los pueblos Embera
- Las voces de las mujeres de los pueblos Embera que actualmente conviven en la Unidad de Protección Integral La Florida, en la localidad de Engativá, son escuchadas en la Escuela de Mujeres de la comunidad.
- La iniciativa hace parte del proyecto Transformaciones Culturales para la Paz de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte, con el fin de promover espacios de diálogo y reconciliación en comunidades afectadas por el conflicto y el desplazamiento forzado.
Es lunes, apenas inicia la mañana en la Unidad de Protección Integral (UPI) La Florida, al noroccidente de Bogotá. Cerca de 50 mujeres Embera, algunas con hijos pequeños en brazos y vistiendo sus parumas o faldas de tres yardas y collares de mil colores, asisten al encuentro quincenal de la Escuela de Mujeres de las comunidades Embera.
Sentadas en círculos sobre sus mantas y telares, inician la conversación en torno a los avances de sus tejidos hechos en chaquiras, algunos inspirados en sus territorios ancestrales y en la Madre Tierra, centro del pensamiento para los Pueblos Embera.
Así inician las jornadas en la Escuela, la cual reúne a mujeres de las comunidades Chamí, Katío y Dobida que habitan la UPI La Florida, un proyecto de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y la estrategia Transformaciones Culturales para la Paz, que promueve espacios para escuchar y conocer las historias, conocimientos y potenciales de las Embera, reconociéndolas como portadoras, defensoras y transmisoras de su cultura.
“Con esta iniciativa buscamos construir lazos de confianza y generar ejercicios de reconocimiento de comunidades que como la Embera se han visto afectadas por el conflicto y el desplazamiento. En esta Escuela con perspectiva de género, promovemos espacios para el cuidado y fortalecimiento de saberes ancestrales y la construcción de memoria en nuestros territorios”, manifestó Catalina Valencia, secretaria de Cultura, Recreación y Deporte.
Una Escuela con sello de identidad
Los encuentros en esta Escuela se dan a través del intercambio de la palabra y de los saberes. Allí las mayores comparten sus habilidades artesanales transfiriendo sus conocimientos a las más jóvenes. Una Escuela que inicia con la fase Releer la Ciudad, en donde son valoradas como defensoras de su cultura.
Posterior a esta fase de reconocimiento, se iniciará un proceso de concertación donde cada grupo propondrá el enfoque cultural y la línea de trabajo que desean fortalecer para transmitir estos conocimientos a toda la comunidad. Talleres de danza, tejido, saberes ancestrales son algunas de las iniciativas que se desarrollarán en el segundo semestre. Al finalizar el año la Escuela adelantará acciones de circulación para que las experiencias y aprendizajes lleguen a otros espacios culturales de la ciudad.
Actualmente en la UPI La Florida conviven cerca de 450 personas de la comunidad Embera Chamí, Katío y Dobida, incluyendo niños, niñas, jóvenes y adultos. En su mayoría proceden de los departamentos de Risaralda y Chocó por causa del conflicto.
La Escuela de Mujeres Embera hace parte de las acciones que adelanta la administración distrital para que la habitabilidad temporal en espacios como la UPI La Florida cuente con las condiciones básicas y el acompañamiento institucional necesario, mientras las familias Embera son reubicadas o puedan retornar a sus territorios.
Festival Embera en La UPI La Florida
Por iniciativa de la comunidad Embera Katío se realizó el pasado 6 de junio en el Parque La Florida, el Festival Embera, espacio para visibilizar las prácticas culturales de los tres pueblos Embera que habitan actualmente la UPI La Florida: Katío, Chamí y Dobida. La programación incluyó muestras musicales y presentaciones de danza con un mensaje principal: mostrarle a la ciudad el talento, cultura y lucha por la identidad Embera.
El Festival contó con el apoyo de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte y el proyecto Transformaciones Culturales para la Paz de la Dirección de Asuntos Locales y Participación, el cual busca construir redes de trabajo colaborativo, en 10 localidades de la ciudad, con organizaciones y colectivos comunitarios que vinculan firmantes del Acuerdo de Paz, comunidad indígena Embera, y víctimas del conflicto armado.
El objetivo principal del proyecto es apostarle a la circulación de saberes y experiencias como alternativas para la resolución de conflictos sociales y la construcción de espacios de reconciliación, diálogo y memoria en la ciudad.
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