Colombia
El futuro. Claudia es una mujer optimista que confía en la posibilidad de un cambio, en especial el que impulsarán las nuevas generaciones y las mujeres. Fotos: Giorgio del Vecchio.
Los ojos pardos de la mamá de Claudia hablan, aunque se esfuerce por mantener todo su cuerpo en silencio. Se les escapa el desconcierto y la decepción. Su hija acaba de confesarle su orientación sexual y el peso de esa noticia se percibe en sus párpados y en las arrugas de su frente. Aunque siempre lo intuyó, en el fondo tenía la ilusión de que no fuera cierto. La joven de 28 años, al enfrentarse a esa mirada contrariada, responde con un gesto de angustia y profunda tristeza. Su madre, entonces, se apresura a consolarla: “Ay, mi amor, yo te adoro y eso no va a cambiar nunca. Aquí la loca que tiene un problema soy yo, que no entiendo. Tú eres perfecta, divina. Me voy a demorar un poquito procesando esto, pero ese es mi problema, no el tuyo. Tú, no te preocupes”.
Cuando oyó esas palabras, Claudia se sintió la persona más afortunada del planeta. “Eso es amor infinito, un privilegio”, asegura la nueva alcaldesa de Bogotá. 
De acuerdo con su madre, Claudia López ha sido una bendecida. Y la mujer con el segundo cargo más importante del país coincide. Es evidente que lo ha sido. Desde que empieza a responder nuestras preguntas, que la devuelven a la  infancia, su mirada, verde y limpia, se carcajea a la hora de recordar su vida.
 
A pesar de no haber nacido entre lujos, ha sido privilegiada porque creció amada, contemplada y feliz, en medio de una realidad en la que la riqueza estaba en el conocimiento. También ha sido afortunada porque el camino profesional que aró a pulso la ha premiado con trabajos que le producen satisfacción; porque se maravilla con elementos tan cotidianos como los árboles o las montañas, y porque encontró el amor al lado de una mujer que la admira, la impulsa y la quiere con dulzura. Esos privilegios, y el empujón que le han dado su carácter y su disciplina, la llevaron a convertirse en la primera alcaldesa de Bogotá.  
La hija
Claudia siempre ha sido hiperactiva y curiosa, así que de niña era imparable. Hija de una maestra que vivía en las escuelas donde trabajaba, su hogar era el espacio de juegos que todos soñamos en la infancia: había tableros, tizas y patios enormes para construir mundos de mentira. 
Recuerda esos días con nitidez y euforia. A medida que avanza en su narración, se pierde en los recovecos de su memoria y pelea con su tío ‘Mono’, quien, a pesar de ser el hermano de su mamá, le lleva solo tres años; juega con sus primos; abraza a su abuelo Ángel María, para quien es la reina de la casa, y persigue a su abuela Concha, para arriba y para abajo: en sus parrandas, en el cine –donde vieron todas las películas de Cantinflas–, en sus caminatas por la séptima... 
Era muy apegada a sus padres, así que cuando ellos se separaron se le vino el mundo encima y se volvió insoportable, tanto, que decidieron mandarla a un internado de monjas en Funza. “A los 14 años me metieron al internado de castigo, pero yo pasé feliz. Yo era un diablo, muy necia, pero siempre me salvaba porque era muy buena estudiante. Y le agradezco mucho a la vida ese paso. Buena parte de mi disciplina y mi método se los debo al internado”.
Sus padres también permearon su personalidad. De María del Carmen Hernández, su madre, le quedó el amor por la lectura, por la educación y por el conocimiento, así como la sensibilidad ante las causas sociales y la terquedad de no doblegarse ante lo injusto. Rey Elías López, su padre, le impregnó su tenacidad y disciplina: “Mi papá es un berraco. Llegó aquí de Cucaita, Boyacá, hijo de un campesino, con una mano adelante y la otra atrás, y se volvió empresario. No hay nada que le quede grande”. 
La mujer
Critican su carácter. Dicen que no habla, sino pelea. Aseguran que vive de mal genio. En las redes sociales se habla más de la cuenta y no siempre con fundamento. Sí, es estricta y no le gusta perder tiempo. Dice las cosas como son y eso incomoda. A veces se sale de casillas, como todos. Pero también es sensible, inteligente, amable, sencilla.  
La politóloga e investigadora –que fue columnista, senadora, candidata a la vicepresidencia y líder de la consulta anticorrupción– basa su vida en tres pilares: “Una dimensión espiritual, tanto laica como católica –explica–; otra en la que me reconozco parte de un universo muy grande y muy complejo del que somos una cosita mínima y vulnerable, aunque a veces nos sintamos tan importantes; y la tercera es una dimensión que se sustenta en la importancia de las convicciones, el mérito y la disciplina”. 
 

