domingo, 30 de septiembre de 2018

Las mujeres contra la opresión

El mayor movimiento de resistencia al proyecto autoritario muestra que apoyar a Bolsonaro es votar a favor de las fuerzas que empobrecen el país y violentan a los más frágiles


Campaña del Mujeres Unidas Contra Bolsonaro en Facebook.Los analistas del bolsonarismo creen que, para sus electores, él es un grito contra lo que no funciona y contra el desamparo, o incluso contra la precariedad de las respuestas de la democracia para los problemas concretos de la vida cotidiana. La candidatura de Jair Bolsonaro también representaría el voto anti Partido de los Trabajadores, un sentimiento que ganó fuerza a partir de 2013 y, en 2015, se convirtió en odio. Al ponerse en contra de lo que el candidato de extrema derecha representa, el movimiento “Mujeres Unidas Contra Bolsonaro”, que alberga casi a 3 millones de brasileñas en su página de Facebook, denuncia justamente la imposibilidad de que el voto a favor de Bolsonaro sea un voto “antisistema”. Lo que estas mujeres señalan es que no hay nada más a favor del sistema que Bolsonaro. Votarlo es votar a favor de lo que nunca ha sido de buena ley en Brasil, pero siempre ha existido. O a favor del regreso de los que nunca se fueron.
Es posible votar a Bolsonaro. Muchos lo pueden considerar inmoral o incluso antiético, ya que defiende abiertamente la violencia contra los grupos más frágiles, como mujeres, negros, gais, campesinos e indígenas. E incita a la violencia en uno de los países más violentos del mundo. Pero, si piensas como él, tiene sentido votar a quien representa tu pensamiento. Al fin y al cabo, la democracia es eso. Por más que para algunos sea difícil de aceptar, Bolsonaro y su autoritarismo son también un producto de las contradicciones de la democracia. Bolsonaro es un fenómeno de la democracia, no de fuera de ella.

