Cuidar tu tierra, tu cuerpo y tu mente… también es un acto de resistencia feminista.
Nos enseñaron a darlo todo por otros, a posponer nuestro descanso, a desconectarnos de lo que sentimos y habitar cuerpos con culpa. Pero no.
Hoy recuperamos el derecho a decir: mi planeta, mi cuerpo y mi mente son mis casas sagradas.
No estamos aquí solo para sostener al mundo.
Estamos aquí para reconstruirnos con ternura, protegernos con amor y florecer con dignidad.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos sus comentarios