Con esas tres columnas en armonía, no hay nada que la detenga. 
— En un país machista, clasista y homofóbico, ¿cómo llega una mujer lesbiana, que no nació en cuna de oro, al segundo cargo más importante del país? –pregunto.
—Me tocó la fortuna de que se juntaron cuatro coyunturas: Colombia, en general, ha ido modernizándose, abriéndose; Bogotá es una ciudad disruptiva por definición; muchas mujeres ya habían abierto camino, les tocó tumbar selva a machete y había una trocha por la cual caminar; y mi tenacidad, mi preparación, las causas que escogí y creer en el lema de mi papá, de que no hay nada que nos quede grande. Y a eso se sumó una compañera de vida absolutamente maravillosa. Yo no sé si yo hubiera llegado hasta aquí sin Angélica. Ella me trajo casi de las orejas para que me lanzara a la Alcaldía. Yo sin ella no soy nadie en la vida.
La enamorada
—¿Qué la enamoró de Angélica? –pregunto y me preparo para anotar una larga lista de cualidades.
—Es el ser más dulce, más auténtico… –mientras responde, Claudia se pierde dentro de sí misma. Trata de poner en palabras un sentimiento tan profundo y tan complejo que no lo puede comunicar–. Ella es divina, lo más lindo, yo me muero.
La alcaldesa vuelve a ser breve. El lenguaje no le alcanza. Sin embargo, todos los que estamos en el recinto vemos que ese sentimiento se le escapa por la piel, la envuelve y la ilumina toda.  
Se casaron el 16 de diciembre y Claudia está más enamorada que nunca. Fue el día más feliz de su vida. 
 
La boda
Como en cualquier otro matrimonio, hubo anillos, ponqué  y brindis. Además se caracterizó por su buena música: las homenajeadas se cantaron, la una a la otra, Prometo, de Fonseca, y el karaoke de ranchera y música llanera no faltó.
Desde el 2016 decidieron que habría matrimonio. En ese momento crearon un grupo en Whatsapp e invitaron a las madrinas para empezar a organizarlo. En dos ocasiones pusieron fecha y ambas veces incumplieron. Después de haber luchado tanto por tener igualdad de derechos, querían ejercerlos, pero se les atravesó una campaña, después la otra, el doctorado, la tesis… En tantas oportunidades desilusionaron a sus amigas, que el 2 de diciembre pasado, el día en que les pidieron ayuda porque la boda sería una realidad, las trataron de pastorcitas mentirosas.
Durante esas ajetreadas semanas que precedieron el matrimonio, Angélica fue a  buscar vestido y llegó preocupada: “Esto es un desastre, nada me queda bien, nada me gusta”. Entonces, Ángel Yáñez salió al rescate: “Me contactaron cinco días antes de la fiesta y estuvieron dispuestas a confiar en mí, porque no había tiempo para pruebas ni para nada –explica el diseñador–. Yo las convencí para que se casaran de blanco, ellas tenían en mente hacerlo con colores. 
 
Trajes de novia
Ángel Yáñez los tuvo listos en tres días: “Angélica, con un toque divertido y femenino; Claudia, austera, clásica, más Armani”.
Después de la llegada de los cerca de 300 invitados –entre los que se encontraban Antanas Mockus, Ángela María Robledo y Antonio Navarro–, las primeras en entrar fueron las 20 madrinas, quienes hicieron una coreografía para dar inicio a la ceremonia. Luego siguieron Angélica y Claudia, tomadas de la mano. Así fue el comienzo de una noche feliz que se extendió hasta la salida del sol. 

viernes, 28 de febrero de 2020

Religioón


"Sus grandes amistades fueron ellas"José M. Castillo: "Las mujeres son el único colectivo humano con el que Jesús jamás tuvo problema alguno"

Mujer y Teología
Mujer y Teología

"Jesús llegó a anular la ley de Moisés (Dt 24, 1), precisamente cuando le concedía al marido el derecho a repudiar a su mujer (Mt 19, 3-9)"

"Si hay tantos obispos que viven en palacios, se ponen vestimentas que nadie más se pone, tienen privilegios que nadie más tiene, se creen que tienen poderes que Dios les ha dado a ellos, y a nadie más que a ellos, ¿no es lógico e inevitable que en la Iglesia esté pasando lo que todos vemos que ocurre?"

"Si no tomamos en serio el Evangelio, ¿de qué nos sirve ser muy “canónicos”, muy “piadosos” y muy “clericales”?"