viernes, 28 de septiembre de 2018


ANÁLISIS

“Los hombres también ganamos con la equidad de género”: Gary Barker


El investigador y fundador de Promundo asegura que las actitudes violentas que rodean al machismo son dañinas, no solo para las mujeres y la sociedad, sino también para la salud y la vida de los hombres. Así es como propone pensar en nuevas masculinidades.
Promundo
“‘Macho’, fuerte, rudo. No llora, juega fútbol y toma las decisiones en su casa. Temido, viril, fortachón, impulsivo y semental”. ¿Quién, cuándo y dónde determinó que ser todo eso era sinónimo de ser hombre? ¿De qué sirve cargar con estos imaginarios de la masculinidad? Según Gary Barker, CEO de Promundo y cofundador de Mencare y Menengage, tanto a hombres como a mujeres les afectan las ideas machistas que forjan, muchas veces, el rol y el carácter masculino en la sociedad, por lo que propone replantearlas y darle lugar a nuevas masculinidades.
El investigador, que lleva más de 20 años trabajando en este tema, habló con El Espectador sobre el papel del hombre en el avance hacia la equidad y justicia de género, la eliminación de la violencia, la salud sexual y reproductiva y el fin de la homofobia en Colombia.
¿Por qué la masculinidad está asociada con la fuerza o la violencia?
La violencia masculina no es inherente con nacer biológicamente hombre, por el contrario, es completamente producida por la sociedad. Una de nuestras investigaciones, en la que participaron más de 60.000 personas en 40 países, arrojó que casi tres cuartos de los hombres que sufrieron algún tipo de violencia física en sus hogares, escuelas o comunidades durante su infancia producen agresiones en sus vidas de adulto, ya sea contra sus parejas o en el ámbito laboral. De hecho, un hombre que ha sido testigo de violencia en su casa por parte de su padre es 2,5 veces más propenso de ser violento contra su pareja en el futuro. Entonces, esa asociación es más un ciclo repetido, un ciclo que es hora de romper.
¿Cómo romperlo?
Repensando la masculinidad machista y las actitudes rígidas y no igualitarias que la sostienen. El primer paso, además de abrazar y aceptar los nuevos caminos que le abre la equidad de género a las mujeres, es entender que esas actitudes violentas también nos afectan a nosotros mismos y que ya es momento de cambiarlas. Los hombres también ganamos abrazando otras formas de ser hombres.
¿Desde cuándo se han puesto a discusión las nuevas masculinidades?
Siempre dentro del movimiento feminista hemos entendido que una revolución en la vida de las mujeres implica cambios en la vida de los hombres, y parte de esta lucha nace, precisamente, de los pilares de la masculinidad tradicional que están dentro de lo que llamamos “la caja de la masculinidad”, resultado de otro estudio realizado con hombres jóvenes en Estados Unidos, México, Inglaterra y Australia.
¿Qué es la “caja de la masculinidad”?
Esa caja alberga la autosuficiencia, la fuerza, la homofobia, la hipersexualidad y la agresión como adjetivos de la masculinidad. Según dicha investigación, existe una relación muy fuerte entre estar dentro de la caja y el ejercicio del acoso y bullying, el abuso de alcohol, los accidentes de tránsito y la depresión, incluso más directa que con la pobreza. Está comprobado es dañino creer que ser eso es sinónimo de ser ‘macho’.
Entonces, ¿por qué sigue siendo tan incómodo hablar del tema?
Muchas veces los hombres no quieren conversar sobre esto porque al cuestionar la masculinidad se está cuestionando su identidad, su ser, su lugar en el mundo, o, por lo menos, el que culturalmente les enseñaron a adoptar. Por eso, una de las vías que reforzamos bastante es el ciudado como forma de humanizar lo masculino. Al cuidar de nosotros y de los otros seguimos siendo hombres pero nos abrimos a la posibilidad de tener relaciones de pareja, padre e hijo o de amistad mucho más profundas, satisfactorias, conectadas. Nuestra apuesta no es criticar a los hombres, sino proponer una masculinidad que no sea distante emocionalmente ni violenta, sino más igualitaria, cariñosa y cuidadosa.
¿Cómo va Colombia en materia de equidad de género?
Este país ha tenido claros avances frente a la violencia contra la mujer y en derechos de salud sexual y reproductiva, pero necesita involucrar a los hombres en el proceso. Es evidente que el machismo todavía está presente, además de que existe una resistencia que se esconde detrás de la “ideología de género que destruye a la familia”, pero al mismo tiempo hay una generación de mujeres jóvenes que demandan equidad y que están ahí abriendo nuevos espacios y, con ellas, hombres que abrazan esa posibilidad entendiendo que las masculinidades tradicionales ya no sirven.

miércoles, 26 de septiembre de 2018


Dia naranja 



Las mujeres siguen enfrentándose a la discriminación, a la marginalización y a la exclusión para desarrollarse profesionalmente, a pesar de que la igualdad es reconocida internacionalmente como un derecho humano inviolable. #DíaNaranja

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¿Cuál fue el primer país del mundo en aprobar el voto de las mujeres?

