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Durante mucho tiempo, la sociedad ha definido el valor de la mujer en términos externos, centrándose en su apariencia física, roles domésticos o éxito profesional. Sin embargo, Madonna nos invita a mirar hacia adentro y reconocer nuestro valor intrínseco, independientemente de estas medidas externas. Somos valiosas por ser quienes somos, por nuestras fortalezas, habilidades y experiencias únicas.
Rodearse de mujeres fuertes: un camino hacia el empoderamiento
Rodearse de mujeres fuertes no solo nos brinda apoyo y compañía, sino que también nos inspira y desafía a ser mejores versiones de nosotras mismas. Al observar a otras mujeres que derriban barreras y persiguen sus sueños, nos sentimos empoderadas para hacer lo mismo. Las amistades femeninas fuertes nos brindan un espacio seguro para compartir nuestras experiencias, celebrar nuestros éxitos y apoyarnos mutuamente en los momentos difíciles.
Sororidad: la base del cambio social
La sororidad, entendida como la unión y el apoyo mutuo entre mujeres, es fundamental para lograr el cambio social. Cuando las mujeres nos unimos, amplificamos nuestras voces y multiplicamos nuestro poder. Juntas podemos desafiar los estereotipos de género, luchar por la igualdad de derechos y crear un mundo más justo e inclusivo para todas.
Un llamado a la acción: Valórate a ti misma y busca la fuerza en otras mujeres
Las palabras de Madonna son un llamado a la acción para todas las mujeres. Reconozcamos nuestro propio valor, celebremos los logros de las demás y construyamos redes de apoyo sólidas. Juntas, podemos crear un futuro más brillante para todas las mujeres.
En este camino de empoderamiento femenino, la revista 1+Uno Mujer se compromete a:
Unámonos a este movimiento por el empoderamiento femenino. Valórate a ti misma, busca la fuerza en otras mujeres y juntas construyamos un futuro mejor.
La distribución desigual de las tareas del hogar y cuidado es uno de los mayores obstáculos en el desarrollo económico de las mujeres en América Latina porque históricamente han sido ellas quienes han cargado con la responsabilidad de criar y cuidar a niños, niñas, y personas en situación de dependencia. Este año Panamá hizo historia en el continente al promulgar una ley para implementar un Sistema Nacional de Cuidados.
A propósito de esto y de la alianza público – privada “Iniciativa de Paridad de Género” (IPG) conversamos con María Inés Castillo, ministra de Desarrollo Social (MIDES) de Panamá quien además fue presidenta de la Comisión Interamericana de las Mujeres de la Organización de Estados Americanos (CIM-OEA).
Castillo asegura que su gestión estos cuatro años ha sido una experiencia profundamente enriquecedora que les ha obligado a ella y a su equipo a responder rápida y eficazmente para gestionar las necesidades de los sectores más vulnerables, especialmente tras la pandemia por el COVID-19.
“Cada obstáculo nos brindó la oportunidad de innovar y encontrar soluciones creativas contra la pobreza, la desigualdad, y la protección de los derechos de niños, niñas, adolescentes, y adultos mayores. Además, presidir el Consejo de Paridad Género y por ende, la Iniciativa de Paridad de Género (IPG), significó liderar esfuerzos para cerrar brechas económicas y crear iniciativas centradas en las mujeres, reconociendo su rol crucial en el desarrollo del país. Sobre todo, que en el tiempo de la pandemia se visibilizó aún más la sobrecarga del trabajo de cuidados que enfrentamos las mujeres”.
Desde el MIDES, explica la ministra, se abarcan muchos de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es por eso que trabajan coordinadamente con otras carteras, organismos internacionales y empresas como las 110 que se han sumado a la IPG.
“Estas iniciativas representan un compromiso tangible con la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres, y reconocen la importancia de la colaboración entre diferentes actores para lograr un cambio real en la sociedad. Para mí estos logros tienen un gran significado personal, ya que al llegar al Ministerio planteé como objetivo estratégico para el cierre de brechas sumar a todos los actores y sectores comprometidos.
El cuidado reconocido como ley
Si bien la norma fue aprobada en 2024, la estrategia fue desarrollada desde el 2022 con el objetivo de defender los derechos de las personas que requieren cuidados y de las personas cuidadoras promoviendo la igualdad, corresponsabilidad social, universalidad y solidaridad.
Castillo indica que el primer «Territorio que cuida» del país fue en el corregimiento de Juan Díaz donde se llevó a cabo el I Diplomado en Formación de Cuidadoras para la Atención de las Personas Mayores Dependientes en alianza con la Universidad Especializada de Las Américas (UDELAS), promoviendo así el reconocimiento y la profesionalización de este trabajo. Se contó con el apoyo técnico y financiero de ONU Mujeres, el Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y la Junta de Andalucía a través de la Secretaría de Integración Social Centroamericana (SISCA).
“La creación de un Sistema Nacional de Cuidados será una inversión, que además de asegurar el desarrollo de nuestros niños y niñas, y el bienestar de las personas mayores y las personas con discapacidad, habrá de generar acceso a empleos de calidad; y al liberar tiempo de trabajo de cuidados de miles de mujeres, se posibilitan sus oportunidades de autonomía económica y la consiguiente generación de ingresos para mejorar el bienestar propio y de sus familias”
Vale la pena destacar que el Sistema Nacional de Cuidados velará por:
Desafíos latinoamericanos
La especialista en equidad de género e inclusión social manifiesta que la brecha en la participación política de las mujeres en América Latina y el Caribe es reflejo y consecuencia de las desigualdades estructurales a nivel social y económico como lo son la carga de trabajo no remunerado y la informalidad en los que sí son remunerados.
