martes, 31 de marzo de 2020

Especial

Sororidad: el llamado a la unidad entre mujeres

‘Un violador en tu camino’
Las marchas se han vuelto un espacio de encuentro y diálogo donde miles de mujeres en el mundo se unen bajo el grito de la igualdad.
Foto: 
Juan Pablo Rueda. Archivo EL TIEMPO
Por: Flor Nadyne Millán M.
En cuestión de segundos, la vida de Claudia Zúñiga dio un giro inesperado y doloroso. “Ella es una mexicana sobreviviente de violencia doméstica extrema, a quien su pareja le disparó y la dejó en silla de ruedas”, relata Mirna Pineda, una periodista con 35 años de experiencia, que con su grupo Las Amorosas se convirtió en el apoyo incondicional de esta inmigrante en Estados Unidos.
Mirna pone como ejemplo de sororidad la experiencia de solidaridad y hermandad entre ellas, sus 40 amigas latinas y Claudia. Ellas son el apoyo emocional, físico, espiritual y financiero de esta mujer de 33 años que a los 18 recibió tres disparos del padre de sus hijos, en ese entonces de tres y un año de edad. “Su intención era matarme, ya que hacía una semana lo había dejado porque me golpeaba mucho”, recuerda Claudia, desde Phoenix, Arizona.

Este sería el comienzo de su calvario. A raíz de ese episodio a Claudia le amputaron una pierna, la otra perdió movilidad, tiene fractura medular y ha pasado por varias cirugías para reconstruir la zona afectada. A Estados Unidos llegó seis meses después del atentado, aún con las heridas abiertas, y permaneció dos años en cama.

Para Mirna, coautora del libro ‘El desafío de cambiar tu vida’, es claro que aun cuando ella y Las Amorosas no pueden cambiar el mundo, sí pueden cambiar el de Claudia. Su propósito “es llevarle el mensaje de que está acompañada en la vida. Buscamos sorprenderla, que sienta el apoyo de diversas formas. Como inmigrantes hay una sensación de vacío al estar lejos de la familia y en un país con costumbres e idioma diferentes”, agrega Pineda.

“Cuando supieron mi situación, comenzaron a hacer desayunos, reuniones, rifas para ayudarme en el sostén de mi familia”, cuenta Claudia, quien se está recuperando de una cirugía. Ellas se encargaron de la alimentación que el médico indicaba, le están brindando asesoría emocional y psicológica, le compraron uniforme y zapatos a uno de sus hijos para que fuera a la escuela, entre muchos otros actos solidarios. “Mis amadas amorosas tienen un corazón de oro (…), han sido ángeles terrenales que han estado conmigo en el momento que más las he necesitado y sin interés de recibir nada a cambio”, asegura esta mexicana de origen humilde.

Las Amorosas es solo una muestra de los millares de iniciativas espontáneas que se están tejiendo alrededor del mundo y evidencian los lazos de hermandad, unión y cuidado entre mujeres. Reflejo de esto es también la oleada de movimientos y manifestaciones como #UnDíaSinMujeres, el paro nacional femenino que se realizó el 9 de marzo, en México, un hecho sin precedentes en este país y que refleja el descontento ante la escalada de feminicidios (al menos 10 al día) y los casos de violencia contra niñas y mujeres. Para Florence Thomas, psicóloga con magíster en Psicología Social de la Universidad de París, “debería ser un día total de huelga que incluya el trabajo doméstico y todo el trabajo no remunerado (...). Esto derrumbaría el mundo”.

“La idea es que hagamos un día sin nosotras, y ¿qué pasaría si tampoco estuviéramos en la casa? Quizá a algunas les quedará más difícil porque tienen hijos y deben atenderlos. Pero no es un día para dedicarse al trabajo doméstico o para hacer lo que no hicimos el fin de semana. Es plantearlo más como un ejercicio de reflexión, ¿qué pasaría en nuestro círculo cercano si no estamos? La postura de qué significan nuestras ausencias”, expresa la colombiana Rosa Cristina Parra, directora de Movilización y Proyectos en la oficina de Movilizatorio, en México.

‘Me Too’ (Yo También, en español) es quizá el movimiento femenino más avasallador en la memoria reciente. Nació en octubre de 2017 para denunciar las agresiones y acoso sexual del que han sido víctimas muchas mujeres que perdieron el miedo a contar lo que les había pasado, a raíz de las acusaciones contra Harvey Weinstein, productor de cine y ejecutivo estadounidense.

