miércoles, 10 de mayo de 2023

Mujeres de Arte

 

Ana Margarita Ramírez: “En el mundo del arte es clave tener confianza, convicción y coraje”

Como una luz para iluminar y guiar el camino, así llegó el arte a la vida de Ana Margarita Ramírez (Caracas, 1974) quien actualmente es una reconocida artista plástica cuya técnica ha estado presente en exposiciones de Estados Unidos, Canadá, Colombia, Suiza y recientemente en Madrid, ciudad donde reside desde 2019.

Ramírez recuerda que su vocación inició al graduarse de bachillerato, pero que antes de la pintura estuvo la joyería y los metales por lo que cuenta con una formación artística integral.

“En la escuela de artes y por mi cuenta experimenté diferentes ramas de las artes plásticas y confirmé que ese era mi mundo y mi pasión. Experimenté los primeros años de mi carrera en todas las ramas, me especialicé en artes del fuego. Fue algo extraño que surgió en paralelo al nacimiento de mi primera hija. Antes, en la escuela, nunca me llamó la atención la pintura hasta ese momento. Todo se transformó en mi entorno y dentro de mí. Comencé a tenerle miedo al soplete y entré en crisis, en un vacío, pero gracias a ese cuestionar y temor experimenté con la pintura. Aunque nunca había tomado un pincel en la carrera, en cierta parte lo vi como un terreno más seguro y descubrí un mundo infinito para mostrar y experimentar lo que quería expresar. Ha sido un camino largo de aprendizajes y de transformación en mí. Y la pintura ha sido el canal”, detalla.

En su nueva ciudad ha participado en eventos destacados, el primero de ellos fue las Meninas Madrid Gallery (2019) y en el Art Madrid (2023) lo que ha representado para ella una fortuna y la confirmación de que ha valido la pena todo el proceso de migración pues le ha hecho crecer como persona y como artista.

“Desde que llegué a Madrid, aunque a veces los ritmos no son como me gustarían o estoy acostumbrada, he dado grandes pasos en mi carrera, con mucha paciencia y convicción. A los pocos meses de llegar vino la pandemia y eso hizo un paréntesis. Como artista viví una transformación. Estaba muy limitada en espacios pero busqué, desde un libro antiguo hasta las paredes de mi casa para intervenirlos. No me puse límites ni nada me paró para crear. Luego, a lo largo de estos tres años y medio que tengo acá, han llegado grandes proyectos como un mural en Málaga, ferias de arte, performances y lo último el Art Madrid que se llevó a cabo en un lugar icónico del Palacio de Cibeles, con una magia especial. Compartí con muchos artistas increíbles, los galeristas y se dio justo en un momento de vida que lo necesitaba para dar otro gran escalón. El camino no ha sido fácil, pero siempre sigo adelante y preparándome para nuevos proyectos y lo más importante, no dejo de soñar”.

Tejidos fragmentados

 Abrir las alas

Para la pintora, haber emigrado a España significó hacerle caso a esa voz que la impulsaba a materializar un cambio en todos los aspectos de su vida, además asegura que nunca vio, ni ve a Venezuela como un lugar de donde huyó. “Venezuela es y será siempre mi base, mi casa, mi raíz, mi todo”.

“Ese gusanito fue creciendo y se convirtió en mariposa, saqué las alas y aquí estoy desde hace tres años y medio. He tenido muchos altos y bajos, momentos de sentirme muy frágil, pero allí es cuando agarro más fuerzas. Ha sido una experiencia de gran crecimiento y de tener paciencia, todo a su tiempo”, cuenta.

De los temas que más le interesan a la artista plástica está la sostenibilidad y el cuidado del medio ambiente por lo que busca que su huella y su trabajo ayuden a la mayor cantidad de personas posibles a entender la magnitud de sus acciones.

Huella 1

“A través de los años he notado como todo tiene importancia en mi entorno y eso tiene un valor, deja una huella de otros trabajos. El arte tiene un poder de transformar o darle un mensaje al espectador de manera distinta, así que es importante aprovecharlo para tomar conciencia y valorar lo que nos rodea. Reciclar es una manera de darle ese valor a las cosas y sobre todo pensando en el planeta tierra que es nuestro hogar.”

Ramírez les dice a todas esas niñas y adolescentes a quienes les gustaría dedicarse al mundo del arte que, pese a las dificultades o crisis en sus entornos, no desistan y que aprovechen la bendición que representa tener cualquier talento y ganas de sacarlo al mundo.

Afirma que “cuando hay una pasión por lo que haces, esas ganas de expresar y hablar a través del arte es el camino, no hay que luchar en contra de ese deseo. Es una gran fortuna que con el tiempo valoras mucho más. El mundo del arte es complicado y a veces los frutos se ven a largo plazo, pero yo me siento muy afortunada y plena de haber dedicado toda mi vida a esto. Tengo tres «C» que son clave en mi carrera: confianza, convicción y coraje. Sé que al principio hay muchas dudas, miedos e interrogantes, yo pasé por eso muchas veces pero mi deseo pudo más que el miedo. Las dudas se aclaran con el tiempo, tiempo de mucho trabajo para encontrar tu propio lenguaje y es allí cuando se va iluminando todo. Allí es cuando entiendes el porqué y para qué”.

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Fotografías: Cortesía Ana Margarita Ramírez

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