lunes, 28 de abril de 2025

En Femenino

"Más caro por ser mujer: la discriminación que sigue en los precios"


El arancel rosa, una distorsión comercial que evidencia cómo el mercado y las políticas públicas penalizan el consumo femenino.

Durante décadas, millones de mujeres han pagado más que los hombres por productos similares, o incluso idénticos, sin que esta injusticia haya sido suficientemente visibilizada. Detrás de esta práctica está el llamado "arancel rosa", una tarifa diferenciada en los impuestos de importación que encarece sistemáticamente los productos femeninos.

Aunque no existe formalmente con ese nombre en las legislaciones, el arancel rosa es una realidad que impacta la economía de las mujeres. Basado en clasificaciones comerciales antiguas, principalmente del Sistema Arancelario Armonizado de EE. UU., este fenómeno ha impuesto cargas tributarias más altas —hasta un 3% más— a ropa, calzado y productos destinados a mujeres, perpetuando desigualdades económicas.

Más allá del comercio exterior, esta lógica de sobreprecio también se reproduce en sectores como la cosmética, los seguros y el cuidado personal, reforzando una estructura de mercado que penaliza la feminidad y compromete el acceso igualitario a bienes esenciales.

Los efectos del arancel rosa se intensificaron con las guerras comerciales recientes, particularmente durante la administración de Donald Trump, afectando de manera desproporcionada a las consumidoras y aumentando los costos de manera silenciosa, pero significativa.

En un contexto global que promueve la equidad de género como valor central, resulta alarmante que persistan estructuras impositivas discriminatorias. Las empresas y los gobiernos tienen una responsabilidad ética y estratégica de revisar estas prácticas: eliminar el arancel rosa no es solo una medida de justicia económica, sino un paso esencial para cerrar las brechas de género.

La igualdad no se construye únicamente con discursos o campañas de marketing, sino con cambios reales en las políticas comerciales, en los sistemas regulatorios y en la estructura de precios. Terminar con el arancel rosa es, en definitiva, una deuda pendiente con las mujeres y con un futuro más justo.

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