Premio a las periodistas somalíes que se plantan ante quienes creen que deben estar “en la cocina”
‘Bilan’, un medio de comunicación formado solo por mujeres, acaba de obtener el galardón One World Media a su trabajo. Estas seis reporteras menores de 30 años quieren convertirse en “un ejemplo” para otras jóvenes
De izquierda a derecha, Farhia Mohamed Hussien, Shukri Mohamed Abdi, Naima Saaed Salah, Kiin Hassan Fakat e Hinda Abdi Mohamoud, cinco de las integrantes de 'Bilan', un medio somalí formado solo por mujeres.SAID FADHAYE (PNUD) Las reporteras de Bilan Media cubren historias en grupos de dos o tres. Es una de las medidas de seguridad que tiene que tomar este medio rompedor, que acaba de cumplir dos años, en un país como Somalia: está formado por seis mujeres periodistas (y dos becarias) menores de 30 años. “Cuando salimos a trabajar, no es fácil explicarle a la gente que no hay ningún hombre delante ni detrás de las cámaras”, dice por teléfono desde Mogadiscio Hinda Abdi Mohamoud, la subdirectora de Bilan, que en somalí significa “brillante” y “claro”. En sus coberturas han tenido que plantar cara al desprecio de hombres que creen que las mujeres deben estar “en la cocina”, y a los avances inapropiados de entrevistados que piensan que, en vez de una entrevista, les están ofreciendo una cita. Por el camino se han tenido que enfrentar, en algunos casos, a sus propias familias. “No es fácil decirles a tus padres que quieres ser periodista”, dice Mohamoud. Además, subraya, “algunos hombres no quieren casarse con periodistas”. Somalia tiene uno de los peores índices de igualdad de género del mundo. El 36% de las somalíes se casan antes de los 18 años, y el 17% lo hace antes de los 15, según la ONU. Y el 99% de las mujeres en el país ha sufrido mutilación genital femenina, según datos de la Organización Mundial de la Salud. Las periodistas de Bilan intentan ser “un ejemplo” para jóvenes y probar que “las mujeres pueden hacer muchos trabajos bien, no solo en casa”. Lo intentan desde que nacieron en 2022, financiadas por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo, PNUD —desde ahora, y durante los próximos tres años, recibirán el apoyo económico de la Unión Europea—. El último avance ha sido conseguir su propio programa de televisión, en el que ya han tratado temas como la educación menstrual (tabú en esta sociedad conservadora) o el cambio climático. “Incluso con temas tabú como el VIH, el albinismo y la salud menstrual, la respuesta [de la audiencia] ha sido sorprendentemente positiva”, opina Achim Steiner, administrador del PNUD. “Los espectadores suelen preguntar cómo pueden ayudar a las comunidades marginadas o pedir cambios en la educación sobre la regla en las escuelas. Ampliar el espacio para el debate público de esta manera solo ha sido posible porque Bilan es valiente y aborda estos temas controvertidos por primera vez”.
Ahora, Bilan acaba de recibir el premio a la libertad de prensa de la organización sin ánimo de lucro One World Media, que reconoce trabajos periodísticos en el Sur Global, y al que este año se presentaron 500 historias de 117 países. “Bilan impresionó al jurado por la repercusión que ha logrado en muy poco tiempo, tanto para su público objetivo en Somalia como a nivel internacional. Su equipo aborda tabúes relacionados con la exclusión social, como la difícil situación de las personas con albinismo o seropositivas que viven en la calle”, explica por correo la organización del galardón, que también ha premiado a The New York Times por sus reportajes sobre explotación de niños migrantes en EE UU (en la categoría de coberturas sobre refugiados) o a Al Jazeera por un tema sobre la violencia en Colombia (en la categoría de actualidad). La redacción de Bilan está dentro de las oficinas de uno de los grandes medios de comunicación de Somalia, Dalsan Media Group, en Mogadiscio, convertido para las periodistas en un lugar de trabajo seguro. ”Tenemos que tener mucho cuidado con las localizaciones a las que vamos”, subraya Mohamoud. “Todavía es habitual que las reporteras sufran abusos en la calle y Somalia sigue siendo uno de los lugares más peligrosos para cualquier periodista”, remarca Steiner, del PNUD, que apunta que su organización les proporciona a las integrantes de Bilan “oficinas seguras, formación sobre entornos hostiles y otros tipos de apoyo en materia de seguridad”. Pero, subraya, “Bilan trabaja en primera línea y eso requiere un enorme coraje”. Trabajar dentro de la sede de un gran medio de comunicación proporciona a Bilan, además de ciertas garantías de seguridad, un socio con el que difundir sus contenidos en Somalia. También venden sus reportajes a medios internacionales como BBC, The Guardian y a esta sección de EL PAÍS, Planeta Futuro, donde han publicado historias sobre los efectos de las inundaciones en los campos de refugiados o las dificultades de trabajar como cámara de televisión. Somalia sufre desde hace tres décadas los efectos de un conflicto armado que ha obligado a casi cuatro millones de ciudadanos a huir de sus casas debido a la violencia de las milicias yihadistas. Además, el país sufre de forma especialmente aguda la crisis climática: el año pasado atravesó la peor sequía de los últimos 40 años, seguida de lluvias torrenciales que castigaron a ciudades, pueblos y campos donde se apiñan los desplazados. |
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