jueves, 10 de mayo de 2018




¿Qué es ser feminista hoy?

Foto: Ilustración de Ariel Escal
Ya no es lo que era: la lucha se renovó, porque las mujeres ya conquistamos muchos espacios y tenemos otras armas. Pero sigue. Te contamos de qué va esta versión actualizada.


Por María Eugenia Castagnino
Las maneras de buscar (y encontrar) el lugar de la mujer en la sociedad actual cambiaron. Porque cambió el lugar de la mujer. Estamos muy lejos de aquellas feministas de los 70 que lucharon por la igualdad de género, reclamando la posibilidad de acceder a lugares que nos estaban vedados. No cabe duda de que fuimos conquistando nuevas armas y ganando posiciones diferentes -y si no estás tan segura, basta con sentarte un rato a charlar con tu abuela y comparar tu vida con la de ella-. El feminismo se renovó y sigue en pie, porque aunque ya no nos prohíban ciertas cosas, eso no significa que hoy vivamos en un mundo desprovisto de desigualdades entre mujeres y varones, ni que ya no haya más conflictos que dirimir.
Si bien las nuevas generaciones de feministas están muy lejos de aquellas sufragistas de principios del siglo XX, hoy, al igual que aquellas -y para continuar su legado-, se siguen juntando para debatir, para concientizar, para reflexionar, para exigir políticas, para reclamar derechos y para mejorar las condiciones de vida de las mujeres, demandando acciones transformadoras e interpelando a toda la sociedad. Muy lejos también están de los estereotipos: no queman corpiños ni andan desnudándose por ahí cuando no están de acuerdo con algo -a pesar de que ciertas feministas extremistas lo hagan para llamar la atención de los medios-, se depilan, son coquetas, aman y respetan a los varones y les preocupan las mismas cosas que a la mayoría de nosotras. ¿Querés conocerlas?

LO QUE DEFINE ESTA MOVIDA

¡No lucha CONTRA los varones... sino con ellos! : para ser feminista, no hace falta ser mujer. Hay varones (¡y, por suerte, cada vez más!) que entienden que no se trata de ver quién es mejor o peor ni de competir por espacios de poder. Todo lo contrario: se trata de convivir en igualdad de condiciones, oportunidades y derechos. De hecho, también hay muchas mujeres que son enemigas del feminismo -"pero yo no soy feminista, ¿eh?", se atajan-, generalmente por desconocimiento. Es hora de entender que los problemas de las mujeres no son solo problemas de las mujeres sino de la sociedad y, por lo tanto, piden que tanto varones como mujeres se involucren y busquen soluciones en conjunto.
No es idealista y no generaliza: el feminismo no entiende a "las" mujeres como un todo homogéneo, así como no sigue las posturas esencialistas que dictan postulados del tipo "las mujeres somos más sensibles" o "las mujeres queremos ser madres". No idealiza a la mujer, sino que reconoce sus diferencias y, aunque sabe que aún existe una estructura desigual en la sociedad -con sesgos todavía patriarcales y opresores-, también observa que la capacidad de subvertir y/o elegir esas situaciones dependerá de las herramientas de cada mujer en particular -por ejemplo, no es lo mismo una mujer golpeada en Colegiales que aquella otra que vive en una villa de emergencia-. Y así como hoy se habla de las "nuevas masculinidades" -esas que se oponen a la idea del varón proveedor y poderoso-, también las nuevas generaciones feministas se abren paso con un reconocimiento más real de los espacios y derechos que necesitan las mujeres hoy .
Construye una mirada reflexiva y tiene más capacidad de acción consciente: la mayoría de las nuevas feministas estudian y teorizan al respecto -sin ser académicas muchas de ellas-, lo que propicia una camada de mujeres más militantes desde el contenido de sus reclamos. Se basan en hechos y en cifras concretas, parten de lo fáctico y se amparan en la observación de la realidad. Siempre hablan con números y estadísticas -bastante alarmantes, por cierto-.