Una de las cosas que más me han llamado la atención, en la lectura y estudio de los evangelios, es que en ellos se relatan los numerosos conflictos y enfrentamientos, que tuvo Jesús, con distintos grupos humanos y personas. Desde las más altas autoridades religiosas hasta los mismos discípulos que le acompañaban. Pero también en los evangelios, hay un dato que llama poderosamente la atención: las mujeres son el único colectivo humano con el que Jesús jamás tuvo ni un roce, ni una discusión, ni problema alguno. Incluso en el caso de aquella mujer cananea, que le suplicaba la curación de su hija enferma (Mc 7, 26 par), parece que Jesús le dio una mala respuesta (Mc 7, 28 par). Pero el cariño de aquella madre fue tan grande, que hasta le hizo decir a Jesús: “¡Mujer qué grande es tu fe!” (Mt 15, 28). Y la hija quedó curada.
Insisto: Jesús siempre estuvo de parte de las mujeres. Un buen grupo de ellas le acompañaba en sus viajes (Lc 8, 1-3). Y siempre se puso de parte de ellas, aunque se tratase de adúlteras (Jn 8, 1-11) o prostitutas (Lc 7, 36-50). Sus grandes amistades fueron mujeres (Lc 10, 38-42; Jn 11, 1-46). Por una mujer, Jesús se dejó perfumar con un perfume valioso (Jn 12, 1-8). Y las mujeres fueron quienes se mantuvieron fieles a Jesús en su pasión y muerte: en el camino del Calvario (Lc 23, 27-31) y después de la muerte (Mc 15, 40-41), ante la cruz. 
Es más, Jesús llegó a anular la ley de Moisés (Dt 24, 1), precisamente cuando le concedía al marido el derecho a repudiar a su mujer (Mt 19, 3-9). Y, por lo demás, los relatos de la resurrección destacan a las mujeres de manera que ellas fueron los primeros testigos del Resucitado.
Clericalismo
Cuando pensamos que Jesús le dijo a Pedro que era un “Satanás” (Mt 16, 23). Y se lo dijo poco después de asegurar que el mismo Pedro iba a ser la “roca” sobre la que Cristo pensaba edificar su Iglesia (Mt 16, 18). Pero Pedro no tuvo bastante con enfrentarse así a Jesús. Es que, además, en la Pasión, Pedro renegó tres veces que él conociera o fuera de los de Jesús. Y, al final, Judas lo traicionó y los demás huyeron, dejando solo a Jesús.
En la cena de despedida, Jesús les impuso a sus discípulos tres mandatos: 1º) Tenían que ir por la vida haciendo lo que él hizo aquella noche: lavar los pies a los demás. O sea, tenían que hacerse esclavos de todos, ya que eso era lo que hacían los esclavos: lavar los pies. 2ª) Tenían que partir y compartir el pan y el vino con los demás, ya que, en ese pan y en ese vino (en pan y el vino de la “eucaristía”), está realmente presente el mismo Jesús. 3º) En el evangelio de Juan, no se recuerda el mando eucarístico y, en su lugar, se nos dice que Jesús impuso el “mandato nuevo”: “que os améis unos a otros como yo os he amado” (Jn 13, 34-35).
¿Por qué este tercer mandato es “nuevo”? Porque aquí ya no se recuerda ni el amor a Dios sobre todas las cosas. Porque en el “otro”, sea quien sea, ahí es donde “está Dios”. De forma que sólo el que ama al otro, ése es el que conoce a Dios (1 Jn 4, 7-21).
"¿Cómo es posible que la Iglesia haya organizado las cosas de manera que desobedece a lo que Jesús nos dijo y no mandó?"
Ahora bien, si todo esto es verdad (y es lo que nos dice nuestra Fe), ¿cómo es posible que la Iglesia haya organizado las cosas de manera que desobedece a lo que Jesús nos dijo y no mandó y, además, no sólo se queda tan tranquila esta Iglesia que tenemos, sino que además desobedece a Jesús con el convencimiento de que hace lo que tiene que hacer?
¿Cómo es posible que esto esté ocurriendo? Si hay tantos obispos que viven en palacios, se ponen vestimentas que nadie más se pone, tienen privilegios que nadie más tiene, se creen que tienen poderes que Dios les ha dado a ellos, y a nadie más que a ellos, ¿no es lógico e inevitable que en la Iglesia esté pasando lo que todos vemos que ocurre? Hay obispos que ocultan delitos, inmatriculan para sus diócesis propiedades de incalculable valor, premian al que les conviene, castigan al que les parece que debe ser castigado, cobran dinero por entrar en la “casa de Dios”. Y hacen tales cosas pensando que todo eso es la voluntad de Dios. 
Si digo estas cosas, es por lo mucho que quiero a la Iglesia. Pero la Iglesia que quiero – y la que todos tendríamos que querer – es la Iglesia que vive lo más parecido posible a como vivió Jesús, el Señor, el Hijo de Dios, la Palabra de Dios. Si no tomamos en serio el Evangelio, ¿de qué nos sirve ser muy “canónicos”, muy “piadosos” y muy “clericales”? ¿No es todo eso un enorme engaño, en lugar de ser el camino que nos trazó Jesús, el Señor?
Y termino haciendo una pregunta: ¿cómo es posible que las mujeres sigan en esta Iglesia, que las margina, las excluye, las anula en tantas cosas…? ¿Por qué siguen en una Iglesia que, anclada en siglos muy pasados, se niega y se resiste a que digan misa o que puedan ser esposas de sacerdotes? Si Jesús no prohibió nada de eso, ¿por qué lo prohibimos nosotros y encima nos quedamos con la conciencia del deber cumplido? ¿Qué es más importante: agradar a unos cuantos cardenales o servir al mundo entero?   
Inmatriculaciones de la Iglesia
Inmatriculaciones de la Iglesia

