sábado, 31 de marzo de 2018



Joan Feynman, astrofísica



La astrofísica Joan Feynman (1927) cumple hoy años.
Ha realizado importantes contribuciones al estudio de temas vinculados con el viento solar, relaciones entre el Sol y la Tierra, y la física magnetosférica.
En particular, es conocida por el desarrollo y comprensión del origen de las auroras, y por descubrir un método para predecir los ciclos de manchas solares.
Es la hermana menor del conocido físico Richard Feynman (1918-1988).

jueves, 29 de marzo de 2018



Empoderar a las mujeres para acabar con el hambre y la pobreza

Mujeres rurales: la fuerza motriz contra el hambre, la malnutrición y la pobreza
01 Mar 2017
En las variadas y vitales funciones que desempeñan -como agricultoras, empleadas, empresarias, cuidadoras o líderes comunitarias- las mujeres constituyen la columna vertebral de las sociedades rurales. Casi en todas partes, hacen contribuciones cruciales a la producción, procesamiento y comercialización de alimentos. De hecho, debido a que las mujeres producen, procesan y preparan gran parte de los alimentos disponibles, son fundamentales para la seguridad alimentaria de sus familias y sus comunidades.
En los países en desarrollo, las mujeres representan el 45 por ciento de la mano de obra agrícola, que va desde el 20 por ciento en América Latina hasta el 60 por ciento en ciertas partes de África y Asia. Las habilidades y la energía de las mujeres rurales permean todas las partes del sistema alimentario y son fundamentales para fomentar la diversificación sostenible de la agricultura, promover la biofortificación, reducir la pérdida y el desperdicio de alimentos y apoyar el procesamiento de alimentos para mejorar la nutrición y la inocuidad de los alimentos.
Mejorar la condición social y económica de las mujeres dentro de sus hogares y comunidades tiene un impacto directo en la seguridad alimentaria y la nutrición, en particular en la nutrición infantil. Por ejemplo, los datos muestran que las mujeres, si se les da la oportunidad de controlar los ingresos adicionales del hogar, tienden a gastar más en alimentos, salud, ropa y educación para los niños que los hombres. Por lo tanto, la igualdad de género es esencial para lograr la seguridad alimentaria y la nutrición, tanto ahora como para las generaciones futuras.
Habilitar y capacitar a las mujeres rurales se traduce en un mejor bienestar general de los niños, los hogares y las comunidades, lo que a su vez contribuye al crecimiento social y económico a largo plazo.
Pasar de la teoría a la acción ¿Qué se puede hacer?
Las pruebas procedentes de África, Asia y América Latina demuestran sistemáticamente que pueden lograrse mejoras significativas en la seguridad alimentaria mediante la ampliación del acceso de las mujeres a los recursos productivos y las tecnologías, incluida la tierra, las oportunidades de mercado, el empleo decente y la protección social y aumentando su papel en la adopción de decisiones En todos los niveles. Las intervenciones de política pueden otorgar poder a las mujeres rurales y ayudar a cerrar la brecha de género en la agricultura y los mercados laborales rurales. Estos incluyen, pero no se limitan a:

• Facilitar el acceso de las mujeres a los recursos agrícolas, la educación, la extensión y los servicios financieros.
• Invertir en tecnologías e infraestructura que ahorran mano de obra y aumentan la productividad, que reducen el trabajo duro de las mujeres y dejan tiempo para actividades más productivas.
• Promover el acceso de las mujeres a empleos decentes y a mercados de trabajo equitativos.
• Aumentar la inclusión de las mujeres en los procesos de toma de decisiones dentro de los hogares, las comunidades y las organizaciones rurales, así como en todos los niveles de gobierno.
Vea este video para aprender más sobre cómo la FAO apoya a los países en el diseño y la implementación de leyes, políticas y programas de género:

miércoles, 28 de marzo de 2018


Dónde estamos en relación con la igualdad de género?

No puede haber desarrollo sostenible sin igualdad de género. Depende de todos nosotros y nosotras que esto sea una realidad.

