lunes, 28 de noviembre de 2022

Navidad

 

Andrea Pardo Calatayud


Ahora que se acerca la tan ansiada navidad y, viendo muchos catálogos de juguetes para estas fechas, nos vienen a la cabeza diversas ideas relacionadas con el tema del sexismo dentro de ellos, que es una lacra que resiste al paso de los años.

Fue durante la revolución industrial cuando, debido al desarrollo de la tecnología, se comienzan a crear objetos con semblanza a los reales para distraer a niños y niñas. Este gran mercado de juguetes permite al capitalismo generar clasismo, sexismo y especismo. Tras la Segunda Guerra Mundial, la mujer se desplaza todavía más al espacio privado debido a la reacción del patriarcado en la mayoría de sociedades situadas en Occidente.
Todos estos hechos se trasladan a la publicidad y el comercio. El problema reside en que la publicidad de este tipo de juguetes es muy influyente. De hecho, según la Confederación Estatal de Consumidores y Usuarios (CECU), el 92% de los padres y abuelos españoles se dejan guiar por los anuncios que aparecen en la televisión a la hora de comprar juguetes.
Actualmente, podemos ver segregación por sexos en muchas revistas de publicidad relacionada con juguetes. Por ejemplo, en la de este año de El Corte Inglés, las Barbies aparecen en entornos privados (como hemos indicado anteriormente) como cuidar de bebés, mientras que sus esposos, los Ken, reflejan profesiones relacionadas con el espacio público como el periodismo. Nos llamó la atención también que las figuritas de Lego son protagonizadas por hombres en su mayoría. Respecto a los modelos, la aparición de niñas destaca en la sección de muñecas, mientras que la de niños en los vehículos con batería o motor. En los únicos casos en los que aparecen niñas dentro de esta sección, los juguetes en cuestión son rosas. En relación a los disfraces que se ofertan, las niñas van de princesas o hadas rosas en su
mayoría y los niños de superhéroes, piratas, personajes de series, etc. Cuando se intenta no ser sexista (como un disfraz de superheroína) diferencia que sea para niños y para niñas y, por lo tanto, se considera sexista igualmente. Cabe destacar que las secciones rosas muestran a modelos niñas y las azules a niños.
Otro ejemplo de catálogo que segrega por sexos es el de Toys R Us. Las modelos niñas aparecen con casas de muñecas, con artículos de costura y joyas y con muñecas. Los niños están situados con juguetes como trenes o vehículos y figuras de acción pero, en estas últimas, también niñas bajo la supervisión de un padre. ¿Por qué no puede supervisar una madre a un hijo también? Pues bien, por si no quedaba suficientemente claro el sexismo que implican estas actitudes, en las cocinitas salen sólo niñas y un niño pero (¡oh, sorpresa!) simplemente está pidiendo comida con un plato, sin cocinar.
Como hemos podido observar, actualmente está vigente la separación de “juguetes para niños” y “juguetes para niñas”. Lo cierto es que los niños y niñas no nacen con estos roles, sino que son impuestos por la sociedad. A un niño perfectamente le puede gustar pintarse y a una niña jugar con coches. Pero no está bien visto.
También es verdad que cada vez más personas se fijan en esta realidad. De hecho, según el Instituto Andaluz de la Mujer y el Consejo Audiovisual de Andalucía,  aumenta hasta el 33,92% la publicidad navideña de juguetes que fomenta valores igualitarios entre niños y niñas. El problema viene cuando se intenta acabar con el sexismo cambiando solamente el tipo de sexismo, es decir, en muchos catálogos actuales aparecen niñas con “juguetes de niños” y niños con “juguetes de niñas”. La idea es que tanto niños como niñas puedan jugar con todo tipo de juguetes, sin restricción alguna. No se puede imponer nada a nadie, sino jugar a lo que a cualquier niño o niña le apetezca de forma espontánea.
Por otro lado, existen catálogos de juguetes como los de Dideco o Toy Planet. En referencia al de Dideco, podemos observar colores diferenciados por edades y no por sexos. También es mixto, es decir, se nota la aparición de niños y niñas en todas las secciones. Hay niños cocinando y niñas jugando a deportes como béisbol de forma no discriminatoria. Los contras que encontramos son que se ven solo niñas en las secciones de bebés y costura y sólo niños con circuitos de
vehículos.
Respecto al catálogo de Toy Planet, vemos niños jugando con bebés muñecos, haciendo pulseras, cocinando, realizando tareas del hogar y peinando muñecas. Mientras que las niñas hacen bricolaje, juegan con robots, con vehículos y con el
futbolín. Todo esto de forma mixta, no separados por sexos. La desventaja que notamos es que algunos juguetes están diferenciados en colores rosas y otros en azules, marcando una clara distinción entre ellos.
En conclusión, el sexismo en los juguetes está vigente desde hace décadas y lo podemos observar en diferentes catálogos. Este sexismo es impuesto por una sociedad patriarcal y es algo muy negativo que afecta de forma directa a las mentalidades que puedan adquirir esos niños y niñas en un futuro puesto que este tipo de ideales conllevan una función diferente en la sociedad como la mujer con su papel reproductivo, de comprensión, sumisión y, como no, situación en el espacio privado. En el hombre, por su parte, se fomenta un papel productivo, agresivo, dominante y situado en el espacio público. ¿Vamos a seguir permitiendo que crezcan con estas convenciones normalizadas?

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