Y tras este ha seguido una oleada de manifestaciones de descontento entre las que se destacan el ‘performance’ ‘Un violador en tu camino’, creado por el colectivo feminista Las Tesis en Chile, en noviembre de 2019, y que se replicó en diversas partes del globo.

Ahí está la sororidad que une, convoca e impulsa iniciativas de mujeres para mujeres. “Sororidad es una palabra muy bonita porque en femenino equivale a lo que significa fraternidad en masculino. Sororidad también proviene del latín ‘sor’ y traduce hermana. Y es esa relación entre las mujeres que estamos descubriendo poco a poco y que ya no es de rivalidad forzosamente, sino de apoyo, de afectos y de descubrir que juntas nos va bien y que podemos contar unas con las otras”, agrega Thomas.

Por mujeres y para mujeres
Dafne Valdés, Las Tesis. Chile. Un violador en tu camino
Dafne Valdés, Las Tesis.
Foto: 
Efe
Como todos los movimientos que buscan cambios sociales profundos, este también ha encontrado detractores en el camino, la mayoría son hombres que llegan a considerarlo como una ‘exclusión’ hacia su género. Muy equivocados están. Esta sonora palabra inspira nuevas actitudes y comportamientos entre mujeres, no tiene nada que ver con hombres, ni con excluirlos ni con incluirlos. Pues, en definitiva, se trata de buscar comprensión ante las situaciones a las que solo se enfrenta una mujer.

Cierto es también que las condiciones de todas las mujeres no son las mismas, por esto el movimiento, como el feminismo, se distingue por la transversalidad, la inclusión y la comprensión. “Nosotras tenemos espacios y redes de apoyo, acompañamiento y prácticas solidarias, pero no todas las feministas usamos esa palabra para referirnos a lo mismo. Mi organización, la Red Feminista Antimilitarista, habla más de la construcción de comunidades feministas y tiene que ver con poner acento en esa unidad y en una lucha política por nuestra emancipación y no solamente en ser muy buenas amigas y estar juntas”, aclara Marta Restrepo, desde Medellín.

Eso sí, Marta, de 47 años y feminista hace 28, asegura que “esa lucha por la sororidad, por relaciones más justas y sanas entre compañeras y amigas es un llamado a romper el mandato de la misoginia que nos ha engendrado de alguna manera el patriarcado desde la crianza y la historia”. Y se refiere a esa idea lesiva de que el peor enemigo de una mujer es otra mujer.

Thomas coincide. “La sororidad nos ha permitido encontrar nuevas maneras de estar juntas y de defendernos de la cultura machista. Nos hemos dado cuenta de que nos educaron como rivales porque eso les sirve a los machos, porque mientras peleamos entre nosotras, ellos siguen teniendo el poder”.

Según Alejandro Boada, apasionado del tema y con un posdoctorado en Estudios de Género de la Universidad de Ciencias Empresariales y Sociales (Uces), de Argentina, en algún momento iba a llegar esta forma de relacionarse entre las mujeres, porque antes habían estado privadas de cualquier tipo asociativo.

“Los clubes de ciencia que había en el siglo XVIII o XIX eran masculinos, así como los grandes salones literarios en París (Francia). A las mujeres les tocaba disfrazarse de hombres para entrar a estos recintos. Todo lo que fuera sociedades, clubes, partidos políticos y cualquier forma asociativa había sido masculino desde los antecedentes de la humanidad”, precisa. Pero ahora que ellas están ascendiendo en la sociedad, también forman sus grupos y protegen sus privilegios.

Una idea que comparte la bailarina Antonina Canal, quien lidera Mujer 2020, un proyecto con más de una treintena de mujeres apasionadas de la danza, de diferentes sectores y estratos de la sociedad “que quieren abrazar, honrar, aceptar, amar lo que somos y demostrar que juntas somos más poderosas y podemos caminar de la mano sin chismes, juicios, crítica ni comparación”, dice.

Un violador en tu camino Venezuela
Un violador en tu camino Venezuela.
Foto: 
Miguel Gutiérrez / EFE

La sororidad, asegura, es inherente a este milenio, el de la mujer sagrada, de la diosa y de la energía femenina. “No podemos seguir destruyéndonos. Qué hacemos hablando mal una de la otra o quitándole el esposo, si cuando le hago daño a otra persona, también me lo estoy haciendo. Por eso es importante la educación en el cambio de conciencia en las familias, la escuela, la sociedad”, insiste Canal, que a través de la danza ha inculcado este pensamiento a más de 9.000 mujeres en los últimos 23 años.