Ocuparse de las desigualdades entrecruzadas requiere una mayor cooperación global. ¡Necesitamos pasar !

martes, 27 de marzo de 2018




“Los idiomas no son sexistas, ni xenófobos. Los usos lingüísticos son los que causan desigualdad”

Amelia Barquín, filóloga y feminista, es profesora de Educación Intercultural y de Educación y Género en la facultad de Humanidades y Educación (HUEZI) de Mondragon Unibertsitatea. Ofreció en el Foro Gogoa una charla sobre ‘Los lenguajes con que construimos la desigualdad’

JAVIER PAGOLA IÑAKI PORTO 

Amelia Barquín se reconoce y habla como feminista. Es también filóloga. ¿Cuál sería una definición atinada de feminismo?
-Bueno. En el diccionario se pueden encontrar acepciones precisas. A mí me gusta una definición de la escritora y periodista Nuria Varela, que dice que “el feminismo pretende que los seres humanos sean lo que quieran ser, y vivan como quieran vivir, sin un destino marcado por el sexo biológico con el que hayan nacido” Esa definición hace hincapié en la igualdad y en la libertad. Marina Subirats, feminista y educadora, escribió que “cada ser humano debe ser libre para elegir aquellas actitudes que le son afines, debe poder combinar las características masculinas o femeninas que habitan en su persona, y poder hacerlo desde la libertad, en la dosis y en las circunstancias que le parezcan más convenientes” ¿Quién dice que la ternura es una cualidad femenina o que la valentía es un valor masculino? Ambas cosas, ternura y valentía son cualidades humanas.
¿Es posible comunicarse de forma no sexista?
-Viene de hace ya mucho tiempo el debate sobre si las lenguas son sexistas, y sobre las palabras y actitudes que tenemos al comunicarnos entre personas. Hay guías editadas por instituciones públicas sobre cómo hacerlo. Y existe polémica sobre este asunto. No hay duda de que es bueno comunicarnos de manera adecuada, pero la vida cotidiana, la práctica diaria pone de manifiesto que no siempre lo hacemos bien. ¿Habría que cambiar la forma de hablar para que la sociedad sea más igualitaria? ¿O lo primero es cambiar la sociedad, y la lengua ya vendrá detrás? Sin duda, los usos lingüísticos son reflejo de las sociedades. Por ejemplo, en nuestra sociedad, llamar “gitano” a una persona que no pertenece a esa etnia, o llamar “nena” a un hombre, resulta un insulto, pero eso nos dice algo más, y es que, en nuestra sociedad, ser gitano o ser mujer está peor valorado. Hay consenso en indicar que las lenguas no son sexistas, ni xenófobas. La cuestión está en que hacemos usos lingüísticos inadecuados de las palabras. En nuestra sociedad hay abundante sexismo, menosprecio a las mujeres, y androcentrismo, consideración del varón como el centro y la medida de todo.
¿Es una buena solución, incluyente, el uso del masculino genérico?
-Eso tiene dos lecturas. Primera, la lectura gramatical, la que dicta la Academia de la Lengua;para ella, el masculino y el femenino son solo categorías gramaticales. La lengua se ha construido así, y no pasa nada si se usa el masculino genérico: si hablamos de “los derechos del niño” estamos incluyendo a los niños y a las niñas. Pero hay otra lectura que insiste en que “lo que no se nombra, no existe” y en que es preciso nombrar a unos y otras. Sobre este asunto hay una discusión acalorada y no siempre respetuosa.
Con inteligencia, y sentido del humor, ¿se pueden ver las cosas de otra manera?
-Sin duda. Por ejemplo, Álvaro García Meseguer, en su libro Lenguaje y discriminación sexual propuso jugar con una adivinanza. Él la tituló Cirujano de guardia, y dice así: “Un padre va en moto con su hijo. Tienen un accidente y el padre muere en el acto. El hijo queda malherido. Una ambulancia lo lleva al hospital más próximo, y allí todo el mundo busca al cirujano de guardia, quien, al ver al muchacho exclama: ¡No puedo operarle, es mi hijo!”.
¿Cómo se explica eso?
-La redacción dice que buscaron al “cirujano de guardia”, que es un masculino genérico, pero, ¿cuántas personas son capaces de imaginarse a una mujer detrás de ese masculino? Tal cirujano de guardia no podía ser el padre del herido, porque ya murió en el accidente;era su madre. Cuando no sabemos de quién estamos hablando, nos imaginamos, por defecto, a un hombre. El ser humano, si no está concretado, siempre es un varón. Y eso no es una cuestión de la lengua, sino del aprendizaje que hemos hecho. Además, seguimos casi siempre distinguiendo solo entre hombres y mujeres, pero ya hay personas “postgénero” que plantean: “Yo he hecho un tránsito, o estoy en tránsito, o no quiero definir mi identidad sexual, ¿por qué han de obligarme a ello?, porque vivo en un mundo en que, hasta para ir al baño tengo que definirme, si estoy en un espacio público, cada dos horas” Eso está trayendo ya muchos problemas al alumnado transexual que va a los colegios.
¿Al hablar en público, damos trato diferente, asimétrico, a las personas según su sexo?
-Es una cosa común escuchar en una reunión de empresa o delante de un grupo de socios, que alguien diga. “El señor Garmendia y Mariví van a presentar el informe”. O que, al abrir un congreso, la persona que saluda indique: “Deseamos darles la bienvenida. El señor Rector, Josu Prieto, tomará la palabra en primer lugar, y, a continuación, Miren y Nekane nos explicarán el programa del día”. ¿Y, si Miren y Nekane, que tienen su apellido propio, fueran la decana de una facultad, o la directora de un departamento? ¿Por qué a las mujeres se les da, casi siempre, un trato de mayor confianza?
¿Cuando se trata de expresar el oficio de una mujer, el femenino lo soporta todo?
-Yo estoy convencida de que así es. Pero hay profesiones en que las mujeres han estado presentes desde hace mucho tiempo y resulta muy natural decir: enfermera, maestra, administrativa, técnica o música. Otros nombres se van aceptando, tal como jueza o concejala. Pero resulta raro que suene el telefonillo de casa y alguien te diga que llama la “cartera”, o que una mujer se presente como “crítica” de arte. Y más raro conocer a una “cancillera”, “soldada”, “caba” (militar), o “pilota”. Sin embargo, es un recurso de la lengua el feminizar los nombres, y la Academia acepta ya “médica” y “cartera”.
Pero, en algunos duales aparentes, el femenino sale mal parado en significado respecto al masculino.
