martes, 13 de marzo de 2018


Diana del Ángel #VocesVioletas

#VocesVioletas es un espacio semanal dedicado a compartir poesía escrita por mujeres de México y Latinoamérica.

Diana del Ángel es poeta, ensayista  y defensora de derechos humanos. Ha sido becaria de la Fundación para las Letras Mexicanas de 2010 a 2012 y del FONCA, en su programa de residencias artísticas. Obtuvo la primera residencia de creación literaria Fondo Ventura/ Almadía. Miembro del Seminario de Investigación en Poesía Mexicana Contemporánea en octubre del 2016. Desde 2002 hasta 2017, formó parte del taller “Poesía y silencio”. Barranca, su segundo libro, obtuvo una mención honorífica por parte del Premio Nacional de Poesía Dolores Castro 2013. Ha publicado Vasija (2013), Procesos de la noche (2017) y artículos en diversas revistas y medios digitales. Ha colaborado en la Enciclopedia de la Literatura en México. Algunas de sus traducciones del náhuatl al español han sido publicadas por la revista Fundación. Las antologías  9 poetas que le temen a los payasos (2016), Encuentro Nacional de Poetas Jóvenes. Ciudad de Morelia (2016) y Fuego de dos fraguas (2016) recogen parte de su trabajo. Actualmente realiza un Doctorado en Letras.
A continuación presentamos una breve selección de su obra poética:

Vestigios

Por el retoño de la hierba entre las ruinas se sabrá del agua subterránea,
por la ceniza en las rocas sabremos del fuego que hermanó a los hombres,
por el vaivén de las hojas se intuirán los pájaros,
por los intersticios de los muros se colará la lluvia de los días
y de las palabras que separaron un labio de otro labio
un diente de león evocará la infancia y traerá veranos más cálidos que el sol,
y el viento susurrará en su lengua cerrada otra historia de exterminio
que nos rozará sin comprenderla,
no habrá nada que nos hable de las heridas,
incluso la sombra de los cuerpos mutilados estará putrefacta,
tampoco habrá nada que nos hable del silencio compartido:
sólo el polvo será la lengua que nos llame desde abajo.

Mariana Lima

Primero fue una lágrima,
pero ya se sabe: así es el amor
Mariana, el mar sin tu nombre
El amor duele:
amor es dar
quedar
sin
casa  recuerdos  amigos  cuerpo  flores  dinero  tiempo  vida
Por el amor todo, ya se sabe
Mariana, el mar y tu nombre
Primero fue un desprecio
chiquito
como el dulce con que luego dijiste disculpa
Mariana, el mar de tu nombre
Primero fue una caricia
ruda  golpeante
ya se sabe, viril,
para algunos, el llanto es un tributo al amor
para otros, sólo la vida
Mariana, el mar que te nombra

Músico callejero

Me envolvió el violín con su contento
con su nota improvisada de huapango, me llevó
por subidas y bajadas del camino,
por encima de esta vida burda, por debajo
de dolores que me pesan, más que un muerto;
más  veloces que el ciclón
subimos la pendiente del pueblito
clavado en plena sierra. Me llevó su canto alegre
hasta la cocina de tía Lola,
a la dulce vecindad del fuego y del metate,
al eterno ir y venir de echar tortillas.
Respiré y el aire supo a mayo, a monte
fértil de sonidos y tórrido hasta el cielo,
al humo de la leña y al café, a milpa bulliciosa.
Se me enredó su hilo musical muy cerca de la aorta
y al compás del bejuquito recordé
que sin hendidura Dios me dio la vida.
Me llenó de amor el día por la tierra
materna en la huasteca, savia
que surge de mis labios, cántaro de carne y verso
me vi, completa y sin heridas escuchaba todo,
tan de todo y  tan de pronto en una nota.

III

Días hay
en que vago la ciudad
con temblores en la boca
y quisiera decirle
al que espera junto a mí
el vagón próximo,
decirle: no te conozco
pero te quiero vivo.
Hay días en que pienso
que se iría el temblor
de mi boca y de mis labios
si abrazara al que viene al lado
y le dijera, así como si nada,
la guerra no podrá llevarnos…
Pero la mayor parte de los días
solo el temblor del alma.

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