sábado, 19 de diciembre de 2020

Mujeres de Arte

 

AMMURA, Agrupación de Mujeres Muralistas Argentinas

Trabajadoras del arte transforman Rosario

La pintada federal en 27 de Febrero y 1º de Mayo y una muraleada en barrio Los 
Pescadores son dos acciones recientes de artistas con compromiso social.
El mural de 27 de Febrero al 500 es una de las intervenciones de la agrupación. 

El 6 y el 7 de diciembre, el viejo muro ferroviario que se extiende por el bulevar 27 de Febrero al 500 (al oeste del bosque de árboles autóctonos en el Parque Irigoyen) y que forma parte de la más que centenaria Estación Central Córdoba en el barrio rosarino de La Sexta, fue transmutado por la magia del color. Nada será igual después de la tercera pintada federal en Rosario de AMMURA, Agrupación de Mujeres Muralistas Argentinas. 

La acción contó con permiso municipal y con el apoyo de los dueños del lavadero que funciona en el lugar, quienes habilitaron agua potable y baños en el sector de predio hermoseado de vegetación que tienen detrás del paredón. Asistía con mates o simple compañía la gente que se iba acercando, por lazos afectivos con las pintoras o atraídos por la poderosa y delicada energía de la transformación. Feminismo jurídico de la igualdad y feminismo místico de la diferencia no se contradicen en este grupo de jóvenes mujeres que expresan sus visiones de justicia social a través de emblemáticas imágenes arquetípicas de lo femenino y de la naturaleza, inspiradas en cosmovisiones de pueblos originarios. La sola imagen de 30 mujeres pintando ya era potente de por sí.

El 6 y el 7 de diciembre, el viejo muro ferroviario que se extiende por el bulevar 27 de Febrero al 500 (al oeste del bosque de árboles autóctonos en el Parque Irigoyen) y que forma parte de la más que centenaria Estación Central Córdoba en el barrio rosarino de La Sexta, fue transmutado por la magia del color. Nada será igual después de la tercera pintada federal en Rosario de AMMURA, Agrupación de Mujeres Muralistas Argentinas.

La acción contó con permiso municipal y con el apoyo de los dueños del lavadero que funciona en el lugar, quienes habilitaron agua potable y baños en el sector de predio hermoseado de vegetación que tienen detrás del paredón. Asistía con mates o simple compañía la gente que se iba acercando, por lazos afectivos con las pintoras o atraídos por la poderosa y delicada energía de la transformación. Feminismo jurídico de la igualdad y feminismo místico de la diferencia no se contradicen en este grupo de jóvenes mujeres que expresan sus visiones de justicia social a través de emblemáticas imágenes arquetípicas de lo femenino y de la naturaleza, inspiradas en cosmovisiones de pueblos originarios. La sola imagen de 30 mujeres pintando ya era potente de por sí.

En la mañana del primer día, las unió un ritual de gratitud a la Pachamama, "donde le ofrecemos abundancia para que después la comparta", como narró una de ellas; al caer la tarde del último, la murga del barrio se arrimó a dar aliento al ritmo de los tamboriles. En el medio circularon mates, charlas, alegría y hasta un par de perros callejeros. El fin de semana pasado, las artistas de AMMURA concretaron una nueva muraleada a media cuadra de La Florida, en el Barrio Los Pescadores, que estos días celebra sus 125 años de existencia y aún no tiene agua corriente, dispensario, escuela, vecinal ni club propios.

"AMMURA empieza a organizarse en Buenos Aires en agosto del 2018 para poner en evidencia y manifestar las desigualdades de género que había en el ámbito del arte urbano", contó en una pausa de su trabajo la muralista rosarina Camila Guerra, quien estudió en la Escuela de Bellas Artes de la Universidad Nacional de Rosario. "Y a fines de ese año hacen un llamamiento federal a nivel nacional a que las mujeres del país salgan a pintar a la calle para demostrar la cantidad de mujeres pintoras que hay, en respuesta a que en los festivales organizados por el Estado en Buenos Aires el 98% eran varones y el 2% solamente eran mujeres. En Rosario respondimos a ese llamamiento federal; así nos juntamos y nos conocimos las chicas que pintábamos en la calle", recuerda Camila.

"La pintada federal significa que, en distintas regiones y lugares del país, están pintando al mismo tiempo todas las mujeres del territorio", explicó el domingo 7 de diciembre la pintora Lía Merello. "Todas salimos a pintar en la misma fecha, visibilizando el trabajo del muralismo en las mujeres, y dándole una mano a aquellas personas que aún no se animaron a salir a pintar. Siempre pasa que en las federales se suma gente nueva, se impulsa al vernos gestionar esto y se acerca; nosotras en AMMURA Rosario somos 15 y hoy estamos pintando alrededor de 30 personas. Y un poco más. Así que imaginate que de acá salen cosas más grandes, cada vez que se pinta una federal, surgen cosas nuevas muy, muy grandes. Sabemos que hoy se está pintando en Bariloche, en Córdoba, en Río Negro, en Neuquén, en zona norte de Buenos Aires, en Chascomús... todos ellos están en Instagram como 'AMMURA.' y el lugar donde sea", informó. "Cada vez somos más". 