-Sí. Es lo que sucede, por su connotación sexual, en variaciones de género gramatical en personas, como verdulero/verdulera, zorro/zorra, lagarto/lagarta, ligero/ligera, fulano/fulana, sargento/sargenta, conejo/coneja, golfo/golfa, perro/perra, o expresiones como hombre público/mujer pública, u hombre de la calle/mujer de la calle. Pero hay otros duales aparentes tremendos en expresiones de nuestra vida diaria que recuerdan a los órganos sexuales de hombres y mujeres, tales como: es un coñazo/es cojonudo;vale un huevo/no vale un higo;es un rajado/tiene un par de huevos. Claro que decimos: “es una chorrada, es una pijada” y también “es unachuminada”. Pero en general, los términos que tienen que ver con la vulva se usan con un significado despectivo.
¿Al hablar con los niños y niñas seguimos insistiendo en los roles de género?
-Las cosas van cambiando, pero es cosa corriente oír frases como estas: “Se te ha manchado el abrigo, pero, no importa;tu mamá te lo limpiará”, o, por contra: “La bici no funciona bien;a ver si tu papá te la arregla” E igualmente, es común decirle a una niña: “¡Qué guapa estas con ese vestido, pareces una princesa”, o a un niño: “¡Ven aquí, fiera, choca esos cinco, menudo pedazo de chamarra traes, estas hecho un deportista!” No sabemos cuál es la realidad de cada casa, pero es muy probable que en muchas se escuchen frases parecidas. Transmitimos todavía a la infancia este tipo de maneras de ver el mundo. Reproducimos convenciones sociales y no ayudamos a que cada persona elija con libertad sus actitudes. “La desigualdad no nace, se hace”, como diría Simone de Beauvoir, pensando en las mujeres;pero también sabemos que los hombres “se hacen”
¿Todavía se dicen piropos?
-Bueno, es cosa distinta dedicar una frase amable entre personas amigas y en la intimidad, que un piropo, es decir, la valoración positiva del cuerpo de una mujer por un desconocido y en un espacio público. Eso es una atribución que algunos hombres creen que tienen, y hay bastantes mujeres que creemos que no deberían tenerla, o no deberían pensar que la tienen.
¿Maltratamos de palabra a muchas personas?
-A mí me preocupa la dureza e insensibilidad hacia algunos colectivos estigmatizados. A menudo decimos o escuchamos frases como estas: “Es una putada;me están puteando;las estamos pasando putas;anda como puta por rastrojo;va vestida de putilla” . Podemos tener diferentes ideas sobre la prostitución, pero no es difícil llegar al consenso de que las prostitutas no deben ser un colectivo estigmatizado.
¿Y nuestro lenguaje tan duro hacia los homosexuales varones y a prácticas sexuales que asociamos como exclusivas de ellos?
-Merece una reflexión semejante, en el sentido de si les estamos estigmatizando. No solo es el insulto directo: maricón. Sino tantas frases hechas, repetidas y ampliamente aceptadas, como si fueran chistes o meras bromas: “Maricón el último, maricón el que no bote;que te den;vete a tomar por el culo;es un lameculos;al final, nos tuvimos que bajar los pantalones y aceptar;nos la han metido sin vaselina”.
Ahora viven entre nosotros gentes de diversas culturas ¿Maltratamos a algunas con nuestros usos lingüísticos?
-Lo hacemos a menudo de manera inconsciente o con un repertorio estereotipado y repetido que ya parece hora de corregir. Cosas como: “Ese es un gitano;en esa familia andan como los gitanos;eso es un trabajo de chinos;eso es una merienda de negros;es muy celoso, un verdadero moro;habla en cristiano, que no se te entiende”. ¿Qué idea del mundo estamos transmitiendo a nuestros hijos e hijas cuando decimos esas cosas?
¿Hay violencia en el lenguaje?
-Abundan mucho las metáforas bélicas: “Tenemos muchos frentes abiertos;la sonrisa es su mejor arma;voy a matar dos pájaros de un tiro;a ver, la primera pregunta: disparad”.
¿Los medios de comunicación y los líderes de opinión transmiten mucho sexismo?
-Más allá de los usos lingüísticos inapropiados, abundan los mensajes sexistas y de un clasismo rampante. Yo no puedo olvidar dos frases sobre Ada Colau, alcaldesa de Barcelona. El político Oscar Bermán dijo de ella que: “en una sociedad seria y sana, estaría fregando suelos” y el columnista Félix de Azúa escribió: “Una ciudad civilizada y europea como Barcelona tiene como alcaldesa a Colau, una cosa de risa. Una mujer que debería estar sirviendo pescado”.
¿Hay muchas resistencias para cambiar los lenguajes con los que construimos desigualdad?
-Yo creo que la más importante es el patriarcado que es la organización social que subyace a nuestra manera de vivir, donde existen dos géneros, que son una construcción cultural, y uno está por encima del otro. Va habiendo cambios, importantes en muchos aspectos y en otros no tanto. Pero al patriarcado pertenecemos y lo construimos todas y todos, aunque no en la misma medida;por suerte hay gente que menos que otra. Hay que decir también que el tema de la lengua es bastante puñetero, porque no nos gusta nada que alguien nos diga que no estamos hablando bien. No es fácil hacer las críticas, ni tampoco aceptarlas. A las feministas, en este asunto, se nos echa en cara que nos falta sentido del humor y que podemos dejar a la lengua sin recursos expresivos, ni metáforas. Pero lo que importa es tener en cuenta desde qué posición social y desde qué punto de vista se dicen las cosas.
En el modo actual de tratarse los y las adolescentes y escolares ¿Se observa una evolución positiva hacia la igualdad o una vuelta atrás?
-Yo creo que vivimos en una sociedad que es formalmente igualitaria, pero en la práctica no lo es, y a la chavalería le llegan muchos mensajes negativos, sobre todo desde el ámbito de los productos culturales. Merece la pena analizar la tipología y comportamiento de los personajes que aparecen en audiovisuales, series, dibujos animados, videojuegos y videoclips producidos, en su mayoría por la industria estadounidense. Hay productos que ofrecen, a menores, imaginarios de narcotraficantes y de prostitutas de lujo, hipersexualizadas y a disposición de los hombres. Son productos con gran capacidad de seducción donde los roles de hombres y mujeres son muy distintos, y comportarse el hombre como un canalla es frecuente. Educadoras y educadores, en casa y en la escuela, tenemos un gran reto. Hay que estar alerta y ofrecer a menores y jóvenes alternativas y herramientas de protección, acompañándoles, individualmente y en grupo, y ayudándoles a analizar críticamente toda la producción audiovisual.