miércoles, 26 de febrero de 2020

FAMILIA, NIÑOS, PAPÁS


Cómo criar a un hijo varón en tiempos de machismo y violencia



Por Nonantzin Martínez y Gabriela Hernández

Foto jonas mohamadi on Pexels.com
Aunque parezca que la violencia en contra de las mujeres y el machismo son un monstruo que no podemos combatir, creemos que hay acciones, por pequeñas que parezcan, que pueden hacer la diferencia en la reconstrucción de una sociedad más sana, justa e incluyente. Desafiar al machismo no es una tarea imposible, pero sí requiere tomar conciencia respecto a cómo estamos criando a nuestros hijos. A todas las mamás (y, por supuesto a papás, abuelos y cuidadores) de niños pequeños, les dejamos algunas ideas.

No marques estereotipos

Desde los primeros días de vida de tu hijo, deja a un lado los estereotipos como “rosa” o “azul”, “el sexo fuerte” o “el sexo débil”. Empieza a marcar su camino sin condicionantes de género. Pide a tu pareja y familia que se sumen a ello.

Edúcalo en la igualdad

Desde muy pequeñitos, los niños ya empiezan a interactuar con la sociedad, más aún los que entran a la guardería desde los 40 días. Enséñale y explícale, con herramientas de acuerdo con su edad, que todos somos iguales, y que tanto niños como niñas tienen los mismos derechos, aunque físicamente sean distintos.

Incúlcale el respeto por todo ser vivo

Todo habitante de este planeta no tendría por qué ser molestado por otro, así que enséñale a respetar a las plantas, a los animales y, por supuesto, a todas las personas. Con ello ya estás sembrando la semilla de la no violencia.
Foto jonas mohamadi on Pexels.com

Ponle límites

Sin límites es muy fácil que un niño haga lo que se le de la gana y abuse. Por eso es necesario que establezcas normas claras y firmes, de acuerdo con su código de valores familiares, tareas y obligaciones, según su edad.

Enséñalo a no lastimar

Nadie tiene derecho sobre el cuerpo o las emociones de los demás, así que recuérdale siempre que no debe invadir el espacio físico y mental de sus pares. Si tu hijo lastimó a alguien, pide que se disculpe y repare el daño de inmediato.

Deja que exprese sus sentimientos e identifique sus emociones

Y es que si no lo dejas llorar o externar lo que siente, puede estallar y resolver las cosas con violencia.
Foto Victoria Borodinova on Pexels.com

Enséñale a alzar la voz y a defender

Si es testigo de una injusticia, motívalo a que se involucre, ya sea denunciándola a sus maestros o mayores o hablando con la persona que está siendo injusta para frenarla. Hacer caso omiso es permitir que se perpetúe la violencia.

Motívalo a no burlarse de los demás

Hay una delgada línea entre una pequeña broma y una situación de abuso. Frénalo a tiempo.

Dile que deben respetar un No

Si una niña o amiga le dice que no quiere hacer algo que él propone, debe aceptar que “no es no”. Él también tiene el derecho de hacer lo mismo con todo aquel con quien no esté de acuerdo.

Incúlcale el valor de la empatía

Enséñalo a ponerse en la situación de otros, a estar en sus zapatos para comprender y entender por lo que atraviesan, y a ser solidario con ellos.

Papá es su referencia inmediata

Platica con tu pareja para que, a través de su ejemplo, refuerce los valores que está aprendiendo. Si papá es amoroso con mamá, si ambos se reparten las tareas de casa de forma equitativa, si las mujeres tienen voz y voto en la familia, seguramente nunca pasará por la cabeza de tu hijo violentar a una mujer.
Foto Nonantzin Martínez

Toma conciencia de tus palabras y acciones

Aunque pienses que no te escucha o no te ve, porque está muy chiquito o porque está concentrado en sus actividades, la realidad es que un niño es una esponja y todo lo absorbe, así que cuida muy bien lo que dices y lo que haces.

Atiende tu salud emocional

Si te sientes agobiada con la crianza, con tu trabajo, con la vida cotidiana o tienes problemas de pareja, pide ayuda y busca un especialista en salud mental. Si tú no estás bien, tu hijo podría ver afectadas sus emociones y desencadenar situaciones negativas.

Queda prohibida la violencia en casa

El niño aprende de lo que ve en casa así que, bajo ninguna circunstancia, le pegues o maltrates, ni permitas que otro miembro de la familia actúe de forma violenta.

Vigila lo que ve en Internet y televisión

Un niño aún no se forma un criterio absoluto de lo que está bien o está mal, así que corremos el riesgo de que vea la violencia expuesta, en videojuegos y programas, como algo normal, y hasta la puede replicar, pensando que solo se trata de un juego.