¿Pero por qué a pesar de la sororidad y de la reivindicación de muchos derechos femeninos, más mujeres son blanco de todo tipo de agresiones y violencias? “No se puede empoderar a un grupo sin educar y preparar al otro para que acepte tal empoderamiento.

Si observamos la lucha contra el racismo en Colombia, en el siglo XIX, en la que tuvo mucho que ver Simón Bolívar, no se preparó a los blancos para que los afrodescendientes fueran libres”, dice Boada, que dicta charlas sobre el tema en Ilustre, un espacio de crecimiento, en Bogotá. “Se puede educar a una persona para la libertad, pero también se debe hacer lo mismo con quienes la oprimen, para que la reciban de forma equitativa”. Algo similar está sucediendo con las mujeres: “Se les empodera, se les enseña nuevos imaginarios y valores, nuevas formas de ser y desempeñarse en la sociedad, pero también se tiene que educar a los hombres. No hubo una formación en lo masculino para aceptar a esta nueva mujer, y entonces ¿qué hacen ellos? Corren o atacan”, explica el experto. “El desafío, entonces, es establecer cuál es el papel de la nueva masculinidad frente a esta nueva feminidad”.

Ya se están sembrando semillas con la nueva oleada de feministas como Laura Guerrera y Dalel Pérez, sociólogas de 24 y 23 años, del colectivo La Manada, en Colombia, que nació en la Universidad Nacional. Las Lobas, como se autodenominan, les están enseñando a niños y jóvenes en la escuela y el barrio sobre nuevas masculinidades y nuevos roles de género, sin rivalidades ni exclusiones, “que no hay razón para pensar el mundo en azul y rosado”.

FLOR NADYNE MILLÁN M.
Especial 

lunes, 30 de marzo de 2020

Participa en la Construcción del plan de Desarrollo Distrital

LAS MUJERES SON VITALES EN LA CONSTRUCCIÓN DEL PLAN DE DESARROLLO DISTRITAL

El Instituto Distrital de la Participación y Acción Comunal – IDPAC, pone a disposición de las mujeres la plataforma Bogotá Abierta que hace parte de una estrategia permanente del Gobierno Distrital en la que los retos y problemas de la ciudad se convierten en oportunidades de transformación positiva a través de ideas y aportes.
Las mujeres tienen la oportunidad de contribuir con ideas, conocimientos y recomendaciones en la construcción del nuevo contrato social y ambiental para la Bogotá del Siglo XXI del proyecto Plan de Desarrollo Distrital 2020-2024. El plan cuenta con cinco propósitos, 30 logros de ciudad, 17 programas estratégicos que desarrollarán indicadores y 65 generales que delegarán metas para los sectores distritales.
El 4 de abril termina el plazo para dejar tus ideas en la plataforma Bogotá Abierta;  sí resides en la capital ingresa a:  https://bogotaabierta.co/reto/cuales-deben-ser-los-temas-prioritarios-para-las-mujeres y haz parte de la historia que transformará la ciudad.
Tus iniciativas aportarán en la proyección del presupuesto destinado para las mujeres, que asciende a  $454.577 millones de pesos, que corresponde al doble de lo asignado al plan anterior.
Mujer el empoderamiento es ahora, participa en la construcción del plan y haz de Bogotá una ciudad más justa y equitativa.

PLASMA TUS IDEAS, COMUNÍQUALAS Y SERÁN ESCUCHADAS.

domingo, 29 de marzo de 2020

Vida

Una mirada a las mujeres colombianas

Florence Thomas lanzó su libro 'Nosotras, las mujeres' una obra que muestra su sentir como feminista
Florence Thomas
Por: Flor Nadyne Millán M.
 
Han avanzado en su nivel educativo, en su talante emprendedor y solidario, pero deben ganar terreno en equidad laboral, autonomía económica y en su valía social. A propósito del libro ´Nosotras, las mujeres´ de Florence Thomas.
“Nos falta mucho, pero los cambios son inmensos”. La frase es de la reconocida psicóloga francesa Florence Thomas y resume cómo ve el progreso de la mujer en Colombia en los últimos 50 años.

Ella acaba de lanzar ´Nosotras, las mujeres´, una obra personal que muestra su sentir como activista feminista, en la que también presenta una radiografía detallada de la situación de la mujer colombiana en sus distintos campos de acción, y muestra qué está buscando, cómo ha avanzado y qué le hace falta. Un ejercicio interesante para saber cómo estamos.

