La Mujer y sus derechos vs ciudadanía y dilemas
En 1791 siglo XVIII una mujer fue guillotinada porque propuso incluir los derechos de la mujer entre los logros de la revolución francesa, aquella que pregonaba la igualdad (sólo entre hombres). Olympe de Gouges creyó que las mujeres tenían los mismos derechos y escribió los derechos de la mujer y la ciudadanía. Una de sus frases más famosa fue “si la mujer tiene el derecho a subir al cadalso también tiene el derecho a subir a la tribuna”, reclamando así todos los derechos para todas las mujeres.
El ejercicio de la libertad individual (de movimiento, trabajo, pensamiento, religión, propiedad y justicia) constituye un derecho político, entendiendo la participación como el elemento social que se garantiza el disfrute del bienestar. La existente discriminación y exclusión social en América Latina por género, comienza a visibilizarse como un problema político y social gracias a las luchas de las mujeres, introduciendo diferencias basadas en las divisiones de clase, etnia y género existentes en las concepciones ideológicas dominantes, que sustenta las diferencias en base a la discriminación.
En el Center for Women´s Leadership de New Jersey se realizó un evento donde se señaló que la práctica y el lenguaje de los derechos humanos otorgan el derecho a las mujeres a existir solamente a través de su relación con otros. Se concluyó que la noción de persona es fundamental para la reconceptualización de los derechos de las mujeres. Ellas tienen el derecho a existir aparte de cualquier rol o relación que se pueda tener.
Los derechos arraigados en la condición de persona confrontan directamente la noción de las mujeres como propiedad, por lo que para entender la ciudadanía de las mujeres hay que volver desde la conceptualización de espacio público y privado, así como la adjudicación a lo privado, pero como trabajadoras del espacio privado, no como sus protagonistas.
Para algunos hombres privado significa: privacidad en sentido positivo, como un espacio de soberanía natural. Para algunas mujeres privado significa: domesticidad como privación de si, por ende, carece de privilegios y derechos. Ser ciudadana o ser sujeto consciente de los derechos y responsabilidades que en lo público se debe desplegar, es necesario que las mujeres se asuman como personas que tienen derechos básicos tanto en casa como en la calle.
La mujer al ser excluida de la participación en el ámbito público se convirtió en una víctima de la segregación de sus derechos políticos y económicos, los cuales se sustentan en la libertad de regir sus destinos. Este dilema es parte constitutiva de la ciudadanía. Fue precisamente por su ubicación en el mundo de lo privado por lo que se consideraba a la mujer que no podía ser ciudadana y se les excluyó del derecho al sufragio, por ejemplo. La concepción de lo público en la ciudadanía se manifiesta también en el tipo de derechos individuales, los derechos se expresan más claramente y se convierten en un motor de lucha, por el derecho a tener derechos.
En conclusión, para ser ciudadanas se debe resignificar la división de lo público y privado en la sociedad y trabajar para ampliar los derechos de hecho para las mujeres tanto en la vida privada como pública, desde un enfoque de género que dé cabida a las mujeres y a las problemáticas de violación de sus derechos fundamentales para garantizar su libertad en todas las esferas.
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