viernes, 9 de junio de 2023

Enfoque de Igualdad

 

La lengua, el mayor artefacto de la humanidad, se ha moldeado durante milenios para expresar nuestra realidad, pensamientos y emociones. Este viaje, marcado por la evolución constante, refleja la diversidad de nuestra sociedad y nuestras vidas. El uso de palabras y términos como "todos", "todas" y "todes" encarna esta transformación, denotando una creciente conciencia de la necesidad de inclusión y representación.
Cada uno de estos términos lleva consigo un poder único, la capacidad de reconocer y afirmar la existencia de diferentes identidades y experiencias. Cuando decimos "todos", invocamos una tradición de masculinidad generalizada que durante mucho tiempo ha sido norma en nuestra lengua. Cuando decimos "todas", honramos y reconocemos a todas las mujeres, a quienes históricamente se les ha negado una presencia adecuada en el lenguaje. Cuando decimos "todes", reconocemos y afirmamos a aquellos que no se ajustan a la división binaria de género, asegurando que no sean invisibilizados en nuestra comunicación.
Estos términos, a pesar de sus diferencias, son igualmente valiosos para nombrar nuestra realidad. Cada uno de ellos es un reconocimiento de las diferentes experiencias de género y una afirmación de su valor y su dignidad. Aunque la lengua puede parecer algo inmutable y dado por sentado, es una entidad viva, que cambia y se adapta al compás de nuestra comprensión del mundo y de nosotros mismos.
La lengua es un lienzo sobre el que pintamos nuestra visión del mundo, y cada pincelada, cada término que usamos, es un paso hacia la creación de una representación más completa, más diversa y más inclusiva de nuestra realidad. Recordemos siempre la responsabilidad que llevamos cuando usamos el lenguaje y el poder que tiene para moldear y reflejar nuestra comprensión del mundo.
A medida que continuamos navegando por los mares del cambio y la transformación, recordemos el valor de "todos", "todas" y "todes" en nuestro lenguaje. Reconozcamos que, aunque diferentes, cada uno de estos términos es esencial para pintar un retrato fiel de nuestra humanidad en todas sus formas. Afirmemos, con cada palabra que usamos, que todas las identidades y experiencias merecen ser reconocidas, honradas y celebradas. Porque en nuestra diversidad reside nuestra fuerza y, en nuestra inclusión, nuestra grandeza.

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