sábado, 26 de octubre de 2019

Mujer en los Medios


Agencias publicitarias y mediáticas: ¿Qué pasa con las mujeres?




Imagen de Gerd Altmann
A 29 años de la declaración del 14 de septiembre como Día Latinoamericano de la Imagen de las Mujeres en los Medios de Comunicación, la argentina Miriam Bobadilla, integrante de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, conjuga en esta reflexión, grandes cambios en las tecnologías, los formatos mediáticos y publicitarios y sus consumos, con las tradicionales formas de construir los mensajes de esta industria, que aún no cuenta con paridad en las redacciones, ni transversalización de género en coberturas informativas y publicitarias.
Columnista invitada: Miriam Bobadilla
En el V Encuentro Feminista Latinoamericano y del Caribe en 1990, se decretó el Día Latinoamericano de la Imagen de las Mujeres en los Medios de Comunicación en analogía con la fecha en que comenzó a emitirse el programa radial «Viva María», producido y conducido por la periodista Mara Régia Di Perna en Brasil, que se mantuvo al aire durante diez años, desde 1980, teniendo como temática central las problemáticas de género y los derechos de las mujeres.
La fecha insta a los medios de comunicación y publicitarios a proyectar a través de las noticias y publicidades, una imagen de la mujer libre de estereotipos y discriminaciones, y sobre todo, a mostrarla en su diversidad cultural, étnica, social y económica, acorde a los avances logrados.
La conmemoración de la fecha nos hace pensar en un primer acercamiento que podría posicionarnos en una mirada apocalíptica y decir que nada ha cambiado, ya que sólo se emiten noticias androcéntricas y todo sigue igual desde la primera transmisión que les dio creación. Incluso, se podría considerar que lo único que han hecho desde la industria cultural y publicitaria, es mejorar la calidad de la transmisión, ahora no solo podemos contar con imágenes en alta definición, sino que también accedemos a emisiones de diversos programas las 24 horas, con posibilidad de compra de múltiples productos.
Otro acercamiento, nos permitiría considerar el estado de la situación actual desde una mirada íntegra, decir que se ha mejorado el acceso a la información a nivel mundial y aunque los formatos son casi iguales a los de sus comienzos, hay algunas producciones interesantes entre el multifacético y variado entretenimiento.
Desde una mirada feminista, la visión considera distintos aspectos que por un lado permite saber cuál es el estado del arte tanto en la producción televisiva como en la de las agencias de publicidad, y al mismo tiempo ver cuáles han sido los cambios que han plasmado estas dos esferas de producción de sentido.
Es cierto que los medios de comunicación han crecido tanto en el horario de cobertura de información, entretenimiento y ofertas de programación, como también ha ido cambiando la sociedad y los consumos con el correr de los años. Aunque los equipos de televisión de alta gama permiten hoy contar con imágenes de alta fidelidad, podríamos preguntarnos ¿existe un tratamiento amplio e inclusivo en los distintos programas que ofrece el formato televisivo?, ¿es posible imaginarlo, o, es un sueño utópico?, ¿hay publicidad que deje de lado la misoginia, el machismo y los mensajes estereotipados, y elaboren spots inclusivos e igualitarios?
Preguntas que todavía no tienen una respuesta única y, menos aún, unificada, pero lo que podemos observar es la actualidad del sector, el cual es preocupante, ya que el hecho de que en la región latinoamericana exista una mayor concentración de los medios de comunicación que construyen una versión única y hegemónica de los hechos, que no tolera disidencias, cuestionamientos ni voces opositoras, elabora un entramado de discursos que se repiten en las distintas empresas tanto de información como de elaboración de publicidades. Lo anterior, profundiza la desigualdad por sexo/género al perpetuar los estereotipos y al mismo tiempo acentúa una mayor precarización laboral, que afecta particularmente a las mujeres.
La falta de apoyo económico o de subsidios acelera la desaparición de pequeños emprendimientos periodísticos, esto se concreta en aquellas voces que son vitales para la construcción de ciudadanía y que son también fuentes de trabajo que se pierden. Aunque existen medios de comunicación autogestionados, los mismos profundizan la pésima situación laboral para quienes ejercen periodismo recayendo en tareas multitasking al no poder contar con un esponsoreo constante en sus arcas, ni un sueldo digno a fin de mes que les permita abocarse de lleno y en forma exclusiva a su labor.
Los espacios formativos profesionales de periodismo y comunicación, siguen en falta al no contar con programas que contengan materiales y producciones académicas feministas. Aunque comienzan a aparecer tibiamente algunos seminarios de formación optativos en algunas universidades, que tratan la temática de los feminismos y las disidencias sexuales. Posibilidad que antaño era impensado e incluso inimaginable.
Las agencias de publicidad también carecen de una formación con lentes violetas, y su personal sigue manteniendo organigramas masculinizados, no están ajenos a los comentarios en las redes sociales y las críticas que pueden recibir en otros espacios de comunicación y comenzaron a prestar más atención al proceso de recepción social que tienen sus producciones. Por dar un ejemplo, consultados recientemente sobre el color azul de las toallitas femeninas, directivos de las agencias publicitarias respondieron que el color rojo impresiona al público y por ello no lo utilizan, lo que hace preguntarnos: ¿por qué las películas de acción o de deportes de contacto muestran la sangre tal cual es –roja- y el producto dirigido a las mujeres las posiciona como hijas de los Pitufos o personajes Ávatar?, ¿por qué los primeros mantienen su color ‘natural’ y el flujo menstrual al ser tabú hay que ‘romantizarlo’ usando otra gama de colores?
Tanto el movimiento #NiUnaMenos en Argentina y en la región de Latinoamérica, como el #MeToo en Estados Unidos lograron un fuerte impacto y una masiva repercusión en el mundo, que puso en el debate mediático temas como: tratamiento de las noticias, tipo de imágenes que se emiten, aborto, paridad, feminicidio, brecha salarial, disidencias sexuales, entre otros. Todo ello nos hace pensar que se necesita más paridad de género en las redacciones, puestos de trabajos que permitan cumplir todas las funciones en todas las aéreas, fin de la brecha salarial, acceso a puestos de decisión y sobre todo más periodistas feministas en todos los medios.
Contar con editoras de género en algunos diarios, tanto norteamericanos como españoles y argentinos es un avance, pero todavía falta mucho por trabajar. Es importante que la tarea periodística lleve a cabo un enfoque de derechos y genere incidencias para colocar temas de género en las coberturas mediáticas de manera transversal.
Muchos de estos logros fueron posibles gracias al trabajo conjunto y sororo de las mujeres, y teniendo en cuenta que somos la mitad de la población mundial, sería justo pensar que esto puede reflejarse tanto en los medios de comunicación como en las producciones publicitarias.
A pesar de estos avances, todavía estamos lejos de vivir en una sociedad igualitaria: una comunicación feminista, con perspectiva de género y publicidades que muestren imágenes diversas y que rompan estereotipos y sentidos comunes patriarcales.
Sabemos que más temprano que tarde lo lograremos, como fruto del trabajo y del esfuerzo del movimiento de mujeres en general y del feminismo en particular, que hace años milita esta agenda potenciada con la aparición del periodismo con perspectiva de género, hace ya más de una década.
Miriam Bobadilla, es Co-Coordinadora de la Red Internacional de Periodistas con Visión de Género, licenciada en Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Buenos Aires, con Postgrado de Género y Comunicación – Instituto Internacional de Periodismo José Martí – Cuba. También es Co-conductora del programa Punto G: Periodismo y Género en radio SATSAID.

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