sábado, 8 de abril de 2023

Opinión

 El amor mitificado

El amor ha sido el opio de las mujeres, como la religión el de las masas. Mientras nosotras amábamos, los hombres gobernaban. Tal vez no se trate de que el amor en sí sea malo, sino de la manera en que se empleó para engatusar a la mujer y hacerla dependiente, en todos los sentidos. Entre seres libres es otra cosa” Kate Millet

Desde niñas se nos ha inculcado esta versión del amor en el que nos sacrificamos, nos entregamos en cuerpo y alma de forma incondicional, renunciando muchas veces a nuestros sueños y a nuestra libertad.  “La vida ideal de cualquier mujer está centrada en encontrar el amor”, casarte, tener hijos y construir un hogar perfecto, no importa el costo, sí, puedes estudiar, trabajar, viajar y algo más, pero eso es  relleno, el amor debe ser el centro de tu vida.

Nos lavan el cerebro a través de películas, novelas, cuentos, etc., que nos repiten una y otra vez frases como  “El amor lo soporta todo”… y permitimos,  “los celos son amor”… y nos irrespetamos, “Me perteneces”, “te complemento”…  y nos anulamos.  Lo cierto es que esto que nos han venido enseñando desde siempre  no es sano, ni es verdadero, encontrar el amor y formar una familia no es necesariamente el sueño de todas las mujeres, además nadie puede ser verdaderamente feliz cuando amar significa renunciar a quien realmente es, el amor no debe basarse en la renuncia, la violencia o el dominio del otro. El amor no tiene nada que ver con la sumisión y la pertenencia. Estas palabras no deberían de ningún modo estar presentes cuando hablamos de amor. El amor no es renuncia, no son celos, no consiste en vivir  pisando con cuidado para que a tu pareja no le intimide el sonido de tus pasos.

Ya lo decía Simone de Beauvior, “El amor auténtico debería de basarse en el reconocimiento reciproco de dos libertades”  y cuánta razón tenía al expresar que  “el día que una mujer pueda no amar con su debilidad sino con su fuerza, no escapar de sí misma sino encontrarse, no humillarse sino afirmarse, ese día el amor será para ella, como para el hombre, fuente de vida y no un peligro mortal.”

Hay una  frase que siempre recuerdo de las clases de introducción al derecho  “Tus derechos terminan donde comienzan los derechos de los demás”, pienso que en  el amor es exactamente igual. “el amor por los demás termina donde comienza tu amor propio.”


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