las claves

Amelia Barquín
FILÓLOGA Y FEMINISTA
“¿Habría que cambiar la forma de hablar para que una sociedad sea más igualitaria?”
“¿O lo primero es cambiar a la sociedad y pensar que la lengua vendrá después? El debate es intenso”
“El feminismo pretende que los seres humanos sean lo que quieran ser sin un destino marcado por el sexo biológico”
“Actualmente hay mucho sexismo y menosprecio a las mujeres, el hombre es todavía el centro y la medida de todo”
“A las feministas se nos echa en cara la falta de sentido del humor y que podemos dejar la lengua sin metáforas”
“El lenguaje es importante y aún vivimos en una sociedad formalmente igualitaria, pero en la práctica no lo es”
BIOGRAFÍA
UNA EXPERTA EN INCLUSIÓN CULTURAL
Perfil. Amelia Barquín es doctora en filología y profesora titular de HUHEZI (Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Mondragon Unibertsitatea), donde imparte las materias Educación intercultural y Educación y género. Sus terrenos de docencia e investigación son: educación intercultural, intervención educativa con alumnos de origen inmigrante, uso no sexista de la lengua, educación y género y literatura sefardí. El grupo en el que trabaja tiene como eje la educación para la ciudadanía y sus intereses principales el tratamiento inclusivo de la diversidad cultural en el sistema educativo, la educación en valores
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lunes, 26 de marzo de 2018

