lunes, 11 de julio de 2022

Mujeres Doradas

 

Patricia Avendaño y su Fundación Segundos de Vida.

Fotos de archivo

Joven anónima de luz potente, invitada especial a Mujeres Doradas.

 

Patricia se ha dedicado rotundamente a amar y a servir, su foco de atención son los niños y niñas con cáncer, se la pasa repartiendo amor y alegría a estos niños todo el tiempo que puede, otra parte de su valioso tiempo en los hospitales y en las funerarias.

Es dama de acero, una de esas mujeres maravilla, que existen de carne y hueso, colombiana valiente, en una actividad anónima de muchos años pero que vale la pena destacar.

Lo negativo siempre se ve, dicen por ahí que los actos de bondad hay que hacerlos en silencio, pero estoy convencida que el ejemplo positivo puede mover masas indiferentes e inspirar a personas que al igual que Patricia trabajan en silencio; un gesto, una contribución, una donación, todo cuenta para esta fundación que como su nombre lo indica son segundos de vida.

 

1. ¿Puedes contarles a los amigos de este espacio de cultura cuánto tiempo llevas en esta iniciativa y qué te motivó a hacerlo?



PA/ Trabajando en pro de niños, adolescentes y jóvenes diagnosticados con cáncer llevo aproximadamente doce años, la iniciativa se tomó a partir de que nuestra hija en el 2018 hizo su primera comunión y quisimos hacer una actividad a niños de escasos recursos y que estuvieran pasando una situación de salud no muy favorable  y por cosas del destino, creo yo que por diosidencias de la vida, terminamos celebrando la primera comunión de nuestra hija en el Instituto Nacional de Cancerología y allí conocimos a muchos niños, en especial una chiquita, Yury Dayana Monroy, después de dos años de volvernos muy amigas y tener un vínculo muy cercano, me pide que le cumpla dos sueños muy grandes, uno montar en globo pero desafortunadamente por un nódulo que tenía en el pulmón era imposible y el otro crear una fundación para niños como ella, ese era el sueño más anhelado de Yury que pudiéramos seguir ayudando a muchos niños y por eso nació la Fundación Segundos de Vida.



2. ¿Cómo puedes lograr mantener la cordura viendo cada día niños y niñas fallecer por el cáncer?



PA/ Realmente no es fácil ver a nuestros niños partir, porque obviamente hay un apego hacia ellos, un amor muy grande y una gran admiración, el tema es que sacamos lo bonito y lo positivo; claramente la fundación o yo no tenemos la cura para la enfermedad pero nuestra mayor recompensa es hacerlos felices durante el proceso, cumplirles sus sueños, ayudar a sus familias con canasta básica familiar, asesoría jurídica, asesoría psicológica y  brindando segundos de vida en pro de la felicidad de ellos.



3. ¿Cómo es la actitud de las familias de los niños?



PA/ Es una actitud difícil por la situación que están viviendo, como trabajamos con niños de diferentes ciudades, municipios y diferentes culturas es entender que no todo el mundo actúa igual que uno, no todo el mundo tiene las mismas creencias, o tiene los mismos gustos o agradecen de la misma forma, pero realmente nuestra función acá es hacer felices a nuestros niños y entender la posición de cada una de estas familias por el proceso que están pasando.



4. ¿Qué necesitas para tu fundación, recibes realmente apoyos?



PA/ En realidad necesidades hay muchísimas, la fundación recibe donaciones de canasta básica familiar, nosotros también necesitamos implementos de aseo que se entregan a los pacientes y a sus mamás o a sus acompañantes que están hospitalizados, también estamos en la consecución de la construcción de nuestra sede propia, el año antepasado en plena pandemia aparecieron varios ángeles y nos donaron una casa en el sector de Galerías y hace pocos días nos dijeron que nos habían aprobado la licencia para la construcción, toca demorar la casa y habilitarla muy bien para que los niños puedan vivir ahí.

En nuestra súper casa van a vivir quince niños con sus mamás durante sus procesos de tratamiento acá en Bogotá.

Necesidades como les dije anteriormente son muchas, en el mes de noviembre si Dios lo permite vamos a llevar a quince niños a conocer el mar, es el sueño que más predomina y también estamos en la consecución de los recursos de las cositas que les empacamos en sus maletas, es de las cosas que más necesitamos, normalmente pañales, pañitos, todo lo que se les ocurra a las personas, todo lo necesitamos.

Obviamente es concientizar a las personas para que apoyen la causa, ya sea con tiempo, con dinero, con ayudas en especie de las cosas que ya mencioné anteriormente.



5. ¿Cómo pueden contactarse contigo para colaborar en tan altruista propósito?



PA/ Se pueden contactar conmigo al número 311-8517903, o pueden contactarse vía WhatsApp, si no contestamos es porque estamos en alguna actividad y les contestaremos después o a través de nuestras redes sociales, aparecemos cómo Segundos de Vida.



6.  Un mensaje de tu parte para los lectores de Mujeres Doradas.



PA/ Mi mensaje es de concientización, de cuidarnos, a comer bien, a tener mejor calidad de vida, a disminuir en una parte muy grande nuestros problemas y estrés o no hacerlos tan grandes para que nuestro cuerpo no sufra las consecuencias de esas situaciones emocionales que vivimos, valorar cada día y cada segundo de sus vidas, valorar las personas que tenemos al lado y claramente ser más agradecidos con Dios y con la vida por tener tantas bendiciones que a veces en  medio del desespero y de la negatividad en la que vivimos no vemos.

En la fundación hemos acompañado a muchos chiquitos en su etapa final, en su proceso de deceso; también tenemos historias muy bonitas dónde la expectativa de vida para algunos de nuestros niños no ha sido la más larga y gracias a Dios que creyeron que se iban a sanar y con muchas cosas positivas en su vida han logrado salir adelante y hoy en día son niños muy sanos que cuando contamos la historia muchas personas dudarían que hayan pasado situaciones tan fuertes y con diagnósticos no tan positivos.

Tenemos muchos casos de niños sobrevivientes, en un país donde los niños fallecen, ni siquiera es por el diagnóstico sino por la demora en sus tratamientos y ahí la culpa es de las EPS’S.

 

Una venía con mi sombrero ante tu trabajo y generosidad.

 

Por Eugenia Castaño Bohôrquez

 

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