lunes, 31 de octubre de 2022

Liderazgo

Mujeres y liderazgo empresarial: ¿grietas en el techo de cristal?

La situación de las mujeres en el mercado laboral ha dado pasos de gigante en las últimas décadas, aunque todavía quedan brechas importantes por cerrar, como su acceso a la cúpula de las empresas. Las posiciones de liderazgo se resisten a las mujeres, que en España solo ocupan un 29% de los puestos de responsabilidad empresarial. En Revista Haz hemos preguntado a dos destacadas directivas qué aleja a las mujeres de los puestos de poder y si la reciente decisión de la Unión Europea de imponer cuotas de género puede abrir grietas en el techo de cristal.

La expresión glass ceiling (techo de cristal) la pronunció por primera vez una mujer, Marilyn Loden, en 1978.Fue en una mesa redonda sobre las aspiraciones de las mujeres y, según explicó años después a la BBC esta estadounidense, las participantes hacían autocrítica y reflexionaban sobre sus supuestas deficiencias como trabajadoras.

A Loden, experta en asuntos laborales, le costó quedarse callada y escuchar las críticas: “Argumenté que el ‘techo invisible de cristal’ era lo que más obstruía las aspiraciones y oportunidades profesionales para las mujeres, y que esas barreras eran más culturales que personales”. Desde entonces, este término se utiliza para referirse a los obstáculos que encuentran las mujeres para ascender en su carrera profesional.

Han pasado cuatro décadas desde que la expresión vio la luz y, por fortuna, la situación laboral de las mujeres ha mejorado considerablemente, aunque el techo continúa ahí, con un cristal más fino, pero irrompible, por ahora.

Los hombres siguen copando las posiciones de poder. Desde hace unos años, en la universidad, ellas ocupan más pupitres que ellos (un 55’7%, en la actualidad) y, en el mercado laboral, los trabajos se reparten casi al 50% entre hombres y mujeres, pero esta relación no se mantiene en los escalones más altos de la jerarquía profesional.

Según datos recogidos por la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), a finales de 2021, la presencia de mujeres en los consejos de administración de las empresas españolas cotizadas alcanzaba el 29,26%, con una mejora de tres puntos respecto al año anterior.

Las grandes empresas son las que obtienen mejor nota en esta área: en las sociedades del IBEX 35 las mujeres ocupan el 34,20% de las sillas de sus consejos, un porcentaje mayor que la media, pero todavía alejado del objetivo del 40% que recomienda para finales de 2022 el Código de Buen Gobierno de la CNMV.

En cuanto a la alta dirección, las mujeres representaban el 19,66% del total de altos puestos directivos (los que dependen directamente del consejo o del primer ejecutivo de la compañía). La CNMV ha pedido a las empresas cotizadas que “aceleren la incorporación de más mujeres en los puestos de mayor responsabilidad, especialmente en los de alta dirección y como consejeras ejecutivas, ya que, además de favorecer la necesaria diversidad de género, permitirá maximizar el talento en las empresas”, comenta en su informe.


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“Aunque en las últimas décadas ha habido grandes avances, queda mucho por hacer para que las mujeres tengamos una igualdad real de oportunidades. Esa es la gran asignatura pendiente del actual mercado laboral. Tenemos la formación y capacitación adecuadas, pero todavía cuesta trabajo relacionar el liderazgo con lo femenino”, comenta a Revista Haz Ana Bujaldón, presidenta de la Federación Española de Mujeres Directivas, Ejecutivas, Profesionales y Empresarias (Fedepe).

“Además de estos estereotipos, la maternidad continúa penalizándonos porque siguen faltando medidas de corresponsabilidad y conciliación ambiciosas en el mundo de la empresa”, añade Bujaldón.

Datos recientes de LinkedIn reflejan esas dificultades de las féminas para llegar a las posiciones más altas de las empresas. Según esta red social, las mujeres ocupan el 29% de los puestos de liderazgo en España y su representación disminuye según van ascendiendo en su carrera. Tanto es así que la mayor caída de representación femenina en las empresas se halla en los puestos de directoras (34%), vicepresidentas (26%) y CEOs y altas ejecutivas de la compañía (24%).

Según LinkedIn, los hombres tienen un 13% más de posibilidad de ser promocionados en España, cualquiera que sea el nivel. Sin embargo, cuando hablamos de puestos de liderazgo la brecha aumenta considerablemente: de media, ellos tienen un 65% más de probabilidad que las mujeres de ascender a puestos directivos.

“Todavía cuesta trabajo relacionar el liderazgo con lo femenino y la maternidad sigue penalizándonos porque faltan medidas de corresponsabilidad y conciliación ambiciosas”, Ana Bujaldón.

¿Qué aleja a los mujeres de los puestos de mando de las empresas?, preguntamos a Rosario Sierra, directora de Negocio Corporativo de LinkedIn España y Portugal. “Los estereotipos de género, la brecha salarial, el impacto de la pandemia o la dificultad para combinar la vida profesional y personal” son algunas de las principales razones en su opinión.

‘Empresarias por necesidad’

Sierra subraya que la pandemia ha puesto más piedras en el camino de las mujeres: “La falta de flexibilidad ha provocado que alrededor del doble de mujeres que de hombres se hayan visto obligadas a elegir entre el cuidado de los hijos y su carrera profesional durante la pandemia, y han sido los desencadenantes para que las mujeres decidan coger las riendas de su carrera profesional”.

Esto se ha traducido en un aumento de lo que denomina ‘empresarias por necesidad’: el porcentaje de mujeres que decidieron emprender creció un 49% en 2020, cifra que se ha mantenido prácticamente similar hasta el día de hoy. “El emprendimiento ha supuesto una salida para aquellas mujeres que buscaban seguir desarrollándose como profesionales a pesar de la pandemia, dándoles así la posibilidad de equilibrar su vida personal y profesional, reinventarse y seguir reciclándose”, añade Sierra.

Para la presidenta de Fedepe, la solución pasa por “convertir las empresas en ámbitos de diversidad y progreso, donde se promocione el talento y la capacidad de liderazgo, independientemente del género, u otras circunstancias. No es fácil porque las esferas de decisión siguen estando masculinizadas y cuesta soltar el poder”, apunta Bujaldón.

“Sigue habiendo amenazas que ponen en riesgo el avance en igualdad en el mundo laboral y empresarial, aunque estoy convencida de que es innegociable derribar techos de cristal y barreras porque la sociedad no puede permitirse renunciar a todo ese talento”, añade.

“El emprendimiento ha supuesto una salida para las mujeres que buscaban seguir desarrollándose como profesionales a pesar de la pandemia, dándoles la posibilidad de conciliar, reinventarse y seguir reciclándose”, Rosario Sierra.

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