Fatiga crónica: el alto precio de la sobreexigencia a las mujeres
Cansancio, estrés, ansiedad... ¿Te suena
familiar? La fatiga crónica es una realidad que afecta
a millones de mujeres en todo el mundo, y que muchas veces se silencia por
miedo a ser juzgadas. Hoy, quiero romper con ese silencio y hablar de este
problema desde una perspectiva feminista.
Desde pequeñas, nos inculcan la idea de que
debemos ser perfectas: exitosas en el trabajo, parejas ejemplares, madres
abnegadas, siempre impecables... Una imagen inalcanzable que nos presiona a
cumplir con expectativas irreales, sacrificando nuestro propio bienestar en el
proceso.
¿Doble jornada? ¡Por supuesto!
En el ámbito laboral, luchamos por la
igualdad, pero ¿cómo podemos lograrla si seguimos cargando con la doble
jornada: trabajo remunerado y trabajo doméstico no remunerado? A esto se suma
la discriminación, la carga mental que nunca parece disminuir y los techos de
cristal que limitan nuestro ascenso profesional.
En el ámbito personal, la presión no cesa. Sentimos
la obligación de ser perfectas para todos, incluso anteponiendo las necesidades
de los demás a las nuestras. Las redes sociales no ayudan, bombardeándonos con
imágenes de vidas perfectas que nos hacen sentir inadecuadas.
¿Las consecuencias?
Agotamiento físico y mental, estrés, ansiedad, depresión e incluso problemas de
salud física.
Yo también he estado ahí. Durante
mucho tiempo, me costó poner límites y decir "no" a las demandas que
me agobiaban. Aunque poco a poco espero lograrlo, aún siento remordimientos
cuando lo hago. Es como un ciclo sin fin donde el cansancio me vuelve a
consumir.
¿Por qué nos cuesta tanto priorizarnos?
Parece absurdo, porque es obvio que la persona
más importante de nuestra vida somos nosotras mismas. Pero cuando analizamos el
contexto, nos damos cuenta de que hemos sido socializadas para creer lo
contrario.
Es hora de cambiar la narrativa. Respirar,
tener paciencia, recordar que no estamos aquí para cumplir una lista de
requisitos y, sobre todo, entender que aprender a priorizarnos es un proceso
que no siempre será fácil, pero que forma parte de nuestra deconstrucción como
feministas.
Juntas podemos romper con este ciclo de
sobreexigencia y construir una vida más sana y plena.
#Feminismo #Autocuidado #SaludMental
#BastaDeFatigaCrónica
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Compartamos nuestras experiencias y apoyémonos mutuamente en este camino hacia el bienestar.
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