Mujeres gestoras de paz: su semilla Educar en la paz


Por: Eugenia Castaño Bohórquez





Éxito rotundo del Consejo Nacional de Mujeres de Colombia en el segundo foro "Educar en la paz", en donde participaron asociaciones de mujeres, académicos, estudiantes y funcionarios del Estado. El éxito se debe a que los hombres fueron parte fundamental en este escenario y no una reunión de mujeres para mujeres, sino un foro de mujeres para la sociedad colombiana conformada por personas de todas las edades y condiciones.

Cabe destacar la presencia del profesor Alexander Rubio, escogido como uno de los 50 mejores maestros del mundo por su estrategia a través de la enseñanza en disciplinas como el yoga y la expresión corporal, cambiando en los estudiantes los comportamientos violentos por los que fomentan la paz.

Concurrieron los organismos de control del Estado para el desarrollo económico y el progreso con el señor Pastor Borda; la Academia de la Historia y la Sociedad Santanderista a cargo de José Asunción Suárez Niño, haciendo un interesante recuento histórico del paso de las mujeres latinoamericanas en donde ellas han ido tomando protagonismo en el poder, así se recordó a varias líderes que han contribuido a ese propósito. También participaron las juventudes colombianas en cabeza de Anderson Alzate, quien ofreció un discurso sobre la mentalidad del latinoamericano y la necesidad de un cambio en la historia reciente.

Hubo participación de académicos que comentaron las distintas formas de hacer posible la paz en el marco de la educación, entre los asistentes se encontraban la ex-senadora Mercedes Rojas de Rivera con su libro Una ventana hacia la pazCecilia de Pallini, presidente del Consejo Internacional de mujeres de las Américas; Joseph Berolo, escritor y poeta; Teresa López Gutiérrez, directora de la Universidad Agraria experta en el tema de la mujer rural.

En el segundo foro "Educar en la paz" se abordó sobre la pedagogía para la paz a través de la cultura, la educación, el desarrollo y los medios de comunicación. El eje central fue la búsqueda de aportes concretos en las estrategias para contribuir en ese objetivo, es así como la presidenta Luty Montoya puso en conocimiento el proyecto del CNMC "Niños felices mejores ciudadanos".

El primer foro (2016) giró en torno a la pedagogía para la paz y se suministró a la presidencia de la República el manifiesto "Mujeres gestoras de paz" y en la ciudad de Medellín la presidenta del CNMC, la abogada Luty Montoya, hizo lo propio. La escritora y poeta Eugenia Castaño Bohórquezinvitada a representar a Colombia en el octavo Orquídea Fest en Morelia Michoacán con sus obras, entre ellas El Arte no tiene nacionalidad, junto a la pintora mexicana Blanca Torres Torres, hizo entrega del manifiesto “Mujeres gestoras de paz” ante las autoridades de la ciudad, miembros del festival, empresarios y el público, a su directora Cilia Meza, quien luego lo llevara y entregara oficialmente en Playa del Carmen, despertando un gran interés en Michoacán y Cancún, queriendo unirse a la causa de las mujeres colombianas, en una identidad latinoamericana, es así que estarán presentes en el tercer foro en 2018. Colaboraron en la representación de Colombia la Asociación de Productores de Aguacate y otros frutales de Plantarte Anolaima con obsequio relativo a la orquídea colombiana y los frutales realizado por artesanos, la Casa Museo Francisco de Paula Santander con la bandera nacional, Libros y Letras en la promoción y divulgación de la cultura colombiana.