Hace 125 años Nueva Zelanda permitió que las mujeres pudieran ejercer el derecho al voto, convirtiéndose en el primer país en el mundo. Gracias a esto, las mujeres pudieron continuar su lucha para empezar a participar en puestos de gobierno tradicionalmente ocupados por los hombres.
Primera votación de las mujeres en Colombia, en 1957.Archivo El Espectador
 El 19 de septiembre de 1893, hace 125 años, el Parlamento de Nueva Zelanda aprobó el voto femenino y se convirtió en el primer país en el que las mujeres podían ejercer un derecho vetado hasta entonces a la mitad de la población.
El paso de Nueva Zelanda fue seguido por Australia, que permitió el voto de las mujeres en 1902, por Finlandia, que lo hizo en 1906, Noruega en 1913, la Unión Soviética en 1917, Alemania, en 1918 y Estados Unidos en 1920.
En América Latina, Uruguay fue el primer país que en 1927 reconoció el sufragio femenino.
Las mujeres españolas tuvieron que esperar hasta el 1 de octubre de 1931 para poder ejercer este derecho.
Pero la lucha por la igualdad de las mujeres no acabó con el derecho al voto. Su continuación natural era llegar a ser elegidas como gobernantes en puestos que tradicionalmente habían ocupado de manera exclusiva los hombres.
La primera mujer en llevar las riendas de un país democrático fue María Estela Martínez de Perón, que alcanzó la presidencia de Argentina a la muerte de su esposo Juan Domingo Perón en 1974, de quien era vicepresidenta.
Por su parte, la boliviana Lidia Gueiler Tejada se erigió en la primera mujer en presidir Bolivia desde 1979 a 1980 y la segunda mujer en la historia de América Latina en asumir un cargo similar.
En Europa, el honor de convertirse en la primera mujer al frente de un país corresponde a la islandesa Vigdís Finnbogadóttir, que fue la cuarta persona en ocupar la presidencia de Islandia (1980 – 1996).
Unos años antes Sirimavo Bandaranaike, una política de Sri Lanka, alcanzó notoriedad mundial al convertirse en 1960 en la primera mujer en asumir el cargo de primer ministro de un país.
Otra gobernante pionera fue la británica Margaret Thatcher. Conocida como la "Dama de hierro", Thatcher fue primera ministra del Reino Unido entre 1979 y 1990.
La española, Federica Montseny, también hizo historia en su paso por la política. Fue política y sindicalista anarquista, fue ministra de Sanidad y de Asistencia Social durante la II República española en 1936. Montseny fue la primera mujer en ocupar un cargo ministerial en España y una de las primeras en Europa Occidental.
Actualmente, siete mujeres ocupan altos cargos en la política europea. Se trata de Kolinda Grabar Kitarovic, presidenta de Croacia; Angela Merkel, canciller alemana; Dalia Grybauskaite, presidenta de Lituania; Erna Solberg, primera ministra de Noruega; Marie Louise Coleiro Preca, presidenta de Malta, y Beata Szydlo, primera ministra de Polonia.
En el resto del mundo Bidhya Devi Bhandari es presidenta de Nepal y Tsai Ing-wen ocupa el mismo puesto en Taiwán.
Por otra parte, el gobierno español que preside Pedro Sánchez es con un 65 % de mujeres el Ejecutivo nacional con más presencia femenina.

