miércoles, 9 de septiembre de 2020

Mujer y Medio Ambiente

Mujeres en El Edén: ¡comprometidas con la naturaleza!

Este año el Día Internacional de las Cooperativas se propuso hablar de “Las cooperativas y la acción por el clima”. En Confiar reconocemos el valor de proteger la naturaleza para frenar el cambio climático y por eso creamos la Reserva Natural El Edén. 
Creemos que otro mundo es posible y trabajamos para construirlo. En nuestro camino cotidiano hacia la utopía, emprendimos un proceso de restauración de la naturaleza y hoy ese sueño es una realidad gracias a nuestra Reserva Natural El Edén. 
Hace tres años, en Confiar tomamos la decisión de realizar una acción solidaria con el planeta y con sus seres vivos, incluyendo a los humanos, reconociendo la necesidad de mitigar y a adaptarnos al cambio climático, para garantizar el derecho a un ambiente sano. Es así como desde el 2017 convertimos el parque recreativo El Paraíso (construído en la década del 90) en una reserva natural, con el fin de restaurar el bosque andino y el bosque húmedo tropical, ecosistemas naturales del territorio en donde se encuentran las 43 hectáreas de la Reserva El Edén, en el municipio de Cocorná, Antioquia. 
En junio de este año, en medio del proceso de restauración de fauna y flora, Parques Nacionales Naturales reconoció legalmente a El Edén como Reserva Natural de la Sociedad Civil. Esto significa que somos parte del Sistema Nacional de Áreas Protegidas, gracias a que El Edén es una unidad de ecosistema natural con manejo ambiental sustentable en el relacionamiento con la naturaleza. 
Este proceso es un aporte social y ecológico que las asociadas y asociados de la cooperativa hemos hecho con la vida y la naturaleza, pues la Reserva Natural El Edén se ha convertido en un escenario de protección de la vida en todas sus formas, y esto es invaluable. Lo más importante es que este sueño no se hubiera concretado sin la articulación con las comunidades del territorio. Para esto, junto a la Corporación Penca de Sábila, hemos convocado al trabajo conjunto con los habitantes de la zona en torno a la recuperación y tratamiento de las fuentes hídricas, la protección de la reserva y las tecnologías que ofrece la bioingeniería para la estabilización de taludes que son comunes en este territorio.
Debido a las amenazas ambientales por la presencia de hidroeléctricas, minería y agroindustria, la comunidad se organiza alrededor de la autogestión del agua y de la defensa ambiental con una participación importante de las mujeres rurales de las zona. Han sido ellas quienes se han involucrado principalmente con los procesos de educación ambiental que se adelantan en la Reserva El Edén, aunque también participan varios hombres. 
Alejandra Restrepo, trabajadora social e integrante del equipo de Penca de Sábila, ha estado muy de cerca a los procesos de formación en la reserva y nos cuenta que “todas las mujeres que hacen parte de los procesos de educación ambiental en El Edén son lideresas de procesos organizativos ambientales y sociales, articuladas principalmente en los acueductos comunitarios de las veredas; también son mujeres resilientes y emprendedoras”. Para Confiar es muy valioso contar con el trabajo, la solidaridad y la confianza de esta comunidad que ha hecho posible que la Reserva El Edén siga fortaleciéndose día a día. 
También sabemos que para la comunidad es importante que en su territorio exista una reserva natural, pues además de la protección de los ecosistemas, varios de los aprendizajes de los cursos de educación ambiental son aplicados en sus procesos organizativos. Por ejemplo Nelly Ceballos, lideresa de la vereda Palmirita y participante de todos los procesos de formación con Penca de Sábila: “a mí me gusta mucho ir a la reserva y aprender, y he tenido muchos aprendizajes. Por ejemplo, no sabía lo de la medición del caudal del agua, ni de la utilidad de los pluviómetros para nuestros acueductos comunitarios”. Luz Marina Toro, una representante de la comunidad de la vereda Los Cedros, ha participado en los talleres de restauración de taludes que tienen como objetivo evitar deslizamientos: “para mí El Edén es como un sitio reforestado que puede dar más vida para todos”. 
Estos testimonios evidencian algunos de los logros obtenidos de la mano de Penca de Sábila. Alejandra Restrepo señala que “ha sido un avance que se logre identificar el proceso de transformación de El Edén; la comunidad reconoce y dimensiona la importancia de que el parque El Paraíso se haya convertido en una reserva natural. Esto les ha permitido reencontrarse con otras mujeres líderes en la defensa del agua y descubrir que comparten amenazas ambientales y desde allí apropiarse del territorio”. 
Detrás de este proceso existen muchas manos que con sus saberes y trabajo logran transformar nuestras relaciones con la naturaleza de manera más solidaria, justa y cooperativa. Esta es una expresión tangible de que la diferencia está en Confiar. 

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