Petro dará licencia menstrual a empleadas públicas ¿en qué consiste? ¿paño de agua tibia?
El Departamento Administrativo de la Función Pública (Dapre) decidió darle licencia menstrual a las funcionarias públicas. En el Congreso hay una iniciativa que busca que la licencia sea ley.
Departamento Administrativo de la Función Pública (Dapre) firmó una resolución que establece que las empleadas del sector público pueden acceder a la licencia menstrual. Esta nueva norma establece que las mujeres y personas menstruantes que trabajen para el Estado pueden pedir a sus jefes trabajar desde casa durante tres días de su ciclo menstrual.
En el servicio público trabajan 730.000 mujeres y el 40% de ellas han reportado dificultades para llevar a cabo sus trabajos debido a los dolores menstruales.
Por esto, la nueva licencia aprobada por el Dapre será otorgada a aquellas que certifiquen condiciones médicas como endometriosis o síndrome de ovario políquistico. Antes de tomar la licencia, las empleadas deberán comunicar a su superior cuáles serán los tres días de su ciclo en los que trabajarán virtualmente.
Paulo Molina, director (e) del Dapre, aseguró que el objetivo principal de esta medida es mejorar el bienestar laboral en el sector público. “Hemos asociado naturalmente que esos dolores las mujeres los tienen que aguantar. Es una realidad con la que tenemos que enfrentarnos”, dijo el funcionario en la rueda de prensa en la que anunció la medida.
El proyecto de ley
En agosto de 2023, los representantes a la Cámara del Pacto Histórico, Pedro José Suárez y María Fernanda Carrascal, radicaron el Proyecto de Ley 378 de 2023, el cual busca la creación de la licencia menstrual obligatoria para todas las mujeres y personas menstruantes trabajadoras. Esta iniciativa aún no se ha discutido en el Congreso.
Carolina Ramírez, psicóloga social y experta en educación menstrual, explicó a EL COLOMBIANO que tanto la nueva resolución del Dapre como el proyecto de ley son importantes, pero que ambas requieren de otros componentes para ser efectivas a la hora de velar por la salud de las mujeres.
“La licencia menstrual es solo un paño de agua tibia. Es muy importante, pero no puede ser la única respuesta. Esta debe ir acompañada con otras acciones que busquen atender el déficit que hay en la atención de la salud menstrual en el sistema de salud”, afirma.
De acuerdo con Ramírez fundadora de Princesas Menstruantes, un proyecto pionero en educación menstrual que ha hecho presencia en más de diez países de Latinoamérica, la historia de la licencia alrededor del mundo ha probado que esta no es suficiente para atender las carencias existentes en salud menstrual.
Por ejemplo, en Japón, uno de los países que cuenta con este permiso en su legislación desde 1947, se reconocen los días libres durante la menstruación, pero no es obligatorio que estos sean remunerados. Sin embargo, se ha demostrado que este beneficio es poco utilizado, en parte debido a los estigmas existentes alrededor del período menstrual.
En una investigación realizada por el Ministerio de Trabajo japonés se encontró que solo el 0,9% de más de 2.000 mujeres encuestadas para el estudio había hecho uso de la licencia. Los motivos más frecuentes eran el temor a ser señaladas por sus colegas hombres y, paradójicamente, que pocas compañeras frecuentaban pedir los días debido al dolor menstrual.
El proyecto que se encuentra actualmente en trámite en el Congreso colombiano pretende otorgar una licencia remunerada mensual de un día para aquellas mujeres y personas menstruantes que experimenten síntomas asociados al período. Además, la iniciativa tiene un componente educativo que busca que las entidades del sistema de salud organicen campañas pedagógicas sobre la salud menstrual.
Mientras este proyecto se encuentra en tránsito una de las mejores opciones para hacerle frente a la salud menstrual en el ambiente laboral es sensibilizar sobre el tema, considera la experta. “Hay que trabajar en la estigmatización. Es usual que se pongan en duda los síntomas de las mujeres que solicitan estas licencias y esto no debería pasar. El dolor menstrual es una realidad de un gran número de mujeres”, afirma la experta.
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