martes, 25 de septiembre de 2018







25 de septiembre 2018

Nuestra invitada especial 





TRAYECTORIA DE EUGENIA CASTAÑO BOHÓRQUEZ ESCRITORA, POETA, PERIODISTA, GESTORA CULTURAL Y MERCADEO PUBLICISTA

2001 Publica  "Los Poemas de mi abuelo", recopilación de textos del poeta desde 1931, recolección de los escritos en medios de la época, como veía el poeta a Colombia y su entorno.
2007 novela Emergiendo del Tejido, presentada en el salón Jorge Isaacs, stand en la XX Feria del Libro de Bogotá, entrevistas de radio y televisión, trabajo con su novela en varias ciudades del país,  entregada a Fundación El Laberinto Sincelejo donando ejemplares a la biblioteca  y fue parte del programa Lecturas Viajeras, por su temática sobre el Tejido social y la Mujer.
"A petición de la escritora Eugenia Castaño, nos trasladamos a diferentes locaciones del municipio de Corozal y de Morroa en las fechas entre febrero y marzo del presente año, con el fin de leer la novela "Emergiendo del tejido" en nuestro programa extendido a la comunidad "LECTURAS VIAJERAS".
2012-2015 publica sus poemas, reseñas de libros, escritos y notas periodísticas, reportajes en varios medios de comunicación de Colombia, España, Argentina, Francia, entre ellos como corresponsal del medio cultural Libros y Letras ; dejando en alto el nombre de Colombia, utilizando los medios para hacer notar a otros colombianos o personas de otras nacionalidades que contribuyen a construir sociedad. Cien por cien valencianos, El Periódico de Aquí en Valencia, El Librepensador de Zaragoza, Facetas del Huila, Revista Cultura 0,  CENTRO CULTURAL SAN FCO.SOLANO en Argentina, Pluralis la diáspora colombiana en Francia.
2013 Es invitada por Voces del Mundo en Galicia para ser parte del programa con sus escritos y ella lleva personajes colombianos y latinoamericanos para hablar ante el público
2015 Invitada especial a Entrepaisanos, medio que promueve los talentos de Colombia en Valencia España
2014 Crea el Proyecto El Arte no tiene nacionalidad, Pintuesía o Poetura, Libro, exposición de arte y proyecto solidario, invita a dos pintoras Blanca Torres de México, María Gallego de Granada, y la poetisa Mar Herrera de Castilla la Mancha. Hacen homenaje en el libro a Jorge Consuegra periodista colombiano, Tomás Gondi artista mexicano, Lucas Blanco Periodista de Voces del Mundo y el escritor Lorenzo Krauss, demostrando que el arte puede ser vehículo de educación y transformación social positiva.
Se hace presentación y exposición de arte el 21 de octubre de 2014 en la Biblioteca de la Dona de la Generalitat Valenciana ante los directivos, el consul de Colombia y la mayor parte de los artistas que participan en el libro; hace presentación y es apoyada por el Ayuntamiento de Sagunto, recibida por la Concejala, en el ayuntamiento y la Biblioteca Municipal de Sagunto 2015, invitada presente El Arte no tiene nacionalidad en la Feria del Libro en Valencia con el grupo Mozaa en mayo de 2015, con las librerías Soriano, París Valencia, Puerto donde se encontraba el libro en vitrinas, también el libreria tres en raya de Sagunto.
En mayo de 2015 las pintoras replican la exposición de arte en Morelia Palacio Municipal Allende y El Arte no tiene nacionalidad es incluído en El Bando Solemne de Michoacán, la escritora envía sus palabras.
En mayo de 2015 es entrevistada por el programa Entrepaisanos, colombianos en Valencia

En septiembre de 2015 es invitada por la Velada de poesía femenina latinoamericana por segunda vez en Voreppe Francia y algunos de sus poemas son traducidos al francés, la escritora yn psicóloga clínica entrega el libro El Arte no tiene nacionalidad a la Mediáteca de igor Stravinsky.
En septiembre del 2015 viaja a Colombia por calamidad doméstica grave y presenta el libro y proyecto solidario ante la tertulia de El Club de Ejecutivos, donde la ven unas organizaciones como Algo por Colombia, OIV Organización Internacional de los Valores, Naciones Unidas de las Letras,
Noviembre de 2015 es premiada en el Congreso de la república, salón Luis Carlos Sarmiento Angulo, con la banda presidencial por su labor como gestora cultural, escritora y poeta por Fenalprensa y las organizaciones de prensa independiente. Magna Cruz Antonio Nariño
2016 el 2 y 4 de agosto organiza la exposición "El Arte no tiene nacionalidad Crece" apoyado por Fenalprensa, en el Salón de Asambleas de la Gobernación de Cundimarca y el Capitolio nacional, salón de la Constitución; donde participan Comitiva de México y Francia asistiendo con artistas, envían obras de España, y participan artistas, escritores, poetas y músicos de distintos lugares de Colombia, incluída ella.
2016 agosto 3. La escritora y psicóloga clínica colombofrancesa Maria Del Socorro TuiranRougeon, el artista plástico, escritor y periodista Jesus Maria Stapper invitados de honor a la exposición El Arte No Tiene Nacionalidad Crece y organizadores del Conversatorio Escuela de estudios en Psicoanálisis y Cultura. "Actualidad de los Derechos Humanos, de la Mujer y la Familia, en nuestros lazos sociales" "Diálogo entre la Literatura, la Filosofía y el Psicoanálisis" hace parte como escritora y poeta en el conversatorio en la Universidad Nacional de Colombia.
2016 dicta su taller Programa de Re educación en CIO Casa de Igualdad de Oportunidades para la Mujer, en Usaquén. Que abarca tres temas: Condicionamiento clásico y operante, qué es y para qué sirve en la vida, Neurolinguística, y Enseñanzas de la Manada, ensayo escrito en Valencia España que tiene para publicar como libro. Lúdicas con literatura y El Arte no tiene nacionalidad.
2016 julio es entrevistada por el programa Líderes RCN como invitada especial
Participa en el Primer Foro Mujeres Gestoras de Paz, dirige el panel con personalidades nacionales e internacionales, ante todas las agremiaciones de mujeres, como miembro del Consejo Nacional de Mujeres.  
Es invitada especial por el Politécnico Grancolombiano, como egresada sobresaliente al programa Encuentros Blu de caracol, en julio de 2017
2017  octubre, Invitada especial al octavo Festival de la Orquidea en Michoacán como escritora y poeta.
Cuento infantil "Otto el Miedoso" de su autoría y parte del programa de re educación que propone con el arte como vehículo de transformación social, ilustrado por la pintora Blanca Torres, artista de El Arte no tiene nacionalidad, y  El Arte no tiene nacionalidad Crece y quien recibirá homenaje en el 8 Festival de la Orquidea, en Michoacán.
Invitada especial como poeta a la Velada de Arte, año Colombia - Francia, Direction de l´ Action Internationale et Européenne, que se llevará a cabo en septiembre - octubre en Voreppe Francia y algunos de sus poemas serán traducidos.
Ha participado en varias antologías de poesía, cuento y relato con otros artistas en libros colectivos, en Colombia, Madrid y Francia. España: Antología Nueva Poesía y Narrativa Hispanoamericana 2015, Azul Verde Azul en Homenaje a Ruben Darío