Y en esa tarea de autoconocimiento y reivindicación personal y colectiva de las mujeres son inevitables los balances y reflexiones. “Todavía hoy muchas mujeres colombianas viven sin apropiarse de su historia, como sin proyección en el pasado, como sin memoria; hecho que representa, probablemente, una de las raíces más profundas de nuestra opresión y discriminación”, escribe en su libro.

Thomas, máster en Psicología Social de la Universidad de París y coordinadora del grupo Mujer y Sociedad de la Universidad Nacional de Colombia, desde 1985, está radicada hace 52 años en el país y es una voz autorizada sobre lo vivido, dudado y deseado por las colombianas, porque ha estado muy cerca de ellas. Es más, Florence Thomas es una de ellas.

¿Qué cambios ha advertido en el último medio siglo?
“Cuando llegué a Colombia ellas apenas comenzaban a votar, a ser ciudadanas y también a educarse y a tomar pastillas anticonceptivas. Empezaban a decidir un poco más sobre su cuerpo dentro de un ambiente todavía muy machista”, le dice a EL TIEMPO.

Recuerda que casi no había participación femenina en la política, “y sigue terriblemente mal, cuando en la mayoría de países del mundo se está hablando de paridad, es decir 50/50. Somos casi el 52 por ciento de mujeres aquí, entonces uno no entiende cómo estamos tan relegadas todavía y por qué nos tratan tan mal”, expresa sin cortapisas esta mujer nacida en Rouen (Francia), en 1943.

Los análisis de diversas instituciones lo confirman. Una de las formas más comunes de violencia contra las mujeres se presenta en su propio hogar. Los datos de la Organización Mundial de la Salud lo ratifican, dice Thomas en Nosotras, las mujeres: “Cada día en Colombia, 245 mujeres son víctimas de algún tipo de violencia, es decir una mujer cada seis minutos, y cada hora, dieciséis mujeres son víctimas de violencia sexual: cada 36 horas asesinan a una mujer que había denunciado maltrato de su pareja y cada día violan a 55 niñas menores de 16 años”. Y, ¡atención!, esto es solo lo que se reporta.

Resulta paradójico que en Colombia son más las mujeres, pero su representación en el escenario político está lejos de reflejar esa realidad. De acuerdo con el Censo Nacional de Población y Vivienda 2018, el 48,8 por ciento de la población está compuesto por hombres y el 51,2 son mujeres. Es decir, por cada 100 hombres hay 104,7 mujeres. Pero la política es un espacio dominado por ellos.

El informe ‘La iniciativa de paridad de género Colombia’ revela que ellas tienen una menor posibilidad de acceder a cargos de liderazgo en el sector público y privado, así cuenten con los mismos atributos que los hombres. Y ratifica que la brecha de género es muy alta en los cargos de elección popular. 

En educación y en empoderamiento, estamos aprendiendo a tomar la palabra
Es cierto, en educación se evidencia el avance femenino. Según el Dane hay mayor reducción en el analfabetismo de las mujeres. En el 2005 se registraba el 8,7 por ciento para los hombres, y descendió a 5,37 en 2020, mientras que en las mujeres pasó de 8,2 al 5 por ciento. Y, además, el 61 por ciento de mujeres han cursado educación superior (29,6 %) o estudios de posgrado (31,4 %) (ver gráfico).

Sin embargo, preocupa la brecha existente entre las urbanas y las rurales, que es considerada una de las más grandes de América Latina. De acuerdo con Thomas, 10 años en promedio estudian aquellas en las zonas urbanas, pero las campesinas solo unos cinco.

Ahora bien, cuanto más se educa la mujer, más pospone su maternidad. El Dane muestra que entre los 29 y 31 años es la edad promedio de fecundidad. Por eso, mientras una mujer con educación preescolar, primaria o ninguna tiene sus hijos en promedio a los 25 años, las que han alcanzado un mayor nivel educativo (formación superior o posgrado) deciden ser madres entre los 29 y 31. Claramente, el promedio de hijos varía según la edad y la formación. En las primeras es de 3,5 y en las otras, 1,5.