Ámalo

Si lo crías con amor, él aprenderá a dar amor al mundo, así que no escatimes en decirle cuánto lo amas.

martes, 25 de febrero de 2020

8 de marzo, #!Alcemos la voz¡

El 8 de marzo, es el día internacional de LAS MUJERES. 
!Trabajadoras, somos todas.¡
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La imagen puede contener: 6 personas, personas de pieLa imagen puede contener: una o varias personas, multitud y exterior

La imagen puede contener: 8 personas, personas sonriendo, personas de pie, sombrero y exterior
#!Alcemos la voz¡

por nuestros derechos 

Queremos empleo, trabajo, igualdad y no la discriminación, no a la violencia  !!!
Hasta quedar afónica!!!!!


lunes, 24 de febrero de 2020

Mujer y medio Ambiente

Las mujeres son clave para lograr el derecho al agua potable

Fotografía LA PRENSA/ J. TORRES

Por Angie Carolina Cardona
En Colombia 3,6 millones de personas carecen de agua en condiciones de potabilidad, según el DANE, el  8% de la población no tiene acceso a este líquido vital; esta cifra es escandalosa, si consideramos que habitamos en un país caracterizado por su riqueza de fuentes hídricas,  y que además, el acceso al agua es derecho fundamental pactado internacionalmente en el Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales. 
Detrás de la falta de agua, existen dinámicas y políticas estatales que priorizan la privatización tanto del elemento natural, como de su distribución, vulnerando derechos de quienes no tienen cómo pagarlo. Ante esta situación, las comunidades, y especialmente las mujeres, se han organizado para buscar alternativas de gestión y provisión del agua.
Para Gloria Lucía  Sánchez Betancur, integrante de la Red de Mujeres Populares de Medellín, «el agua es un asunto político para las mujeres populares, porque culturalmente nosotras somos responsables de todo lo que tiene que ver con el cuidado, con los trabajos domésticos, y nos vemos más afectadas en caso de falta de agua potable para realizar estas tareas».
Por su parte, Maya Astrid Pinzón Ramírez, integrante de la Red Territorial de Acueductos Comunitarios de Bogotá -RETACO- señala que algunas de las afectaciones implican «que las mujeres se encarguen del trabajo adicional de caminar y cargar el agua desde largas distancias, lo que genera desgaste físico y de uso de tiempo para conseguir agua y cumplir con sus roles de cuidadoras». En este sentido, las mujeres juegan un papel importante en el liderazgo de la gestión comunitaria del agua desde varias iniciativas.
Gracias a la acción colectiva por la defensa del agua, y a la movilización que se gestó durante décadas alrededor de los acueductos comunitarios, en el 2010 más de 60 organizaciones sociales promovieron el referendo por el agua con cuatro puntos específicos: el acceso al agua potable como derecho fundamental, el suministro de un mínimo vital gratuito, la protección especial de los ecosistemas esenciales para el ciclo hídrico, y la gestión pública, estatal y comunitaria del servicio de acueducto y alcantarillado.
La Red de Mujeres Populares de Medellín y la Red Nacional de Acueductos Comunitarios, jugaron un papel importante en la articulación de este proceso; y aunque por intereses privados este referendo no pasó en el Congreso, sí contribuyó a que las organizaciones se fortalecieran para promover el derecho al agua.

Red de Mujeres Populares de Medellín:

Cuenta con una trayectoria de más de 20 años, en donde mujeres de los barrios populares de Medellín han tejido alianzas y organización social para garantizar los derechos de los niños, las niñas y las mujeres. Cuenta Gloria que «el trabajo de la Red se centró en cómo la falta de servicios públicos y la privatización, especialmente del agua, afectaba a las mujeres». Desde allí se han centrado en la importancia de una política pública que garantice el mínimo vital de agua.
«En todo este proceso nosotras hicimos movilizaciones y articulación a través del Festival de las Mujeres y el Agua que este año completó su décima versión. El festival tiene como consigna: el agua es un asunto político para las mujeres populares, con la cual llegamos a los barrios que tienen problemas con el acceso al agua y empezamos a trabajar alrededor de la importancia del agua para la vida digna, los problemas en el acceso y las estrategias para mitigar los impactos por la falta del líquido. El objetivo es mostrar la afectación por la falta de agua y que se planee un trabajo organizativo por parte de las comunidades» explicó Gloria.
Con este trabajo, la Red de Mujeres Populares empezó a promover el Tribunal de derechos económicos, sociales y culturales de las mujeres, acompañadas de la Corporación Vamos Mujer, y desde allí lograron visibilizar las dinámicas de empobrecimiento por las que pasaban las mujeres que no tenían acceso al agua potable, pues su tiempo dedicado a las labores del hogar aumentaba, creando barreras para generar ingresos o educarse.
En esta trayectoria la Red logró impulsar como política pública la garantía del mínimo vital de agua en Medellín, acompañando algunos procedimientos jurídicos para garantizar el agua en los barrios populares, ya que muchos de estos asentamientos están en condición de informalidad y no tienen acueducto, o simplemente  no tienen cómo pagarlo.
Actualmente cuentan con la Agenda de las Mujeres y el Agua, que busca la incidencia política poniendo como puntos en la agenda el lugar de las mujeres en la gestión del agua, los efectos en la falta de acceso y garantizar este derecho en la vida de las mujeres rurales y urbanas priorizando el uso del agua para consumo y usos domésticos, y no para la mercantilización, o privatización por parte de industrias, hidroeléctricas o minería.