lunes, 24 de septiembre de 2018

   
23 de Septiembre de 1947

Hace solo 71 años, un 23 de septiembre de 1947, la mujer recién tuvo el derecho al voto, gracias a la Ley 13.010. La lucha por la ampliación de derechos, como la que dieron ellas, como la que hacemos hoy, lleva muchos años y pasa de mujer a mujer, de compañera a compañera.
Ese día, Evita habló ante las mujeres: “Aquí está, hermanas mías, resumida en la letra apretada de pocos artículos, una historia larga de luchas, tropiezos y esperanzas”, reconociendo la herencia de lucha del feminismo desde principios de siglo, con Julieta Lanteri, Alfonsina Storni, Alicia Moreau de Justo, entre muchas otras sufragistas.

jueves, 20 de septiembre de 2018



Sororidad: el valor de la alianza entre las mujeres

 Valeria Sabater 

mujeres unidas representando la sororidad

La sororidad es un pacto social, ético y emocional construido entre mujeres. Es saber ante todo, que juntas somos más fuertes que por separado, que el empoderamiento solo es posible si creamos fuertes alianzas entre nosotras, tratándonos como hermanas y no como enemigas. Una relación fundamentada en nuestra valía como colectivo con la intención de generar un auténtico cambio en nuestra sociedad.
Todos nos hemos tropezado últimamente con esta palabra: “sororidad”. Cada vez está más presente en nuestro lenguaje y en los medios escritos, a pesar eso sí, de que dicho término tiene ya más de 50 años. Fue en 1970 cuando la escritora Kate Millett, líder del feminismo de aquella época, propuso esta palabra con el fin de recoger una idea por la que luchaba en su día a día como férrea activista: conseguir una unión social entre mujeres sin que existieran diferencias de clases, religiones o etnias.

Sororidad es un término ético, político y práctico del feminismo contemporáneo. En él trasciende un sentido de complicidad femenina que busca por encima de todo, generar un cambio social.
Bajo el lema “Women of the world, unite!”, Millet acuñó la palabra “sisterhood”, la cual se tradujo a nuestro idioma añadiendo el término latino “soror” (hermana). Es sin duda una idea que inspira, porque lejos de quedarse en la mera etiqueta, busca alentarnos, fortalecernos como colectivo y visualizarnos en nuestros contextos cotidianos para conseguir cambios.
Fue la antropóloga Marcela Lagarde quien afinó un poco más el concepto de sororidad para hablar de una amistad entre mujeres que se convierten en cómplices para trabajar juntas. Un compromiso para conseguir logros sintiéndose libres y fuertes juntas.
mujeres unidas representando la sororidad