La presidenta del CNMC fue escogida entre todas las organizaciones de mujeres para ir a Medellín a compartir sus conocimientos de las mujeres en el desarrollo del voto de la mujer en Colombia con todas las candidatas presidenciales de todos los partidos políticos. Fue entrevistada por la Organización de las Naciones Unidas ONU, donde habló sobre la participación política de la mujer y los inconvenientes de las organizaciones de mujeres para la realización de los proyectos. También dio una excelente luz del proceso del voto de la mujer en Colombia. Le propuso a la ONU que se diera el apoyo o se hiciera llamado a empresarios o entidades que quieran ser parte de la cristalización del proyecto del CNMC, "Niños felices mejores ciudadanos", elaborado por las mujeres del Consejo, profesionales de diferentes áreas del conocimiento con base en la experiencia de años de trabajo social y académico; con la respectiva veeduría y control de todas las partes para que se lleve a feliz término y se logren los resultados esperados en bien de las nuevas generaciones que se merecen esa oportunidad.

Es urgente llevar a la acción todas estas iniciativas en beneficio de la nueva cosecha de colombianos comprometidos con la patria y que se proyecten en el actual proceso de paz para trabajar con compromiso y sentido de pertenencia por la nación. Sólo los colombianos pueden cambiar o mejorar el rumbo que afecta no solo a Colombia sino al mundo y se extiende logrando nuevas alianzas con nuestros países hermanos en aras del desarrollo y el progreso.

Las mujeres de Colombia han tenido importantes logros en la historia del país, muchos sacrificios y trabajo arduo en el transcurso de los años, por ello, en el 2018 se pretende desarrollar un proyecto puntual, independientemente de posturas políticas, religiosas, económicas y se unan los intereses de Colombia y de América Latina. Hay diversas inteligencias, así como tenemos grandes deportistas y artistas, hay miles de jóvenes que pueden aportar su emprendimiento en distintas ramas del conocimiento y de los oficios. Mujeres gestoras de paz su semilla Educar en la paz

viernes, 23 de marzo de 2018


Un estudio dice que la maternidad equivale a trabajar 2.5 empleos de tiempo completo


Estudios de maternidad que valen la pena

Son muchos los estudios de maternidad, pero pocos tienen tanto impacto en la sociedad como el de la compañía  de jugos Welch's.  Éste investigó a mil madres de familia que se dedican completamente a la crianza de los hijos y descubrió algo impresionante. El trabajo que realizan estas mujeres equivale a dos trabajos y medio por las pesadas jornadas que tienen. 
Según las mamás americanas que entrevistaron y que platicaron las experiencias por las que atraviesan todos los días llegaron a fuertes conclusiones. Es muy cansado su trabajo, no es remunerado y tampoco es considerado por otros.

El estudio manifiesta

El estudio encontró que en promedio las mamás se levantan a las 6 de la mañana y no se detienen hasta las 8 de la noche. Esto equivale a un turno de 14 horas por 7 días a la semana.
El trabajo que realizan al cuidar a los hijos y por las jornadas que emplean en ello es equiparable a dos trabajos y medio de tiempo completo. Lo cual se 
vuelve indignante dado que muchos consideran que no es un empleo, que es fácil o que cualquiera puede hacerlo.
Asimismo se reveló que en promedio solamente tienen una hora o dos al día como descanso. Esto sin las jornadas extras que implica cuando un hijo se enferma, se cae, o tiene algún incidente. 

¿Cómo logran sobrellevar esto?

Las mamás estudiadas admitieron que dependen del café, de rápidas siestas, y la habilidad de modular su voz para ser obedecidas por sus hijos. También añadieron a la lista de sus herramientas para sobrevivir las jornadas: plataformas electrónica como Netflix, iPads, juguetes para entretener a los niños y una que otra copa de vino para ellas.

Sin embargo, aunque parece que es el trabajo más complicado, también es el más satisfactorio.


La importancia del estudio

Por supuesto muchas madres de familia tienen la cooperación de sus esposos, y son conscientes que es un trabajo de ambas partes. Lamentablemente la gran mayoría de la población continúa creyendo que la crianza de los hijos es totalmente obligación de las mujeres.
Los hombres terminan empleando frases como “te ayudo” cuando en realidad es labor de ambas partes. No importa si la mujer decide quedarse por decisión propia o por necesidad, al final debemos crear más conciencia que es un trabajo extenuante y aunque muy satisfactorio, no es tan valorado como debería.  También que se trata de la cooperación de hombres y mujeres, no depende de un género solamente.

jueves, 22 de marzo de 2018




Dolly Montoya, la primera mujer en convertirse en rectora de la Universidad Nacional

En texto enviado a El Espectador, Dolly Montoya explicó los ejes de la propuesta con la que logró ser elegida.
Este jueves, la científica colombiana, Dolly Montoya, fue elegida como rectora de la Universidad Nacional de Colombia. De esta forma, se convierte en la primera mujer en llegar al cargo más alto de la institución pública universitaria más importante del país en sus 151 años de historia.
La noticia la comunicó por medio de su cuenta de Twitter, el actual rector Ignacio Mantilla.