Red de Acueductos Comunitarios de Bogotá RETACO:

Red Nacional de Acueductos Comunitarios. Cortesía
«En el año 2006 se realizó un encuentro de acueductos comunitarios a nivel nacional y desde allí se constituyó la Red de Acueductos Comunitarios de Bogotá y la Red Nacional  de Acueductos Comunitarios de Colombia; estamos en varias regiones del país y vamos para el octavo encuentro. A través de la Red buscamos que el Estado reconozca el ejercicio de la autogestión comunitaria del agua como un derecho sobre todo en las zonas rurales y periurbanas» señala Maya Astrid Pinzón Ramírez, integrante de la Red.
Ella también nos cuenta que «los acueductos comunitarios son muy distintos unos de otros en tamaños, en infraestructura, pero en común tienen que funcionan de forma solidaria y la toma de decisiones es colectiva. Pero principalmente los acueductos comunitarios han sido la forma como tradicionalmente las comunidades han suplido su necesidad organizándose alrededor del agua como forma de autogestión; es así que los acueductos funcionan sobre la base de la economía solidaria popular, donde se aporta fuerza de trabajo colectivo a través de las mingas, conocimiento y toma de decisiones conjuntas».
Estas formas de organización «defienden que el agua es un bien común para la vida, no solo para la vida humana y por esta razón los acueductos comunitarios tienen una dimensión ambiental muy fuerte debido a su relación directa con los ecosistemas en donde nace el agua, entonces asumen una responsabilidad de cuidado del ambiente, y de monitoreo permanente de sus fuentes hídricas» añadió Maya Pinzón Ramírez.
De los ejemplos que destaca Maya sobre formas de gestión comunitaria del agua, articulados con defensa territorial en contra de proyectos extractivistas, está el caso de la Consulta Popular en Cajamarca, Tolima,  que se opuso a la explotación minera y petrolera y en donde los acueductos comunitarios de la zona fueron parte del comité promotor de la Consulta. Así mismo en Tasco, Boyacá, los acueductos comunitarios se asociaron bajo el nombre de Asotasco y han tenido un fuerte trabajo para erradicar la minería del páramo de Pisba.
Aunque estás son de las experiencias más visibles, existe variedad de ejemplos de acueductos comunitarios que se organizan no solo para la gestión del agua, sino también contra otros problemas ambientales, y las mujeres han ocupado un papel importante allí. «El liderazgo de las mujeres no es como el liderazgo de los hombres, que es del discurso fuerte y de la figuración, por el contrario las mujeres tienen un liderazgo menos visible, pero más eficaz. Para la historia de mi acueducto, que se constituyó hace más de 35 años en la zona periurbana de Bogotá, las mujeres fueron quienes construyeron los primeros acuerdos alrededor de las mingas de trabajo, con ollas comunitarias, en donde el espacio de compartir el alimento funcionaba también como espacio para la planeación y toma de decisiones de lo que se estaba gestando».
Y añade Maya que «las mujeres son las que halan las actividades, las que convocan, las que organizan; sin embargo tienen muchas dificultades para participar porque solo el hecho de salir de su casa a hacer otras labores que no son las del hogar es toda una lucha para cada una de ellas, consigo mismas, pero también con su pareja, inclusive por el cuidado de los hijos e hijas».
Es por esta razón que lograr el mínimo vital de agua, y el reconocimiento de la autogestión comunitaria del agua, no solo disminuye las cargas desmedidas de trabajo que las mujeres soportan por su responsabilidad como cuidadoras en la sociedad, sino que logra mitigar los ciclos de empobrecimiento por falta de agua, ya que las condiciones de salud mejoran, tienen una vida más digna, y pueden acceder más fácil a la educación . Pero más importante aún, es que la participación de las mujeres en espacios organizativos y por fuera del hogar pueden contribuir a su bienestar personal, a tener más tiempo para sí mismas, para trabajar, para educarse, y para ir forjando liderazgos con las trayectorias participativas en este tipo de organizaciones.


domingo, 23 de febrero de 2020

Participación Femenina

Seis colombianas defensoras de la vida y el ambiente



Entre muchas de las lideresas ambientales que tiene Colombia, queremos destacar el trabajo organizativo de 6 mujeres que tienen algo en común: el amor por la vida y el sueño incansable de lograr una vida digna para los humanos y demás seres vivos.
Por Equipo Mujeres Confiar