Sororidad como empatía femenina, sororidad como crecimiento

Nacer, crecer y ser educadas en un contexto marcado por el peso del patriarcado tiene su precio. Uno de ellos ver a las otras mujeres como rivales y competidoras. No es raro ver cómo en las escuelas, institutos o en nuestros trabajos, las unas nos criticamos a las otras. Nos ponemos muros y zancadillas hasta generar un antagonismo sin sentido, donde lejos de empoderarnos, nos debilitamos… Casi sin saberlo, estamos perdiendo esa alianza que tanto nos definía en el pasado.
En la antigüedad, las mujeres compartíamos muchas más cosas que ahora. Hacíamos vida como un colectivo firme orientado a ayudarnos y a enriquecernos emocional y psicológicamente. Las generaciones más mayores daban consejos a las más jóvenes, se compartían las tareas de crianza, de cultivo y recolección y los tratamientos de enfermedades a través de plantas naturales…
Éramos quizá, un poco brujas. Artesanas de la naturaleza y los saberes antiguos que se reunían en la famosa “tienda roja” durante la menstruación para compartir historias, sincronizando nuestros ciclos y sembrando afecto en nuestras brechas emocionales para conseguir entre todas, ser un poco más valiosas cada día. Valiosas para nosotras mismas y para el mundo. Más fuertes como madres, más fuertes como hermanas e hijas de la vida construyendo una auténtica hermandad.
La sororidad nos permite recobrar nuestro poder como mujeres que se nutren a sí mismas y que nutren a las demás. Somos dadoras de empatía, receptoras de hermandad, de un vínculo donde juntas somos mejores que en soledad.
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mujeres unidas representando la sororidad

Cómo fomentar una auténtica sororidad

La conciencia femenina de la que disfrutábamos en los primeros tiempos de nuestras sociedades, se ha ido perdiendo con el paso del tiempo. En la actualidad, y a pesar de que valoramos de forma muy positiva la amistad entre nosotras, no abunda ese vínculo genuino como colectivo orientado a generar cambios.
No solo necesitamos ser amigas, porque el concepto de sororidad va mucho más allá. Hablamos de hermandad, de complicidad femenina, de un principio ético entre nosotras donde disponer de una mentalidad trasformadora, así como de un compromiso social que no se limite solo a alzar una pancarta de vez en cuando en una manifestación.
La sororidad es una revolución que va de dentro hacia fuera. Primero tomando conciencia de lo que una es, de lo que merece y de lo que no está consiguiendo en una sociedad que lamentablemente, sigue siendo marcadamente patriarcal. Más tarde, esa conciencia debe impregnarse en cada mujer que nos encontramos en nuestro día a día, apoyándola, visualizándola y reparando la feminidad astillada con el objetivo de empoderarnos mútuamente.
Más tarde, esa hermandad pasará de lo emocional a lo social para hacer de palanca e impulsar una transformación real de nuestra sociedad.
mujeres unidas representando la sororidad
Asimismo, y no menos importante, cabe señalar que la sororidad nos exige un ejercicio de crítica y auto-crítica constante. A veces, nosotras mismas podemos llevar a cabo conductas que dañan a la idea de hermandad y de feminismo al cuestionar a otras mujeres, al pensar que si mi vecina ha logrado ese ascenso en su empresa “es por algo”; al dudar quizá, de esa desconocida que denuncia una agresión y que por las razones que sean, decidimos darle la espalda.
Sororidad es sinónimo de solidaridad, es ser capaces de crear una red de apoyo entre nosotras para ayudarnos y reivindicar cambios reales. Pongámoslo en práctica, creamos en ello.

martes, 18 de septiembre de 2018



Artista invitada 

Poeta Eugenia Castaño Bohórquez


Una poeta enamorada: 
Amo a los hombres que protegen, guían y no subyugan o anulan.
Amo a los hombres que toman de la mano sendas del tiempo y no deben amilanar porque su inteligencia y respeto es el mejor de sus rugidos.