Ilustración: Rachel Levit

Cajones con llave

La cantidad de mujeres que eligen las artes visuales y la ilustración como medio de expresión va creciendo y crece también el público, las que del otro lado de la pantalla buscamos historias que hablen sobre nosotras como sujetos principales de nuestra propia vida.

Tengo el recuerdo claro de mi papá diciéndole a mis hermanos, en tono de advertencia, que nunca se asomaran a la bolsa de una mujer. Nunca sabes lo que te puedes encontrar. Pero a la bolsa de mi mamá yo sí tenía acceso: probaba las plumas una por una, revisaba los papeles y guardaba piedritas en su estuche de lentes, siempre vacío porque llevaba los lentes puestos, para hacer una maraca. La bolsa, de algún modo, contenía la vida. Yo quería asomarme a la vida.
Siempre me han gustado los diarios ajenos. Es una metáfora pero también es cierto: me da curiosidad la intimidad de los demás, las cajas cerradas al fondo del closet, los archivos secretos, los cajones con llave. Tal vez por eso me interesa el trabajo de las ilustradoras de mi generación, que en muchos casos toca temas de la vida diaria y muestra de manera irónica los retos y contradicciones más íntimas de ser mujer en los tiempos que nos tocaron. Al crecer, todos los referentes que teníamos en los comics eran hombres (los valientes, los fuertes, los que estaban al mando) y las mujeres sólo aparecían como adorno o personajes secundarios que acompañaban la historia del protagonista, la que de verdad importaba. Hacía finales de los noventa, cuando yo estaba entrando a la adolescencia y Maitena comenzó a publicar sus viñetas en la revista de El País, descubrí el poder que podían tener los dibujos de una mujer que hablaban de la vida de otras como ella.
El panorama ha cambiado desde entonces, afortunadamente. Maitena fue pionera para las mujeres que hoy, a través de la artes visuales, están enriqueciendo la representación del sujeto femenino y volviéndola más compleja, con más matices, más honesta. No se trata de establecer una especie de etiqueta de género ni es mi intención insinuar que las mujeres sólo deben hablar de temas que se consideran “femeninos”. Sin embargo, aun cuando las mujeres hablan de termas universales, lo hacen desde su condición particular: la condición de quien ha crecido en una cultura en que le repite de mil maneras que su opinión es menos importante, que su experiencia personal no es da para grandes historias, que debe quedarse callada si quiere encajar en la sociedad. Por eso me interesa hablar de ilustradoras, porque son mujeres que, desde su trinchera, están abriendo espacios de expresión y tomando la palabra con pluma en mano.
Andonella (Ciudad de México, 1991), por ejemplo, me cuenta que empezó dibujando lo que les pasaba a sus amigas y a ella cuando estaban “en la edad de la punzada”. Como odiaba la escuela, encontró en el dibujo el refugio perfecto para no pasarla tan mal en esos años, y hoy se ha convertido en una de las ilustradoras más irreverentes y propositivas del país. Su trabajo es una especie de retrato generacional contado a través de trazos irreverentes (“grotescos”, dice ella en alguna entrevista) y humor negro. Cuando no está dibujando, hace globoflexia.
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Cortesía de Andonella
 

Abril Castillo (Morelia, 1984), que empezó ilustrando libros para niños, eligió el dibujo porque en ese medio encuentra una manera de comunicar ideas sin tanto filtro y estrechar lazos de comunicación más directos entre ella y el lector. En su opinión, la etiqueta de “arte” resulta a veces una barrera para que alguien se acerque y escuche, “como si el Arte con mayúscula no fuera dirigido también a todos”. A través de la ilustración el mensaje es más visible, viaja con mayor naturalidad y permite construir intimidad en un vistazo. Abril también escribe y le gusta sacarle fotos a su comida.
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Cortesía de Abril Castillo
 
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Cortesía de Abril Castillo
 
Aunque dice que dibuja sin una agenda específica en mente, Rachel Levit(Ciudad de México, 1990) también ha tocado temas de género con frecuencia y de manera muy aguda. Lo hace, dice, de una manera orgánica y a través de su propia experiencia, usando el arte visual como lenguaje universal. Tras estudiar y vivir unos años en Nueva York, Rachel ha trabajado para medios internacionales como el New York Times. Recientemente inauguró su exposición individual Obvio sí en la galería Breve. Lo mas valioso de la ilustración, dice Rachel, es que le haya dado una voz propia.
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Cortesía de Rachel Levit
 
