La mujer récord: quién es la primera andinista que escaló el Aconcagua en invierno
Su pasión por la montaña comenzó en 1996. Es guía, instructora, socorrista y profesora. Estuvo 28 veces en la cima de América y sobrevivió a una avalancha.
Graciela Popi Spagnuoli nació cerca del mar, pero su corazón siempre le perteneció a la alta montaña. Por eso, hace más de 27 años eligió a Mendoza como su hogar. Mamá de un niño con el que comparte su amor por las cumbres, la bahiense es guía profesional de la Escuela de Guías de alta montaña y Trekking; instructora de andinismo; socorrista en zonas agrestes y profesora del Club Andinista. A ese compendio de actividades hay que agregarle un asombroso récord: fue la primera mujer en escalar el Aconcagua en invierno.
Popi también es una emprendedora empoderada. En 2018, junto a Belén Escudero y Patricia Breuer, crearon el proyecto Mujeres a la Cumbre, una iniciativa que busca ayudar a andinistas de diversas latitudes a llegar a la cima de las principales montañas que tiene el Planeta Tierra. De hecho, duran las dos últimas décadas, realizó canyoning, escalada, trekking y ascensiones en Chile, Bolivia, Perú, España, Francia, Tanzania, Marruecos y Argentina. Como si eso fuera poco, puede presumir 28 ascensos al Aconcagua, la montaña más alta de América con 6.961 metros de altura.
La pasión por la montaña surgió cuando la andinista aún era una niña. "Desde chica iba a las Sierras de la Ventana, que quedan a 120 kilómetros de mi ciudad natal, Bahía Blanca. Fui exploradora durante varios años, desde los 9 a los 13 más o menos. Amaba irme de campamento y las actividades en la naturaleza", cuenta a MDZ. Cuando terminó el secundario estudió geología, fue instructora en un gimnasio y hasta se animó al Diseño Industrial, pero no funcionó. A Popi la llamaba la montaña.
Un día, mientras leía una revista, se enteró que en Mendoza existía la Escuela de Guías de Montaña y con 20 años, arribó a lo que sería su nuevo hogar. "En esos años había muy pocas mujeres que guiaban. Yo decidí no ingresar inmediatamente en la EPGAMT (Escuela de Guías). Quería hacer experiencia en alta montaña, trabajar en el ambiente y conocer lo mas posible", dice sobre sus primeros pasos.
La andinista récord y cómo es sobrevivir a una avalancha
Antes de convertirse en la primera mujer en hacer cumbre en el Aconcagua en temporada invernal, Popi Spagnuoli transitó dos experiencias previas que la empujarían a ir por el techo de América. La primera, fue junto a un grupo de andinistas Suizos en el año 2003. "Querían descender el Glaciar de los Polacos esquiando y junto con Gonzalo Dell Agnola, les porteamos desde la ruta 7 hasta el campo base plaza de mulas. Tuvimos que llevar sus 20 kilos más nuestras cosas. Después fuimos desde plaza de mulas hasta nido de cóndores".
La segunda expedición invernal fue junto a un grupo de brasileros. "Querían ser los primeros de su país en ascender el Aconcagua en invierno y ganarse con ello el sponsor para ir al Everest. Fue una gran experiencia, tuvimos mucho viento el día de cumbre y me toco bajar desde Independencia (6.450 metros) con la única mujer brasilera del grupo. Ahí surgió la idea de hacer cumbre, ninguna mujer lo había logrado antes", relata.
El récord llegó en 2005. Junto a su compañero, Horacio Cunietti y Gonzalo Dell Agnola, iniciaron el ascenso el 9 de julio. 15 días después, a pesar de la gran cantidad de nieve, hicieron cumbre en el Aconcagua. "Fue un día espectacular, soleado, muy frío, pero hermoso. Creo que no caí hasta bastante tiempo después de lo que iba a significar ese logro. Me sentí muy agradecida de estar ahí", afirma.
La otra experiencia que refleja el temple y carácter de la andinista llegó un año después. "Surgió la idea de ir a la pared este del Cerro Plata. En esa época no existía tanta información sobre meteorología y también cometimos errores que con el tiempo pude analizar y aceptar. Hicimos cosas mal y cosas bien que nos ayudaron a sobrevivir", afirma.
"Hubo un temporal muy heavy. Nevó mucho en pocas horas. Con mi compañero de expedición estábamos acampando en la base de la pared y nunca habíamos tenido una experiencia así. Siempre habíamos estado en nevadas en donde la acumulación era menor, o en las que al día siguiente podías irte sin problemas", cuenta sobre una de las experiencias más difíciles que le tocó afrontar. Es que, cuando salieron los primeros rayos de sol, se produjo una pequeña descarga de nieve que los obligó a abandonar la carpa. En ese momento, comenzó la segunda avalancha.
"Quedé sepultada boca arriba con las piernas afuera. Gracias a eso mi compañero me pudo rescatar. Mauricio Calderón, mi colega de expedición llegó hasta mí y me sacó". A partir de ese momento, y gracias a que contaban con señal de teléfono, pudieron solicitar ayuda. Un equipo compuesto por su compañero de vida, voluntarios y la Patrulla de Rescate, salieron a buscarlos y por suerte los encontraron.
Popi Spagnuoli es una referencia para las mujeres andinistas. Sin embargo, cuando se la consulta sobre el papel que cumple para el montañismo local, no repara en su persona, sino en el mundo que la rodea. "Creo que llevo muchos años en el ambiente. Fui sumando experiencia, aprendí y sigo aprendiendo mucho a lo largo de los años, no solo de mi gran maestra, que es la montaña, sino de la gente que me rodea. De mi compañero, de mi hijo, de mis socias de Mujeres a la Cumbre y de mis amigas. De mis hermanas, de sangre y de la vida, de mis colegas y sobre todo de mi misma. Considero que es muy muy importante trabajar en el autoconocimiento", cierra la andinista.
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