 

lunes, 17 de septiembre de 2018


La Soledad y la Desolación, por Marcela Lagarde

Nos han enseñado a tener miedo a la libertad; miedo a tomar decisiones, miedo a la soledad. El miedo a la soledad es un gran impedimento en la construcción de la autonomía, porque desde muy pequeñas y toda la vida se nos ha formado en el sentimiento de orfandad; porque se nos ha hecho profundamente dependientes de los demás y se nos ha hecho sentir que la soledad es negativa, alrededor de la cual hay toda clase de mitos. Esta construcción se refuerza con expresiones como las siguientes “¿Te vas a quedar solita?”, “¿Por qué tan solitas muchachas?”, hasta cuando vamos muchas mujeres juntas.

La construcción de la relación entre los géneros tiene muchas implicaciones y una de ellas es que las mujeres no estamos hechas para estar solas de los hombres, sino que el sosiego de las mujeres depende de la presencia de los hombres, aún cuando sea como recuerdo.

Esa capacidad construida en las mujeres de crearnos fetiches, guardando recuerdos materiales de los hombres para no sentirnos solas, es parte de lo que tiene que desmontarse. Una clave para hacer este proceso es diferenciar entre soledad y desolación. Estar desoladas es el resultado de sentir una pérdida irreparable. Y en el caso de muchas mujeres, la desolación sobreviene cada vez que nos quedamos solas, cuando alguien no llegó, o cuando llegó más tarde. Podemos sentir la desolación a cada instante.

Otro componente de la desolación y que es parte de la cultura de género de las mujeres es la educación fantástica par la esperanza. A la desolación la acompaña la esperanza: la esperanza de encontrar a alguien que nos quite el sentimiento de desolación.

La soledad puede definirse como el tiempo, el espacio, el estado donde no hay otros que actúan como intermediarios con nosotras mismas. La soledad es un espacio necesario para ejercer los derechos autónomos de la persona y para tener experiencias en las que no participan de manera directa otras personas.
Para enfrentar el miedo a la soledad tenemos que reparar la desolación en las mujeres y la única reparación posible es poner nuestro yo en el centro y convertir la soledad en un estado de bienestar de la persona.

Para construir la autonomía necesitamos soledad y requerimos eliminar en la práctica concreta, los múltiples mecanismos que tenemos las mujeres para no estar solas. Demanda mucha disciplina no salir corriendo a ver a la amiga en el momento que nos quedamos solas. La necesidad de contacto personal en estado de dependencia vital es una necesidad de apego. En el caso de las mujeres, para establecer una conexión de fusión con los otros, necesitamos entrar en contacto real, material, simbólico, visual, auditivo o de cualquier otro tipo.

La autonomía pasa por cortar esos cordones umbilicales y para lograrlo se requiere desarrollar la disciplina de no levantar el teléfono cuando se tiene angustia, miedo o una gran alegría porque no se sabe qué hacer con esos sentimientos, porque nos han enseñado que vivir la alegría es contársela a alguien, antes que gozarla. Para las mujeres, el placer existe sólo cuando es compartido porque el yo no legitima la experiencia; porque el yo no existe..

Es por todo esto que necesitamos hacer un conjunto de cambios prácticos en la vida cotidiana. Construimos autonomía cuando dejamos de mantener vínculos de fusión con los otros; cuando la soledad es ese espacio donde pueden pasarnos cosas tan interesantes que nos ponen a pensar. Pensar en soledad es una actividad intelectual distinta que pensar frente a otros.

Uno de los procesos más interesantes del pensamiento es hacer conexiones; conectar lo fragmentario y esto no es posible hacerlo si no es en soledad.
Otra cosa que se hace en soledad y que funda la modernidad, es dudar. Cuando pensamos frente a los otros el pensamiento está comprometido con la defensa de nuestras ideas, cuando lo hacemos en soledad, podemos dudar.

Si no dudamos no podemos ser autónomas porque lo que tenemos es pensamiento dogmático. Para ser autónomas necesitamos desarrollar pensamiento crítico, abierto, flexible, en movimiento, que no aspira a construir verdades y esto significa hacer una revolución intelectual en las mujeres.