Camila Guerra evoca la primera pintada federal rosarina, en diciembre de 2018, como un momento fundante: "Pintamos por primera vez en la plaza Gauna, que recuerda a las víctimas de violencia institucional, en Córdoba al 5000. Nos pareció que estaba tan buena esa juntada, ese movimiento de conocernos y no pintar disgregadas, que decidimos seguir juntándonos. Ahí es donde nace AMMURA Rosario y a partir de entonces nos juntamos sin interrupciones todos los miércoles de cada semana a debatir sobre cómo hacer que crezca el arte urbano en nuestra ciudad. En Rosario no existen con mucha frecuencia los eventos de arte urbano y de muralismo; antes de discutir una paridad, necesitábamos generar los eventos. Nos planteamos que si no existían teníamos que hacerlos nosotras y a partir de ahí creamos los Baraúnda, que son festivales en barrios que vamos eligiendo, acoplándonos a alguna asociación o agrupación que ya esté trabajando en el barrio. Hicimos ya una pintada en mayo de 2019 en Barrio Alvear y otra en noviembre del 2019 en barrio Ludueña, esos son los festivales que hicimos para mujeres y disidencias de la ciudad. Y después, La Chicago, la Semana de Arte Urbano, que fue gestada a partir de tres compañeras de AMMURA, en el barrio Pichincha, en septiembre del 2019", enumeró. En la pintada del fin de semana pasado en el Barrio Los Pescadores, cooperaron con una referenta barrial.

El arte urbano como oficio que debe ser remunerado y como recurso para visibilizar problemáticas sociales (como es el caso de las necesidades concretas del Barrio Los Pescadores) son dos pilares de esta agrupación y de otra que surgió de ella, que incluye a pintores varones hétero. "AMMURA venía replanteándose cómo educar a la sociedad en que el arte sea valorado también monetariamente, no sólo simbólicamente, y nos dimos cuenta de que ese planteo quedaba acotado si solamente lo hacíamos entre mujeres y disidencias y no teníamos en cuenta a les muralistas en general", relató Camila Guerra. "Y es por eso que el año pasado, a mitad de año, se hace también una llamada a los muralistas de la ciudad y de la zona. Así que nos juntamos una vez a conversar muralistas mixtos, hombres, mujeres, todo tipo de género, en La Bartolina (nota: un centro cultural que como tantos otros en 2020 sucumbió a la falta de asistencia estatal ante la crisis sanitaria-económica) y a partir de ahí se formó una Asamblea de Muralistas Rosario, que además de hacer tarifarios, y dar cuenta de cuestiones gremiales, y entre nosotres apoyarnos para crecer, también estamos presentes en distintos movimientos o cuestiones donde nos parece que el arte, como herramienta social que creemos que es, va a colaborar o es propicio que esté", exa suelo en zon

"Este año estuvimos acompañando el acampe de Autoconvocados por los humedales en la Plaza San Martín, pintando banderas; estuvimos también en los cortes de puente de la Multisectorial de los Humedales; estuvimos ahora hace muy poquito en Barrio Magaldi, acompañando a les vecines que están con problemas de desalojo y de vivienda; también presentes en las actividades de la Coordinadora de Cultura, que están les trabajadores del arte y artesanes y trabajadores informales en general luchando con esta pandemia que les dejó sin trabajo. Así que donde nos parece que tiene el arte algo para aportar, ahí estamos, también con esta Asamblea de Muralistas", resumió Camila. 

Los murales espontáneos en defensa de los humedales que embellecen la empalizada del Museo Castagnino en refacciones, con imágenes de la fauna isleña y consignas como "Arte es trabajo" y "La calle también es un museo", son obra de la Asamblea de Muralistas. "Nos gusta tomar los espacios públicos para dejar nuestros mensajes", dijo Camila. "Y también para mostrar que el arte se encuentra en muchos otros lugares además de instituciones que, si bien son de acceso público, no son lugares en que circula popularmente la gente y por eso elegimos la calle como medio de expresión".

Un evento de arte urbano ideal debería tener paridad de género, mayoría de artistas locales y "un punto muy importante a tener en cuenta: que las pintadas sean pagas", subraya Camila. En una ciudad como Rosario, donde el arte urbano no es criminalizado, dice Lía del municipio: "Saben que existimos, les copa lo que hacemos".  ¿Será capaz la Secretaría de Cultura de repetir el milagro de la Revolución Mexicana y de los Estados Unidos de Roosevelt, dos instancias históricas en que el apoyo estatal al muralismo sacó a les artistas de la crisis y ayudó a crear patrimonio cultural tangible de valor duradero?

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