Las calles se vieron llenas de fuerza y determinación con la marcha conmemorativa del Día Internacional de la Mujer. Miles de personas se unieron para alzar la voz, visibilizar la lucha por los derechos de las mujeres y exigir un cambio significativo en nuestra sociedad.
Sin embargo, es con profundo pesar que debemos señalar los graves hechos de hostigamiento, violencia policial e incumplimiento de protocolos que marcaron la jornada del 8 de marzo. A pesar de la manifestación pacífica y legítima de las participantes, nos encontramos con una respuesta desproporcionada por parte de las fuerzas de seguridad.
Es inaceptable que las mujeres y quienes se unieron a la marcha hayan sido objeto de violencia, tanto física como verbal, por parte de quienes deberían garantizar su seguridad. El ejercicio del derecho a la protesta no debería ser reprimido ni silenciado de ninguna manera.
Lamentamos profundamente que, en lugar de proteger a las personas que participaban en la movilización, se hayan registrado actos de violencia policial que atentan contra los principios fundamentales de los derechos humanos. Exigimos una investigación exhaustiva sobre estos incidentes y la rendición de cuentas de aquellos responsables de cualquier abuso.
Asimismo, instamos a las autoridades a revisar y fortalecer los protocolos de actuación para garantizar que eventos futuros se desarrollen en un ambiente seguro y respetuoso, donde todas las voces puedan ser escuchadas sin temor a represalias.
La lucha por la igualdad y la justicia no debe ser motivo de violencia ni represión. Seguiremos trabajando incansablemente para construir una sociedad más justa e inclusiva, donde todas las personas, independientemente de su género, puedan vivir libres de violencia y discriminación.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Esperamos sus comentarios