Florence Thomas
Foto: 
Carlos Restrepo/El Tiempo
“Es impresionante, cerca del 30 por ciento de las mujeres de 30 años dice que no quiere tener hijos –se sorprende Florence–. Imagínense eso y piensen en sus bisabuelas que tenían 5 y 6 hijos y que no podían elegir de todas maneras. Y no estamos hablando de las mujeres del Vichada o del Chocó, sino de la capital del país”. La psicóloga recalca que Colombia no es una sola nación porque también hay un país rural, pobre, donde es difícil estudiar. “Un país que ha vivido cincuenta años de guerra y el posconflicto. Entonces no podemos ser triunfalistas”.
Y parece que estudiar no siempre es suficiente para avanzar. El Informe Nacional de Empleo Inclusivo, elaborado por Fundación Corona, el Programa de Alianzas para la Reconciliación y la Fundación Andi, señala que en Colombia las mujeres tienen en promedio más años de escolaridad que los hombres; “sin embargo, en el mercado laboral enfrentan diversas barreras culturales, sociales, organizacionales y del entorno que se traducen en aspectos como una menor participación en el mercado de trabajo, menores tasas de ocupación y menores ingresos con respecto a los hombres”.

Lo que representa un desafío para consolidar su autonomía económica.
La equidad laboral también es un reto global. En Colombia, de acuerdo con el Ranking PAR 2019, el 34 por ciento de los cargos de liderazgo están ocupados por mujeres, solo el 27 por ciento son de CEO y el 25 por ciento, de posiciones en juntas directivas.

Como quien dice, las colombianas todavía no nos la creemos. Razón tiene Florence Thomas cuando repite: “Hemos avanzado, pero falta mucho por hacer”.
FLOR NADYNE MILÁN M
IG@NadyneMillan
Para EL TIEMPO

sábado, 28 de marzo de 2020

Noticia



 racismo

ONU DENUNCIA RACISMO EN ESPECIAL CONTRA MUJERES AFRODESCENDIENTES

racismoDespués de tantos años de luchar en contra del racismo en especial contra el que está dirigido a la población negra en el continente, este flagelo social persiste especialmente en contra de las mujeres negras, según denunció el pasado miércoles la directora ejecutiva del Fondo de Población de Naciones Unidas Natalia Kanem.
«Aun cuando la trata transatlántica de esclavos terminó en el siglo XIX, su legado de racismo aún persiste» aseveró Kanem en un pronunciamiento transmitido a EFE en la celebración del Día Internacional del Recuerdo de las Víctimas de la Esclavitud y la Trata de Personas.
Las consecuencias de este racismo Kenem resalta que persiste la marginación y privación de derechos humanos a personas descendientes de esclavos africanos y que esta discriminación limita su capacidad de ejercer sus derechos y libertades fundamentales, entre ellos la participación política, lo que dificulta aún más la eliminación de brechas que mantienen a la mayoría atrapados en la pobreza
Además, añade que «por espacio de siglos, las personas afrodescendientes en América Latina y el Caribe han debido enfrentarse a una discriminación y una segregación estructurales profundamente arraigadas en el racismo, el colonialismo y la esclavitud».

Las mujeres afrodescendientes son especialmente discriminadas

En cuanto a las mujeres, Natalia Kenem asegura que son especialmente discriminadas ya que además de la discriminación racial, afrontan la discriminación basada en género con múltiples formas de exclusión interseccionales y asegura que «En todos los países en los que habitan carecen de acceso igualitario a servicios de calidad, incluyendo servicios de atención de la salud sexual y reproductiva»
Ejemplo de esta discriminación es el caso de las mujeres en Estados Unidos ya que según Kenem «Las mujeres afroamericanas (…) tienen de dos a tres veces más probabilidades de morir por causas relacionadas con el embarazo en comparación con las mujeres blancas, de acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades»
En cuanto a las instituciones tanto privadas como estatales hace la observación de que los datos de desigualdad no suelen estar desagregados por raza, y explica que «eso significa que las experiencias de las mujeres afrodescendientes a menudo permanecen ocultas detrás de los datos acerca de la totalidad de las mujeres, lo cual esconde los patrones de desigualdad sistémica, y hace que sus dificultades y preocupaciones resulten prácticamente invisibles para los encargados de formular políticas».
Entre los avances que se han realizado Kanem resalta el acuerdo entre UNFPA y el gobierno de Costa Rica el cual tiene como objetivo «lanzar un pacto regional para proteger la salud, y los derechos sexuales y reproductivos de las personas afrodescendientes, con un énfasis particular en las mujeres y las personas jóvenes».

