sábado, 11 de mayo de 2024

Mes de las madres


Fatiga crónica: el alto precio de la sobreexigencia a las mujeres

Cansancio, estrés, ansiedad... ¿Te suena familiar? La fatiga crónica es una realidad que afecta a millones de mujeres en todo el mundo, y que muchas veces se silencia por miedo a ser juzgadas. Hoy, quiero romper con ese silencio y hablar de este problema desde una perspectiva feminista.

Desde pequeñas, nos inculcan la idea de que debemos ser perfectas: exitosas en el trabajo, parejas ejemplares, madres abnegadas, siempre impecables... Una imagen inalcanzable que nos presiona a cumplir con expectativas irreales, sacrificando nuestro propio bienestar en el proceso.

¿Doble jornada? ¡Por supuesto!

En el ámbito laboral, luchamos por la igualdad, pero ¿cómo podemos lograrla si seguimos cargando con la doble jornada: trabajo remunerado y trabajo doméstico no remunerado? A esto se suma la discriminación, la carga mental que nunca parece disminuir y los techos de cristal que limitan nuestro ascenso profesional.

En el ámbito personal, la presión no cesa. Sentimos la obligación de ser perfectas para todos, incluso anteponiendo las necesidades de los demás a las nuestras. Las redes sociales no ayudan, bombardeándonos con imágenes de vidas perfectas que nos hacen sentir inadecuadas.

¿Las consecuencias? Agotamiento físico y mental, estrés, ansiedad, depresión e incluso problemas de salud física.

Yo también he estado ahí. Durante mucho tiempo, me costó poner límites y decir "no" a las demandas que me agobiaban. Aunque poco a poco espero lograrlo, aún siento remordimientos cuando lo hago. Es como un ciclo sin fin donde el cansancio me vuelve a consumir.

¿Por qué nos cuesta tanto priorizarnos?

Parece absurdo, porque es obvio que la persona más importante de nuestra vida somos nosotras mismas. Pero cuando analizamos el contexto, nos damos cuenta de que hemos sido socializadas para creer lo contrario.

Es hora de cambiar la narrativa. Respirar, tener paciencia, recordar que no estamos aquí para cumplir una lista de requisitos y, sobre todo, entender que aprender a priorizarnos es un proceso que no siempre será fácil, pero que forma parte de nuestra deconstrucción como feministas.

Juntas podemos romper con este ciclo de sobreexigencia y construir una vida más sana y plena.

#Feminismo #Autocuidado #SaludMental #BastaDeFatigaCrónica

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