miércoles, 9 de diciembre de 2020

CULTURA Y ENTRETENIMIENT

 Poeta Ana Mercedes Vivas le da voz a la migración y el viaje


Vivas ganó el Premio Nacional de Poesía ‘Carlos Castro Saavedra’, en 1996.

En su nuevo libro 'Corazón de pájaro', un proyecto singular acompañado por disco y página web.

"Es invierno y es Ámsterdam/ con sus bicicletas y canales,/ es París y sus Campos Elíseos/ llenos de luces./ Pero en una y otra ciudad/ es el mismo rostro,/ –mi rostro–/ (…) Mi corazón de pájaro/ es el único viajero.”

Estos versos, del poema Corazón de pájaro, que da la bienvenida al lector y nombra el libro que acaba de publicar la poeta caleña Ana Mercedes Vivas, sintetizan la esencia de su proyecto literario más reciente.

Jugando con la metáfora del vuelo y la libertad de las aves, dos ideas centrales confluyen en estos poemas de Vivas: el viaje y la migración.

Para ella el viaje, así sea con amigos, tiene implícita la idea de la “experiencia solitaria”. Y Vivas, que por su trabajo ha tenido que viajar mucho, siempre saca tiempo para diseñar su mapa secreto o soñado de la ciudad a la que llega.

Como cuando estuvo en Chile, por ejemplo. “Diseñé mi ruta para conocer las casas de Neruda en Valparaíso e Isla Negra; para seguir a la ruta de Gabriela Mistral, por el valle de Elki”, comenta.

O cuando estuvo en Nueva York, recién inaugurado el parque en memoria de las víctimas del 11 de septiembre, donde le ocurrió algo muy singular con un hermoso cerezo.

“Hacía pocos días habían vuelto a llevar al parque al único árbol que había sobrevivido a la tragedia y que ya era un árbol más grande. Ese día, con mi cámara de turista capté a una joven japonesa a la que su novio le toma otra fotografía debajo del árbol”, recuerda Vivas.

Inspirada, la poeta decide escribir sobre ese doloroso momento que la humanidad entera presenció en directo en el año 2001, como una película, pero desde el punto de vista del cerezo.

“Sonrío a la par de la chica japonesa/ a la que su novio le toma una fotografía/ debajo de mis ramas apenas florecidas./ Un soplo de viento disimula el arnés/con el que me sostengo en este parque/ donde vienen los que no pueden olvidar.”

Y claro, con la idea del viaje como eje central de inspiración, la autora dialoga también con la idea del viaje, pero cuando se hace por obligación. El drama de los migrantes.

Su formación como periodista aparece con ojos agudos transformada a través de la poesía, para expresar un sentimiento que comparten muchas otras personas.

“La migración, no importa de dónde provenga, es el símbolo de la propia globalización. Son los seres humanos buscando las ‘tierras prometidas’ de un mundo mejor; el éxodo de los que sueñan, los pasos del desespero”, dice la autora.

En ese sentido, los poemas sobre esta temática, incluidos en Corazón de pájaro, van desde la migración siria hasta la venezolana, pero con puntos de vista que los hacen –al menos eso espera su creadora– diferentes. “Para el caso de los sirios –anota–, están vistos desde el significado de sus nombres que aparecen en las crónicas –que por cierto son bellísimas–. En el de los venezolanos, desde el punto de vista de la maleta que rueda por las carreteras”.

Ana Mercedes Vivas

El libro se puede conseguir en la página web www.corazondepajaro.com.

Foto: 

Archivo particular

Un faro poético

Vivas tiene sobre su cabeza un faro gigante de inspiración poética, que ella supo encauzar con su propia voz. Pues no es fácil ser hija de Maruja Vieira, la gran decana de este género, quien a sus casi 98 años (los cumple el próximo 25 de diciembre) mantiene su voz fuerte y presente, dando recitales.

Soy una admiradora de la poesía de Maruja. Me impactan su modernidad, su transparencia, su capacidad para estar al día en temas que van desde la vejez hasta el conflicto interno. Ya quisiera tener el don de su palabra. Ojalá su influencia. Esa manera de nombrar los momentos y las cosas, la síntesis de un día en el fulgor de una lámpara, una presencia en el golpe a la puerta, el rumor de unos pasos que llenan todo un poema”, comenta Vivas.

Agrega que crecer al lado de su madre le dieron el bagaje, los referentes, la posibilidad de compartir un universo intelectual, donde el arte, el cine, la música, el teatro fueron los protagonistas. “Esas son las herramientas que pueden haber enriquecido mi viaje poético”.

Con sabor de zamba

Corazón de pájaro no es solo un libro. Es un proyecto singular que incluye un disco (que ya está también en las plataformas), que combina algunos poemas cantados por su creadora, y una página web propia (www.corazondepajaro.com), con la idea de conectarse con las nuevas realidades contemporáneas de comercialización.

La faceta musical siempre acompañó a Vivas, desde niña y hasta la adultez, cuando, al lado de su madre, vivió veladas inolvidables de amigos de ella como Atahualpa Yupanqui y Mercedes Sosa.

“Creo que no concibo la poesía sin la música. De niña no me gustaba la poesía; pero sí que me gustaba cantar. Mi madre tuvo el acierto de regalarme entonces a todos los cantautores del momento: Serrat, Ibáñez, entre otros. Allí empecé a relacionarme con la generación de poetas del 27 y lentamente fui entrando a la poesía”, cuenta Vivas.

La poeta recuerda que, precisamente, conoció a Mercedes Sosa gracias a su tío, Gilberto Vieira, el recordado ideólogo de la izquierda el siglo pasado.

“En el 1984 conocí a la señora Mercedes Sosa, con quien se estableció una bella amistad, en la distancia y en la proximidad, en algunos momentos muy importantes y significativos. Mercedes amaba la poesía y la buscaba en cada una de las canciones de su repertorio”, explica la escritora.

El disco de este proyecto, de hecho, intercala sus poemas cantados con algunas zambas argentinas, uno de los géneros preferidos de la escritora.

“Eso tiene la música argentina, desde el folclor hasta los representantes del rock en español; una poética singular donde se pierden las fronteras entre la canción y la poesía. Temas como la Oración del remanso, de Jorge Fandermole, son una joya en materia de metáforas. Y hay algo más: ese grupo de mujeres que ostenta ese país como Julia Zenko, Sandra Mihanovich, Silvina Garré, Liliana Morelos, Soledad Pastorutti, no terminaría de enumerar”, anota Vivas.

Y a pesar de lo difícil que fue este año, la poeta caleña lo cierra con una doble satisfacción: la Colección Un libro por centavos, de la Universidad Externado de Colombia, acaba de publicarle también Más azul, una antología de su obra poética.

CARLOS RESTEPO

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