“En la región actualmente tenemos tres presidentas y tres primeras ministras en el Caribe, la brecha de participación en gabinetes ministeriales es del 28.7%. Las mujeres dedican más del triple del tiempo al trabajo no remunerado que los hombres. En el mercado laboral, las mujeres enfrentan altos niveles de informalidad y discriminación, lo que afecta su capacidad de consolidar derechos jubilatorios y su autonomía económica en la vejez. Además, en materia de educación las mujeres logran mayores tasas de conclusión en educación secundaria, pero esto no se traduce en una mayor inserción laboral, especialmente en áreas STEM. La violencia de género, los embarazos tempranos y los matrimonios forzados siguen siendo desafíos críticos. América Latina y el Caribe registra altos índices de feminicidios, exacerbados por nuevas formas de violencia cibernética. Para enfrentar estos desafíos, es esencial garantizar políticas integrales de género y avanzar en la corresponsabilidad de los cuidados entre el Estado, las empresas y las comunidades, pero sobre todo, cada uno desde cualquiera que sea nuestro rol tiene una responsabilidad en incluir, apoyar e invertir en las mujeres, para que podamos tener una mejor sociedad”, detalla.
Un llamado
La responsable del MIDES recuerda que una de las cosas que la llevó a estudiar Derecho y Ciencias Políticas fueron los valores que le inculcaron desde pequeña como la responsabilidad que cada persona tiene para hacer de su país y el mundo, un lugar mejor.
“Mi padre siempre me habló de valores. Mi mamá y mi abuela también nos decían que las mujeres podíamos ser lo que quisiéramos ser. Me encanta la política como vehículo para poder servir a mi país, pero sobre todo a quienes más lo necesitan. A las niñas les digo que el mundo de la política, y cualquier otro, son espacios que les pertenecen. Aunque es comprensible sentirse intimidadas por un sistema donde los hombres predominan, no permitan que los obstáculos las desanimen. Sean valientes y tengan determinación. Recuerden siempre que tienen el derecho y la capacidad de hacer la diferencia. Busquen mentoras y aliadas que las apoyen, con las que puedan compartir sus miedos, no duden en alzar su voz, prepárense, empodérense y aprovechen todas las oportunidades y espacios. Y siempre digo, que echen para adelante. Para atrás ni para coger impulso”.
Si bien la alegría suele ser la invitada de honor en nuestras vidas, la tristeza, la ira, el miedo, el desagrado, la envidia, la vergüenza, el aburrimiento e incluso la nostalgia también forman parte del complejo espectro de nuestras emociones. Negarlas o reprimirlas no solo nos impide experimentar la vida en toda su plenitud, sino que también puede acarrear consecuencias negativas para nuestra salud mental y bienestar.
Intensamente 2, al igual que su predecesora, nos invita a abrazar la totalidad de nuestras emociones, sin importar cuán agradables o desagradables nos parezcan. La película nos muestra que cada emoción tiene un propósito y que todas ellas contribuyen a nuestra riqueza interior.
La alegría, sin duda, es un motor que nos impulsa a disfrutar de la vida, a conectar con los demás y a perseguir nuestros sueños. Sin embargo, la tristeza también juega un papel fundamental en nuestro crecimiento personal. Nos permite procesar las pérdidas, reflexionar sobre nuestras experiencias y desarrollar empatía por el dolor de los demás.
La ira, por su parte, puede ser una fuerza poderosa para defendernos a nosotros mismos y a nuestras creencias. El miedo nos protege de peligros potenciales y nos motiva a tomar decisiones prudentes. El desagrado nos ayuda a discernir entre lo que nos conviene y lo que no, y la envidia puede impulsarnos a mejorar nuestras propias vidas.
La vergüenza puede ser un recordatorio de nuestras imperfecciones, pero también puede motivarnos a cambiar nuestros comportamientos negativos. El aburrimiento puede ser una oportunidad para explorar nuestra creatividad y descubrir nuevas ideas. Y la nostalgia nos permite conectar con recuerdos felices del pasado y valorar los momentos presentes.
En definitiva, Intensamente 2 nos recuerda que no hay emociones buenas o malas, solo emociones. Lo importante es aprender a gestionarlas de manera saludable para que no nos controlen ni nos impidan vivir una vida plena y significativa.
Abracemos la totalidad de nuestras emociones, valoremos su papel en nuestras vidas y aprendamos a navegar por la montaña rusa de la experiencia humana con sabiduría y compasión.
Las agresiones, que pueden ser físicas, verbales, psicológicas e incluso sexuales, se manifiestan en diversas formas, incluyendo:
Las consecuencias de la violencia obstétrica son devastadoras para las mujeres, tanto a nivel físico como psicológico. Se ha asociado con:
Violencia estructural e institucional
Es importante destacar que la violencia obstétrica no solo se produce por la acción individual de los profesionales de la salud, sino que también está profundamente arraigada en un sistema de salud estructural y institucionalmente violento. La falta de protocolos adecuados, la deshumanización de la atención, la escasez de recursos y la deficiente formación del personal sanitario son algunos de los factores que contribuyen a este problema.
Un llamado a la acción
Es urgente tomar medidas para erradicar la violencia obstétrica en Colombia. Se requieren acciones a nivel político, social e institucional para:
La lucha contra la violencia obstétrica es una lucha por los derechos humanos de las mujeres. Es necesario trabajar de manera conjunta para construir un sistema de salud que las respete, las valore y les garantice una atención digna y segura durante el embarazo, parto y posparto.
Solo así podremos garantizar que todas las mujeres tengan la experiencia de maternidad que merecen: libre de violencia, llena de respeto y autonomía.
Hoy en día el patinete eléctrico es un medio de desplazamiento muy popular, pero no se trata para nada de un invento nuevo. El Autoped, c...