1. Aleida Ortiz Peña y la defensa del territorio Boyacense


Aleida Ortiz Peña es psicóloga y habitante del municipio de Pesca, Boyacá. Además de trabajar en el Centro de Salud de Iza, Aleida se ha dedicado a la defensa ambiental y territorial de varios municipios en Boyacá desde hace más de una década. Actualmente ella hace parte de la Red de Acueductos Comunitarios de Boyacá, desde allí su trabajo ha estado orientado a la gestión comunitaria del agua y a la protección ambiental y defensa de la privatización del líquido vital.
Para Aleida defender el agua es también defender su territorio, que está ubicado dentro del complejo de páramos Tota – Bijagual – Mamapacha y en el cual se han presentado conflictos ambientales por disputas por el agua. Junto con el Colectivo por la protección de la Provincia de Sugamixi, Aleida y su comunidad, lograron mediante audiencia pública frenar la renovación de la licencia ambiental para la exploración petrolera adjudicada a la trasnacional Maurel & Prom. Actualmente los conflictos ambientales se presentan por la presencia del monocultivo de marihuana que demanda mucha agua generando desabastecimiento para los ecosistemas y la comunidad y cortes en el flujo eléctrico.
Aleida rescata de sí misma sus raíces campesinas, aún trabaja en el campo junto a su familia. Es una gran apasionada por la ruralidad y por su gente y por eso lucha para que tengan una vida digna. Su acueducto comunitario actualmente logra abastecer a 120 familias en la vereda Suaneme de Pesca, Boyacá.

2. Ángela Zuluaga Giraldo y la recuperación de la comida ancestral

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Ángela María Zuluaga Giraldo es custodia de semillas y hace parte de la Red de Semillas Libres nodo Boyacá. Aunque nació en Anserma, Caldas, vive en Villa de Leyva, Boyacá, en Nido de Águilas: una finca ecológica en donde ella hace recuperación de agroecosistemas y rescate de semillas tradicionales para apostarle a la soberanía alimentaria y a la sanación a través de plantas medicinales.
Ángela inició este proceso en el 2010 desde su sueño de poder aprender de la tierra, de los saberes campesinos, a sembrar y a proteger los ecosistemas; a partir de esto empezó a generar sus propios pensamientos y nuevas formas de hacer las cosas, pues después de haber trabajado durante años en programas de seguridad alimentaria, quería pasar de la teoría a la práctica.
Para Ángela María las semillas son patrimonio libre de la humanidad, y es importante la recuperación de su diversidad, porque a partir del proceso de colonización española, se estigmatizó y se perdió variedad de alimentos andinos como la chugua, la quinoa, el amaranto y otros tubérculos que hoy día casi no se consumen.
El gran reto para Ángela es recuperar la diversidad en la mesa y en las semillas que se cultivan, para ello ha iniciado la transformación de esos alimentos en platos gourmet que sean más atractivos y sabrosos a los paladares actuales, así incentivar su consumo y este tipo de cultivos para dar biodiverisdad a los ecosistemas, fortalecer la tierra y cuidar el agua y los animales.

3. Jacqueline Romero, Fuerza de Mujeres Wayúu

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Jacqueline Romero es una de las lideresas de Fuerza de Mujeres Wayúu, un colectivo que nace en la península de la Guajira, que hace parte del estado de Zulia en Venezuela y del departamento de la Guajira en Colombia. La frontera entre estos dos países es bastante extensa y abarca varias regiones en territorios de ambas naciones. Allí se ubica el pueblo indígena Wayúu, del que hacen parte estas mujeres.
La Organización Sütsüin Jieyuu Wayuu ó Fuerza de Mujeres Wayúu, fue creada en el año 2006 mediante una alianza entre comunidades, rancherías y organizaciones Wayúu y su objetivo es visibilizar las violaciones de derechos humanos y derechos étnicos en el departamento de la Guajira, así como la situación de vulnerabilidad de las víctimas del conflicto armado, la presencia de grupos armados, y la militarización del territorio.
La asociación trabaja de manera permanente en la denuncia de los megaproyectos minero energéticos, el desplazamiento forzado y la situación de vulneración de derechos de las mujeres indígenas.
En septiembre de 2017 fueron ganadoras del Premio nacional a la defensa de los derechos humanos en la categoría de Experiencia Colectiva, el cual es otorgado por Diakonia, la Iglesia Sueca y el apoyo del gobierno sueco; y les fue entregado como reconocimiento a su trabajo en la defensa de los derechos humanos desarrollado en el último año en la modalidad de proceso social comunitario.
«Este premio es una forma de blindarnos de estigmatizaciones, de señalamientos y persecuciones; es el momento de exigir garantías para quienes ejercemos la defensa de lo que consideramos justo para nuestras sociedades. Hoy nuestra voz se fortalece aún más bajo el sol, sintiendo el aire y con los pies firmes sobre la tierra para tejer nuestra era de paz», declaró Jacqueline, quien hace énfasis en la etapa de post acuerdos que vive Colombia, para lo cual las organizaciones defensoras de derechos humanos están llamadas a establecer estrategias para vencer la intolerancia y equilibrar desigualdades que garanticen continuar un camino de armonía para el país.