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Cortesía de Rachel Levit
 
Al ver el trabajo de Andonella, Abril o Rachel, entre tantas otras, me siento en contacto con la experiencia femenina, como si cada trazo fuera un guiño entre nosotras. Por fortuna, no son las únicas: hay muchas ilustradoras que, como ellas, están revolucionado el panorama de la ilustración con inteligencia y humor. Y cada día habrá más: la cantidad de mujeres que eligen este medio de expresión va creciendo y crece también el público, las que del otro lado de la pantalla buscamos historias que hablen sobre nosotras como sujetos principales de nuestra propia vida.

martes, 20 de marzo de 2018




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Noticias, prensa, radio, películas, televisión y otros medios de comunicación desempeñan un papel fundamental para retratar a mujeres y niñas. Hay que aprovechar la oportunidad para combatir el sexismo y los estereotipos. https://t.co/2Z5FarzRAT 
Salud 

Colombiana gana premio por lograr vacuna contra cáncer de cuello uterino


 Nubia Muñoz, ganadora del Premio Fronteras del Conocimiento en Cooperación al Desarrollo, se hospeda en el Hotel Boutique Don Pepe, en Santa Marta

Nubia Muñoz, epidemióloga caleña, ganó el Premio Fronteras por hacer posible la vacuna contra el cáncer de cuello de útero.
La científica colombiana demostró en su trabajo que la infección por el virus del papiloma humano (VPH) es la causa principal y necesaria del cáncer de cuello de útero, una de las principales razones de muerte entre mujeres de países en vías de desarrollo.
Muñoz impulsó la primera vacuna eficaz contra este virus, que logra prevenir más del 70 % de los cánceres de cuello uterino. Por este motivo, la Fundación BBVA le otorgó su Premio Fronteras del Conocimiento en Cooperación al Desarrollo. 
Para el jurado del Premio, la doctora Muñoz, “es un ejemplo de mujer investigadora que, además, ha trabajado sobre enfermedades que afectan a las mujeres, especialmente en países en vías de desarrollo”. El acta del premio añade que “esta fue la primera vacuna desarrollada específicamente para la prevención del cáncer”.
Está en Santa Marta
Nubia Muñoz llegó a la capital del Magdalena y se hospeda en el Hotel Boutique Don Pepe, en el Centro Histórico de la ciudad.
Su historia
La condecorada sufrió de niña el impacto de las enfermedades infecciosas cuando su padre, un agricultor de Cali, murió de difteria, dejando a su madre sola ante el desafío de criar a cinco hijos. Ese suceso la motivó a dedicar su vida a la medicina. Ha desarrollado toda su carrera en la Agencia Internacional para la Investigación del Cáncer (IARC).
Cuenta que la muerte de su papá se hubiese evitado si hubiera recibido un tratamiento adecuado de penicilina, en aquella época muy poco extendida en Colombia.
Por su buen rendimiento académico estudió becada en la Facultad de Medicina de la Universidad de Cali.
Después se ganó una beca del IARC para estudiar Salud Pública en la Universidad Johns Hopkins, en EE. UU., y en 1970 fue contratada en la sede del IARC en Lyon (Francia). Sus primeros proyectos se centraron en investigar agentes infecciosos de los que se sospechaba que podían provocar algunos tipos de cáncer, como el virus herpes simplex 2, en aquel momento considerado una posible causa de cáncer de cuello de útero.
Realizó trabajos que no solo demostraron que la infección por VPH es el factor de riesgo principal y necesario del cáncer de cuello de útero. También ayudó a determinar que en todos los países las variantes del VPH que causan el cáncer son las mismas: la 16 y la 18.
“El trabajo de Nubia Muñoz ha proporcionado una información que es indispensable para el desarrollo de una vacuna universal contra el cáncer de cuello uterino”, dijo ayer Bosch al conocer el fallo.
La vacuna contra el VPH está disponible desde 2006. Se estima que gracias a ella hoy es posible prevenir la gran mayoría de los casos de cáncer de cuello de útero y también otros cánceres en que está implicado el VPH, como el 80% de casos de cáncer de ano, el 60% de cáncer vaginal; el 40% de cáncer de vulva y algunos casos de cáncer de boca y garganta.
La vacuna está plenamente introducida ya en 84 países, en su mayoría desarrollados, y “ahora hace falta que se siga implementando en los países en vías de desarrollo, que es donde más se necesita”.


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