LA AGENDA ACTUAL

Hay cuatro áreas en torno a los cuales se organiza la lucha feminista en este momento:
Participación política: en la Argentina, desde 1991, existe la Ley de Cupo, que garantiza un cupo mínimo del 30% de mujeres en las listas de candidatos para el Poder Legislativo Nacional. En este aspecto, nuestro país -ubicado en el puesto número doce a nivel mundial- tiene un Congreso con un 38,5% de mujeres, con lo que lidera la región en cuanto al espacio de las mujeres en la vida política. No sucede lo mismo en los gobiernos provinciales y municipales -donde el porcentaje alcanza apenas un 9%-. El trabajo del feminismo hoy, entonces, pasa por fomentar el cumplimiento de esta ley y la ampliación progresiva de la presencia de mujeres en sindicatos y otras esferas del poder político.
Empleo: entre las mil principales empresas de la Argentina, solo el 4,4% tiene a una mujer en su máximo puesto jerárquico. Si pensamos que el porcentaje de egresados universitarios es más o menos el mismo entre ambos sexos..., ¿por qué existe tanta brecha? Claramente, todavía predominan -aunque menos que hace unas décadas- ciertos estereotipos de género. El desafío actual es impulsar políticas de conciliación de trabajo-familia en los ámbitos laborales, tanto para varones como para mujeres -¡esto es clave! porque si no, se estaría profundizando un rasgo de desigualdad-, a los efectos de achicar las diferencias de oportunidades. ¿Cómo? Con horarios flexibles, la posibilidad de trabajo remoto, licencias extendidas, etc.
Violencia de género: en el año 2012, ocurrieron 255 femicidios, mientras que, en lo que llevamos de 2013, ya existen 48 casos. O sea que, cada 35 horas, una mujer muere a causa de la violencia. Hay diferentes formas y manifestaciones de la violencia, que están contempladas en una Ley Integral de Violencia que, si bien representa un gran avance, no supone su erradicación ni su correcta aplicación. En este sentido, el feminismo trabaja en campañas de concientización y el impulso del tratamiento de una Ley de Emergencia por Violencia de Género, que pide la ampliación del presupuesto -actualmente, el Consejo Nacional de la Mujer cuenta solo con un 0,0027%- para la creación de refugios y la posibilidad de brindar asesoramiento legal y psicológico gratuito para las víctimas.
Educación sexual y anticoncepción gratuita: el impulso a la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal, Seguro y Gratuito quizá sea el punto más visible y controversial de este eje de trabajo, pero no es el único. Actualmente, gran parte de la labor de las organizaciones feministas se organiza en torno a exigir campañas de educación sexual, la disponibilidad amplia y gratuita de anticonceptivos (también los de emergencia) y la prevención de la violencia sexual.

Y VOS, ¿QUÉ PODÉS HACER?

Hay muchas formas de participar, aunque no hace falta que te pongas un cartel en la frente que diga "soy feminista" y vayas luciéndolo por la vida; de hecho, muchas mujeres realizan acciones de defensa de sus derechos sin serlo. Podés empezar replanteando tu mirada sobre el tema y revisando actitudes: en tu trabajo, tu pareja, la crianza de tus hijos. Una mamá que le pide solo a su hija mujer que la ayude a cocinar mientras su hijo varón mira TV es una mujer que fomenta esos estereotipos de género... Así es difícil que el panorama cambie. Empecemos preguntando: y por casa, ¿cómo andamos?

¿IGUALES? POR NATALIA GHERARDI*

El feminismo siempre luchó por la igualdad de derechos entre mujeres y varones, para que la diferencia sexual no se transforme en desigualdad social. Cuando, hace no tanto, las mujeres eran excluidas del derecho al voto y de los cargos públicos, cuando se les negaba el acceso a la educación, era fácil identificarse con los reclamos feministas. Hoy puede resultar más extraño. Pero al pensar en las desigualdades que persisten en la sociedad, vemos una clara marca de género: las mujeres suelen tener empleos informales y peor pagos; su tarea como principales cuidadoras de niños y niñas condiciona sus posibilidades de desarrollo personal; la subvaloración las convierte en víctimas de distintas formas de violencia. No es difícil ver que a pesar de los logros, la diferencia sexual se consolidó como una desigualdad social que nos afecta a todas. Por eso, creo que la mejor manera de transformar esta realidad es reivindicando los ideales feministas.
*Directora ejecutiva de ELA (Equipo Latinoamericano de Justicia y Género).

CHICAS DE LA NUEVA CAMADA

 

Agustina Ramón Michel
30 años. abogada.

Qué hace: trabaja en equipos multidisciplinarios -integrados también por sociólogas y médicas, entre otras profesionales- que tratan problemáticas de la salud sexual y reproductiva. Una parte importante de su labor en los últimos años fue producir argumentos legales que acompañen demandas sociales que se originan en este ámbito. También, brinda asesoramiento legal, capacitación y genera múltiples espacios de reflexión para insertar preguntas éticas en las comunidades médicas que permitan esclarecer dudas, dar información actualizada y evitar confusiones o prejuicios en la toma de decisiones en el quehacer cotidiano de la salud sexual y reproductiva.
Más info: www.cedes.org .
 

Melisa Girard
27 años, economista.

Qué hace: participa del Grupo de Estudios de Economía y Género, compuesto por estudiantes y graduados de la Facultad de Ciencias Económicas (UBA). En un mundo en donde las mujeres -según las estadísticas- controlan aproximadamente veinte billones de dólares del gasto total de los consumidores y toman o influencian hasta el 80% de las decisiones de compra, este grupo de economistas se junta a debatir y concientizar sobre cuestiones de género en la facultad. Impulsaron la creación de una cátedra nueva este año: "Género y Economía". Es una materia específica para pensar el presupuesto económico por el impacto diferencial que tiene en la vida de mujeres y varones.
 
Raquel Vivanco
34 años, estudiante de Historia.

Qué hace: es la coordinadora nacional de Mu.Ma.Lá (Mujeres de la Matria Latinoamericana). Junto con unas quinientas mujeres de todo el país, desarrolla diferentes iniciativas para fortalecer los derechos de las mujeres. Realizan intervenciones urbanas y llevan adelante un programa de formación de mujeres como "agentes de derecho", brindándoles talleres de capacitación y sensibilización en barrios de bajos recursos y en colegios secundarios. Bajo el lema "Cuando maltratan a una, nos maltratan a todas", las Mu.Ma.Lá invitan a participar en la movida.

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