Violencia obstétrica en Colombia: Una realidad alarmante que afecta a la mayoría de las mujeres
Las agresiones, que pueden ser físicas, verbales, psicológicas e incluso sexuales, se manifiestan en diversas formas, incluyendo:
- Falta de información y consentimiento informado: No se les brinda a las mujeres la información completa y comprensible sobre las diferentes opciones de parto, ni se obtiene su consentimiento de manera libre e informada para los procedimientos realizados.
- Trato deshumanizado y discriminatorio: Las mujeres son objeto de insultos, humillaciones, comentarios despectivos e incluso amenazas, muchas veces basados en estereotipos de género o en su condición social o económica.
- Procedimientos médicos innecesarios: Se realizan prácticas invasivas o medicadas sin justificación médica real, con el único fin de "facilitar" el parto o por protocolos institucionales inadecuados.
- Negación de la autonomía y el parto respetado: Se restringe el derecho de las mujeres a tomar decisiones sobre su propio cuerpo y parto, imponiéndoles cesáreas, episiotomías u otras intervenciones sin su consentimiento.
- Violencia física: Agresiones físicas como golpes, pellizcos, jaloneos e incluso uso de instrumental médico de forma inadecuada.
- Violencia sexual: Abuso sexual durante el parto o la atención posparto, incluso en presencia de otros profesionales de la salud.
Las consecuencias de la violencia obstétrica son devastadoras para las mujeres, tanto a nivel físico como psicológico. Se ha asociado con:
- Traumas emocionales y psicológicos: Ansiedad, depresión, estrés postraumático, trastornos de apego e incluso ideación suicida.
- Dolor crónico y problemas físicos: Lesiones en el perineo, disfunción sexual, incontinencia urinaria o fecal, dolor pélvico crónico.
- Dificultades en la lactancia materna: La interrupción abrupta del parto o la separación temprana del recién nacido pueden dificultar el inicio y la continuidad de la lactancia.
- Impacto negativo en la experiencia de la maternidad: La violencia obstétrica puede generar sentimientos de culpa, vergüenza, impotencia y rabia, afectando negativamente la vivencia de la maternidad.
Violencia estructural e institucional
Es importante destacar que la violencia obstétrica no solo se produce por la acción individual de los profesionales de la salud, sino que también está profundamente arraigada en un sistema de salud estructural y institucionalmente violento. La falta de protocolos adecuados, la deshumanización de la atención, la escasez de recursos y la deficiente formación del personal sanitario son algunos de los factores que contribuyen a este problema.
Un llamado a la acción
Es urgente tomar medidas para erradicar la violencia obstétrica en Colombia. Se requieren acciones a nivel político, social e institucional para:
- Tipificar la violencia obstétrica como delito: Reconocer legalmente esta forma de violencia y establecer sanciones para quienes la cometan.
- Garantizar el parto respetado: Promover el parto humanizado y centrado en la mujer, basándose en el consentimiento informado, la autonomía y el respeto a sus decisiones.
- Brindar información y educación: Sensibilizar y capacitar al personal de salud en la atención respetuosa y libre de violencia durante el embarazo, parto y posparto.
- Fortalecer los mecanismos de denuncia: Implementar canales efectivos para que las mujeres puedan denunciar casos de violencia obstétrica y que estas denuncias sean investigadas y sancionadas de manera adecuada.
- Promover la investigación y el activismo: Generar conocimiento sobre la violencia obstétrica y fomentar el activismo social para exigir cambios en el sistema de salud.
La lucha contra la violencia obstétrica es una lucha por los derechos humanos de las mujeres. Es necesario trabajar de manera conjunta para construir un sistema de salud que las respete, las valore y les garantice una atención digna y segura durante el embarazo, parto y posparto.
Solo así podremos garantizar que todas las mujeres tengan la experiencia de maternidad que merecen: libre de violencia, llena de respeto y autonomía.
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