No hay autonomía sin revolucionar la manera de pensar y el contenido de los pensamientos. Si nos quedamos solas únicamente para pensar en los otros, haremos lo que sabemos hacer muy bien: evocar, rememorar, entrar en estados de nostalgia. El gran cineasta soviético Andrei Tarkovski, en su película “Nostalgia” habla del dolor de lo perdido, de lo pasado, aquello que ya no se tiene.

Las mujeres somos expertas en nostalgia y como parte de la cultura romántica se vuelve un atributo del género de las mujeres.

El recordar es una experiencia de la vida, el problema es cuando en soledad usamos ese espacio para traer a los otros a nuestro presente, a nuestro centro, nostálgicamente. Se trata entonces de hacer de la soledad un espacio de desarrollo del pensamiento propio, de la afectividad, del erotismo y sexualidad propias.
En la subjetividad de las mujeres, la omnipotencia, la impotencia y el miedo actúan como diques que impiden desarrollar la autonomía, subjetiva y prácticamente.

La autonomía requiere convertir la soledad en un estado placentero, de goce, de creatividad, con posiblidad de pensamiento, de duda, de meditación, de reflexión. Se trata de hacer de la soledad un espacio donde es posible romper el diálogo subjetivo interior con los otros y en el que realizamos fantasías de autonomía, de protagonismo pero de una gran dependencia y donde se dice todo lo que no se hace en la realidad, porque es un diálogo discursivo.

Necesitamos romper ese diálogo interior porque se vuelve sustitutivo de la acción ; porque es una fuga donde no hay realización vicaria de la persona porque lo que hace en la fantasía no lo hace en la práctica, y la persona queda contenta pensando que ya resolvió todo, pero no tiene los recursos reales, ni los desarrolla para salir de la vida subjetiva intrapsíquica al mundo de las relaciones sociales, que es donde se vive la autonomía.

Tenemos que deshacer el monólogo interior. Tenemos que dejar de funcionar con fantasías del tipo: “le digo, me dice, le hago”. Se trata más bien de pensar “aquí estoy, qué pienso, qué quiero, hacia dónde, cómo, cuándo y por qué” que son preguntas vitales de la existencia.

La soledad es un recurso metodológico imprescindible para construir la autonomía. Sin soledad no sólo nos quedaremos en la precocidad sino que no desarrollamos las habilidades del yo. La soledad puede ser vivida como metodología, como proceso de vida. Tener momentos temporales de soledad en la vida cotidiana, momentos de aislamiento en relación con otras personas es fundamental. y se requiere disciplina para aislarse sistemáticamente en un proceso de búsqueda del estado de soledad.

Mirada como un estado del ser –la soledad ontológica– la soledad es un hecho presente en nuestra vida desde que nacemos. En el hecho de nacer hay un proceso de autonomía que al mismo tiempo, de inmediato se constituye en un proceso de dependencia. Es posible comprender entonces, que la construcción de género en la mujeres anula algo que al nacer es parte del proceso de vivir.

Al crecer en dependencia, por ese proceso de orfandad que se construye en las mujeres, se nos crea una necesidad irremediable de apego a los otros.

El trato social en la vida cotidiana de las mujeres está construido para impedir la soledad. El trato que ideológicamente se da a la soledad y la construcción de género anulan la experiencia positiva de la soledad como parte de la experiencia humana de las mujeres. Convertirnos en sujetas significa asumir que de veras estamos solas: solas en la vida, solas en la existencia. Y asumir esto significa dejar de exigir a los demás que sean nuestros acompañantes en la existencia; dejar de conminar a los demás para que estén y vivan con nosotras.

Una demanda típicamente femenina es que nos “acompañen” pero es un pedido de acompañamiento de alguien que es débil, infantil, carenciada, incapaz de asumir su soledad. En la construcción de la autonomía se trata de reconocer que estamos solas y de construir la separación y distancia entre el yo y los otros.

http://www.rednacionalderefugios.org.mx/la-soledad-y-la-desolacion.html

Revista 1+Uno Mujer #8M

Revista 1+Uno Mujer Edición 43 del mes de marzo 2024 https://issuu.com/mariafernandasarmientopineda/docs/revista_1_uno_mes_de_marzo_2024_ed....