4. Karen Sereno Salguero y el amor por todas las formas de vida

La soachuna Karen Sereno fue destacada como 'Defensora de la vida y el ambiente'

Es administradora ambiental y actualmente realiza una especialización en gestión y planificación del desarrollo urbano y regional territorio. Desde hace más de 10 años es habitante del municipio de Soacha, Cundinamarca y cuando llegó, se dio cuenta que algo no estaba bien con las montañas que rodeaban su vivienda, no eran parecidas a las que veía en los cuentos, o cuando iba al campo; las montañas de Soacha estaban lastimadas y el paisaje estaba deteriorado por la minería de materiales de construcción y desde esa inquietud que tuvo desde niña por el bienestar de las personas, de los animales y de la naturaleza, empezó a hacer parte del proceso organizativo llamado Corporación Ambiental Caminando el Territorio.
Para Karen, junto con los demás integrantes de Caminando el Territorio, trabajar en un municipio como Soacha es fundamental para cambiar los imaginarios estigmatizantes que existen sobre sus habitantes, especialmente sobre la juventud. Es por esto que entre sus apuestas políticas, desde la Corporación se busca promover la justicia ambiental y la participación de las comunidades en las transformaciones del territorio, a través del reconocimiento de las realidades ambientales para  mejorar la calidad de vida y demostrar que en Soacha existe un potencial social y ecológico que es importante reivindicar y defender.
A Karen le inspira el hecho de estar viva, le gusta la vida misma como todo lo que está vivo: los animales, las plantas, por esto considera que todos los seres vivos tenemos derecho a la vida digna, a ser respetados y por eso la defensa ambiental de su territorio le da un gran sentido a su existencia.

5. Johana Gutierrez Tibaduiza y su trabajo por la prohibición del Asbesto

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Es administradora de empresas de la Universidad Javeriana, en Duitama, Boyacá, el lugar donde nació, es administradora de un restaurante y de un almacén de autopartes, y a sus 38 años, casada y con dos hijas es una de las impulsoras de Colombia sin Asbesto.
Desde muy joven siempre ha estado conectada con asuntos sociales: «comencé organizado visitas al cancerológico pabellón de los niños, un día me contactaron Ana Cecilia y Daniel Pineda para unirse a una de las actividades de regalos para los niños; yo no sabía quiénes eran ellos y desde esa actividad comencé a conocer el tema del asbesto».
Hace parte de Colombia Sin Asbesto desde el año 2016, tuvo un papel definitivo en la organización de grupos de voluntariado que apoyaron cada debate en el Congreso sobre la prohibición del asbesto en el país, se lograban identificar porque siempre portaban una bandera gigante de Colombia con el hashtag #ColombiaSinAsbesto.
Después de la muerte de Ana Cecilia Niño, Nini Johana Gutierrez Tibaduiza continuó con más ahínco luchando por la aprobación de la Ley No 1968, que fue promulgada el 11 de Julio del año 2019. La norma es también conocida como la Ley Ana Cecilia Niño, símbolo de la lucha contra el asbesto en Colombia y quien se convirtiera en una de sus víctimas mortales.
Actualmente, Nini Johana Gutierrez Tibaduiza, es la encargada del voluntariado de la Fundación Ana Cecilia Niño y trabaja fuertemente para enseñar a las comunidades sobre los peligros de este mineral, que gracias a su labor, ya está prohibido en el país.

6. Paula Caballero: «La madre de los objetivos es el consumo sostenible»

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Paula Caballero es una ambientalista colombiana con un interesante recorrido profesional. Fue Directora de Asuntos Económicos, Sociales y Ambientales del Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia, durante el período de Maria Ángela Holguín como Canciller; poco después se convirtió en la Directora de Medio Ambiente y Recursos Naturales del Banco Mundial; y actualmente se desempeña como Directora Global Programa del Clima de World Resources Institute.
Pero fue durante su paso por la cancillería de Colombia donde comenzó a gestar el logro que más se le reconocería: los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) que serían presentados en el 2012 en la Cumbre Río+20, en donde la comunidad internacional conformada por 193 países, por primera vez acordó objetivos claros en materia de sostenibilidad, con indicadores verificables y nuevos instrumentos políticos.
A pesar de la fuerte oposición, la gestión de Caballero logró convocar la suficiente cantidad de países a favor, para que se incluyeran los 17 objetivos y las 169 metas, en la conocida Agenda 2030, una apuesta por la sostenibilidad y la equidad aplicable a todos los países de las Naciones Unidas y que inspiró, como dice el último de los objetivos,  “Una Alianza Mundial para el Desarrollo Sostenible”.
“Es importante decir que la madre de todos los ODS es el de Objetivo 12 sobre Consumo y Producción Sostenible. Millones de personas están ingresando a la clase media a nivel mundial, con expectativas de alimentación, transporte, energía y vivienda que, si continuamos por la senda actual, exceden de manera dramática los recursos y sistemas naturales del planeta. Tenemos que lograr una utilización más eficiente y efectiva de los recursos. Si no logramos este objetivo estamos abocados a un mundo menos equitativo, más pobre, con mayor potencial de conflicto. La sostenibilidad no es un asunto “ambiental”. Es un asunto existencial a nivel de sociedad y economía. Y va de la mano con una visión profunda de inclusión”, aseguró Paula Caballero en entrevista con el diario El Espectador.

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