𝐄𝐥 𝐣𝐮𝐞𝐠𝐨 𝐧𝐨 𝐭𝐢𝐞𝐧𝐞 𝐠𝐞́𝐧𝐞𝐫𝐨, 𝐩𝐞𝐫𝐨 𝐬𝐢́ 𝐮𝐧 𝐩𝐫𝐨𝐩𝐨́𝐬𝐢𝐭𝐨
Dejemos de limitar a los niños y niñas con estereotipos que los separan de tareas de cuidado y amor. Jugar con muñecas no es “cosa de niñas”; es aprender empatía, responsabilidad y habilidades que serán fundamentales en su adultez.
Educar en igualdad comienza con pequeños actos y grandes juegos.
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