Necesitamos eliminar el racismo para poder cumplir los objetivos del milenio

Finalmente Kanem insta a que se eliminen las brechas y discriminaciones raciales para que se puedan cumplir los objetivos del desarrollo sostenible «Éste es el momento de emprender acciones decididas para terminar con el racismo, la discriminación y la injusticia que han llevado a la exclusión a millones de personas afrodescendientes, y para retirar de sus hombros ese manto de invisibilidad a través de datos desagregados de calidad que reflejen sus vidas y sus necesidades»
Y para poder lograrlo con éxito «Debemos cumplir nuestra promesa de no dejar a nadie atrás y eliminar el racismo sistémico provocado por la esclavitud es fundamental para lograr un mundo de derechos universales y de opciones para todas las personas» concluye.

viernes, 27 de marzo de 2020

Series



SERIE SOBRE LA PRIMERA MUJER NEGRA EN HACERSE RICA EN EEUU


mujer negra
La verdadera Madam C.J. Walker

Desde el 20 de marzo está disponible en Netflix la miniserie Self Made inspirada en la vida del ícono norteamericano Madam C.J Walker primera mujer negra en hacerse millonaria por mérito propio en los Estados Unidos.
Sarah Breedlove (23 de diciembre de 1867- 25 de mayo de 1919) es más conocida como CJ Walker, una empresaria estadounidense que hizo su fortuna desarrollando y vendiendo una exitosa línea de productos de belleza y cuidado del cabello para mujeres negras (empresa que fue pionera productos para el cuidado del cabello afro), con una empresa que llamó Madam C.J. Walker Manufacturing Company.
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Esta miniserie se compone de cuatro capítulos de 40 minutos cada uno, y la protagoniza Octavia Spencer, ganadora al Oscar a Mejor Actriz de Reparto en el año 2011 y también protagonista de películas como La Cabaña y Talentos Ocultos.
La serie surge inspirada en el libro On Own Ground escrito por la tataranieta de Walker A’Lelia Bundles libro que narra cómo Madam C.J Walker hizo su fortuna convirtiéndose en un ejemplo de superación no sólo del racismo si
no también del machismo, además de las traiciones y rivalidades que su éxito le generó. Sin embargo, nada de esto apabulló a la invencible Walker quien con todo y dificultades logró revolucionar la industria e impulsó oportunidades laborales para las mujeres negras, aportando así a la transformación social y la reducción de brechas para estas y sus familias.
Si deseas conocer más sobre equidad de género, te invitamos a seguirnos en nuestras redes sociales FacebookInstagramTwitter, y a suscribirte a nuestro canal de Youtube en el que pronto tendremos nuevas sorpresas.

jueves, 26 de marzo de 2020

Resultado de Investigación


 

RESULTADO DE INVESTIGACIÓN: PÁGINAS DE LA BELLEZA APOLOGÍA A LA JOVEN IDEAL

bellezaPáginas de belleza: Apología a la Joven Ideal es una tesis de pregrado en comunicación social de la Universidad Sergio Arboleda de Bogotá, escrita por  Catalina Bonnet Toro, quién decidió compartirla en esta página para su distribución gratuita.
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El texto analiza cómo las jóvenes están siendo representadas bajo  modelos que se enfocan a enaltecer su belleza o aspecto físico, para conseguir pertenecer a un grupo dentro de su cultura y sociedad; y de cómo se desenvuelven en esta.
El deseo de apropiación y de integrar un mismo modelo, hacen que lo que predomina en nuestros días sea una presión social homogeneizadora, que trabaja generado estereotipos que se fundan en el imaginario colectivo. Un ejemplo de esto son los medios masivos de comunicación quienes a la par con las redes sociales instituyen los lineamientos de aquello que está de moda y aquello que es bello para nuestra sociedad.

A partir de esto, se busca entonces conocer y demostrar la importancia de interpretar el papel de la mujer en una sociedad moderna, y especialmente en las adolescentes, que crecen junto a modelos que solo comparten una idea preconcebida de tiempos pasados, o de maneras de pensar que les han sido impuestas. Un “status quo” que puede no responder a la realidad actual, y, que además genera una repetición de esos mismos comportamientos aceptados en las sociedades, y de vivir en la era de la normalización de los cuerpos para estar a gusto consigo mismas; teniendo como público objetivo a las adolescentes colombianas.
Si deseas descargar el documento puedes dar click aquí 

Revista 1+Uno Mujer #8M

Revista 1+Uno Mujer Edición 43 del mes de marzo 2024 https://issuu.com/mariafernandasarmientopineda/docs/revista_1_uno_mes_de_marzo_2024_ed....